domingo, 20 de noviembre de 2016

Trotando por París 5ª

Leo en Pla; que, los porches de Turin -Torino- tienen un tono distinguido y considerable. Estos porches con sus hermanos de la Rue de Rivoli, en París...


No hace mucho tiempo yo transitaba bajo esas arcadas. Había dejado atrás una sesión maratoniana de Museo del Louvre. Era la hora de descansar, de comer, comer en París y con la cabeza chorreando arte, arte e historia, ¿Porqué será? Que el arte se vincula tanto con la historia. Es como si no supiéramos o no pudiéramos desvincular una pintura, una estatua, o una partitura musical, de el tiempo en que se elaboró.



Tenemos un arte mobiliar, formado por todos esos objetos móviles, cuadros, esculturas, joyas, tapices, que suelen acompañar al poderoso. La mayoría de las pinturas del Louvre son mobiliario de los palacios reales. Un día abandonan el palacio, o mejor dicho los inquilinos del palacio, son desahuciados por la historia y queda esa concha de caracol vacía. Un espacio plagado de pinturas lozas porcelanas y joyas, que encontramos muy natural sea visitados por el pueblo.



Luego hay grandes espacios, el arte inmobiliario, el arte arquitectónico que nació para permanecer en un sitio según deseaban sus fundadores. Pero esto no es del todo cierto, las fortunas horteras de USA compran arte europeo y se lo llevan. Los europeos robamos arte antiguo; asirio egipcio griego romano para nuestros museos. No solo eso también nos hicimos regalar templos y obeliscos. Los americanos nos imitan.

Decía comer en París junto al Louvre, buen problema, aunque los gabachos ocultan con delicadeza su afición a cocinas no francesas, o su concesión a la ingente cantidad de turistas y residentes extranjeros. No es tan fácil ocultar que el trasiego humano termina por configurar un consumo adocenado. ¿Es pensable encontrar en los lindes del museo, un local reconocido por su respeto a la cocina francesa hasta en las mignardises, o el mirepoix?
Ocupando una esquina en uno de los porches, hay una pizzeria, pizza alta cocina internacional. Eso es arte y no un chateaubriand y pommes soufflées.

El día desapacible invita a entrar, quedarse en la terraza es una heroicidad propia de la resistencia.

Un camarero contesta en correcto español a mi demanda de mesa para dos. Me indica un sitio y cuando nos dirigimos a ocuparlo, otro garçon me indica otra mesa en otro lugar con el mismo tono que podía usar un maréchal de logis del mismísimo corso.

Veo con estupor que las mesas son del tamaño de una casita de gnomo. Y añadiendo a eso el tono soberbio del écuyère de table ganamos la puerta de la rue con un sonoro adieu.



Al final suplimos la pizza, por una quiche lorraine también en versión -vaudeville- cosumida en un garito al aire libre en el Jardín de las Tullerías.

En las Tullerías hay dos dos animales que me llaman la atención. Los primeros son los gorriones que llegan a tu misma mesa, bueno es una conducta que ya había observado, se posan en el respaldo de la silla mas cercana, y esperan la ocasión para abalanzarse sobre las migas. El que nos tocó en París debía ser un experto, porque entendió perfectamente la indicación mía de acercar hasta su emplazamiento una gruesa miga de la quiche. Lo que me sorprendió fue lo sucedido a continuación, tomó la miga en su pico y voló al suelo, para comerla. Pero aun estaba aterrizando cuando otro gorrión se posó literalmente sobre el y le arrebató el botín.

Me distraje momentáneamente, con un viejo cuervo, grande como un pollo de granja, que parecía observar la escena con atención. No puede menos que evocar a los personajes que habitaron el palacio, hoy derruido, y de el que solo quedan los jardines.

Puede que el hecho que jardín y palacio fuesen mandados hacer por Catalina de Medici, que también sirvieran para el solaz de María de Medici, y que el Cardenal Richelieu habitara en las inmediaciones; de hecho es el creador del palacio del Louvre, parecía dar sentido al tema. ¿Y si cuervo y gorriones? Eran una reencarnación de Richi que como maldición estaba condenado a promover la guerra entre hermanos enemigos... porque en la Rochelle... pero no; he visto al cuervo señor de París pasear por Las Tullerías, Les Champs-Élysées y Champ de Mars Tour Eiffel. Donde no recuerdo haberlos visto es en jesuítico Sacre Coeur, de Montmartre, pero bueno los jesuitas dejaron a Richelieu a la altura de un cura de pueblo.

