martes, 26 de julio de 2011

La Regenta y Yo 10º (epílogo)

Epilogo: Dejé atrás el banco el estanque, recorrí un camino por el interior del Campo de San Francisco. Allí en una de sus equinas se alza el monumento en memoria de Leopoldo Alas, Clarín. No pude menos que mirarlo con un leve reproche, el parecía decir: Míralo así era mi forma de defender la mujer. De afear la sociedad de Vetusta. Menuda polvareda levanté. Era obispo Herrero Espinosa de los Monteros... No no en el 84 Ramón Martínez Vigil. Dominico Misionero en Manila. Escribió una pastoral contra la novela. Anita tiene razón, el psiquiátrico de Oviedo es de 1833. Fue un ejemplo de instalaciones. Se terminó e inaguró en 1887, pero las definiciones de las patologías son posteriores. Yo también hubiera querido que Ana... Los primeros coches me hacen perder sus últimas palabras. Me parece ver en sus ojos unas lágrimas. ¡Bah! Seguro que es el rocío.


Me fui al hotel caminando despacio. Llegué justo para meterme en la ducha y salir de ella cuando mi mujer se despertaba. Voy a desayunar te espero abajo luego hacemos las maletas y seguimos viaje.


Podemos dar la última vuelta por Oviedo...


Bueno dejamos las maletas en recepción.


Desayuno sin ganas, mi mente vuelve una y otra vez a los sucesos de la noche. Al final termino mis huevos con bacón el zumo un café...


Salimos a la calle, quiero volver al parque, al estanque. A ese banco, me siento en el un momento, mi mujer dice: Mira que hay allí en el suelo. Es una cruz lleva una piedras serán circonitas dice. Me la enseña ¡Tiene unas iniciales mira! A. O. Le debería devolver por si su dueña la reclama. No mujer no vale nada, no son iniciales solo Alfa y Omega. Algo común en las cruces visígoticas astures. ¡Ah será eso! Trae ya la guardo seguro que a su dueña no le importa, es una baratija. La he puesto en mi monedero en el lateral. Tocarla me ha producido una sensación rara, cálida agradable. Mas tarde al pasar por delante de la Catedral mi mujer pregunta y esa La Regenta quien fue ¿Fue real? Juraría que la cruz late en mi bolsillo que Ana me sonríe de manera especial.


Ana Ozores La Regenta verás por lo que yo se...


Barcelona 26 de julio de 2011 Santa Ana.


Darío


P.D. Ahora carretera y manta hasta aquí mi homenaje a Clarín y a su novela La Regenta. Quedan cosas en el aire, muchas pero algunas cuestiones no se podrán aclarar hasta que el legado Clarín esté catalogado y expuesto. Sus herederos lo han cedido al Ayunatmiento de Oviedo, eso fue en año pasado. Ordenar y entender su endiablada letra. Por delante carretera y Galicia.


La casa de la Pardo Bazán el chalet de vacaciones de Wenceslao Fernandez Florez en Cecebre La casa museo de la Pardo Bazán. Los eternos cazaderos de los Pazos de Ulloa, donde perdíz y codorniz se cazan juntas...


Trabajo para todo un invierno

lunes, 25 de julio de 2011

Ana Ozores La Regenta y yo. 9º

Aun había un temblor en las aguas del estanque, como si el ritmo de las imágenes vistas en el, hubiesen contagiado su movimiento a las aguas. Unas plumas de alguno de los patos que lo habitan bailaba aun con un eco de taconeo flamenco. Pero todo seguía en silencio, ni una de las aves que anidan en sus orillas hizo el menor movimiento.


Darío:. Puedo preguntar ¿Porqué eliges a esa mujer del pueblo?


Ana:. Si es muy sencillo Carmen tiene algo por lo que luchar, ella su vida, sus amantes. Vive libre, y muere a manos de uno de ellos. Es mejor y mas digno fin que el de La Regenta ¿No te parece?


Darío:. Visto así, es cierto Carmen es un animal vivo lucha juega pierde y muere. Mejor morir que el ostracismo y un beso de sacristán.


 Ana:. Mejor seguro que sí. Ella elige, yo no. Ella se defiende, yo no. Ella muere haciendo su voluntad. Yo solo soy la voluntad de otros.


 Darío:. Pelín machista este Clarín.


