domingo, 25 de septiembre de 2016

Ascensores final

Pues si el día había comenzado torcido. Y yo para no “enmendallo” dejé no se si a mi libido pequeñoburguesa, en acción y de repente, me oí preguntar a la pornoestar si ella era partidaria de utilizar el método Stanislavski en la pornografía.
Vi sus ojos abrirse como platos, y convencido de estar en el buen camino continué: Si, ese sistema, que ayuda a los actores a ser plenamente dueños de su arte. Si sus ojos hubiesen podido abrirse más hubieran parecido del tamaño de dos cráteres lunares. Pero sorprendentemente, la oí contestar con calma. Tu (siempre me tutea) lo que quieres, es que te cuente mis secretos, dijo mientras sus ojos pasaban de la sorpresa a la indignación para terminar con una mirada de picardía, casi condescendiente. Mirada, que terminó con una boca en forma de acento circunflejo, y que como el lector no ignora es la suma de un acento grave y otro agudo. Pero no, no contento con meterme en un berenjenal al que solo limitaba la brevedad del viaje en ascensor, me oí otra vez decir:
Bueno quiero decir postureo, eso que diferencia el discurso de Errejón de el de Pablo Iglesias. Ella debió pensar que yo me había desayunado con anfetas o algo así. Y en un tono mas que condescendiente, repuso: Si he seguido las técnicas del Actors Studio. Porque yo soy una actriz de vocación. Otra cosa es que la vida y los papeles que me tocó representar me llevasen a la industria erótica. En cuanto a la su pregunta sobre la diferencia del método Errejón Iglesias, le diré que en mi opinión Errejón teatraliza el acto de comunicación hasta hacerlo vano. Mientras que Iglesias lo viste de vanidad soez, a ver le aclaro, Iñigo parece partidario de darle a los sapos, los sapos del desayuno se entiende la textura presentación y aspecto que tendrían en un restaurante con Tres Estrellas Michelín. Mientras que Pablo prefiere un plato de sapos con deconstrucción social más acorde con las ideas de Ferrán Adriá.
Suerte que se llegamos a la planta baja, y solo me dio tiempo a añadir, bueno en ese caso las estrellas serían rojas, y mucho me temo que lo de Pablo Iglesias es en realidad incapacidad para defender un producto original. Que como en muchos restaurantes, de la era pos-industrial, la incapacidad de presentar un producto en su pureza prístina, se dedican a manipular arteramente la carroña con piensos finalizadores el pollo más hormonado que un practicante de bodybuilding.
Ella rió con ganas y acercó peligrosamente su boca a mi cara para susurrarme: Cuando alcancemos el poder, en las universidades, habrá una cátedra de método Stanislavski con especializaciones en porno-arte y comunicación política. Te prometo, que te invitaré a unos cursos para adultos, y aceleró el paso dejándome en la puerta del patio boquiabierto y estupefacto.
Supongo que no os hará falta que confiese que en el estanco no tenían los sellos del valor que yo quería, que tampoco encontré el tabaco para narguile, y que toda la mañana ha sido un rosario de desencuentros.
Y es que hay días que no deberíamos salir de casa, son esos días en los cuales la política es pornografía, y el sentido de la interpretación actoral se parece a la carta de un restaurante supernova. Galáctico quiero decir...

sábado, 24 de septiembre de 2016

Ascensores

Ayer el día comenzó a complicarse muy pronto.
Creo que desde que salí de casa, eran las ocho y pocos minutos... una vez en el rellano y de manera maquinal llamé al ascensor. Quiero decir; que pulsé repetidas veces el botón, esa especie de resorte secreto con una lucecita, que nos informa de su actividad.
Para mi es un resorte secreto, porque aun siendo evidente su ubicación; en la jamba izquierda del marco de la puerta, para mi repito, es secreto y misterioso su funcionamiento. ¡Porqué a ver! Cuando yo lo toco; como se entera el genio, el espíritu maligno que habita en las entrañas de la cosa, que yo deseo usarlo, que deseo bajar a la calle y no desplazarme hacia los pisos superiores. Es acaso porque hace una lectura de mi estado de ánimo, ¿sabe por la forma que empleo de presionarlo? ¿cual es mi voluntad, cual mi deseo?