Decía que Richi era un hombre rico, por lo visto esto que el ejercicio del poder engorde la bolsa no es de hoy. A fin de cuentas provenía de una familia con lustre pero sin dinero y además era el cuarto hermano de cinco, su padre muere cuando tenía cinco años. Y debió ser solo por su industria que murió como el mas rico de La Francia de su tiempo.

Dejó en herencia una parte de su fortuna y un palacio para el mantenimiento de sus gatos. Aunque es cierto, que la Guardia Suiza ejecutó la sentencia de manera inversa. Cómo se pusieron los soldados de comer lapin a le moutarde, aquellos días.

Fue enterrado en la Sorbona. Y su imagen era tan odiada, que ciento cuarenta y siete años después, su tumba fue violada, y su cadáver decapitado con motivo de los fastos revolucionarios.

Continuamos el paseo hasta el fin de las Tullerías, se presenta un dilema y es la necesidad fisiológica que llamamos aguas menores. ¿Qué hacer? ¿Está permitido mear (o más) en un rincón del jardín como dicen lo hacía la nobleza en Versalles?

¡Pues no! La sabiduría urbana y urbanizadora de los parisinos ha dispuesto un mingitorio al final del jardín en el lado próximo al sena. Hay cola, pero es bastante rápido el acceder, vemos que hay que pagar, 0,70 € ¡vaya! Ahora el espectáculo merece la pena, al acceder a la cabina uno observa a dos ciudadanos de color, pero eso si con nacionalidad francesa, hijos del imperio colonial, que entran limpian y revisan el retrete, después de cada uso. ¡Esto solo sucede en París!

La tarde transcurrirá tranquila, primero la vista a la Plaza de la Concordia, lugar de la ejecución de Luis XVI, el monolito de Luxor, y un larguísimo paseo a lo largo de Champs-Élysées hasta Arc de Triomphe, unos 4 Km si Google no mide mal.

Luego un poquito de Bus hasta Champ de Mars a los pies de la Tour Eiffel nada de subir hay cola, y nos queda un paseo hasta La Ópera, Galeries Lafayette (Haussman) para terminar cenando una pizza ¡ahora si! A las 7,30 hora de regresar en un paseo lento a nuestro hotel, llevamos -salvo el momento de la comida- casi 12 horas de pie.

Es hora de descansar y mañanaaaaa...











martes, 8 de noviembre de 2016

El Louvre


El Louvre es el antiguo castillo transformado en palacio real. Fue Carlos V llamado el sabio el que inició su uso como palacio. Catalina de Médicis mujer de Enrique II, lo reformó y Luis XIV se ausentó a Versalles.

Nos levantamos con la alegría del turista, y un cielo plomizo y centro europeo no nos amilana. Es un día de eso que rebosan tristeza, casi hasta lo depresivo. Pero París es París y una sonrisa nos acompaña hasta... Hasta el desayuno, café crem ya no se pide el café au lait de mis estudios juveniles como tampoco el comment allez-vous, reducido a un ça va bien al que se esponde con un ça va. Cosas de costumbres y modos.
El desayuno tradicional en una cafetería cercana café crem y croissant etimológicamente deriva de un “creciente” supongo que en referencia a la luna. En Barcelona durante un tiempo se pedía un cangrejo -un cranc- pero ahora ya hace tiempo que no lo oigo pedir así.
Los bares y restaurantes franceses hacen pensar que esperan clientes liliputienses, los veladores son pequeños, las sillas a juego pequeñas y bajas. Debe ser que estaban hechas a la medida de Napoleón; 1,68 m. que era un pequeño general, sobre todo si se le compara con Charles de Gaulle y su 1,96 en fin cosas de la talla que tienen poco que ver con el resto. Por ejemplo Winston Churchill medía 1,67 m. lo que le convertía en el bastón de Charles de Gaulle. Vamos que si no se apoya en Churchill no hubiese ganado la guerra.

Y a parte de servir de medida de las mesas de los cafés de París ¿para que sirve la altura de un primer ministro? Por ejemplo a Nicolas Sarkozy lo hacía alto Carla Bruni en realidad Carla Gilberta Bruni-Tedeschi señora que está para mojar pan... bueno para mojar croissant, y nos quedamos en Francia.
Y volviendo a las incomodidades francesas la segunda incomodidad es lo que aquí llamamos la dolorosa o el clavo. Que ellos piden como L'addition. Pues bien el clavo, de acero al tungsteno, debía ser fueron 10 € 3,5 el café y 1,5 el croissant. Eso de pie en la barra, sentaditos en unas sillitas de casa de muñecas (el juguete nada que ver con Ibsen) el precio era un 60% más es decir 16 €. Como tuvimos el gusto de comprobar al día siguiente. Claro que un terraza junto al Louvre y frente Comédie-Française tenía que llevar arte y teatro además de café.

