lunes, 25 de julio de 2011
domingo, 24 de julio de 2011
Ana Ozores y yo una pareja insólita. 8º
Ana:. A cuantas mujeres habrás amado dí.
Darío:. No se, cientos miles tal vez. He amado a muchas pero he querido a pocas.
Ana:. Eres un Don Juan, un Mesía.
Darío:. No tampoc soy un Casanova, y eso que Casanova era oriundo de mi tierra. Como tu marido, Quintanar. Sabes el abuelo de Casanova, que es apellido catalano-aragonés. Tuvo que huir de Zaragoza, porque robo en un convento a Ana de Palafox, novicia de la que estaba enamorado. Se refugió en Venecia y allí nació su nieto.
Ana:. No te vayas por las ramas, tu a cuantas mujeres habrás amado.
Darío:. A eso voy. Hoy amar a una mujer, no tiene o por lo menos para mi no lo tiene el sentido que se le da en la novela del siglo XIX. En tu caso por ejemplo eres un objeto codiciado. Algo que se quiere poseer carnalmente. El magistral, se autoengaña pensado que solo quiere tu alma. Para el donjuán de Don Álvaro, ya Clarín apunta la tesis de que es un narciso. Que tras el “amor” insaciable de mujeres solo se busca a el
a su imagen vencedora. Un hazaña de que presumir. Eso era entonces, hoy la mujer ya no es solo una pieza de caza. Hay ligues, amigas, amigas con derecho a roce...
el rol de la mujer ya no es pasivo.
Ana:. Pero dime tu cuantas mujeres has tenido...
Darío:. Ninguna Ana ninguna. Debes saber que soy un caballero y un caballero nunca habla de esas cosas. Mi respeto hacia la mujer me obliga a negar hasta lo obvio.
Yo he amado mujeres, muchas, con total pureza. De esas algunas las he querido; deseado y puede que haya sido su pareja ocasional. Pero en esos casos, yo soy y he sido tan dominador como dominado. Una relación licita o no solo atañe a dos voluntades. He sido amante por ser amado, he deseado por ser querido. El amor y el sexo son dos voluntades. Me sentiría muy mal tener que descubrir intimidades. Ana tengo amigas con todos los grados de confianza que imaginar se puede. Nunca he perdido a una amiga aunque haya perdido una amante.
Ana:. Ya veremos, los hombres siempre termináis considerando elegante ser un dandi con una gran agenda. Colo dicen ahora “Churris” eso con una lista interminable de “churris” en el móvil.
Darío:. Lo siento no es mi caso. Pero volviendo a tu novela. La crítica acuso a Clarín de una inspiración en Madame Bovary. Mas que en la trama, en su subtitulo “Costumbres Provincianas” y así si, La Regenta es un retablo de una sociedad provinciana anclada en un periodo anterior al siglo de las luces. Claramente decadente, pero con un elenco de personajes que llegan hasta nuestros días. El donjuán el asalta honras. El cura enamorado y la mujer engañada o promiscua son comunes literarios de tu siglo. Tanto que se confunde realidad y novela será naturalismo. Mis preguntas son: En el siglo largo que ha pasado desde su publicación ¿Qué cambios has apreciado en la mujer?
¿Por el contrario que late aun en nuestra sociedad?
Ana:. Desde mi posición he visto a la mujer tomar el control de su cuerpo y de su ser.
Recuerdo una jovencita que venía por la biblioteca donde yo estuve presa durante años. Preparaba un trabajo fin de carrera, era verano usaba una blusa sin sujetador o un niqui amplio de tal manera que cuando se inclinaba sobre los libros y los apuntes dejaba ver sus pechitos firmes blancos... Ella lo sabía y lo usaba, sus compañeros miraban. Pero no pasaba nada. Nadie se daba por provocado. Si lo comparas con el escote que me sugiere mi confesor para ir al baile, con la cruz como símbolo de protección adicional; entenderás la diferencia, la mujer ha ganado un control sobre el uso de su cuerpo. Un escote que muestra, o un pantalón ceñido que marca, ya no son o no deben ser tomados como una invitación. Para no ser mas explícita, una cita íntima no presupone renuncia a nada. Es un acto de libertad. Hemos conseguido que la mujer no sea envilecida por aquello mismo que por lo que el hombre es admirado. Eso era impensable hace cien años. Por mas que existía. Pero eso solo se obtiene desde la educación desde la cultura. Y esa aun se nos niega en muchos sitios.
Darío:. Si estoy de acuerdo. El derecho a la formación y el derecho al cuerpo. Han sido dos conquistas necesarias y aun no terminadas. La literatura ayudó bastante, curas amantes los tuvo Clarín, Pardo Bazán, Zola Galdós Valera. Junto a ellos casi siempre hay una mujer ciudadana de segunda, como de otra clase social. Marginal bonita querida delicada pero privada de sus mas elementales derechos.
Ana:. Así es y a diferencia del hombre se le niegan sus derechos en todos los estratos sociales. Si mal lo tenía yo entre nobles y nuevos ricos, burgueses indianos, peor lo tenía la mujer de pueblo, a la que se le supone trabajadora burro de carga y por si fuera poco solaz sexual de su amo o de su patrón.
Darío:. De eso la novela del XIX también presenta un cuadro. ¿De no ser Ana Ozores? Bueno quiero decir ¿De haber podido elegir que mujer de la literatura te hubiese gustado ser?
Ana:. ¿A mí? Te vas a reír seguro...