Yo creo que los ascensores son seres malignos, emanados de alguna mente perversa, y que manejan fuerzas misteriosas. Por eso cuando yo pulso el botón; el duende que lo anima, sabe inmediatamente que deseo bajar al estanco que hay frente al portal de mi casa para comprar -algo tan raro hoy como- dos sellos de correo y un paquete de tabaco egipcio con mezcla de semillas de amapola.

En cierto modo los ascensores son como la democracia, tu pulsas el botón, pones tu voto en la urna, y el aparato se considera autorizado para ser intérprete fiel de tus deseos. Vamos, que tu votas pensando en el problema de las pensiones, y el ascensor lo interpreta como que estás de acuerdo en autorizar el matrimonio gay, prohibir los toros y a favor de prohibir la entrada de inmigrantes ilegales.
¡Mas mucho mas!
¡Que estás en contra de que gobierne Rajoy! Vamos que un ascensor es como Pedro Sánchez interprete de la voluntad popular a un a costa del cabreo de sus barones...

Pero ¿quiere decir esto, qué Pedro Sánchez se parece a un ascensor? Pues no; no, Pedro Sánchez, Pedro y la mayoría de los secretarios generales (por llamarlos de alguna manera) de los partidos políticos, no son como ascensores, tal vez lo mas parecido es que sean como montacargas. Porque es eso, los presidentes o secretarios de los partidos políticos, son unos montacargas comisionados para encumbrar hasta los áticos, a una clase social urbana, casi suburbana, que nace en los sótanos de la democracia y termina por instalarse en los áticos mas lujosos del país.

Estas cosas pasaban por mi cabeza mientras seguía hipnotizado las mínimas variaciones de pilotito luminoso de mi ascensor.
Ya debía yo, haber notado que el día se comenzaba a torcer cuando la espera se prolongó en demasía. Cuando el camarín del ascensor pasó por mi puerta sin detenerse. Pero a ver ¿no he pulsado yo primero? Pues entonces porque no me recoge a mi primero; ¿porqué? Como si en un estado de derecho, se une mi demanda, mi necesidad, a la del vecino para satisfacer primero la del vecino, que solo se parece a la mía en un deseo de salir a la calle pero no para comprar un sello de correos ni un paquete de tabaco egipcio para narguilé, es lo que yo digo los ascensores son como la democracia.

Al final, cabina ha tenido a bien parar en mi planta, pero como las cosas ya empezaban a torcerse, el camarín no estaba vacío.
Viajaba en él la vecina del ático, la pornoestar, bueno en román paladino la estrella del porno que vive en mi inmueble.
Mira si hay algo que me parezca absurdo; son las conversaciones de ascensor, y entre ellas destacan las de un ascensor de casa de vecinos. Allí reducidos a compartir un espacio muy limitado, la gente suele defender su entorno mediante un supuesto estado de trance, y en algunos casos un estado de trance en que se canturrean algunos tópicos sobre el tiempo y la lluvia la temperatura...
¿Porque a ver! ¿de que se habla con una actriz porno?
Mientras se salva la distancia que nos separa de la calle la imaginación corre y hacia ideas de las que se da en llamar políticamente incorrectas. ¡En mi caso once plantas! ¿once plantas en estado aparente de catatonia mientras piensas:
¿Le puedo preguntar, con que espadas ha compartido cartel? O no es políticamente correcto. ¿Debo encomiar sus últimos orgasmos fingidos? Una vez, me interesé por su trabajo, y ella me explicó que depende del realizador. Mucho de lo que se ve en una peli porno es montaje, montaje en el sentido cinematográfico de la palabra, es decir que se yuxtaponen una serie de planos y primeros planos, que no necesariamente fueron rodados juntos, ni el mismo día y hay veces que ni por los mismos actores. ¿¡Cómo!? Que el rabo de aquel guaperas musculoso que aparece en el Virtuoso de rabo Sedante es de un doble. Y no tiene nada que ver con el pene natural del “prota” ¡Qué horror! Resulta que en el porno, como en la política también nos la meten doblada.
¡Qué nada es lo que parece menos los impuestos!

domingo, 18 de septiembre de 2016

Edificios Públicos y su Nombre.





