Permaneció en la cárcel siete años más que lo que le correspondía por su condena. La historia fue así:
El abogado de oficio se desentendió del caso una vez hecha firme la sentencia.
El juzgado archivó la causa como cosa juzgada y no volvió a ella
En la cárcel no están para contar condenas...
Cuando pasado el tiempo encontró la libertad, pidió una indemnización al estado por haber pasado tanto tiempo en la trena.
La respuesta fue simple, era él, el que debía al estado siete años de alojamiento y alimentación.
Salió, volvió a delinquir y pidió en las alegaciones le descontasen la
pena cumplida antes del delito. Pero jurídicamente no era posible.
Como la pena de este segundo delito era muy pequeña y habiéndose negado a
pagar al estado por el alojamiento y manutención previa fue condenado otra vez
a la trena.
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