domingo, 21 de julio de 2013

Deliquios de poder



Hoy he tenido que despedir a parte del servicio. La crisis ya se sabe, pero también es cierto que el trabajador tiende a relajarse. Papá que es un buen director de empresa sabe mucho de ello, no en balde es la tercera generación de empresarios. Su abuelo su padre y el. Por eso yo me apoyo en su experiencia. Nada de innovar, mi bisabuelo que tenía un título nobiliario obtenido del papado. La de limosnas que le costó, bueno limosnas, y defender los sacros ideales católicos en las cortes de la primera república. Ya lo decía, la relación con el empleado ha de ser feudal. El patrón tiene que ser amo de vidas y haciendas de sus trabajadores.

Recuerdo que una vez leí unas notas suyas, comparaba la estructura social de Galicia y Cataluña. Mi bisabuelo, que era sabio, venía a deducir, que el empuje catalán se debía a la posesión de la tierra. La tierra es del amo y la cultiva al tanto el payes, el masovero así si se hace una nación grande. En Galicia por contra el paisano termina siendo el propietario de un minifundio, que al final solo produce hambre y grelos. Por contra en Cataluña la burguesía bien alimentada. Se puede liberar del arado para crear industria. De allí nuestra pujanza.

Pues lo que decía yo soy de esa casta burguesa y bonachona que ha hecho crecer el país. En mi se concentran generaciones de esfuerzos. Claro que nos han intentado amargar el estatus. A mi bisabuelo lo llamaron negrero, total por que tenía una zafra en Cuba con quinientos negritos. Personas que el compró y se preocupo de que recibieran la enseñanza cristiana.

Aun había entre los papeles de su despacho, una carta del arzobispo en que le disculpaba de la acusación de negrero atendiendo a que lo hacía para salvar sus almas.

Mi abuelo también tuvo problemas, peo estos fueron peores, no eran movimientos de independencia como en Cuba, no , no. Era la FAI los anarquistas, esos lobos sin entrañas que devoran tanto al trabajador cono al patrono. n fin mi padre lo tuvo mejor todo su mandato lo hizo bajo el gobierno de Franco, y aunque hay que reconocer que el galleguito se pasó en eso de dar derechos a los laborales ( seguridad social pagas de vacaciones etc. etc.) disfrutamos de un periodo de paz social duradera. Porque la paz, como tantas veces he oído decir se fundamenta en la fuerza pública y el garrote (garrote vil)

En fin que a mí me tocó el peor trozo de la historia.   La transición y la democracia, montamos un bipartidismo, para que una cierta elite hija del glorioso caudillo, se vistiera de izquierdas y pudiese acceder de vez en cuando a las tetas del estado. Era justo, creamos autonomías para que la burguesía local para que el pequeño propietario pudiese acceder al poder y a la administración. Eso si siempre bajo nuestra tutela. Pero ya ves al paso que van las cosas nos destrozan el país. Entre los orejanos de la burguesía y la izquierda nominal y advenediza nos han llevado al marasmo actual. Insolvencia moral y económica ah y sobre todo desconfianza. Mira si se producirá desconfianza que cuando los jueces quieren intervenir una empresa, cuando quieren entrar en la sede de un partido, hacen que ejecute la orden la policía nacional o la guardia civil. Nada de la fuerza autonómica, porque seguramente está plagada de espías que trabajarán tanto para el juez como para el poder local. ¡Qué desastre!

Bien que me alejo del tema, decía que hoy he tenido que despedir a parte del servicio. El primero al que he puesto en la calle ha sido al administrador. El motivo no tener correctamente dispuesta la cartera de mi padre. A él le gusta tener siempre dos apartados en su billetera uno con billetes nuevos de cien euros. Son para las propinas en el club social y otro con billetes muy usados de cinco euros para dar limosna en la calle cada día hay más menesterosos en las aceras. Hasta algunos turistas se paran a mirar. Incluso hacen fotos. El otro día vimos algo que nos produjo sonrojo. A la puerta de nuestra sede había una pobre pidiendo. Era eso si de un país de esos nuevos bueno nuevos en la UE o no se. Lo cierto es que pasaron un grupo de guiris. Se lo quedaron mirando y hasta la hicieron fotos...

Yo llamé a mi secretario y le dije:

González vaya usted a la puerta y averigüe que hace esa pordiosera allí y que pasaba con los guiris. Al momento me obedeció, volvió unos minutos más tarde y me dijo:

Señor he preguntado al guardia de seguridad, a Ivan el que nos recomendó su socio ruso.

Dice que los guiris se han sorprendido viendo a una paisana suya ejerciendo de indigente como lo hacía en su país. Que por lo poco que les ha oído, la conocían de pedir limosna en la plaza mayor de su ciudad natal. Por lo visto comentaban divertidos que hasta los pobres han salido ganando con la unión a la CEE. Decían mira hasta la muraturi (algo así como la pepinillos) hace turismo y se han marchado riendo.

