Ajo Negro (anthodiscus chocoensis) |
Sorprendente plato de una austeridad
espartana y delicado resultado.
Tomamos una pechuga fileteada, y la
doramos en la sartén con muy poquito aceite. Una vez alcanza el
punto la carne retiramos y reservamos.
Sobre el jugo que deja sofreímos unos
garbanzos cocidos previamente. Les damos una pasada por la sartén a
fuego vivo y en el último momento le añadimos un diente de ajo
negro, cortado en láminas. Apagamos el fuego añadimos la pechuga.
Dos vueltas por la sartén con el calor residual y a emplatar.
Sazonamos con sal del Himalaya
Sal de Himalaya |
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