El museo tiene forma de vaso. El edificio propiamente dicho es un cuadrado con patio central. Un invento romano de hacer casas que ya es clásico. A izquierda y derecha se han añadido, en fecha que ignoro, dos prolongaciones más cuatro palacios dos y dos que configuran hoy el conjunto del Louvre.
La última reforma permite acceder al museo por el subsuelo. La entrada se efectúa por la pirámide mayor. Hay un primer control de entradas y un segundo control de seguridad, anti pirate lo llaman. Lo de siempre rayos y detector de metales. Especialmente quisquillosos con las mochilas. Un Poco más allá hay un guardarropa. Paraguas y bultos al gusto, dejamos el bolso y la cámara de fotos, es mejor dedicarse a contemplar que a fotografiar. Por otra parte es raro el cuadro que no has visto ya en libros o por Internet.

Luego está la garita donde alquilan las guía de audio. Todas son consolas Nintendo. Tienen una ventaja sobre otros modelos, en la pantalla se puede localizar un plano de las distintas salas. Y la maquinita te explica como llegar. Así se puede hacer una visita a medida. Veremos lo normal, algo de antigüedades, Egipto, Grecia, Roma. El escriba sentado, La Victoria de Samotracia, cerámica y cristal. Renacimiento pintura italiana, La Mona Lisa. Algo de la revolución, periodo Napoleónico, Segundo Imperio. Joyas del tesoro real. Me llama la atención El Regente un gran diamante de 140,5 kilates 28,1 gramos que pasó por la corona de Luis XV la empuñadura de “El Corso” y en las galas y ornamentos de Eugenia de Montijo esposa de Napoleón III. Otra reina española. Creo que al final tendré que hacer una lista. Porque entre castellanas catalanas y navarras en la corona francesa hay donde elegir.

La Nintendo, explica los cuadros. Primero el título, mas tarde comienza en francés un texto leído por alguno de los responsables del centro. Con el fin de las primeras palabras que se amortecen surge la explicación en un correcto español.
Curioso el comentario, de la Coronación de Napoleón que explica las correcciones que el autor Jacques-Louis David, hizo sobre el original al parecer a petición general. Se explica que el personaje que aparece justo detrás como espectador, es Julio Cesar. No se si como dicen los franceses como dando la aprobación al gesto. O como a mi me parece en un acto de pequeña soberbia de Napoleón a fin de cuentas Cesar no llegó a emperador fue cónsul y dictator perpetuus pero lo de emperador lo tuvo que dejar a su sucesor e hijo adoptivo Augusto. Pasa después el comentario, a contarnos que su madre que aparece en el lienzo no estuvo en la ceremonia. Al parecer a la señora, no le parecía bien la coronación de Josefina que según explican no había sido capaz de darle sucesor varón.
En fin cosas de suegras y nueras. Por otra parte, el clero que me educó se empeñaba en declarar la soberbia del militarucho este, en razón al trato dispensado al Papa. Parece que Bonaparte estuvo siempre a la derecha del Papa, le dio plantón y lo ninguneó. Según el chovinista que da la explicación era una cuestión pactada. Se trataba de mantener al Papa lejos de la responsabilidad de coronarlo. Para gustos colores.
Tendría ahora que hablar de Chovin, Nicolas Chauvin que da nombre a esa estupidez llamada chauvinismo. Pero que queréis, para mi Napoleón fue un mangante autócrata y el tal Nicolás un majadero de los que aún quedan ejemplares.
Otro cuadro que he visto con nueva luz ha sido La libertad guiando al Pueblo que no se quién me vendió como la República guiando al Pueblo. Y no es cierto porque no conmemora en el periodo republicano, sino las revueltas de 1830 contra Carlos X que consintió en una revolución seguida por ciudadanos enojados de todas las clases sociales.
De lo que se demuestra que la capacidad de cabrear a todo el pueblo junto no es algo nuevo ni particular de Mariano.
Mañana más.

domingo, 6 de noviembre de 2016

París cenando.

La Reserve de Quasimodo.

