El
rey Artus sucesor del rey Ubu ya ha alcanzado el mérito de ser
llamado, artus I l'emmerdeur.
Su
rara habilidad política reside en hacer varias cosas a un tiempo y
hacerlas todas mal.
La
realidad es que llegó a la corte de Sant Jaume y encontró las arcas
del tesoro vacías.
Ves
hijo, no se puede dejar la casa sola que vienen los okupas y se
llevan hasta las telas de araña.
El
panorama era sombrío tanto que su estado estaba en absoluta quiebra.
Por si fuera poco el caballero del pájaro dorado heredero de las
esencias patrias se veía bajo sospecha de haber cometido abusos en
el reparto de prebendas reales. Hay que reconocer que los mas avezados
sostenían contra este doncel acusaciones de simonía y nepotismo
como ya las había sufrido su padre el rey Ubu.
El problema de artus, tenía varios frentes. Si. Por una parte las investigaciones
sobre la honorabilidad del delfín. Por la otra, no menos complicada
era redactar unos presupuestos sin un céntimo de bayoco. Unos
presupuestos en los que tenía que contar con el apoyo de reino
próximo -con el cual estaba unido desde hacía mas de mil años-.
La
solución a corto era disolver la asamblea de la tabla redonda. Así
no había que presentar presupuestos y someterse a los insultos de
los señores. Por otra parte morían en el fin de la legislatura las
comisiones de investigación.
Dicho y hecho, se subió a la torre del homenaje, mando tocar clarines y convocó
elecciones. Estaba convencido de que tendría una nueva mayoría a costa de
sus socios.
¿Hizo
bien? No se sabe la historia lo dirá.
Lo
cierto es que el contaba con la idiosincrasia propia de su pueblo.
¿Cual era esta? Unos decían que la cobardía a la hora de enfrentase a
la realidad. Otros a la estupidez de un pueblo, que acataba siempre
la opinión del mangante de turno sin exponer la menor queja.
¿Es
o era cobarde el pueblo? Es algo difícil de precisar, los pueblos no
son cobardes o valientes eso es una característica de los
individuos. Hay que leer a un tal Cajal, médico en una de las
últimas guerras coloniales que ensalza el valor de las gentes de ese
pueblo; tanto ante el enemigo, como ante el paludismo o la disentería. Crueles enfermedades tropicales, que llevaron a la tumba a mas gentes
que el enemigo.
Tampoco
las últimas confrontaciones civiles permitían calificar al pueblo
de cobarde.
¿Entonces?
Entonces
hay que buscar otra explicación. El pueblo de Artus I l`emmerdeur
era por encima de todo mercader.
Los mercaderes, se mueven por parámetros en dos escalas. La primera la envida, pecado próximo a la codicia y la segunda la seriedad contractual. El pliego, el escrito de condiciones, las clausulas de un pacto eran dios y el que las rompía un ser deleznable.
Los mercaderes, se mueven por parámetros en dos escalas. La primera la envida, pecado próximo a la codicia y la segunda la seriedad contractual. El pliego, el escrito de condiciones, las clausulas de un pacto eran dios y el que las rompía un ser deleznable.
Pero
el pueblo mantenía equivocadamente, tal vez por soberbia, el error
de pensar que todos habían de ser como el.
Me
explico, que ellos pagaban autopistas, todos los reinos vecinos
deberían pagarlas. Que tributaban sobre cada cántaro de agua casi
tres veces su valor. Todos
los reinos de los alrededores deberían hacer lo mismo.
Es
decir; el error era pensar que todos tenían que pagar como ellos en
vez de buscar la solución mas sencilla dejar ellos de pagar unas
autopistas amortizas varias veces o una tasa sobre el agua que era
abusiva. ¡Hombre! Señores del pueblo, si a ustedes les dan por donde
cargan los carros no pretendan que todos los reinos vecinos hagan
igual. Porque, ese si es su derecho, investiguen donde va
la tasa del agua o a donde los dineros con que algunas empresas
financian fastos musicales y juzguen a sus prebostes por sus excesos. Nosotros queremos que los catalanes paguen menos, pero no a costa de pagar nosotros más. Porque si es así ¿Qué cambia?
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