domingo, 31 de diciembre de 2017

Relojes de mareas, pascuales. Motivos y autores.

Este procede de Guadalajara (España) donde existen ejemplares muy notorios.


Sabemos que los relojes de mareas mal llamados relojes de misa, tienen un datado que en el Reino Unido, que se remonta a los años 500 y 700 de la edad media.

En estos años el mas común de los calendarios civiles era el calendario Juliano, que seguía acumulando un desfase importante, pero que no fue corregido, hasta la implantación del Calendario Gregoriano en 1582.

Por su parte el I Concilio de Nicea, determinó, que la Pascua debía conmemorarse el domingo siguiente al plenilunio posterior al equinoccio de primavera.

Pues bien los llamados relojes de misa pueden medir con mucha exactitud el día del equinoccio, y también por su relación con las mareas el movimiento de la luna, pueden indicar el día que la luna está sobre el meridiano. Por lo cual el equinoccio y la lunación correspondiente se puede calcular aun bajo un manto de nubes.

Lo que tenemos en San Miguel de Foces es un trazado de cantero, bien realizado que permitiría fijar los equinoccios, las fases de la luna y como consecuencia la pascua y el calendario litúrgico.

Puesto en la piedra por orden de alguien poderoso parece decirlo el escudo de la orden, de Malta -Cruz de Malta- que no parece hecha por una mano muy experta. Al final resultará que hay mas de burocracia y porque si, que de instrumento práctico.

Tengo razones, aun no maduras, para afirmar esto, pero la más inequívoca es la presencia de un reloj de sol arañado unos metros mas hacia el abside. ¿No será un grosero sustituto de el primer reloj que no funcionaba como se suponía? O que la comunidad ya desconocia su uso.


Dejando a un lado la identificación de los dos equinoccios, y si tal vez ellos eran el desencadenante de la organización de las tareas agrícolas, la utilidad practica se puede poner en tela de juicio. He visto “relojes” similares sitos en lugares donde no les llega el sol, a alturas sobre el suelo que los hacen totalmente inútiles. En este segundo caso, los estudiosos suelen argumentar que se trata de sillares procedentes de otros templos recuperados en edificaciones nuevas, argumento que no hace otra cosa que confirmar la obsolescencia e inutilidad del grabado.

En Navarra se pueden ver a gran altura sobre el muro en Artajona, y a la sombra de un muro posterior en Ujué.



Razonemos:

Siempre habrá horas canónicas en las que la penumbra es dominante. Es obvio que el fraile encargado de llamar a oración (que al parecer era un especie de imaginaria) tiene que servirse de clepsidras relojes de arena o cirios de cera de los que se conoce el tiempo que tardan en consumirse.

El tiempo, como decía el filósofo, es la duración del acontecimiento. Para medir la noche, al igual que en los ejércitos, hay una guardia, permanente, uno o más monjes que velan el descanso de la comunidad. Prestos para dar la alarma si la hubiere. Ayudar al fraile que estaba indispuesto, y llamar al rezo de las horas. Es fácil suponer, que las guardias y las horas canónicas, se midieran por el consumo del cirio o vela que usaban. La vela de cera o sebo toma el nombre de el al acto de velar. Y figura en nuestro idioma en alocuciones tales como a vela y pregón, para describir una subasta de bienes que comienza con un pregón de lo subastado y que recibe pujas mientras dura una vela encendida al efecto.

Creo que podemos abandonar la idea de una comunidad religiosa guiada por un cierto tipo de reloj de sol. Nunca el convento necesitó ese artificio para regular sus horas. Los propios edificios son relojes naturales.

Pero esto no es cosa de los canteros, ellos ejecutan un pedido y conocen la piedra por el sonido. En toda obra moderna hay un arquitecto que diseña, un aparejador que produce y unos obreros que interpretan (empleando el símil de cine Director, productor, y actores) El maestro de obras es el que tiene los conocimientos teóricos y empíricos. El resto del equipo son eminentemente prácticos.

Y ahora la pregunta clave. Pregunta siempre molesta por lo que la respuesta niega, es la siguiente:



¿Para qué necesita un monje medieval un reloj de sol?

Movimiento de las sombras en Silos.



 
Foto de Google Maps, donde se aprecia la evolución de las sombras del patio y del Ciprés.