Ana:. ¡Ah te das cuenta! Mira que son las mujeres, en su obra títeres, rameras, avarientas. Si estuviera Woody ahora diría que lo traiciona el subconsciente.


Darío:. Jajaja, por lo que se en un principio a la mujer que escribía la llamaba Literata con un algo de desprecio. Si lo hizo con Emilia Pardo Bazán y aunque después tuvo una buena relación con ella, no dejó de criticar su obra con virulencia.


 Ana:. Bueno el erá así, también colaboró con Echegaray que le prologó un trabajo, pero eso no fue suficiente para aplicase el escalpelo al teatro de Don José hasta hacer sangre.


 Darío:. ¿Y tu Ana?


Ana:. Yo estoy con Doña Emilia. Femenina sin feminismo ridículo. Sin ser una mujer acotada a sus labores. Sin vestir como hombre para epatar, sin ese sentimiento que me sigue pareciendo hoy tan ridículo. Pero estando, opinando, escribiendo y trabajando, en los mismos sitios que el hombre.


Algo que ayudó mas a las sufragistas inglesas; que durante el primer conflicto europeo ocuparon talleres y fabricas, condujeron camiones como uno mas. Sin los perifollos y las bandas de colores de las sufragistas. Como las Women's Lib. Como aquellas francesas que dejaron en la tumba del soldado desconocido una corona a la mujer del soldado desconocido más desconocida aun.


 Darío:. Ya; a las viudas de vivos, que cantó Rosalía.


Ana:. Si, es eso tan difícil de comprender para algunos hombres. Para mi hubiera sido mejor morir a las manos de mi marido o de mi amante, por ser yo. Ser como individuo mejor que vivir la vida gris, que Clarín me otorga.


Darío:. Su imagen ha cambiado unos momentos, la cara dulce se empaña, la mirada se oscurece. El labio carnal sensual, es un rictus en una sonrisa amarga. Tiembla... ¿Te encuentras mal?


Ana:. No, no es nada, es el alba.


Darío:. Si ya clarea, y la noche asesta en la alborada un ultimo zarpazo frio. Allá por las cumbres mas arriba de Santa María del monte Naranco los picos comienzan a anunciar el día. ¿Seguro estas bien?


Ana: Seguro, no es un ataque. Nunca fui una histérica, como mucho una ciclotimia leve. Algo que unos y otros les convino exagerar.


Darío:. Como bien dices, no había en tu tiempo una definición precisa de las manifestaciones de la patología mental. La histeria y poco mas. La demencia precoz (esquizofrenia) fue definida mucho mas tarde. Tu autor no podía describir lo que la ciencia no había hecho aun.


Ana:. No, así es, la depresión también es mas tardía. Solo el histérico y ese vaya cuento, solo es un canto al voyeurismo masculino, a una imaginación que raya en la parafilia. Si supieras en cuantas mentes enfermizas he vivido. Me doy pena.


Darío:. No hablemos de eso ¿Quieres? Me gustaría saber como te hubieras escrito tu.


Ana:. Tenía un padre ilustrado, buena biblioteca, porque no pude ser una mujer como las que ya había en mi tiempo. Una Rosalía que se casa embarazada, Una Pardo Bazán que se separa, hoy tenemos las pruebas. Parece que lo hace por la falta de apoyo de su marido y la poca gana de el a reclamar su herencia. Hoy tenemos el padrón de La Coruña que no deja duda. Ella está empadronada en la calle Tabernas de Coruña, su marido no. ¿Porqué no pude ser de otra forma?


Darío:. Tu misma dijiste que La Regenta solo es una escusa, la protagonista es Vetusta, su sociedad, con usos provincianos que llegaron hasta hoy. Yo he vivido aun los paseos para ver y dejarse ver. He visto iglesias de La Compañía, donde hombres y mujeres ocupaban lados distintos de la nave. Eso sin mezclarse, he visto predicar sobre el infierno, los pecados capitales. Imponer a los fieles hipotecas post mórtem. Poner la conciencia de pecado en niños inocentes. La pederastia sacrílega. Tu solo eres una pieza del puzle. El ejemplo que no debe ser.


Ana:. Pero duele sabes duele...


Otra vez un ligero temblor la agita, es como un vago escalofrío.


 Darío:. ¿Ana te encuentras bien?


Ana:. Si estoy bien, es el alba ya te lo he dicho, es el frio del alba a la primera luz es hora de irme.


Dime Darío ¿Me amas?