Bueno pues si, he despedido al administrador, no era capaz de tener la billetera de mi padre en condiciones. Ahora buscaré otro para el puesto, pero esta vez le pagaré menos y por cierto mejor que en vez de billetera prepare un monedero con chatarra de diversos países. Así les hará más ilusión recuperar una moneda que algún adinerado estraperlista de su pueblo se dejó en Barcelona ¿no os parece?

En fin voy a llamar para que preparen la liquidación del mozo del garaje, es la segunda vez que el me entrega el todo terreno un Hummer limpio. Cuando le tengo dicho que debe presentar unas manchas de barro rojizo como si regresase de un safari en Centro África. Señor tenga usted un vehículo de esas prestaciones y te lo dejan como si fuese a desfilar en la pasarela 080. En vez de aparecer tan polvoriento como si hubiese acompañado a nuestro rey a un safari...


sábado, 20 de julio de 2013

Recuerdos de un ausente



Lo recuerdo bien era un tórrido día de julio, como hoy. El cielo azul impoluto, sin la menor sombra ni nube, era el reino de un sol de justicia que secaba hasta las ideas.

Los señoritos la gente bien paseaba bajo sus canotier ellos y bajo la sombrilla de encaje ellas.

Yo había dejado el obrador, desde las 6 de la mañana en comencé la mezcla y selección de cacaos no había tenido un respiro. Después el tueste la molienda y la confección de dos de los tres tipos de chocolate que se hacían en la casa. Oh a todo esto no me he presentado soy Mariano, maestro tostador chocolatero y trabajo en... bueno en una de las casas de coloniales más importantes  de la ciudad.

Ahora que tengo la masa ya hecha voy a ver el periódico mural que ponen los de la imprenta.

Julio siempre es un mes que se presta a violencias será el calor pero hay tanto crimen y tanta guerra en Julio.

Voy subiendo la calle, y ya me extraña ver un grupo de personas discutiendo acaloradamente ante la pizarra del diario. ¿Qué dirá? a es esto:

Serbia y Bulgaria rompen relaciones. Los hay que opinan que esto es el principio de la guerra. Ayer eran Austria y Serbia, hoy esto, deben tener razón la guerra es cuestión de horas.

Vaya  allí llega el grupo de lechuguinos,  vienen a leer las noticias, es lo más cerca que estarán cerca de un menestral como yo. Señoritos terratenientes, ya veis la guerra que parece estallará pronto. Y vosotros siempre estaréis al otro lado, al frente mío. Es cuestión de casta de nacimiento.

Mira allí llega otro de los míos, Juan el segundón de casa pobre, hace seis años era el machaca de la competencia, de eso a llevar los libros y de allí a tener un puesto de empleadillo en la administración.   Ahora los del pueblo lo tratan de usted, bueno en realidad todos lo llaman tío, tío Juan esto y lo otro. Tío Juan vendrá usted para la matanza, para la vendimia, pa la siega. Antes; si lo llamaban, seguro que era para cargarle un cuévano de uvas a la espalda, para que se agarrase a la falce y calzase las zoquetas. Ahora el interés lo volverá patriarca. El Tío de la capital el que se pide para esto y lo otro, el que para las denuncias del cabo de los civiles. Señor ha tenido suerte el mancebo. Veintidós años y casado. Pero que veo su cara es alegre, a la par que preocupada. Vamos a ver que se trae.
- ¡Eh Juan! si te puedo llamar así colega.

-Si Mariano, me puedes llamar así, no escondo que barrí muchas veces la tienda, que mi primera cama fue en el altillo de los coloniales, que mas de una noche he bajado a dormir al mostrador por el calor inaguantable del altillo. No duele que te recuerden tu raíz humilde, me molesta más la prosopopeya, del que me pagaba un real por descargar un carro y ahora me trata de Don con el único deseo de que le resuelva un papeleo en la Diputación o le rebajen la multa que les puso el gobernador. Yo soy Juan hijo de Andrés, un labriego pobre al que le crecía la familia más deprisa que las cosechas. Al que su mujer solo le paría hembras.

-Bueno ahora les podrás dar buenas bodas.
- No Mariano, ya sabes que no. Si mis hermanas encuentran un partido haré porque bien casen. Pero no soy de esos que usan a las mujeres para aumentar el patrimonio. ¿Y tú que cuántos hijos tienes?
Van seis Juan, van seis y todos machos. La Gertrudis no sabe hacer mocetas...

¿Por cierto y tú? ¿Yo no me lo notas?  Pilar me ha dado una hija esta madrugada.

- Ah que sea enhorabuena. Le dije a la vez que estrechaba su mano, después de haberla limpiado en el mandil.

