lunes, 26 de mayo de 2014

Reflexión tras las urnas.




Y si... claro que... pero entonces sería...

Pues si es una estupidez. Un cuento vacuo, me refiero al eslogan del PP "Lo que está en juego es el futuro".
¡No señores no! Lo que está en juego es el presente, un presente en que el español tiene a diario muchas ocasiones de avergonzarse de avergonzarse de sus representantes.
El futuro es un sueño que se cimienta en el hoy. Y el hoy es eso; prosaico, negro, tumefacto, podrido.

Porque lo que los españoles hemos votado (aun desde la abstención) y creo que seguiremos votando es que no queremos este hoy.
Si Zp fue la peor representación que pudo poner el PSOE en Moncloa, el equipo Rajoy está a punto de alcanzar galardón homólogo.
Las elecciones les dicen eso. Hay abstención y entre los que votamos se adivina un sentimiento ni Tirios ni Troyanos que son solo sobre el papel pero terminan produciendo una política onerosa que esquilma al pueblo. Señores el futuro es mañana y si mañana no hay una indicación de cambio, la indignación seguirá su curso

sábado, 3 de mayo de 2014

Hoy Sopagrif.


La sopagrif es un plato típico de la tierra de la incuria. Los indolentes que así llaman a los habitantes de incuria, la hacen poniendo una generosa ración de agua del grifo, de ahí su nombre, en una olla al fuego. Una vez arranca a hervir, se deposita con mucho cuidado un cubito de caldo o se deslíe el contenido de un sobre industrial de promesas. Bueno que os voy a contar hay sopas de bogavante que no llevan otra cosa que bacalao o abadejo seco también llamado surimi o kamaboko.  También existe la versión hecha con restos de pollo u otra ave de peor calaña. 
Mezclados con alguna verdura desecada, restos de gambas, almidón harinas, almidones, clara de huevo, colorantes y saborizantes. ¡Qué no logrará la industria! este pienso bajo en grasas y casi con el 0% de colesterol, aun puede ser vendido por sus virtudes dietéticas.
¿Pero y si?  Aprovechando los restos de nuestra cocina nos hacemos un cubito sopicaldo casero. La técnica es sencilla, primero reducimos en el horno los restos espinas y cabezas de pescado aunque sean sardinas. También los podemos hacer con los huesos y pieles de un pollo o con algún hueso de ternera comprado para ello. Una vez lo sacamos del horno en el que ha podido permanecer hasta varias horas, a una temperatura no superior a los 120º escaldaremos ese resto que el calor a homogeneizado y dejaremos que reduzca a fuego lento hasta que tome el aspecto de una gelatina. Mas o menos como las grasas que restan de un asado que también se pueden incorporar.
Una vez obtenida esta gel se puede mezclar con un poco de nata para cocinar (ah la nouvelle cuisine) o un poco de leche o huevo. Una vez batido a temperatura ambiente solo tenemos que llenar con la mezcla una cubitera o molde para cubitos y congelarlo.
Cuando deseemos acabar una pasta o dar un toque personal a un guiso bastará con añadir tantos cubitos como raciones queramos preparar. Como en la preparación podemos añadir nuestro toque personal de sazón y hierbas ajo cebollino orégano... dispondremos de una ilimitada variedad de soluciones mucho más eficaz que los cubitos comerciales.
Yo suelo hacerlos añadiendo setas en polvo son fáciles de encontrar en los comercios de alimentación, y con ellos obtengo una salsa densa capaz de realzar algo tan anodino como las pechugas de pavo a la plancha. Buen provecho.