Llegamos
a -La Gare de Lyón-, en el minuto previsto.
La Gare, la estación,
tiene algo de
aeropuerto, nadie te quita un paseo con troller; esa
maleta con ruedas, que ha terminado por jubilar a los carritos
maleteros. De la misma manera que ellos a su vez, retiraron a los
mozos de cuerda.
En
mi pueblo los llamaban farderos (de fardo) y cuando se viajaba con el
baúl de la Piquer y es que aunque la que lleva la fama es doña
Concha, había en tiempos muchos viajeros que cargaban en cada viaje
con su casa.
Doña
concha usaba llevar su ropa, la del espectáculo y el ajuar porque
tenía costumbre de alquilar un piso allí donde actuaba... y ya
puestos cargaba también el aceite de oliva según confesaba su hija.
Pero
bueno hoy se viaja de otra manera, y si de mi dependiera llevaría
solo una tarjeta de crédito. Pero me separo del metro que era mi
primer destino, fácil de encontrar, sencilla la orientación, el
tren nos deja en la estación de Pirámides en 12 minutos.
Pirámides está entre el Olympia y El Museo del Louvre.
Pirámides está entre el Olympia y El Museo del Louvre.
El
primer chasco, en el Hotel nos dicen que no tenemos reserva. Nos quedamos
fríos, y el payo de la garita -pied-noir- en apariencia, se queda
esperando la llegada de las musas. Por fin una llamada telefónica a
nuestra agencia de viajes y el tema se solucionó.
Bueno
se solucionó en parte, la atención ha sido pésima, teníamos
pagada estancia y desayuno. Pero en ningún momento ni ningún cartel
avisaba de los horarios y donde se servía. Lamentable yo casi estoy
por pedir que le cambien el nombre al Hotel. Podría llamarse
Harpagon y todos contentos.
Tenía
esa tarde por meta, visitar El Museo Rodin en el antiguo Hôtel Biron, pero con
la historia de la reserva se hizo tarde. Decidimos pasear, es viernes y
hoy el Louvre cierra más tarde, también otros museos estatales
alargan la jornada.
El
Louvre está a escasos setecientos metros de nuestro albergue,
salimos a la Avenida de La Opera y desembocamos en la plaza de
Colette. Esta señora era como la Corin Tellado francesa... pero en
bueno claro, en Francés. Tanto, que llegó a presidir la academia
Goncourt, esa academia de escribanos a la que perteneció también
nuestro ex-ministro Jorge Semprún, que era nieto de Antonio Maura
hay que jdse que el mundo es un pañuelo.
Y
si se preguntan, la razón de esta digresión que me lleva de Colette
Semprún y de Semprún a su abuelo Maura es por una razón muy
sencilla España y los españoles aparecen en París con un
frecuencia mucho mayor de lo esperado. Ya verán.
Entramos
en el patio del Louvre, que en su origen era un palacio real. Los
reyes de Francia habitaron primero en la Isla del mismo nombre, para
después ir alejándose de la la ciudad y del pueblo. Primero en el
complejo Tullerías Louvre y más tarde en Versalles.
Entramos
en el patio poblado de pirámides. Cerca está la Rue Pyramids y la
estación de metro de las lineas de metro 7 y 14. La estación de la
linea 7 se inauguro 1903. Tomó el nombre de una calle cercana que
conmemora la batalla de Las Pirámides que dio Napoleón 21/06/1798.
Lo
primero que nos sale al paso es un vendedor ambulante, en París no hay
manteros, en correcto español nos ofrece su género. ¿? ¿¿tanto
se nos nota?? Lo cierto es que entre sudamericanos españoles y otros,
lo hispano está muy presente en París.
Dejaré
para mañana El Louvre y su Nintendo, me voy pensando que España
Madrid no tiene los palacios reales de París sus monumentos...
Si
nuestro imperio fue mayor y anterior... que tuvo París y el Rey
Sol...
A
nosotros nos sobró corona e iglesia nos faltó burguesía, ¡eso es!
La Revolución Francesa es burguesa y París también. A nosotros nos
faltaron judíos y moriscos. Los pequeños emprendedores de la
mesocracia. Eso
debe ser...
Anochece, paseamos bajo los Puntes del Sena, y en el aire suena su canción.
Anochece, paseamos bajo los Puntes del Sena, y en el aire suena su canción.
Lorsque
descend la nuit,
Comme
il n'a pas d'quoi s'paier une chambrette,
Un
couple heureux vient s'aimer en cachette.
Et
les yeux dans les yeux,
Cuando
cae la noche,
Cómo
no tiene para pagar lo que cuesta una pequeña habitación,
Una
feliz pareja se ama en secreto.
Y
la mirada en su mirada...
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