Quasimodo cuantas veces habrás oído ese nombre o tal vez escrito Cuasimodo.
¿Pero hubo alguna vez un San Cuasimodo? No el Domingo de cuasi modo es una celebración de la iglesia católica llamado así por las primeras palabras del introito de su misa. Es el primero después del domingo de resurrección, alude tal vez al renacimiento del alma en cristo, como niños recién nacidos. Está fundamentado en la segunda y supuesta epístola de San Pedro que figura en las Biblias Católicas. Y en 2,2 dice: Como niños recién nacidos apeteced la leche espiritual. No es solo la iglesia católica la que habla de renacimientos en el espíritu. Pero ahora y contando que en el tren solo había bocadillos lo que mi cuerpo pide es descanso y alimento.
Pasamos por delante de las campanas de Notre Dame tomamos por la izquierda del templo donde hay e un jardín trasero a mano derecha y a la izquierda edificaciones vetustas. Recuerdo haber pasado la Rue massillon chanoinesse (canonesas) de los ursinos y de la colombe. Y justo el cruce de estas aparece un establecimiento de vinos seductor con sus textos. Pero hagamos un poco de historia. La calle de la Paloma es llamada así, por una historia de amor entre palomas; y tiene o contiene, algo de calzada romana y donde en 1898 se encontraron vestigios de la muralla de París que debía ser obra de las legiones de Roma.
La leyenda dice que sobre un viejo edificio de la zona, en tiempo y fecha ignorado anidaban un par de palomas, el edificio se vino abajo dejando presa y sin embargo viva a la hembra, el macho que se dio cuenta de ello estuvo llevando agua y alimento a su pareja durante tiempo, hasta que al fin los vecinos apercibidos la liberaron. Es bonito aunque la leyenda no tiene porque ser cierta.
El establecimiento se llama La reserva de Cuasimodo (La Resrve de Quiasimodo). Entré por la puerta que da acceso a la tienda de vinos. Los vi bien expuestos y ordenados. Pensé para mis adentros que quien mantiene una pequeña tienda así también tendría una cocina digna y respetuosa.
Y ya estamos sentados en una mesa junto a la puerta interior. El local es pequeño, solo dos espacios uno, en el cual nos hallamos, especie de marquesina con el obrador al fondo. Es una especie de barra detrás de la cual hay tres microondas la salamandra y creo recordar que un horno. Nada que objetar, yo en casa guiso una vez por semana, como mucho dos, y también uso todas las tecnologías alimentarias. Hasta me permito hacer cubitos de caldo -eso si- un caldo consumatum que decía el recetario de convento que robaron no se donde las tropas de Napoleón. Porque el consomé francés el famoso consomé no es otra cosa que un consumatum frailuno y español que como todos los potajes serios debe tener su origen en la olla, que los judíos dejaban junto al fuego el viernes tarde para comer de ella el sabat.
Al restaurante muy correcto, la carta sin estridencias, sopa de cebolla, terrinas, foïe-gras, coq au vin, quesos...
Nos decidimos por unos quesos y un foïe para empezar. El hígado de pato graso es una joya de la literatura gastronómica. Hay dos formas base de comerlo, tal como se le saca a la criatura. Pasado ligeramente por la plancha con una reducción de oporto y uvas. O la mas tradicional el llamado mid cuit. Preparación que la mayoría de los palurdos consideran algo soberbio. En realidad el mid cuit y mucho de lo que se envasa en latitas de foïe trufado es un producto de segunda calidad.
Creo que después de regentar un establecimiento especializado en esa y otras délicatesses se de que estoy hablando. El foïe es el producto de la tortura de un ave, generalmente pato o ganso (la oca es una subespecie del ganso). De las múltiples especies de patos suele usarse el pato mudo o pato Barbería, o pato almizclado. Que en su origen procede de América tropical, extendiendo su hábitat de Mexico a Argentina. De individuos de esa especie pato criollo (Cairina moschata domestica) Las técnicas de cría obtienen mediante un cruce con el pato de Pekin un híbrido y por tanto estéril denominado pato mula. Que es el que los criadores compran para engordar. Para sobrealimentar mediante la introducción a baqueta de granos de maíz eso se llama dulcemente embuche.
A los quince o veinte días de este tratamiento el animalico alcanza un peso de unos cinco kilos de los cuales entre el 10 y el 18 por ciento corresponden al hígado. Lo que quiere decir que hasta 900 gramos puede ser el peso de un hígado graso, una víscera hipertrofiada a consecuencia de la dieta.
Ahora bien como el hígado es algo muy personal, no todos los individuos generan la misma malformación, así se producen hígados de diferentes calidades. Generalmente a la víscera solo se le arranca la vena o arteria principal. Cuando se ha hecho varias veces se obtiene una cierta destreza y en el mismo momento es suficiente amasar entre los dedos una bolita de su masa para percibir por su untuosidad y los restos fibrosos que puedan quedar en los dedos la categoría del producto. Lo cierto es que el experto ya sabe con esa operación si el hígado aguantará un breve paso por una sartén caliente. Los 1ª aquelos a los que se le supone esa facultad terminarán en una gran cocina para ser elaborados sobre pedido. Los otros no tan consistentes, pueden sufrir un confitado, una cocción a baja temperatura y terminar en un plato loncheados mostrando aún su forma. El último grupo, aquellos que tienen una tendencia excesiva a fundirse suelen terminar llenando latas de foïe con trufas, o en terrinas que formadas por un collage de trozos de hígado unidos por una pasta mezcla de grasa y restos de las vísceras de otros familiares del animalico. Esto último es lo que figura corrientemente en las cartas de los restaurantes.
A los quesos de Francia espero dedicarles una sección independiente.
La sopa de cebolla (soupe oignon) es otra de las delicias de la gastronomía francesa. No se necesita ninguna habilidad especial para hacerla. Solo es necesario ir pochando en una olla, mejor de barro, cebollas cortadas en juliana fina entre capas de pan seco. Cuando el pan está empapado de los jugos de la cebolla y esta comienza a adquirir ese tono transparente. Se la escalda con un caldo de carne ligero, hay quien admite hasta una cucharada de tomate, se lleva a ebullición, se le espolvorea de un buen queso y se introduce en un grill salamandra u horno para gratinar.
La simplicidad siempre ha sido la madre de los grandes platos.
Como un día es un día y París París una botella de Champagne nos acompañará con el leve cosquilleo de su burbujeo. La botela costó la mitad de la cuenta. La otra mitad los quesos el foïe-gras, las sopas de cebolla y el postre y el café no llegaron por céntimos a los 50 €. El trato muy correcto. Para ser un menú en el centro de París junto a Notre Dame no me parece caro. Seguro que un McDonals nos hubiese costado la mitad, y claro no hay color, ni comparación.
Es establecimiento avisa de la larga historia del sitio, dejo una imagen de la puerta, La conclusión de la cena se marca el fin de nuestra primera tarde en París. Volvemos al hotel caminando, son algo más de dos kilómetros. Pero pasear también es vivir París. 