¿Qué hubiese ocurrido? Si al maestro de obras que hizo El Monasterio de Silos, el padre Abad o la congregación le hubiese pedido la instalación de un reloj de sol.


Seguramente los miraría con cara incrédula, para contestar con todo respeto, eminencia reverendísima, si los frailes necesitan un gran reloj de sol, será suficiente con que cambien el ciprés de emplazamiento, para disponer de un cuadrante del tamaño del patio central del claustro. Y un gnomon de la altura del ciprés. Pero si tienen su reverencias alguna duda pueden usar la sucesión de luces y sombras que el sol crea en los arcos del claustro.

Y esto nos deja e puertas de la orientación de las edificaciones y su simbología, donde en un estudio sobre la ermita de Santiago en Agüero daré mi respuesta a todo este complejo mundo, en que la razón y las razones parecen jugar al escondite con nuestra perspicacia.

sábado, 30 de diciembre de 2017

Relojes y Cuadrantes estudio sobre San Miguel de Foces


Publicaba días atrás en FaceBook, el escrito que reproduzco más abajo.
En el hacía referencia a un supuesto reloj de sol que hay la fachada meridional de San Miguel de Foces:

Hay en San Miguel de Foces un par de dibujos en una piedra del muro exterior que, aparentemente, evoca una mapa astral, Zodiacal.
¿Es, un dibujo de los constructores? ¿de alguien posterior?
Curiosamente podría representar un mapa celeste cercano a Ofiuco el portador o cazador de serpientes... ¿De serpientes como el Ouroborus? Quién sabe, y si los constructores sabían... sabían un saber nacido en la noche de los tiempos.
Ya he dicho que cada día estoy más seguro de saber que es el Ouroborus, pero tal vez no lo se todo sobre él.
Os dejo en manos de la fraternidad de Hermes Trimegisto.


Obviamente, lo que digo es una elucubración con poco sentido. Con pocas probabilidades de ser cierta, o mejor con pocas posibilidades de ser probada.
Lo cierto es, que en este tipo de materias, los arqueólogos los historiadores, mantienen criterios absurdos, tan absurdos como el mío.
Pero mientras el mio está pensado para producir rechazo, sobresalto, muchas de las afirmaciones de los “expertos” en historia pasan desapercibidas en cuanto a las inexactitudes que encierran.

Por ejemplo reloj de misa. Se supone que es un reloj solar, que marca las horas canónicas.
Aquí el “historiófago” se ha limitado a proyectar sus usos y costumbres en una sociedad de mil años atrás.

Y da como correcta la conducta de un fraile medieval efectuada con las pautas de un ejecutivo de hoy.
¡Cuáles son mis razones:?
1º. En una comunidad conventual dicen misa diaria como parte de su norma de vida todos los miembros consagrados. Independientemente de convenios internos y misas concelebradas, hay mas de una misa diaria.
2º Las misas el cápitulo, suele ordenarlas en hora menor.
3º Un reloj de sol, marca “horas” de diferente duración para cada época del año.
4º El reloj que nos ocupa, tiene aparentemente una declinación a poniente, es decir tiene un error provocado por la orientación del muro.
Mi escrito, pretende llamar la atención sobre lo que no es el citado grabado. Porque como reloj no es viable, llamarlo reloj de misa es una tontería consecuencia de traducir literalmente la alocución inglesa, en cuya cultura se llaman, cuadrantes de misa.
De allí, a suponer que el aparato era un sistema para marcar las horas canónicas menores en las cuales los frailes decían su misa, solo hay un paso de precipitación.

Esto solo referido a los individuos de la sociedad que usó estos relojes.

En cuanto a la física y la astronomía los relojes de sol son de dos tipos. Los relojes de suelo, donde un monolito o gnomon traza sobre el suelo una sombra cuyo desplazamiento permite conocer la hora, la estación y varios datos más que ahora no nos interesan.
Los relojes de sol verticales, o de pared tienen unas características obligadas.

Estás son:
  1. Deben preferentemente estar en muro perfectamente aplomado.
  2. El muro ha de ser paralelo al ecuador terrestre, es decir en un meridiano.
  3. Aunque es cierto que existen relojes de sol con declinación a oriente u occidente.
  4. Esa pequeña desviación será responsable de las deficiencias de medida.
Aunque también es cierto que hay relojes con orientación poniente y levante. En el Monasterio de Corias (Asturias) hay un patio en el que se pueden contemplar tres relojes de sol con orientación a los tres puntos cardinales.
Y hay algún caso en el que se encuentra un reloj solar de dos caras una orientada al Norte y otra al Sur.