No se, ya ves lo que trae el diario, habrá guerra. -Bah guerras las ha habido siempre. Mas sangre que no hemos dejado nosotros en África y en Cuba. Bueno te dejo, que ahora saldrán de misa y vendrán las feligresas a comprar, y si no estoy yo dicen que el chocolate no es bueno.

Juan me vio tomar calle abajo hacia mi trabajo en tienda de coloniales.

Pensó cosas, pero seguro que no pensó, en que los nietos del amo de la tienda, presumirían de ser de Izquierdas toda su vida, que muchos años después, hablarían entre sociatas y progres del hambre que pasaron en la posguerra, un hambre tan feroz, como el lobo de la caperucita. Puro cuento, puro símbolo.

Tampoco se le ocurrió pensar, que su hija recién nacida, se casaría con un hijo de mio. Que los dos llamaríamos nieto a la misma persona, que las hijas del tendero jefe de Mariano, una sería funcionaria, la otra casaría con un alto cargo y que sería precisamente ese funcionario el que daría clase de contabilidad y administración pública a esa hija suya recién nacida, que en esos momentos ya buscaba con ansia el pecho de su madre.

Tampoco pensó en que la guerra que se fraguaba a ante sus ojos sería llamada la primera guerra mundial, luego llegaría la civil nuestra, después la segunda mundial...

Tal vez yo, que era más soñador, hubiera podido imaginar esas cosas. Pero daba igual yo dejé este mundo poco después de la Gran Guerra. Y todo eso que pude soñar nunca lo pude vivir. Porque yo estoy muerto desde 1919 y los he esperado aquí en la rauda más de cincuenta años.       

viernes, 19 de julio de 2013

La Maxi



Esta mañana he visto a Maxi. Maxi, es una compañera de instituto, de los primeros años de instituto. Aquellos tiempos relacionados vagamente con la aparición del vello puberal.

Sigo; decía que esta mañana  he visto a Maxi;  Maximina, ya se sabe cosas de la tradición, le encasquetaron el nombre de su abuela paterna. Un Maximina que tenía algo de romano, de nombre del Lacio.

Bien se nos vale de los hipocorísticos, están para ayudar. De esa forma Maximina quedó en Maxi, Maxi Domínguez.

En realidad fue ella la primera  en verme en saludar.

¡Hey Darío!  Hola eres Maxi... Maxi  Domingas, ¡uf casi se me escapa! Maxi Domínguez. Cuanto tiempo...
Si. Había sido el gracioso de la clase, el que notando el precoz desarrollo de Maxi, se había inventado el mote, cambiando  el apellido. Cierto se decía que a Maxi le habían crecido las tetas antes que las muelas.
Y que tetas. Suficientes para hacer ensoñar todo un 4º de Bachiller, que era como se llamaba entonces, a aquel fatídico curso que conllevaba la odiosa reválida, ese examen que ahora quieren poner otra vez de moda.

Maxi era... no, no era de las chicas altas, más bien recia, con unos pechos notorios para su edad y altura. Me he acercado a ella, le he iniciado un abrazo cálido y tierno, esperando notar en mi pecho, aquellos suyos con los que soñamos una generación de indocumentados. Si, estaban allí eran esos mismos pechos ¡Uf! Esperar cuarenta años para cumplir un deseo de tennager.

Nos hemos quedado mirando, yo pensaba, si es ella, mayor, alguna arruga, las comisuras de los labios, las patas de gallo... pero es ella con sus ojos de siempre, con ese algo entre becerra y miope que le daba aquel aire de ternura inconfundible.  

No podía menos que preguntarme ¿como me habrá reconocido? Yo he aumentado de perímetro. Luzco una calva generosa, orlada de un cerquillo frailuno que el tiempo ha llevado a un gris plata, a un gris sucio. Creo que he cambiado más que ella.


Maxi no era guapa, bueno tampoco fea, era como decirlo. Era una cara ausente de belleza, pero nunca tuvo acné, esos barrillos tan demoledores en la chicas mas chachi del curso.

Hemos guardado silencio unos segundos, cuantos recuerdos, luego a la vez hemos dicho:
Te acuerdas, hemos roto a reír. 
Si claro que recordamos cosas, tantas cosas...

  ¿Oye tienes tiempo para un café como en los viejos tiempos? Había alguna vez y eso ya era al final del bachiller que jugábamos un juego snob de fingirnos adultos. Era antes de entrar a clase de filosofía. Luego los findes, éramos pasotas hippies de salón... de finde.


Uf hoy no, me ha dicho, hoy soy abuela canguro.

¿ Vives aquí?

Si, al manos unos meses al año, los que coinciden con las vacaciones de mis nietos y en los que sus padres aun trabajan.

Ah ya comprendo, yo no tengo nietos.