Quai de las Fleurs, pont de Arcole, quai des Gersvres, -Un faro lejano nos guía- Châtelet, pont Neuf, Quai Francois Miterrand, Rue de Rivoli, La Comédie Française (Plaza de Colette) Avenue de l'Opera... Durante el paseo un faro lejano parece indicarnos el camino.

Vamos a descansar mañana toca Louvre y... pero eso será mañana.

sábado, 5 de noviembre de 2016

Más París Notre Dame..


Habíamos partido de la pirámide del Louvre. Nuestro paseo nos llevó al la Plaza del Carrousel, paseo por el muelle de las Tullerías, cruzar el Sena por el Pont Royal hacia el muelle de Voltaire (Quai de Voltaire). En la casa que hace esquina, una lápida de mármol nos dice que allí murió François-Marie Arouet, el escritor, pensador, y filósofo que se escondía bajo Voltaire. De él se suele ignorar que era un gran financiero y que murió rico, muy rico.
¿Quien dijo que el filósofo tenía que ser pobre?
Un filósofo puede ser miserable ideológicamente hablando, pero si piensa bien y conoce las necesidades humanas pude hacerse rico. Ya hay un ejemplo anterior.

A Tales de Mileto, se le reprochaba su pobreza y lo inútil del amor a la sabiduría. Pero cuentan; que previendo, habría una buena cosecha de aceitunas apalabró por poco dinero el arriendo de todos los molinos de aceite de Mileto y Quíos. Cuando llegó la cosecha se encontró en una situación de monopolio, y alquiló las almazaras al precio que quiso. Demostrando, que tenía inteligencia y capacidad para hacerse rico, aunque no era esa su meta.
Voltaire además de poner los pelos de punta a los curas porque decían que era ateo y antirreligioso, especulaba mejor que ciertas ordenes en las cuales la pobreza del fraile repercute en la opulencia de la orden...

Continuamos nuestro paseo, por el muelle Voltaire, bajamos a los embarcaderos Quai Malaquais, en origen -mal acquis- mal adquirido en referencia a una operaciones financieras de...
No, no de Voltaire sino de Reine Margot que era... era una Medici ¡Señor Señor! Siempre el capital y las coronas... Pero de Margarita de Valois hablaremos luego otro día cuando pasemos el punte nuevo y el monumento a Enrique IV.
Continuamos el paseo por le Quai de Conti y Grands Agustins dejamos a la izquierda el Pont Saint Michel y delante de nosotros Notre Dame.

