viernes, 29 de noviembre de 2013

Mefisto

Y Mefisto continuó recordando...

Mira yo no voy a España desde que había por allí un valido de los reyes llamado Godoy.

Pero anduve por esas tierras más de un siglo, era un pueblo que olía a sangre e incienso.

Lo mismo sacan a un pobre hambriento a jugarse la vida delante de un toro al que le hacen todas las perrerías imaginables. Que montan el cirio con procesiones  y alharacas con incienso y autoridad bajo palio.

Trabajan poco y mucho menos los gobernantes, son soberbios henchidos de orgullo y más luteranos que Lutero.

-Estás al caso de la reforma protestante.  ¿Verdad?

-Claro figura en todos los manuales.

-Bueno Los luteranos hablaban primero de la fe -Sola fide- como lo único necesario para alcanzar la... bueno eso.

Pero se contradicen todos, y si no mira sus obras, cuando los españoles llegaban a un territorio nuevo lo primero que se les ocurría era ponerle un nombre de santo o relacionado con la religión. ¿Lo recuerdas?

-Si claro hay multitud de ejemplos. Casi todas las capitales La Asunción San Francisco Los Ángeles... creo que sería una lista interminable.

Eso es luego se hartaban de hacer buenas obras o lo que ellos llamaban buenas obras pero ni eran tan buenas ni tantas. Es decir que manifestaban su fe en que el nuevo territorio era un regalo de Dios al pueblo hispano. En cambio, los protestantes que deberían ser según dicen ellos mismos hombres de fe lo primero que hacen es ponerse a trabajar y solo dan gracias una vez establecidos, cuando obtienen la primera cosecha. Es el Thanksgiving Day el ultimo jueves de noviembre.

Pues esa es la primera lección que debes aprender, el español cuando recibe algo; sea un territorio o un cargo lo primero que hace es dar gracias, después lo toma como una propiedad para explotar para usar. El protestante y casi diría que el catalán hacen lo contrario primero trabajan y cuando consiguen el rendimiento de aquello que tienen dan gracias. Es decir agradecen al jefe la ocasión de haber hecho un esfuerzo.

¡Quieto ya te veo que vas a disentir! Pero eso no quiere decir que sean mejores unos que otros a todos nos es dado tentar, todos pecan, y todos sufren por sus obras que no son rectas.

-Ya, ya nuestro trabajo es favorecer esa codicia, que deseen dominar, tener riqueza negocios empresas cargos, posición social; que por ellos se envilezcan, que se prostituyan, que roben que mientan, que maten.

-Exacto. Veo que sabes bien el programa. Vale por lo menos conoces los rudimentos de la tentación y del pecado, supongo que puedo dar mi recomendación para que te asignen un consulado en la España. Así podréis disfrutar de una experiencia inolvidable, y tal vez te suponga un posterior ascenso.

- ¿Podremos?

-Claro Luzbelita va contigo, o es que pensabas que era todo por tus méritos. Sabes hace años que lo pide, poder ir a fiestas humanas, bailes, partys o como lo llamen. Y ahora desde que tenemos internet en el infierno... anda como loca por ir a un programa de esos de televisión.

Imagina la gente miente con tal salir en una pantallita en muchas casas, han llegado a vender sus divorcios sus miserias. ¿Te imaginas? venden y desean hacer público aquello que debería atormentarles... es horroroso toda la eternidad urdiendo maldades haciendo sufrir al hombre y ahora los hay que disfrutan vendiendo sus miserias...

Esta noche Luzbelita cena en casa, tengo que darle los últimos consejos. No te invito no hace falta que vengas. Es algo entre nosotros. Tu ni necesitas saber ni probablemente lo entenderías...

Y sin más ceremonia, Mefisto salió dejando tras sí un tufo de azufre y cuerno.    

jueves, 28 de noviembre de 2013

Nuevo destino ¿España?



No habría transcurrido una hora cuando volvieron a llamar a su despacho, esta vez era Mefisto su suegro el papi de Luzbelita. ¿Hola se puede?  Dijo mientras tomaba asiento en el sillón de frente a la mesa. 