La pieza mas importante del reloj de sol es el gnomon, es decir la varilla que produce la sombra. Por construcción debe ser paralela al eje de la tierra (y este cambia con el tiempo) y se supone que con orientación (inclinación a la estrella polar). La pretensión de que se use el dedo como varilla es bastante insensata.
En nuestro caso todo indica que se trataba de un gnomon central y perpendicular al plano del cuadrante.
Lo mejor es buscar entre los múltiples ejemplos que han quedado en los templos a que escuela o tipo se puede asociar este reloj.
Dial de Saxon intencionadamente he puesto un reloj que no está en la costa. 
La mala traducción de lo que en inglés llaman cuadrante de misas, nos invita a mirar en los templos y conventos del Reino Unido, país como se sabe no son muy soleados y que se hallan sobre el paralelo 50. Dos handicap serios en eso de los relojes de sol. Por otra parte como consecuencia de estás limitaciones algunos autores dicen que también era un reloj de mareas, que con yeso o con cualquier otro mineral se apuntaban sobre el circulo las horas de las mareas pleamar y bajamar. Curiosamente la mayoría de “relojes” de misa se hallan en conventos próximos a la costa.
Esto nos abre la visión sobre un campo poco explorado en la historia de los relojes de sol.
El flujo y reflujo del mar, es un ciclo natural que se produce aproximadamente cada 6 horas (el tiempo transcurrido entre tres horas canónicas). En realidad el ciclo se repite cada 24 horas 50 minutos.
Piteas, marino griego nacido en Masilia, (hoy la moderna Marsella) alrededor de 350 a. C. fue el primero que dejó noticia de su sospecha de la relación entre las mareas y la Luna. Fenómeno correctamente descrito por Plinio el Viejo (23 a. C. 79 J.C.)

Todo me hace pensar que el mal llamado reloj de Misas es un complejo sistema de reloj calendario...
Pero eso lo explicaré mas adelante, prefiero seguir haciendo aportaciones muy cortas para no fatigar al lector.

viernes, 15 de diciembre de 2017

Un perro, el viejo horno y la veleta.



He pasado por los pueblos, fríos, desiertos, somontanos.

No hay gentes, ahora el coche y el asfalto en una una tierra de olivo y cereal deja que sus siervos moren lejos.

La máquina libera del sudor y la yugada. El petroleo; gasolina y asfalto, permiten residir a lo que ha poco eran leguas de distancia.

Las iglesias están cerradas, en la calle mora el viento. Hay algún perro solitario, solo...

Las granjas administran ellas solas pienso y temperatura, y el ganadero cada día menos pastor y más operario maneja botones, inicia programas; lee tablas de crecimiento peso pienso día. Docenas de huevos por semana.

La tierra, la gleba ya no es ama. Nadie se levanta al galicinio, no lo hay, los gayos ya no tienen faena, no pican en la parva, no hay parvas ni parvadas. Ni siquiera quedan conventos maitines y laudes aquel salmo LXII que así decía:

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,

mi alma está sedienta de ti;

mi carne tiene ansia de ti,

como tierra reseca, agostada, sin agua.

A la campana la tañe el cierzo, y la tierra agostada, recibe el parsimonioso riego, tacaño y justo suministrado por un llamado “machine deliver” ideado en California y nacido en China. China, aquí hace mil años había un fraile que iluminaba bestiarios con monstruosos seres que creía nacidos en El Mar de China, como explicarle a aquel Virila, que aquel monstruo no sería blando y con escamas será una cajita de menos de un palmo que mataría al caz y las tajaderas. Ya no hay rumores humanos, cantos de coro rumores de acequia.

Queda si el viejo horno, cerámica y adobe, que asó corderos coció panes y fue rey en las fiestas, un viejo horno, callejero con su boca percanta, y su vientre de leña.

Queda un viejo horno y en la calle vacía estoy yo, mi mujer, el perro, y el gallo solo en la veleta que recuerda las negaciones de mi tierra.