martes, 30 de junio de 2015

El Marqués de Pedohermoso



Era un hombre enjuto solo en carnes.

Locuaz en la palabra,

benevolente en la cata de mostos

y largo en su trasiego.

Vamos que bebía como un bocoy

y todo sin descomponer el ademán,

con la elegancia crónica de un borracho egregio.

Lo llamaban el marqués,

y hasta tenía marca

ya que nunca tuvo propiedad ni feudo.



Así me lo presentaron una noche

de copas largas, vinos viejos

y bujarrones de abolengo.

Me lo presentaron como el Marques

el marques de Pedohermoso,

sin que ni presentador ni presentado

hiciesen el menor comentario

o gesto de extrañeza.

Mucho tiempo después me enteré

que pedohermoso era el sobrenombre

de la suave intoxicación etílica

en la que parecía residir

de manera permanente su cabeza.

Habla el marques en el fondo de la tasca,

acodado en la barra,

con la sabiduría de un Séneca.

Habla de política,

con la lucidez que le aporta el Valdepeñas

y ensarta en su discurso dos chufletas,

piropo pretendido, a una gachí

que busca con afanes la retreta.

Piropo, Jerez dulce, Oporto,

Málaga o quitapenas.

Requiebro vano

que el morapio quiebra.



Este es el marqués de pedohermoso,

hecho a requebrar hembras ajenas,

hembras de relumbrón,

veteranos retablos de un mecenas.


Raramente lo verás tomar güisqui o ginebra,
nunca vodka o cualquier pamplina de esas.

A él le sobra y le basta el Valdepeñas.


lunes, 29 de junio de 2015

Varufakis y el diálogo imposible


Vuelvo en horas de debacle. O por lo menos eso se escenifica. La ruptura griega.
Las Bolsas tienen hoy una bajada de tensión capaz de dejar cataléptico a un consejo de administración de un banco y acongojados a todos sus accionistas.
Bueno los cronistas dicen que ante el miedo a que la crisis griega se extienda en las bolsas predominan las ventas.
Y el mercado de valores nos tiene acostumbrados a interpretar que las bajadas en el mercado son veneno para el sistema.
Por otra parte la prensa habla de posible ruptura, de ruptura y de abandono de Grecia de la unión monetaria.
Probablemente es tan falso lo de ruptura como lo era el principio de acuerdo.
En primer lugar hay que pensar que ni ha existido el diálogo ni ha existido negociación. Lo primero que es necesario reconocer es que Varufakis y la troika hablan leguas distintas. Y no es porque Varufakis no hable un correcto inglés. Ni porque la comunidad no hable griego. Lo que sucede es que la troika solo habla en lenguaje financiero y los griegos hablan en un lenguaje social en lengua del pueblo.
Unos hablan en PIB y tantos por ciento los otros de salarios pensiones y vida digna. ¡Así no hay dialogo!
De nada vale decir, como quiere contarnos Rajoy, que estamos creciendo cuando la realidad es, que no puede pagar la extra del 2012 a los funcionarios.
La Comunidad a admitido socios a los que dio abundante crédito para que se lo gasten en maquinaria tecnología y armamento del norte.
La Comunidad a visto bien incorporar todos aquellos países que un día fueron satélites de Rusia. Porque pensando en alemán son clientes potenciales de su industria. Hasta que a Putin se le han hinchado las narices, y ha empezado su ofensiva. Que La Comunidad recorta e inmoviliza, el bloquea la importación de fruta y verdura procedente del sur (de España). Y me pegunto yo ¿Qué culpa tendrá el huertano mediterráneo? O hasta el macro-productor de Almería para tener que pagar con sus ventas las aficiones expansionistas del norte.
Y en eso estamos, en percibir claramente que la idea de comunidad esta muy lejos de la de super-nación que quieren ofrecernos. En primer lugar hay unos individuos que solo hablan de intereses y crecimiento y otros con razón o sin ella lo hacen de la vida digna y el estado de bienestar.
Yo me alineo de momento con los segundos de nada valen las finanzas los intereses y los créditos si no sirven para mejorar la vida de TODOS

miércoles, 3 de junio de 2015

Abelardo y su banana trucker.


Tenía yo un amigo llamado Abelardo, si si A-be-lar-do como el célebre “Golia” monje. El amo de la lógica medieval, amante de Eloísa, creo que ustedes ya recuerdan.

Pero mi Abelardo no tenía nada de lógico ni nada de monje. Había quien lo tenía por gay, pero él afrontaba las insinuaciones con una presentación de su realidad, que desanimaba a cualquiera.
A ver, yo tengo una amante. Es público y notorio ¿por qué? Entonces me etiquetáis de gay.
¿Qué os importará si esa amante es camionera?
¿Es acaso? Que una mujer que huela ferodo caliente, con aceite de cárter en las manos ¿no es sexy? ¡Tiene eso alguna connotación excluyente!