Así en principio, la catedral de catedrales me deja frío. No tiene el empaque de la de Burgos, ni el primor de la catedral de León, si me fuerzas, hasta la catedral vieja de Salamanca con su transición del románico al gótico tiene más “charme”.
Aunque hay algo que la diferencia fundamentalmente de otras, las colas de turistas y la defensa que de ella hizo Victor Hugo.
Al parecer fictor-higó así lo pronunciaba mi profesor de literatura en el bachillerato, que era tan pedante como extravagante. Era un cura que se desplazaba en Vespa. Era impresionante verlo con los faldones de la sotana batidos por el viento, la teja (el sombrero de cura) colgado a la espalda ir a repartir... su ministerio.
Marchaba sin casco y dicen que un día se dio tal leche que le quedaron algunas neuronas cortocircuitadas. Por eso lo de fictor-higó supongo.

Al parecer la historia de Cuasimodo, Esmeralda y Claude Frollo, un archidiácono mas apasionado por la alquimia y el sexo, que por el oficio divino. Fue entre otras cosas una defensa de Victor Hugo sobre la monumentalidad medieval.

No se si es a partir de esa novela en la que Notre Dame comienza a adquirir para algunos el valor de libro medieval, en piedra, de crisopeya alquimia o de espagiría. No hace mucho aún circulaba un libro El Misterio de Las Catedrales que se suponía la llave de entrada al procedimiento alquímico.

Me gustan las catedrales, se que contienen en sus piedras claves de construcción que solo el iniciado es capaz de identificar. También suelen funcionar como calendarios solares, no es un secreto que la catedral suele poseer una ventana orientada al medio día por la que un rayo de luz del coincide con una marca en el suelo el día del equinoccio de primavera. Era la forma que tenían los prelados de la edad media, de establecer la fecha de la pascua.
Desde Dionisio el Exiguo se consideró correcto que la Pascua cristiana se celebraría el primer domingo después del plenilunio de primavera es decir después del equinoccio. Nada que ver con escondites secretos y demás majadería que Dan Brwon y demás zampabollos del arcano nos quieren vender.

La majadería de Brwon supone que hay un continuo en el templo cosa que no es cierta, la primitiva iglesia gótica fue reformada en tiempos de Luis XIV sustituyendo vidrieras y decoración por elementos barrocos. Fue destinada almacén de grano durante La revolución y vuelta al culto, usada por Napoleón para auto-coronarse emperador.

Por otra parte lo que hoy se ve, es mas el resultado de la remodelación hecha por Eugène-Emmanuel Viollet-le-Duc allá por 1844 que el edificio gótico original.

Viollet-le-Duc está mas cerca del mal gusto de Gaudí, que de la simplicidad del primer gótico.
Tema aparte es la espagiría, hablaré de ella cuando trate de Sainte-Chapelle (Santa Capilla) obra de tiempos de un Luis santo rey de Francia que tenía también sus ribetes de español. Pero esa es otra historia...

Lo cierto es que arrastramos en los pies unos 4 km desde el hotel y dada la hora las 8:30 dejamos las colas de visitantes Notre Dame y luego de contemplar la fachada por un rato nos sumergimos en una serie de callejas medievales con la idea de buscar un sitio para la cena.
Yo busco un sitio normal, donde poder tomar los platos comunes de la cocina de Paris sin tener que soportar una carta al neumático Michelín un precio de turista o una majadería semblante. Se que hay firmas dedicadas a la producción masiva de Bou Burguinyon terrinas (patês) o Foïe acompañadas de la indispensable Quiche Lorraine (léase kislorenn) que se sirven al Turista de la misma forma que nosotros lo hacemos con la paella liofilizada.
Parece que el trabajo será duro pero... ya he dicho que París bendice cualquier cosa por extravagante que parezca. Y tiene valor de ley. El parisino tiene ese don, el ser capaz de no extrañar ninguna conducta ni ninguna gastronomía.
Eso me evoca la de aquel vendedor de sombreros parisino, al que le tocó atender a un abrumado mercader catalán, de negocios en París, al que le acaban de comunicar le fallecimiento de su esposa en Granollers.
Comprende que lo correcto es ponerse de luto con inmediatez y decide empezar por el sombrero. En la tienda y sea por su mal dominio de la lengua, sea por la emoción termina pidiendo un capote noir (pronunciado kapot nuar) en vez de un chapeau noir. El dependiente al oír que literalmente se le pide un condón negro, no puede dejar de preguntar el porqué. A lo que el otro contesta mi mujer ha muerto, y el parisino ya repuesto de su sorpresa con toda naturalidad y aplomo contesta ¡Oh que délicatesse! Porque el parisino es capaz de soportar una invasión alemana con una delicada sonrisa aunque la procesión vaya por caminos de la resistencia.
Cielos podremos, cenar o me tendré que tomar el equivalente a una fabada de lata como la más alta expresión de la gastronomía.
Os dejo en la duda...

viernes, 4 de noviembre de 2016

París en bajo continuo.