Darío:. Si Ana, te amo por lo que fuiste, y desde hoy por lo que no alcanzaste.


Ana:. Ámame pero no me quieras. No intentes nunca poseer una mujer en ninguno de los sentidos de la palabra, contra su voluntad contra su deseo. Juega de su parte reconoce su valor y dale apoyo.


Darío:. Así lo he hecho y así lo haré.


Una leve brisa produce susurros en las copas de los árboles. Un pavo trompetea, los patos parpajeando, se desperezan. Mira Ana vuelve el día. ¿Ana? ¿Ana? Desapareció.


Darío.











Graforía

Gato hidráulico; busca grupo de presión, para relación seria.


Darío

domingo, 24 de julio de 2011

Ana Ozores y yo una pareja insólita. 8º

Ana:. A cuantas mujeres habrás amado dí.


Darío:. No se, cientos miles tal vez. He amado a muchas pero he querido a pocas.


Ana:. Eres un Don Juan, un Mesía.


Darío:. No tampoc soy un Casanova, y eso que Casanova era oriundo de mi tierra. Como tu marido, Quintanar. Sabes el abuelo de Casanova, que es apellido catalano-aragonés. Tuvo que huir de Zaragoza, porque robo en un convento a Ana de Palafox, novicia de la que estaba enamorado. Se refugió en Venecia y allí nació su nieto.


Ana:. No te vayas por las ramas, tu a cuantas mujeres habrás amado.


Darío:. A eso voy. Hoy amar a una mujer, no tiene o por lo menos para mi no lo tiene el sentido que se le da en la novela del siglo XIX. En tu caso por ejemplo eres un objeto codiciado. Algo que se quiere poseer carnalmente. El magistral, se autoengaña pensado que solo quiere tu alma. Para el donjuán de Don Álvaro, ya Clarín apunta la tesis de que es un narciso. Que tras el “amor” insaciable de mujeres solo se busca a el


a su imagen vencedora. Un hazaña de que presumir. Eso era entonces, hoy la mujer ya no es solo una pieza de caza. Hay ligues, amigas, amigas con derecho a roce...


el rol de la mujer ya no es pasivo.


Ana:. Pero dime tu cuantas mujeres has tenido...


Darío:. Ninguna Ana ninguna. Debes saber que soy un caballero y un caballero nunca habla de esas cosas. Mi respeto hacia la mujer me obliga a negar hasta lo obvio.


Yo he amado mujeres, muchas, con total pureza. De esas algunas las he querido; deseado y puede que haya sido su pareja ocasional. Pero en esos casos, yo soy y he sido tan dominador como dominado. Una relación licita o no solo atañe a dos voluntades. He sido amante por ser amado, he deseado por ser querido. El amor y el sexo son dos voluntades. Me sentiría muy mal tener que descubrir intimidades. Ana tengo amigas con todos los grados de confianza que imaginar se puede. Nunca he perdido a una amiga aunque haya perdido una amante.


Ana:. Ya veremos, los hombres siempre termináis considerando elegante ser un dandi con una gran agenda. Colo dicen ahora “Churris” eso con una lista interminable de “churris” en el móvil.


Darío:. Lo siento no es mi caso. Pero volviendo a tu novela. La crítica acuso a Clarín de una inspiración en Madame Bovary. Mas que en la trama, en su subtitulo “Costumbres Provincianas” y así si, La Regenta es un retablo de una sociedad provinciana anclada en un periodo anterior al siglo de las luces. Claramente decadente, pero con un elenco de personajes que llegan hasta nuestros días. El donjuán el asalta honras. El cura enamorado y la mujer engañada o promiscua son comunes literarios de tu siglo. Tanto que se confunde realidad y novela será naturalismo. Mis preguntas son: En el siglo largo que ha pasado desde su publicación ¿Qué cambios has apreciado en la mujer?


¿Por el contrario que late aun en nuestra sociedad?


Ana:. Desde mi posición he visto a la mujer tomar el control de su cuerpo y de su ser.