Mefisto era de esos que empleaban el lenguaje para recalcar su poder. Lo de pedir permiso para entrar en el despacho de un diablo de inferior rango, era puro formulismo social. Mefisto solía pedir permiso para hacer cosas que no se le podían negar. Marcando así más su poder y su altanería.

De hecho había pasado en la tierra una temporada, inoculando en los pobres humanos el aire imperioso del inepto.

Recordaba aun aquel alto cargo de la Generalitat, que exigía tener siempre un ascensor disponible para su uso.  Algunas veces había comentado ante el gran consejo el éxito de esta pequeña artimaña.
Argumentaba que el politicastro, pagado de sí. Era más fácil de dominar después por la soberbia. Demostraba que cuanto mas estúpido e inepto era un individuo, mucho mas fácil era hacerle caer en la trampa.

La soberbia, solía dar paso a la codicia y ambas juntas producían una pérdida total de razón y prudencia.
En conclusión, el sujeto que caía en su garras, se desplazaba poco a poco hasta un estado de bobería permanente, donde sus mayores despropósitos eran auto-percibidos como logros.
Luego más adelante, cuando la realidad venía a golpearles con toda su fuerza, ya los encontraba preparados para percibir todo el dolor que el saberse auto-engañado producía.
Era una desesperación dolora, lenta agónica, que dejaba al sujeto a las puertas de la muerte, del infierno. Aquel sitio donde la mayor pena consiste no en las quemaduras y el fuego eterno, no.
El mayor dolor era ver la cadena de errores que le llevaron a la propia destrucción, al suicidio político a algunos hasta al suicidio físico.

Este era uno de los dramas del infierno, la curricula siempre visible los éxitos para molestar al contrincante, los fracasos a modo de sambenito. ¡Cuantas veces! Habían pedido a los de arriba, que los hombres llevaran también muy visible su historial de fracasos. Pero el jefe, Dios, siempre se negaba, decía que; el perdón comenzaba en el olvido, en la amnesia.

¿Entonces porque no se les perdonaba a ellos? ¡Ah no! decía el jefe, el demonio es una invención humana, ni siquiera en la biblia aparece hasta después de la deportación a Babilonia.
El demonio morirá cuando lo haga el último hombre...

Y todo eso en segundos, un recuerdo doloroso un rosario de espinas.
Mefisto carraspeo un poco, bien ya sabes porque estoy aquí. Mi hija, que no te ha dado un solo día de paz desde que la conoces, que no ha tenido un minuto sin dejarte sufrir, que se ha dedicado como ninguna a cultivar tus cuernos y sinsabores... una diablesa perfecta ha venido a pedirme un puesto para ti.

Nunca deja de ponderar tus incapacidades, dijo poniendo en su voz un tono paternalmente lascivo. Y mira que suerte que tienes eso es para siempre, si fueras hombre podrías divorciarte incluso matarla, pero entre diablos ya sabes el matrimonio es infernal eterno.

Bueno te venía a visitar porque hay unas vacantes entre políticos españoles, ya sabes lo de siempre ineptitud y prepotencia, puedo conseguir que te destinen allí.

Saco una lista de nombres y se puso a leer...
No sé si continuará...

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Banco de alimentos

Sonaba el teléfono. Era un ring-ring pausado clásico y ligeramente amenazador. Algo así como -contesta de una vez o cuelgo-.

Al otro lado de la linea se oyó un clic. Una voz aguardentosa preguntó:

¿Banco de alimentos?

¡Si dígame?

Ah muy bien, aquí somos del sindicato...

¿?

¿Si dígame?



-Ah que somos del sindicato y tenemos un excedente de alimentos, son las sobras de la última merienda de negros... huy perdón perdón, quise decir los excedentes del último ágape de la ejecutiva. Y queremos saber sobre sus servicios, por ejemplo. Nos quedan diez cajas de langostino de Sanlucar, media caja de Dom Pérignon y unas latas, unos 400 gramos de caviar beluga.