Llegamos a -La Gare de Lyón-, en el minuto previsto.
La Gare, la estación, tiene algo de 
aeropuerto, nadie te quita un paseo con troller; esa maleta con ruedas, que ha terminado por jubilar a los carritos maleteros. De la misma manera que ellos a su vez, retiraron a los mozos de cuerda.
En mi pueblo los llamaban farderos (de fardo) y cuando se viajaba con el baúl de la Piquer y es que aunque la que lleva la fama es doña Concha, había en tiempos muchos viajeros que cargaban en cada viaje con su casa.
Doña concha usaba llevar su ropa, la del espectáculo y el ajuar porque tenía costumbre de alquilar un piso allí donde actuaba... y ya puestos cargaba también el aceite de oliva según confesaba su hija.

Pero bueno hoy se viaja de otra manera, y si de mi dependiera llevaría solo una tarjeta de crédito. Pero me separo del metro que era mi primer destino, fácil de encontrar, sencilla la orientación, el tren nos deja en la estación de Pirámides en 12 minutos.
Pirámides está entre el Olympia y El Museo del Louvre.
El primer chasco, en el Hotel nos dicen que no tenemos reserva. Nos quedamos fríos, y el payo de la garita -pied-noir- en apariencia, se queda esperando la llegada de las musas. Por fin una llamada telefónica a nuestra agencia de viajes y el tema se solucionó.

Bueno se solucionó en parte, la atención ha sido pésima, teníamos pagada estancia y desayuno. Pero en ningún momento ni ningún cartel avisaba de los horarios y donde se servía. Lamentable yo casi estoy por pedir que le cambien el nombre al Hotel. Podría llamarse Harpagon y todos contentos.
Tenía esa tarde por meta, visitar El Museo Rodin en el antiguo Hôtel Biron, pero con la historia de la reserva se hizo tarde. Decidimos pasear, es viernes y hoy el Louvre cierra más tarde, también otros museos estatales alargan la jornada.

El Louvre está a escasos setecientos metros de nuestro albergue, salimos a la Avenida de La Opera y desembocamos en la plaza de Colette. Esta señora era como la Corin Tellado francesa... pero en bueno claro, en Francés. Tanto, que llegó a presidir la academia Goncourt, esa academia de escribanos a la que perteneció también nuestro ex-ministro Jorge Semprún, que era nieto de Antonio Maura hay que jdse que el mundo es un pañuelo.

Y si se preguntan, la razón de esta digresión que me lleva de Colette Semprún y de Semprún a su abuelo Maura es por una razón muy sencilla España y los españoles aparecen en París con un frecuencia mucho mayor de lo esperado. Ya verán.

Entramos en el patio del Louvre, que en su origen era un palacio real. Los reyes de Francia habitaron primero en la Isla del mismo nombre, para después ir alejándose de la la ciudad y del pueblo. Primero en el complejo Tullerías Louvre y más tarde en Versalles.
Entramos en el patio poblado de pirámides. Cerca está la Rue Pyramids y la estación de metro de las lineas de metro 7 y 14. La estación de la linea 7 se inauguro 1903. Tomó el nombre de una calle cercana que conmemora la batalla de Las Pirámides que dio Napoleón 21/06/1798.

Lo primero que nos sale al paso es un vendedor ambulante, en París no hay manteros, en correcto español nos ofrece su género. ¿? ¿¿tanto se nos nota?? Lo cierto es que entre sudamericanos españoles y otros, lo hispano está muy presente en París.

Dejaré para mañana El Louvre y su Nintendo, me voy pensando que España Madrid no tiene los palacios reales de París sus monumentos...
Si nuestro imperio fue mayor y anterior... que tuvo París y el Rey Sol...
A nosotros nos sobró corona e iglesia nos faltó burguesía, ¡eso es! La Revolución Francesa es burguesa y París también. A nosotros nos faltaron judíos y moriscos. Los pequeños emprendedores de la mesocracia. Eso debe ser...
Anochece, paseamos bajo los Puntes del Sena, y en el aire suena su canción.

Sous les ponts de Paris  (Versión de Mireille Mathieu)
Lorsque descend la nuit,
Comme il n'a pas d'quoi s'paier une chambrette,
Un couple heureux vient s'aimer en cachette.

