He
viajado como prescribe el médico panadero. Pio Baroja era así: el
nacionalismo se cura viajando, el carlismo leyendo.
Si,
Rubén Darío dijo de él que era escritor de mucha miga, por la
panadería, Pio Contesto sobre Rubén que -era
escritor de mucha pluma, se nota que es indio-.
La que tal
vez sea el mejor ejercicio de médico que hizo en su vida.
Mantenerse fiel a juramento hipocrático. Porque era evidente que
Rubén era alcohólico.
Pero
dejemos atrás pelillos y picaduras. Me ha sorprendido que en el
Hotel que visité hayan puesto un servicio de libros libres. Te los
dejan en la habitación, si quieres los lees si no no. Si quieres
llevarte uno o cambiarlo por otro tuyo puedes hacerlo.
Yo
creo que me llevé el que había dejado la anciana inglesa con la que
me crucé en la puerta, el que tenía manchas de te y violetas secas
como punto de lectura...
Aunque;
quien sabe, a lo peor era de la rubia ninfómana que me visitó en
sueños.
Porque
una habitación de hotel es limpia aséptica, no hay huella del
anterior huésped... y ahora tal vez, tal vez, me dejen un imagen
borrosa... un pensamiento entre las hojas de un libro viejo...
Paseaba
yo ayer o como mucho anteayer por una cañada que llaman de los
roncaleses. Y es que hay un camino de mesta que bajando del valle de
Roncal cruza Navarra, y a la altura del municipio de Yesa cruzaba el
río Aragón, por un puente del mismo nombre que la ruta, para
terminar su trayecto en Las Bardenas Reales, cuartel de invierno de
aquellos rebaños que están en el origen del queso de Roncal.
Fue
puente de mesta y peregrinos jacobeos que un día vio como sus ojos
peregrinaban también en las aguas del río.
Estaba
imaginando yo las pastoriles estampas, cuando llamó mi atención un
hombre al parecer pastor, que arreaba un hato de ovejas y cabras no
mayor de la docena de reses. Nos saludamos con la cortesía y
deferencia que se usa en el medio rural, o mejor dicho con la
cortesía y deferencia que ya solo se usa en el campo.
Me
informó sobre la vía pecuaria, sobre sus usos y costumbres sobre
las jornadas 3, que lo separaban de los altos pastos roncaleses. Me
comentó que ya los ganados no se mueven y si lo hacen viajan en
camión, lamentaba el hombre la pérdida cultural que suponía para
ellos los usos y costumbres las herramientas y aperos...
Confesó,
que el se había hecho hombre en la posguerra civil, por aquellos
andurriales, que su padre conocía bien tanto como pastor como
batidor de las brigadas navarras en aquel conflicto, y que el amor a
la tierra que le inculcaron le tenía preso aun a esas montañas.
Me
habló de sus perros, y me mostró la mandarra o delantal de cuero
que le ponían al buco, para que no malograra a las preñadas...
En
fin historia de la que ya no se escribe y de la que no se cuenta. A
poco y al paso llegamos a un cruce en el cual una curva cubierta de
cañaverales ocultaba una nave prefabricada que era el aprisco de su
rebañito. Lo despedí mientras arreaba su magro grupo al aprisco y
continué el camino soñoliento de sueños de otros de recuerdos de
ancestros. No habían pasado veinte minutos de nuestra despedida,
cuando me saco de mi ensimismamiento el rugir de un motor y “ordía”
que por detrás de mi montado en una nube de polvo como la del mejor
rebaño acerté a ver un Ferrari Testarossa. Al llegar a mi altura se
detuvo y contemplé con pasmo al pastor sentado al volante, me
ofreció acercarme hasta el pueblo y yo picado de curiosidad acepté.
No me hizo falta preguntar, me contó que hacia ahora tres años les había tocado la lotería, que la ilusión de toda su vida era tener un Ferrari que había encontrado ese de segunda mano y no se pudo resistir. Seguía yo sin salir de mi asombro cuando al despedirme lo hizo con esta frase. Pues na que el que nace pastor, como dice mi cuñada es pastor hasta con Ferrari, que razón tiene dije yo. Evocando algún alto cargo de nuestra política que tampoco pasa de pastor por mas ministerios que monte. ¿ Y me pregunto yo? Eso será bueno o malo...
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