-¿La pregunta que quiero hacer es? Si hacemos una imposición a plazo, un año o seis meses que interés nos da.



-Caballero creo que se confunde usted, esto es un banco de alimentos, aquí distribuimos los excedentes de las empresas y los productos a punto de caducar de las cadenas de alimentación entre personas sin recursos. Se trata de ayudar.



-Ya, ya, será como la obra social de las cajas de ahorro, o como los mecenazgos de la banca, digo yo algo entre el nepotismo y el enchufe. Pero vestido de primera comunión así con un cierto halo de pureza.



-Me ofende usted, esto es una labor social.

-Ya si a bueno le va a usted a contar lo que es la labor social. A mi, que me nació el pelo en los huevos predicando la lucha de clases.

-¡Señor esa expresión no procede!

-Bueno no quería herir que le decía que me salieron los dientes en la huelga...

-Vale así mejor.



-Bien ustedes son una ONG, que si no me equivoco es un invento promovido por los gobiernos para corregir los desmanes de los propios gobiernos.

- ¡No no señor! Nosotros aspiramos a suavizar las diferencias entre distintos grupos sociales o étnicos.

- Claro lo comprendo ustedes son como un sindicato de clase empeñado en expandir las miserias para darles a todas un tono pastel, un cierto como diría; un cierto y monótono color. Para que una casta de iluminados puedan percibir emolumentos haciendo ver que suavizan las consecuencias de las diferencias sociales. Es decir como el sindicato, como nosotros, que no podemos vivir sin exagerar primero esas diferencias.



Al otro lado de la linea se oyó un golpe sordo y a continuación la señal de comunicar, -le habían colgado-. Otra vez y eran dos veces en la misma semana...



Se oyó un toque en la puerta del despacho, algo así como si un animal diera con sus pezuñas en la puerta.

Si adelante pase pase... No hizo falta insistir, allí apareció en el marco de la puerta con su cara de ogresa, cejijunta con una pelambrera lacia y retorcida, larga tanto que se confundían el pubis con las axilas. Era su hembra Luzbelina, seguro había estado oyendo detrás de la puerta antes de llamar... así era.



- ¡Que otro fracaso y van cinco en el mes, vaya mierda de diablo que estás hecho!



- Mujer yo...

- Ni mujer ni tangos, eres muy torpe y no te esfuerzas.



Ante la cara compungida de Belcebú, dulcificó su gesto de manera imperceptible.
-Cariño te lo vengo diciendo desde hace casi un siglo, lo tuyo no es el marketing telefónico. Eso no es ocupación de un diablo que se tenga por tal. Tienes que aspirar a más, al full contact.
-¿Quieres decir?

-Recuerdas cuando te las veías con el inquisidor general, cuando campabas a tus anchas por las mentes de Los del Santo Oficio. Pues reclama, pide un puesto acorde con tus méritos. ¿Qué tal? Insuflar deseos de pederastia en un purpurado, ¿No crees que sería mas interesante? O ayudar a negar la concupiscencia del sexo dinero y poder en una de esas nuevas politiquillas con cara de beata
 

Ahora mismo le escribes una carta al jefe y le pides un puesto real nada de un demonio en las nuevas tecnologías, mira tu puesto. Director general de marketing telefónico. Vaya estupidez y tus compañeros que valen menos que tu, sembrando insidias en el mundo. Justificando subidas de impuestos desahucios hipotecarios miseria repartida por decreto. ¡Te estás perdiendo los mejores tiempos!



Belcebú parecía no reaccionar, pero un leve temblor en el rabo le dio la pista suficiente a Luzbelina que continuó:

- Venga toma una hoja de papel y escribe Consejo General del Maligno. Belcebú Lopez Tentador General de primera clase renuncia a su puesto de director de Marketing Telefónico y solicita un puesto... un puesto en primera linea de combate.

Eso es ahora firma. Belcebú firmó y rubricó con toda clase de ringorrangos aunque de manera automática.
Luzbelita tomo la hoja, la dobló y dijo:
Ahora mismo la llevo a la reunión del consejo, hoy está papá de secretario de guardia, seguro que cuela tu petición en el mejor momento...