Veo con pesar, cómo la falta de gobierno, nos afecta en lo insólito. Cuando hay gobierno los próceres se crecen y el pueblo agradecido les dedica calles y avenidas, templos del saber como universidades. A este honor también tiene acceso el pueblo llano, y hay Universidades con nombre de Poeta.



Pero eso en el fondo solo es un agradecimiento póstumo que reconoce el mérito del hombre o la mujer (no jodamos a las feministas) a otros los honran con el grado Doctor Honoris Causa. Pero a mi me gustan mas las las dedicatorias de avenidas de carreteras y hasta de penatanos. Todo en loa de, de un homenajeado que ya suele ser difunto.

Cuando un régimen se perpetúa en el tiempo, tienen calle dedicada hasta los sargentos. Los sargentos son los que ganan las batallas, pero las avenidas se les dedican a los generales, que cosas pasan.



Lo que a mi me conmueve, esta relacionado con el mecanismo mental de quien propone o ejecuta el bautismo de un espacio o edificio público en nombre de algo alguien o los que elevan morcueros votivos en desagravio a la divinidad. ¿Os habéis planteado qué razón movió a Gaudí y sus modernos coetáneos modernistas a elevar su morcuero como Templo Expiatorio de la Sagrada Familia ¡Qué tendrían que expiar? Además del mal gusto modernista.



Pero hay un ejemplo, que traído por los pelos explica la pasión en dedicar misachicos y trisagios a los chicos del clan. Porque a fin de cuentas son los clanes los que promueven los dedicatorios a los pavordes (etimológicamente del catalán pa_borde por lo que elijo la ortografía del valenciano)



Pues si decía... pero mejor un ejemplo el aeropuerto de Madrid Barajas se llama ahora Aeropuerto Adolfo Suárez; se comprende porque Suárez fue el piloto de la transición que nos aterrizó en la democracia. Muy bien puesto, y no como el de Venecia que lo llaman Marco Polo sin que el tal Polo tuviese nada que ver con los aviones, aunque si con los viajes.



¿Y nos quedan sitios públicos? ¿Para darles ese carácter festivo y votivo y dedicatorio?

¡Claro! Y la vida se nos adelanta, que es un contento, por ejemplo d. Francisco Granados inauguró el Centro Penitenciario Madrid VII “Cárcel de Estremera” donde ha terminado por ser residente. Allí veo yo la ocasión perdida, ¡a qué espera! Instituciones Penitenciarias para llamarlo Centro Púnica, Trullo de fe púnica, o simplemente centro de Cumplimiento Francisco Grandados.

¡Venga, venga! No me digan que no les está saltando en la meninges un: Centre Correccional Jordi Pujol, o Galera (divorcio en coloquial) El Caloret Rita Barberá.



Autovía de Artur Mas, Loquería Pedro Sánchez, o Patio de Mariano Rajoy...

jueves, 15 de septiembre de 2016

Chinatown Barcelona



Hoy he dado un paseo por Chinatown. Me refiero a barrio chino barcelonés, pero no a aquel barrio sórdido de las Calles; de las Tapias; Robadors, Arrepentidas, Trentaclaus -bueno a esta última- hace tiempo que le cambiaron el nombre.

Barcelona es una ciudad cosmopolita e impersonal, sin identidad propia, los rasgos propios se cambian por el uso, y aunque Las Ramblas sigan siendo las ramblas, el uso y la gente son otras.

