Dicen que lo llaman palomo de Iglesia, porque siempre caga a los mas fieles.
Dicen que su falta de visión es inversa a su maquiavelismo.
Dicen que es un estulto con suerte.
Pero en realidad es un pobre hombre, funámbulo sobre el deseo de poder con y su orgullo.
Que se pasea por la cuerda floja del poder sin balancín si manos y sin cabeza.
Este es el mal que nos aqueja, y es que en el circo español. Cualquier comparsa, se ve capaz de ser acróbata, presentador o funámbulo, domador, y hasta ministro con tal de saber gastarse del erario hasta la última moneda.
Malditos sean los que sin capacidad a eso puestos llegan. Maldito el país en que esa troupe de megalómanos ineptos gobierna
Darío
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