¿Porqué? Si una tía encuentra más excitante una palanca de cambios o un pedal de embrague que un ángel de Victoria`s Secret no ha de tener su corte de admiradores.
Pero un día... un día estaba esperando en una gasolinera en la cual ella, su amante, solía intercambiar todos los días de camión.
Me explico, la compañía de transportes para la que trabajaba su amante, cubría ruta Madrid Barcelona, con dos camiones que por comodidad para las choferesas -que diría Camilo J. Cela- y ahorro de la empresa intercambiaban sus vehículos en la provincia de Zaragoza, de tal manera que las dos podían terminar su jornada laboral en su lugar de residencia ahorrando a la empresa una pasta en dietas y gastos de alojamiento.
Pues bien un día que Abelardo se había acercado a Zaragoza con la idea de volver a Barcelona como polizón en la cabina de su amiga, asistió a un espectáculo que lo dejo perplejo y cariacontecido.
Y es que pudo ver como una de las camareras de la cafetería aneja a la estación de servicio, regalaba a su amiga y a la compañera de esta sendas y hermosas bananas. Entonces todo su mundo se derrumbó, toda su estructura lógica colapsó.
Porque él podía admitir que su amante tuviera un empleo de macho, podía comprender que ella se ganara la vida y muy bien por cierto llevando una mano en el volante y otra en la palanca de cambios, podía transigir con su olor a aceite lubricante y hasta encontrar excitante la justa higiene de una cabina de camión. Pero de eso al triangulo de las bananas... no eso no aquello era superior a su formación escolástica, ¿quién podía hacer un silogismo con un plátano dildo? ¿Eh quién?

lunes, 1 de junio de 2015

La memoria dormida

(Imagen Wikipedia)

Era una tarde tranquila propia ya del verano, de esas en las que Morfeo, tienta con con sonoras cabezadas.



Una tarde solaz, con las que el claustro celebra el final del periodo lectivo

solo veinte días para acabar el curso aunque haya aun que cruzar el Rubicón de los últimos exámenes.



Yo permanecía en mi despacho, repasando algunos expedientes, cuando unos golpes en la puerta atrajeron mi atención.

Estaba allí en el umbral, una mujer de unos veinte años, cuya silueta me resultaba familiarmente turbadora.

¿Si? Me oí decir de forma mecánica, busco al profesor Pelaez Gorriz tengo una duda sobre un tema del que me he de examinar...

Pelaez no está ahora, ¿si le puedo ayudar yo? Evité decirle que Pelaez Gorriz era un adjunto y que el catedrático y profesor de las asignaturas era yo, podía parecer presuntuoso y tal vez producir un rechazo.


-Tengo una duda sobre las respuestas de individuos con el cuerpo calloso customizado. Dijo ella, sin dejar su expresión de niña, que se asombra por todo. ¿A quien me recordaba?



-A ver ¿qué entiende usted por cuerpo calloso repliqué?



-Es un haz de fibras nerviosas que asocian los dos hemisferios cerebrales.



-Correcto, solo debe usted añadir que ni las uniones de las fibras nerviosas ni los hemisferios cerebrales son simétricos.

Es decir no existe una correspondencia ni anatómica ni funcional entre las partes unidas por cuerpo calloso. Dije mientras le acercaba una lámina con una representación de un cerebro y sus áreas funcionales.

La chica se inclinó sobre el dibujo y su blusa dejo entrever sus pechos firmes que se movían con la agitada respiración. Por unos momentos no pude menos que evocar algo placentero que mi memoria me hurtaba.

¡Ah! Dijo ella me producía una cierta confusión la contralateralidad, eso de que las imágenes de un ojo se procesen en el hemisferio cerebral contrario.

-Eso es una simplificación en realidad, los ojos se componen de dos hemiretinas temporal y nasal que también se proyectan cruzadas temporal izquierda con nasal derecha y viceversa. Dije mientras que con mi mano, le señalaba sobre su cara la zona temporal y nasal, aunque no la llegué a rozar.


La agitación de la muchacha fue en aumento, la respiración era mas entrecortada no era difícil suponer que había algo personal en ese comportamiento.

Me turbaba su ansiedad como nunca anteriormente, la proximidad de una alumna lo hubiera hecho. Por un momento pensé en poseerla allí sobre la mesa...



Buequé la calma mirando a otro sitio, me entretuve en recorrer con la mirada la mesa de despacho. Huía de su cara y de su cuerpo. En la parte superior de un bloc aparecía lo que debía ser su nombre. Marta Rodríguez Llopart. Tampoco me decía nada …


-Sabe usted, a mi madre la tuvieron que hacer un corte en el cuerpo calloso para corregir una epilepsia. Pero de eso ya hace años... a consecuencia de la operación hay cosas que ve pero no las percibe.