Como una esponja mojada en el Mediterráneo; Barcelona, se ha ido empapando de otras culturas, en realidad detritus en su mayor parte. -Uso detritus, en el sentido literal que le da el DRAE: Resultado de la descomposición de una masa sólida en partículas-.

Es decir la cultura barcelonesa, si es que existe, se compone de usos traídos de la Cataluña profunda, del Ampurdán o el Priorato, la astucia de los tortosinos, y la severidad de los montañeses del Pirineo. A fin de cuentas el fenómeno de la industrialización, que que da origen a la moral y cultura burguesa, que muchos confunden con catalanismo, la industrialización digo se produce cuando pequeños terratenientes dejan sus masías en manos del payés y se acercan al oligopolio industrial de Barcelona.
Sobre ello se añade una masa venida de otros puntos de España, No creo que exista una comunidad autónoma o una región que no esté bien representada.
La consecuencia de estos movimientos de migración interior, es la creación de una mezcolanza o revoltijo de cosas poco conexas entre si, el núcleo sobre el que se va depositando poco a poco como el nácar de una perla, aspectos extranjeros, por no decir extraños, a la identidad local que poco a poco se identifican como propios.
Recuerdo cuando las inmediaciones de la calle Ancha eran el sitio de “chiquiteo” de Barcelona, hoy la oferta de tapas y pinchos se ofrece como una muestra gastronómica propia a los turistas, por más que en Cataluña no hay ni esa cultura ni esa tradición.
Este proceso de síntesis, es admitido como realidad histórica cuando conviene. No faltará el historiador patriotero, que demuestre que el tapeo ya figuraba en los Usatges recopilados por Jaime I.
De mis primeros contactos con gentes del barcelonés, recuerdo a Nuria, una pequeña burguesa, pequeña de talla y según decían los que la vieron, un puro pleonasmo cuando se desnudaba. ¡Ah! Aquellos tiempos en que la neuginona y las chicas bien usaban del boy friend, amic fort en vernáculo, que pasó con el tiempo a ser un amigo con derecho a roce.

Bueno que me alejo del tema, -Nuria, presumía de haber recibido como regalo unas arracadas, palabra según ella, propia del catalán, y que todos los lingüistas consideran de raíz árabe. Lo que prueba, aparte de la necedad de la nena, la permeabilidad de la cultureta burguesa de Can Fanga. Cosa que también es puro pleonasmo.

Ahora me dejaría llevar por este derrotero y analizaría la banalidad y redundancia hortera del modernismo de la City, pero yo quería hablar de Chinos con mayúscula y a los chinos me vuelvo.

El que yo llamo Chinatown barcelonés, es un espacio que comienza en La Ronda de Sant Pere, Trafalgar, Ausias March y que hoy ya ha rebasado el Paseo de San Juan e inunda ya las aceras de la calle Sicilia. Allí encontramos, no solo la oficina del Banco Chino, también hay agentes de la propiedad inmobiliaria Chinos, auto escuelas rotuladas en chino mandarín, y he descubierto un restaurante cantonés, donde a primera hora de la mañana ya tenía en sus garfios la portentosa belleza de unos patos laqueados, (pato cantonés) obra de un no menos meritorio garcifer.
He terminado en un emporio de especias; cómo debe ser el Oriente Lejano para todo Occidental. He comprado 500 gramos de Pimienta de Sichuan de la que soy devoto, una bolsa de anís estrellado y otra de galanga en polvo o jengibre azul. Con ellas, pienso ayudarme, a pasar las penurias del régimen alimenticio que sigo. Con el que he perdido 11 Kg en dos meses y medio.
Por cierto el catalán que me vendía la Pimienta de Sichuan a 90 € el Kg tendrá que buscar otro cliente porque yo solo he pagado 9 € por el medio Kg.
¡Hay que ver o que encarece la vida un 3% …!