Pues
si el día había comenzado torcido. Y yo para no “enmendallo”
dejé no se si a mi libido pequeñoburguesa, en acción y de repente,
me oí preguntar a la pornoestar si ella era partidaria de utilizar
el método Stanislavski en la pornografía.
Vi
sus ojos abrirse como platos, y convencido de estar en el buen camino
continué: Si, ese sistema, que ayuda a los actores a ser plenamente
dueños de su arte. Si sus ojos hubiesen podido abrirse más hubieran
parecido del tamaño de dos cráteres lunares. Pero
sorprendentemente, la oí contestar con calma. Tu (siempre me tutea)
lo que quieres, es que te cuente mis secretos, dijo mientras sus ojos
pasaban de la sorpresa a la indignación para terminar con una mirada
de picardía, casi condescendiente. Mirada, que terminó con una boca
en forma de acento circunflejo, y que como el lector no ignora es la
suma de un acento grave y otro agudo. Pero no, no contento con
meterme en un berenjenal al que solo limitaba la brevedad del viaje
en ascensor, me oí otra vez decir:
Bueno
quiero decir postureo, eso que diferencia el discurso de Errejón de
el de Pablo Iglesias. Ella debió pensar que yo me había desayunado
con anfetas o algo así. Y en un tono mas que condescendiente,
repuso: Si he seguido las técnicas del Actors Studio. Porque yo soy
una actriz de vocación. Otra cosa es que la vida y los papeles que
me tocó representar me llevasen a la industria erótica. En cuanto a
la su pregunta sobre la diferencia del método Errejón Iglesias, le
diré que en mi opinión Errejón teatraliza el acto de comunicación
hasta hacerlo vano. Mientras que Iglesias lo viste de vanidad soez, a
ver le aclaro, Iñigo parece partidario de darle a los sapos, los
sapos del desayuno se entiende la textura presentación y aspecto que
tendrían en un restaurante con Tres Estrellas Michelín. Mientras
que Pablo prefiere un plato de sapos con deconstrucción social más
acorde con las ideas de Ferrán Adriá.
Suerte
que se llegamos a la planta baja, y solo me dio tiempo a añadir,
bueno en ese caso las estrellas serían rojas, y mucho me temo que
lo de Pablo Iglesias es en realidad incapacidad para defender un
producto original. Que como en muchos restaurantes, de la era
pos-industrial, la incapacidad de presentar un producto en su pureza
prístina, se dedican a manipular arteramente la carroña con piensos
finalizadores el pollo más hormonado que un practicante de
bodybuilding.
Ella
rió con ganas y acercó peligrosamente su boca a mi cara para
susurrarme: Cuando alcancemos el poder, en las universidades, habrá
una cátedra de método Stanislavski con especializaciones en
porno-arte y comunicación política. Te prometo, que te invitaré a
unos cursos para adultos, y aceleró el paso dejándome en la puerta
del patio boquiabierto y estupefacto.
Supongo
que no os hará falta que confiese que en el estanco no tenían los
sellos del valor que yo quería, que tampoco encontré el tabaco para
narguile, y que toda la mañana ha sido un rosario de desencuentros.
Y
es que hay días que no deberíamos salir de casa, son esos días en
los cuales la política es pornografía, y el sentido de la
interpretación actoral se parece a la carta de un restaurante
supernova. Galáctico quiero decir...
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