-Si se a que te refieres, mira te daré una lista de libros que tratan mas a fondo ese tema. Busqué en mi ordenador tomé cuatro o cinco referencias de libros que yo sabía estaban en la biblioteca y se las di.

-¿Alguna cosa más?

-No, muchas gracias, ahora tengo todo este material para estudiar, si hay algo que no entiendo volveré.



Se incorporó, sus pechos volvieron a pasar delante de mis ojos, la respiración había cambiado, la falda corta y un suave contorneo de caderas se alejaban ya hacia la puerta y entonces salte como movido por un resorte. Marta Llopart, Marta Llopart, era ella bueno era su hija, Marta y yo hace muchos años... bueno con Marta tuve mi primera noche de amor...

Me hundí en el sillón pensando en ella, habían transcurrido casi cuarenta años. Y Marta aun estaba allí por algún rincón de mi cerebro. ¿Cómo estará ahora? ¿Intento localizarla por la dirección de su hija? O lo dejo correr permanecí el resto de la tarde evocando.



domingo, 31 de mayo de 2015

La tela de araña.

Una vega a la vera de un río el llano feraz ubérrimo una fronda frutal de tierra prieta. Las ollas de loza oscura orzas y lebrillos ollas de unto y grosura.
Redoble de tambor el trueno suena ilumina el horizonte la tormenta, caen goterones que dejan en el suelo manchas del tamaño de monedas.



Monedas de plata son, dice el anciano, cada gota hará crecer nuestra cosecha, monedas que espantan el hambre por un año tal vez un poco mas si a Dios plugiera.



El joven que le acompaña está perdido entre las zarzas, un tul de seda, la tela de una araña, ha retenido en trampa cuatro gotas de agua, a lo mas media docena.

Sabe su reverencia, decía el joven mirando la tela, la vida es como esa tela y el agua, caza unas gotas que poco a poco caen a tierra. La red de la araña no está hecha para cazar gotas de agua y sin embargo la hacen bella atractiva la vida es igual un laberinto de hilos en el cual nos enredamos. Somos la gota que hace de la trampa collar de cristales.



Quiero decir, aclaró ante la mirada perpleja del viejo, que brillamos en la vida porque hay otros, queremos tener porque otros tienen. Pero al final terminamos en el suelo hechos barro fango.

Tiene usted mas de ochenta años, y seguro que no recuerda dos seguidos que no le hayan traído su afán su pena.

Creo que te entiendo.

Escucha, fray Diego, cuando yo llegué aquí las cosas eran muy distintas, primero solo éramos una docena de hermanos frailes a los que el rey encomendó una tierra y junto a ella la grey de Cristo, colonos que venían a poblar la nueva tierra. Talamos bosques abrimos riegos y comenzamos a cultivar lo necesario para el sustento, nuestra fe pide pan y vino para alimento del cuerpo. Y de las almas pan vino y aceite para los oleos. Luego mas adelante llegaron los frutales las legumbres.

Era nuestra tierra de promisión. Pero la tierra prometida solo es en esencia trabajo. Cuando nuestra subsistencia estuvo garantizada, llegó el tiempo del estudio, cada vez mas hermanos se podían dedicar a la lectura a la escritura, al canto. A interpretar el derecho a traducir la filosofía pagana a nuestro credo.

Tu ves ahora la orden como esa tela de araña, una complicada red de relaciones con la corona, la nobleza, el resto de la iglesia.

Te sientes gota de agua presa destinada a brillar, y te parece trabajo estéril.

Pero no lo es, eres educado y culto erudito y versado. La orden piensa que tu sitio es la corte.

Allí velarás por nosotros en tanto que conduces las almas de los poderosos por el camino de Dios.

Perdone su paternidad si le parezco brusco descarnado a puro de ser sincero. La orden es una red, que nos sujeta y marca nuestra trayectoria hasta la muerte. Somos un fulgor que brilla en ella te comprendo hijo, cuando dejé los estudios y vine para dirigir este cenobio, yo también me revelaba. Yo amaba la corte, el gobierno sus pergaminos sus sellos. Pero el Señor me trajo aquí a cuidar de huertos y de siervos.

Hoy puedo devolver a palacio a un hijo amado, para que desempeñe mis sueños.

Perdón padre por ser soberbio, mi voto de obediencia es lo primero. Volvieron una vez mas la vista a la ubérrima vega al fondo en la entrada del bosque brillaba el granito del convento. Piedra que como la fe desafía el tiempo. Casi sin querer el abad dio un golpe con su báculo y barrió la tela de araña, las telas de araña, como las mujeres, son cosas que el diablo pone en la vida para distraernos.