Salió dejando un estela a cuerno quemado y azufre un olor inconfundible...

Lopez, Belcebú Lopez, se quedó pensativo, que horror hasta en el infierno estaba presente el nepotismo...

lunes, 25 de noviembre de 2013

Con Pepe Valls y Mercedes en el Restaurante

He ido a comer al Restaurant. Mucho tiempo hace que se usaba así como galicismo. Depués se españolizó por restaurante el DRAE dice que es una antigua forma del participio activo del verbo restaurar. Bueno así puede que sea mejor, mas lo dudo. A los españoles siempre nos ha gustado darnos importancia haciendo cosas vulgares con nombre extranjero.
El restaurante o Restorant era el culmen de la idiotez. Había en esos sitios un pincerna, un maître, camarero ayuda de camarero, y sumiller que escribíamos sommelier. También había un écuyer tranchant, Maestro trinchador, el encargado de partir las viandas tal vez el artista que desespinaba el pescado o pelaba el marisco.
Recuerdo, haber visto actuar uno en el Restaurante del Aeropuerto, cuando lo de ir en avión era un lujo. Con que habilidad me desnudó tres cigalas y dos langostinos, que venían en el arroz. Como los puso a banda separados del resto de la paella por una cucharada de somarraet. 
En fin eran otros tiempos, ahora McDonals es un restaurante ¡Qué horror
A mi a eso de los restaurantes me aficionó el tío Santi, el era de los de propina larga y por eso conocía bien todas las funciones de la restauración. Así luego las premiaba y comentaba.
Recuerdo que un día encomiaba el buen hacer de un sommelier o summilleur, lo hablaba ante un cuñado suyo, que era escéptico y tacaño, que siempre le parecía que era gastar mucho cualquier gasto en cocinaza y vinazo.

Este otro era de la teoría que sommelier derivaba de sueños, porque era el mozo encaragado en hacer soñar a la clientela aromas y evocaciones en el vino que nunca habían estado allí. Solía tomar entre sus manos una copa balón, la llenaba con un tinto peleón y una generosa dosis de gaseosa y se extasiaba contemplando el juego de rojos afrutados, luego como un autentico conocedor hacía girar un poco del vino por sus fauces, para detenerse en esa fragancia de roble francés fruto de una esmeradísima crianza...
Un día un químico vino a darle la razón en lo tocante al vino. Había trabajado en una bodega en que elaboraban el crianza a base de hacer una infusión en viruta de roble. Primero acudían al tonelero o fabricante de puertas más próximo, compraban una buena provisión de virutas y serrín de madera noble. Luego todo consistía en almacenar el vino con las virutas. Y avisar del agradable contraste de los taninos de la barrica, con el floral apagado de esa cosecha. Listo.

En eso estaba me cabeza, mientras esperaba al resto de amigos. Me había pedido, un cardenal, ¡Qué buenos los hacían en La Puñalada! Un Cardenal es un Martini Dry (nada que ver con la firma italiana) hecho con Campari en vez el vermú que ponía el señor Martini
Bien estaba yo paladeando ese gozo, cuando he divisado una periplaneta americana, con rapidez, se ha hecho dueña de un pequeño bloc de notas, supongo es la forma a la antigua de apuntar las consumiciones de la barra.

Recuerdo una aventura con un familiar suyo, también en un restaurante. Estaba yo comiendo un plato de pasta, cuando casi al final de mismo descubrí una pelirroja de esas entre los espaguetis. Recuerdo que tomé unos bastoncillos de pan que había sobre la mesa. Partí uno por la mitad la acomodé en el centro, le puse seis a modo de cirios tres a cada lado y dibujé una cruz con un resto de salsa. Cuando llegó el camarero casi se desmaya. Le pregunté en tono glacial, que como se llamaba la especia esa, debía ser la que a mi me faltaba en mi boloñesa.