Recuerdo una jovencita que venía por la biblioteca donde yo estuve presa durante años. Preparaba un trabajo fin de carrera, era verano usaba una blusa sin sujetador o un niqui amplio de tal manera que cuando se inclinaba sobre los libros y los apuntes dejaba ver sus pechitos firmes blancos... Ella lo sabía y lo usaba, sus compañeros miraban. Pero no pasaba nada. Nadie se daba por provocado. Si lo comparas con el escote que me sugiere mi confesor para ir al baile, con la cruz como símbolo de protección adicional; entenderás la diferencia, la mujer ha ganado un control sobre el uso de su cuerpo. Un escote que muestra, o un pantalón ceñido que marca, ya no son o no deben ser tomados como una invitación. Para no ser mas explícita, una cita íntima no presupone renuncia a nada. Es un acto de libertad. Hemos conseguido que la mujer no sea envilecida por aquello mismo que por lo que el hombre es admirado. Eso era impensable hace cien años. Por mas que existía. Pero eso solo se obtiene desde la educación desde la cultura. Y esa aun se nos niega en muchos sitios.


Darío:. Si estoy de acuerdo. El derecho a la formación y el derecho al cuerpo. Han sido dos conquistas necesarias y aun no terminadas. La literatura ayudó bastante, curas amantes los tuvo Clarín, Pardo Bazán, Zola Galdós Valera. Junto a ellos casi siempre hay una mujer ciudadana de segunda, como de otra clase social. Marginal bonita querida delicada pero privada de sus mas elementales derechos.


Ana:. Así es y a diferencia del hombre se le niegan sus derechos en todos los estratos sociales. Si mal lo tenía yo entre nobles y nuevos ricos, burgueses indianos, peor lo tenía la mujer de pueblo, a la que se le supone trabajadora burro de carga y por si fuera poco solaz sexual de su amo o de su patrón.


Darío:. De eso la novela del XIX también presenta un cuadro. ¿De no ser Ana Ozores? Bueno quiero decir ¿De haber podido elegir que mujer de la literatura te hubiese gustado ser?


Ana:. ¿A mí? Te vas a reír seguro...


Darío:. Yo siempre me he reído con y nunca de. Me he reído antes de mis gestos atávicos de macho, que de mujeres que se ponen en ridículo como alguna progre actual.


Ana:. A mi me hubiera gustado ser Carmen.


Darío:. ¿Qué Carmen la de Bizet? ¿O la de Mérimée?


Ana:. No no la Carmen real la racial que late en la versión de Gades Saura mira. Allí en el estanque.







Darío:. ¡Uf si se entera tu padre! Clarín quiero decir.


Ana:. Jajajaja ya lo sabe se lo he dicho yo. Y tu que escribes aprende nunca dejes que un personaje se apodere de ti. Si no la obra es suya no tuya.


 Continuará.


Darío

viernes, 22 de julio de 2011

Una pareja insólita. Amar y querer. 7º

Darío:.


Como sabes yo estuve escuchando vuestra conversación en la calle Milicias. Me pareció, en algunos momentos impropia. Tanto que no la he reproducido toda en el Blog. Era un paralelo con el diálogo que mantiene en Annie Hall. Entre otras cosas dice: “Ibas abrazada con ese tío... Te encontrará maravillosa entonces te estará tocando el culo.”


Ana:. Si fue muy grosero y en fui.


Darío:. Es una conducta machista y de un macho celoso. Tu eres para el un bien mueble. Peor un semoviente, ganado para su placer y orgullo. Oído esto, no pude menos que decirme. Mira una conducta repetida en las novelas y en las películas.


Cuando hace un rato, me dijiste que no era Woody Allen sino alguien que se hacía pasar por el pensé: Los habitantes de las novelas, también tienen un infierno personal, que se prolonga en el tiempo. Pobre Ana todas las oportunidades de que disfruta son iguales. Machos que solo piensan en ella como trofeo. La quieren pero no la aman.


Solo ahora al recordar que tu amigo hizo un alegato contra el celibato religioso he caído que es Fermín el canónigo el que se oculta detrás de Woody.



Ana:. Si tienes razón debe ser así.


Darío:. Además usa el psicoanalista como confesor, el poder del conocer los sentimientos y las emociones que nos turban.



Ana:. ¡Ah no eso no! Ya has visto que por ahí no paso.


Darío:. Tengo que reconocer que tu defensa en contra de padecer el complejo de Edipo, o el de Electra como sería mas apropiado llamar; me ha parecido fascinante. Es un error de análisis, que cometemos muy a menudo los críticos. Vemos los personajes desde un punto de vista actual. La realidad en que el autor no pudo describir aquello que la ciencia de su tiempo no conocía, tu perfil, no es el de una patología médica descrita años después.