Mira, vivo en la avenida junto al cruce de Córcega siempre vengo a comprar a este mercado. Miércoles y viernes sobre las diez. Si vienes el próximo miércoles, me las arreglaré para poder tomar un café contigo.


Vale hasta el miércoles, a las diez.

La he visto alejarse con el carro de la compra, la última imagen que conservo era su trasero tan respingón como antaño. Inconscientemente, me he puesto a evocar.


Cuantas cosas, cuanto tiempo, sabes el miércoles creo que no vendré, Maxi tu estas tan bien y yo ya solo soy  una pequeña ruina...

Te recuerdo Maxi Domingas te recuerdo...   

martes, 16 de julio de 2013

Reflexiones en el Aula



Interrumpo por un momento los recuerdos de las vacaciones.
Voy a intercalar este cuento que se me ocurría ayer hablando de finanzas. Luego volvemos a Los Picos de Europa
El viejo profesor paseaba lentamente por el patio. En el los chicos, sus chicos como le gustaba decirles, apuraban sus últimos minutos de recreo. En un rincón un grupito discutía con los ánimos encendidos sobre las nacionalidades europeas. Hablaban de economía con la vehemencia de los pocos años, la irracionalidad que proporciona el hablar por boca de ganso y la necesidad impuesta por una actualidad política.

Dos veces en el curso de su paseo se acercó hasta los que hablaban, le pareció escuchar términos como nación e independencia, también notó que el nivel de la discusión subía de tono por momentos. Se quedó pensando, tendría que dar un aviso en su próxima lección.

Sonó la campana, poco a poco se callaron las voces de la muchachada. En mejor o peor orden fueron volviendo a las aulas. Una vez en ella, D. Juan, el viejo profe, se dirigió a la clase diciendo:

Saben ustedes que la escuela es una preparación para la vida. Saben que mi aspiración siempre ha sido inculcar en ustedes el espíritu de observación, el análisis concienzudo y el proceso de decisión. Cuantas veces les he dicho...

Que el criterio, es la mínima aspiración del educando. Repitieron con él a coro todos los chicos.

Y también que:

El saber razonar (aunque no figure en el programa del ministerio)...

La mínima aspiración del educando volvieron a repetir todos a coro.  Bien, bien. A ver Serra Pujals, Lopez ¿de qué discutían ustedes en el patio hace un rato? ¿Quieren hacer partícipes al resto de sus compañeros ? ¿Usted Pujals que decían?

El aludido se puso de pie un poco sofocado.

- ¿Puede usted hacer un pequeño resumen de su charla?

Hablamos de economía y de Europa. El pito, ... Perdón el Señor Serra hablaba de la posición de Catalunya frente al resto de España y dentro de Europa. 

¿Ya y a que conclusión llegaron?

A ninguna, señor. Solo resaltaba lo importante de la posición geográfica de nuestra nación y lo grande que es su PIB.

Ya, ya... ¿y de que análisis partían ustedes?

Ah del sentir del pueblo de nuestros deseos de independencia.

Bien muy bien, independencia económica y política no está mal.

¿Tiene alguno de ustedes un billete? Se alzaron manos había dos de cinco uno de diez y... Manel el hijo del alcalde que sacó uno de veinte euros.

Manel primero pareció ufano por su billete, luego recordando lo que se decía de su padre y los contratos a dedo del ayuntamiento sintió vergüenza.

Don Juan tomo un billete y les dijo miren por unos momentos este dinero, ¿sabrían decirme de que país proviene?

Silencio. Al final un alumno dijo algo de la clave numérica de los billetes que se podía saber el país de origen por la letra que encabezaba el número del billete. Pero nada más.

Bien ya ven que no se puede distinguir, ¿a ver quien tiene monedas?

Ahora si comenzaron a aparecer euros y céntimos todas, en todas las manos había algo.

¿Bien pueden decirme de donde son esas monedas?

España Grecia Alemania Holanda Francia... se oyeron voces.

Don Juan los acalló. ¿Y ahora qué pueden decir ustedes de esto?

¿Que se les ocurre?

Silencio...
 Al final. Martí levanto la mano.

Si señor Martí que piensa usted.

Jo es que... es que, es que...

Diga diga.
Bueno que dentro de la economía europea, a las naciones solo les está reservada la calderilla.

Grandes risas.

Don Juan esperó unos segundos y remató la reflexión

Cierto yo no lo hubiera expresado mejor. La clave de una economía es la fuerza de su moneda. En Europa el Euro es la moneda común y gracias a esa comunidad es por lo que es fuerte.

Las cuestiones nacionales o nacionalistas  son solo la calderilla del sistema...

Más tarde hablaremos de otro tema relacionado con la identidad nacional con la pequeña identidad nacional antes eso se llamaba patria chica.