Hoy ha sido diferente he tomado la libreta, la he mantenido apretada, cuando ha llegado el barman la he abierto, he mirado inquisitivamente el contrabando. Me he oído a mi mismo preguntar por la fecha de caducidad. Y he salido del bar antes de que me contestaran. Me he ido sin pagar el cardenal no está mal después de todo.
Luego he llamado a Valls pero ha sido tarde mucho mas tarde, cuando ya he supuesto que el y su señora ya estaban sentados a la mesa. Me he disculpado, un cliente pelma de ultima hora... que tal si tomamos café un poco más tarde en... en... bueno cerca del despacho.
Hemos quedado, a Mercedes la hacía ilusión verme, a mi también verla a ella, Mercedes es compañera de la facultad. Se que le gusta mucho ir a ese restaurante, es en cierto modo el suyo, allí formalizaron su noviazgo. Se que ahora salen poco Pepe Valls es arquitecto y su economía se ha resentido con la crisis.
Cuando han llagado al café Mercedes estaba radiante. Se la veía feliz. Como iba yo a estropearle una comida con su marido y menos por una cucaracha.
Los Valls siempre han sido muy escrupulosos, razón de más con los tiempos que corren se que han tenido que desayunarse algún sapo.
No era para romper el hechizo de su restaurante.
En fin cada día me vuelvo más sentimental.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Anna Vila dice pas de douleur



He salido a ver la viña que hay detrás de mi casa. Anna Vila me ha invitado con sus palabras, tiene razón ya no queda herrumbre en las viñas. Solo sarmientos esperando el podón, mas no queda allí la cosa, luego esperarán la lumbre para dar a la carne un aroma entre ahumado y caramelo. A la carne la regará el mismo vino que nació de la uvas que crecieron en sus pámpanos.

Un vino joven de color cereza fuego y la carne cualquier cosa traída del super, pollo conejo y hasta cordero. Pero no habrá chorizo criollo, ni matambre, ni entraña.

Esta mujer se empeña en haceme pampero, a mi que tengo el tuteo presto y nunca voseo.

Pues mira yo le haré un corazón desierto, latifundio del viento, donde las hierbas se ondulan como un mar sin barcos yerto. ¿Porque tengo esa imagen equivoca?  No sé, supongo que porque escribe en francés, el francés es como un viento, una lengua para susurrar, por eso deben creer los gabachos que es la lengua del amor. Pero no es cierto el amor es... usa el lenguaje de los sordomudos. El amor siempre son gestos.
He vuelto de la viña pensando en ello. Ya en franca noche, con dificultad para orientarse, para ver y sin embargo pensando en el amor. Claro el amor es ciego, el amor es un cupón te toca lo que te toca, no hay terminación ni reintegro. Ya está un solo premio un solo sorteo.

He vuelto al paso cantando entre dientes algo de Édith Piaf. Algo con una erre gutural, hubo un momento en que creía que el amor era lo que cantaba la Piaf. Después pasé al magreo tango argentino, un coito interruptus perpetuo un pasar a la pareja como una gran pastilla de jabón mientras la voz pesimista desgrana miserias. Corrientes 348... Caminito joder como voy a ser argentino si nunca amé las miserias del amor ni siquiera las del sexo.

El amor es todo imaginación tengo una vecina que es machota, encargada en una empresa de instalaciones y montajes. Hecha a discutir con tíos y hacerlos pasar por el aro. Un día me insinué le deje traslucir amores. No se si no lo percibió, tal vez no atendía el rol de hembra. Creo que es eso, luego yo mismo me sorprendía, como es posible que alguien encuentre encantos en ese cardo borriquero.

Volveré a Anna Vila, que me quiere pintar un corazón desierto pampero... Uf Moisés tardó cuarenta años en cruzar un desierto. Eso debe ser aplicar la selección natural a un pueblo. Como pasar un corazón desierto, supongo que las ideas febles deben morir en el empeño.

He vuelto de la viña con barro en los zapatos y olor de otoño en el cuerpo, y ahora tengo que navegar por un desierto.