Ana:. Es lo primero que se aprende, cuando como en mi caso, te pasas mas de cien años en las bibliotecas de las universidades de los ateneos. Ves como tu personaje envejece, como la historia te hace arrugas en el estilo. Inclusive el léxico toma una coloración parduzca... Es duro te ves envejecer mientras sigues teniendo los veintisiete años cronológicos como en mi caso.



Darío:. Pero solo es apariencia, el sentimiento pervive, una situación descrita por un autor perspicaz. Se mantiene con el paso del tiempo. A ver imagina la escena de tu novela, aquella en que el magistral Fermín vuelve de El Vivero, después de la tormenta. Calado hasta los huesos, y ardiendo de celos, sintiéndose amante o marido burlado.


Ana:. Ah si pobre.


Darío:. Haz un ejercicio mental sustituye la imagen de montañés grandote y fuerte, por la de un actor como Woody Allen.


Ana:. Jajajajja si jajajja, es igual de cómica. [-Su risa como un campanilleo de plata- o como el cristalino arroyo-... ] vale lector por aquí la descripción apropiada a tu tiempo.



Darío:. A mi me parecen descripciones llenas de ironía. Divertidas y frescas aun después del tiempo transcurrido.



Ana:. Pero Darío, tu has dicho ahora o has empleado amar y querer como dos verbos diferentes ¿No son acaso lo mismo?



Darío:. No, tan distintos son que hasta el DRAE hace clara la diferencia. Si miras amar ves que en su segunda acepción dice desusado desear. Querer y desear y para este último: Aspirar con vehemencia al conocimiento, posesión o disfrute de algo.


No es lo mismo el amor sentimiento intenso sobre un objeto de cariño. En fin que creo que me lio. Amar es darse querer es pedir reciprocidad... Sexo complicidad.


El amor puro no pide nada a cambio. El querer exige uso sumisión...


Uf perdona creo que estoy en una de esas fronteras del lenguaje, donde las letras las palabras se quedan cortas como vehículos de expresión.


Ana:. Ponme un ejemplo ¿Quieres?


Darío:. A ver tu amas al Fermín el canónigo. Lo amas como hermano en la fe como hija espiritual. Pero tus quereres son para Don Álvaro. El magistral es tabú, don Álvaro es solo ilícito.


Ana:. Según eso, para con Fermín tengo una prohibición moral y trascendente, para Don Alvaro solo una meramente legal de derecho civil. Es mas fácil transgredir la segunda que la primera...


Darío:. Si, así te parece. Pero la realidad es; que la escala de valor, es puro convenio social. La jerarquía de valores es mas antigua o mas arraigada una que otra. Pero en el fondo, solo es un valor de clase de estatus social algo que se te ha dado en la educación.


Ana:. No hay cosas que siempre son como deben. Son verdades para todos.


Darío:. No es del todo cierto y no lo es para Clarín. Recuerda antes te evocaba la escena del regreso de El Vivero por el cura. Pero esa misma mañana Petra se insinúa al Magistral, La criada es una mujer del pueblo, guapa y ardorosa. En otro sitio la novela nos habla de una vista a su primo el molinero. Ahora en la cabaña del bosque a solas con el canónigo ella se insinúa se ofrece. Aunque el autor no nos da una descripción explicita.


La presencia y descubrimiento de una liga tuya, en ese escenario y en la misma tarde. Liga descubierta por tu marido, Quintanar, y que pone al confesor al borde del ataque. Un ataque de cuernos que diríamos hoy. Por que supone que las has perdido en una refriega amorosa con Don Álvaro.


Sin embargo, lo que el autor cuenta es un cierto entretenimiento de Petra con su señor o con el magistral. Para una mujer como Petra, sirvienta, del pueblo llano ser barragana del magistral o de Don Victor no le representa el menor problema. Cuando una es pobre y ha vivido a salto de mata el sexo, su sexo, solo es un capital a poner en renta. Para la Regenta en cambio mujer de la clase dominante es algo totalmente prohibido. So pena de terminar con la imagen de Visitación la del banco o la viudita.


¿Comprendes Ana donde está el problema?


Ana:. ¿En mi condición?


Darío:. Exacto en tu condición social en tu clase y su hipocresía.



Ana:. Oye Darío ¿Tu has amado a muchas mujeres?



Darío:. ¡Mmmm tiras con bala! y apuntas bien...



Continuará.


Darío