sábado, 11 de enero de 2014

Hoy va de Mitos.



Hoy va de Mitos. ¿Por qué? que otra cosa que cuento es un mito. Un cuento los de los buenos cuentistas es una historia de la que se puede sacar una moraleja. Luego están los otros cuentos los de los cuentistas malos. Pero antes hagamos una división de los seres humanos; generalmente el humano pertenece a uno de los dos conjuntos en que se divide su población los que creen ver cosas y los que mienten. Pero esta reflexión nos llevará muy lejos probablemente descubriremos que hay hombres que pertenecen a los dos conjuntos, o que alternativamente pertenecen ora a uno ora a otro de los conjuntos, terminaríamos por vía de la indecidibilidad en la Teoría de la Complejidad Computacional. Bueno quiero decir que terminaríamos muy lejos del mito.
Simplificando un mito, es un cuento que narra cosas sucedidas en un pasado heroico a la especie humana. Es decir el mito es un cuento que habla de los orígenes del ser humano, algo que nos relaciona a todos los hombres en una comunidad de ideas, algo que nos deja entrever un inconsciente colectivo.
Pero en mi deseo de explicarme, me alejo cada vez mas del tema. ¡Basta ya! Tengo que hablar de un mito y este es el Mito de Midas.
Midas fue (en el mito) un rey de Frigia. Frigia fue en tiempos un reino situado en Asia menor rico y culto que también fue, según leo, campo de batalla los persas y los lidios; los romanos y los griegos; los árabes los cruzados y los turcos selyúcidas; los otomanos y los mongoles y para los bizantinos y los turcos. Es decir fue un campo de batalla de las ideas o entre las ideas y culturas. Pero de ellos solo me interesa el Gorro Frigio, este chisme es una especie de barretina, que mi maestro instructor, El Gran Maestre, Caballero del Templo y Buen Pastor Rosacruz, suele usar en su vida civil. No es vestidura unida al rito, es simplemente un símbolo de la libertad, y el republicanismo. Lo miráis vosotros en la red y así me evito un par de folios de tópicos.
Bueno, pues de Frigia nos quedan dos cosas el gorro y el rey Midas. Este rey recibió de Dionisios el dudoso don de transformar en oro todo aquello que tocase. La lógica lleva al mito a deducir que Midas tuvo grandes problemas, porque no podía ni alimentase ni calmar su sed ya que los alimentos y el agua se transformaban en oro cuando los tocaba. así que tuvo que pedir a Dionisios que le librara de ese don.
Muchos, muchísimos siglos después, de que Midas se hubiese liberado de su regalo lavándose en el río Pactulo y deshaciendo los hechizos y volviendo a la vida a su hija y su gata que ente otras habían quedado convertidas en oro. Cuando los hombres educados bajo el gorro frigio ya habían aprendido a reservar el oro para sus transacciones comerciales, hubo un país que decidió (porque podía) repetir el mito de Midas. Y que se les ocurrió a los buenos sacerdotes del templo del capital y sumo sanedrín de la Reserva Federal. Inventaron el oro de papel. El invento consistía en una representación escrita del oro que guardaban en Fort Knox o en las cámaras acorazadas de todos los bancos centrales. El sistema parecía tan bueno que pronto fue aceptado por la totalidad de países. Los padres creadores del sistema estaban convencidos que sin contacto real con el oro nadie corría riesgos porque el dinero en billetes cumpliría la ley enunciada por Voltaire: Todo papel moneda termina valiendo su valor real es decir el de un trozo de papel usado.
Pero lo que no sabían es que el papel moneda por haber nacido del oro, arrastraba parte de la maldición de Midas. Todo lo que tocaba lo convertía en papel moneda. Tanto es así que llegó el momento en que el papel moneda existente era más que todo el oro del mundo. El desequilibrio era tan fuerte que los propios estados tuvieron que avalar su papel con los propios bienes del estado y para eso se vieron obligados a emitir deuda es decir un compromiso de pago aplazado con la garantía de los bienes estatales.
Otra vez Midas, Los jardines las cosechas las ciudades y los puertos las carreteas todo se transformaba en papel moneda es decir en deuda del estado.
Los locos políticos no percibiendo el daño que se ocultaba en esta ecuación de canje, emprendieron una loca carrera de emisión de deuda, comenzaron obras fantásticas y creyeron construir un estado llamado del bienestar. Bastó un parón, un pinchazo para que la carroza de la cenicienta fuese otra vez calabaza, y los lacayos miserables ratas. Y en eso estamos trabajando como caballos para vivir como ratas mientras los estúpidos soñadores que nos han metido en esto se dedican a soñar nuevas patrias.
Estamos arreglaus que dice el tío Paco      

2 comentarios:

Unknown dijo...

No se puede decir mejor,bueno,si,el tio
Paco.Para tener estos politicos ..prefiero pagar una buena gestoria,nos saldria mas barato y seguro,seguro,lo harian mejor.mil gracias por hacerme pensar.

Vasdelao dijo...

Gracias Blanca, para mí ha sido un texto difícil. Se trata de hacer pensar en una realidad económica en un ataque a las doctrinas de la escuela de Chicago y el neocapitalismo. Pero no se trata de culpar a Milton Friedman porque la culpa es de aquellos que han implementado sus teorías.
Y hacer una crítica sin emplear ecuaciones y razonamientos de economista para los que yo no estoy capacitado, pero si acercarnos a describir las consecuencias de los disparates de los políticos. Hacerlo en forma de parábola compresible por cualquiera, comprensible hasta por un economista.
La idea final es esta, hubo un tiempo que la moneda de un país estaba respaldada por sus reservas de oro. Más tarde por el oro y sus divisas, y al final del camino por todos los bienes de la nación. En el primer caso los que sufrían los altibajos de la política económica eran las reservas, el ciudadano podía vivir con cierta independencia de el estado de las arcas del banco central de su país. Pero al pasar a avalar las emisiones monetarias con deuda, lo que estamos poniendo en juego es el bienestar de la población. Como paralelamente se no han vendido sueños de grandeza y bienestar. Cuando la crisis se desencadena lo que sufre es eso el bienestar. Las pensiones la educación la medicina los servicios...
Así llegamos a ver otra vez nuestra realidad éramos una calabaza tirada por ratas a la que hicieron creer que era carroza. Nos queda tirar como caballos para vivir como ratas.