Et les yeux dans les yeux,

Bajo los puentes de París
Cuando cae la noche,
Cómo no tiene para pagar lo que cuesta una pequeña habitación,
Una feliz pareja se ama en secreto.
Y la mirada en su mirada...


miércoles, 2 de noviembre de 2016

Continuo con París


Vuelvo de París, ha sido una maratón. Tres museos, una exposición monográfica, siete lugares emblemáticos, cuatro barridas con nombre y apellido, cinco monumentos, el restaurante más antiguo de París, un affineur, creo que lo que más he visitado ha sido el transporte público. Autobuses y Metros de París eficientes, eficaces, intuitivos... y eso que la distancia mas larga ha debido ser la que hay entre el barrio Latino y Monmartre, o la que media entre El Arco del Triunfo y Père-Lachaise. Para un barcelonés, nada. La conclusión es que en París la gente toma un trasporte público para desplazarse tres paradas. En Barcelona terminas por ir andando porque... mientras esperas el Bus ya has llegado. Esto también es un tercer mundo. Deberíamos poder importar políticos de allí, urbanistas urbanólogos urbanidad (menos) pero es bueno saber donde estamos. Ya que ni sabemos eso ni a donde vamos.
Seguiré con París hay mucha experiencia jugosa...

Llegamos a la estación de Lyón, viajamos en tren. Ya no es lo que era antes pero para viajar el tren. Si viajas en avión como cualquier ejecutivo de medio pelo, se tiene la sensación del trasplante. Te toman en Barcelona con un poco de tu humedad y su Garbí que diría Pla, y te trasplantan a París o a Roma en cuestión de horas, minutos casi.
Con un poco de suerte vas a parar a un hotel de la misma cadena que hay en la esquina de tu calle. Con suerte o sin ella, te hunden en un ambiente tan currutaco, como el de tu origen y antes de poder respirar el olor del destino te vuelven eso si entre nubes de aire acondicionado a tu suelo natal.

Pues mira no. Los viajes, se han de hacer como mínimo en tren, y porque la caravana está en desuso. Pero viajar es cambiar poco a poco de entorno, de olores colores acentos...
En el TGV aun permite observar viajeros de distintos sitios, jugando otros roles con matices en los acentos, si me fuerzas hasta con bocadillos diferentes.
Yo cuando viajaba como comercial me gustaba mucho aproximarme a los sitios con un tren de cercanías. Eso te permitía tomar el pulso a la zona, oías comentarios de fútbol preocupaciones de economía conflictos huelgas... llegabas al destino travestido de aborigen.
Pasar por el centro de la Camarga evocar la Romanidad de Nimes. Aprender a distinguir de un francés de Perpignan de otro de Lyón...
El tren da un giro, pone su espalda hacia el mediterráneo y enfila hacia París el entorno cambia el romanismo se diluye como lo hace poco a poco la luz del día y a 300 km ph nos precipitamos en París. Visto así La ciudad es un vórtice que irá tragando todas las culturas de su entorno, fagocitará Aquitania, Bretaña, Normandía, Borgoña, Occitania, y Provenza, sin citar todos los departamentos, todos concurren en París con vinos carnes y quesos con mantequillas y cremas, con ostras y almejas. Parece que París fuera la panza de Gargantua, voraz insaciable, tacaña en lo que devuelve y artista de la sofisticación. Los
escargots de Bourgogne que nacieron en Rioja, las trufas del Périgord que son de Graus y el foïe que hablaba yugoslavo en su origen.
Pero eso si París los devuelve con un halo de sublimidad, con un marchamo de perfección que es aceptado por todos.
Puede que de todo eso La Ciudad Luz solo aporte algo en la afinación de quesos. Ir a París obliga a visitar la cava de un affineur de quesos. En sus cuevas duermen mientras maduran quesos de toda Francia. Hasta que el olfato y el gusto del experto dan el visto bueno.
No lo voy a discutir, en quesos les concederé el crédito, pero no me negarán ustedes que un pueblo que pretende enseñar a comer a decir que se come y donde lo haga con el criterio de un fabricante de neumáticos es algo más que sospechoso. Bibendum como se llama el monigote que da imagen a la marca nació el mismo año que la torre Eiffel. Y la guía a la que me refiero nació en 1900.
Lo cierto es; que ante la masificación e industrialización de la cocina, el negocio gastronómico, se esfuerza en presentar las mismas cosas insípidas, con distintos aparejos.

Me quedé de piedra al contemplar el plato estrella de Maxims -Cerdo Ibérico- otros presumen de vaca gallega en París ¡Señor Señor! Se empieza recauchutando la cocina propia y al final hay que recurrir a la despensa ajena...
Continuaré