Darío:. Yo siempre me he reído con y nunca de. Me he reído antes de mis gestos atávicos de macho, que de mujeres que se ponen en ridículo como alguna progre actual.
Ana:. A mi me hubiera gustado ser Carmen.
Darío:. ¿Qué Carmen la de Bizet? ¿O la de Mérimée?
Ana:. No no la Carmen real la racial que late en la versión de Gades Saura mira. Allí en el estanque.
Darío:. ¡Uf si se entera tu padre! Clarín quiero decir.
Ana:. Jajajaja ya lo sabe se lo he dicho yo. Y tu que escribes aprende nunca dejes que un personaje se apodere de ti. Si no la obra es suya no tuya.
Continuará.
Darío
viernes, 22 de julio de 2011
Una pareja insólita. Amar y querer. 7º
Darío:.
Como sabes yo estuve escuchando vuestra conversación en la calle Milicias. Me pareció, en algunos momentos impropia. Tanto que no la he reproducido toda en el Blog. Era un paralelo con el diálogo que mantiene en Annie Hall. Entre otras cosas dice: “Ibas abrazada con ese tío... Te encontrará maravillosa entonces te estará tocando el culo.”
Ana:. Si fue muy grosero y en fui.
Darío:. Es una conducta machista y de un macho celoso. Tu eres para el un bien mueble. Peor un semoviente, ganado para su placer y orgullo. Oído esto, no pude menos que decirme. Mira una conducta repetida en las novelas y en las películas.
Cuando hace un rato, me dijiste que no era Woody Allen sino alguien que se hacía pasar por el pensé: Los habitantes de las novelas, también tienen un infierno personal, que se prolonga en el tiempo. Pobre Ana todas las oportunidades de que disfruta son iguales. Machos que solo piensan en ella como trofeo. La quieren pero no la aman.
Solo ahora al recordar que tu amigo hizo un alegato contra el celibato religioso he caído que es Fermín el canónigo el que se oculta detrás de Woody.
Ana:. Si tienes razón debe ser así.
Darío:. Además usa el psicoanalista como confesor, el poder del conocer los sentimientos y las emociones que nos turban.
Ana:. ¡Ah no eso no! Ya has visto que por ahí no paso.
Darío:. Tengo que reconocer que tu defensa en contra de padecer el complejo de Edipo, o el de Electra como sería mas apropiado llamar; me ha parecido fascinante. Es un error de análisis, que cometemos muy a menudo los críticos. Vemos los personajes desde un punto de vista actual. La realidad en que el autor no pudo describir aquello que la ciencia de su tiempo no conocía, tu perfil, no es el de una patología médica descrita años después.
Ana:. Es lo primero que se aprende, cuando como en mi caso, te pasas mas de cien años en las bibliotecas de las universidades de los ateneos. Ves como tu personaje envejece, como la historia te hace arrugas en el estilo. Inclusive el léxico toma una coloración parduzca... Es duro te ves envejecer mientras sigues teniendo los veintisiete años cronológicos como en mi caso.
Darío:. Pero solo es apariencia, el sentimiento pervive, una situación descrita por un autor perspicaz. Se mantiene con el paso del tiempo. A ver imagina la escena de tu novela, aquella en que el magistral Fermín vuelve de El Vivero, después de la tormenta. Calado hasta los huesos, y ardiendo de celos, sintiéndose amante o marido burlado.
Ana:. Ah si pobre.
Darío:. Haz un ejercicio mental sustituye la imagen de montañés grandote y fuerte, por la de un actor como Woody Allen.
Ana:. Jajajajja si jajajja, es igual de cómica. [-Su risa como un campanilleo de plata- o como el cristalino arroyo-... ] vale lector por aquí la descripción apropiada a tu tiempo.
Darío:. A mi me parecen descripciones llenas de ironía. Divertidas y frescas aun después del tiempo transcurrido.
Ana:. Pero Darío, tu has dicho ahora o has empleado amar y querer como dos verbos diferentes ¿No son acaso lo mismo?
Darío:. No, tan distintos son que hasta el DRAE hace clara la diferencia. Si miras amar ves que en su segunda acepción dice desusado desear. Querer y desear y para este último: Aspirar con vehemencia al conocimiento, posesión o disfrute de algo.
No es lo mismo el amor sentimiento intenso sobre un objeto de cariño. En fin que creo que me lio. Amar es darse querer es pedir reciprocidad... Sexo complicidad.
El amor puro no pide nada a cambio. El querer exige uso sumisión...
Uf perdona creo que estoy en una de esas fronteras del lenguaje, donde las letras las palabras se quedan cortas como vehículos de expresión.
Ana:. Ponme un ejemplo ¿Quieres?
Darío:. A ver tu amas al Fermín el canónigo. Lo amas como hermano en la fe como hija espiritual. Pero tus quereres son para Don Álvaro. El magistral es tabú, don Álvaro es solo ilícito.
Ana:. Según eso, para con Fermín tengo una prohibición moral y trascendente, para Don Alvaro solo una meramente legal de derecho civil. Es mas fácil transgredir la segunda que la primera...
Darío:. Si, así te parece. Pero la realidad es; que la escala de valor, es puro convenio social. La jerarquía de valores es mas antigua o mas arraigada una que otra. Pero en el fondo, solo es un valor de clase de estatus social algo que se te ha dado en la educación.
Ana:. No hay cosas que siempre son como deben. Son verdades para todos.
Darío:. No es del todo cierto y no lo es para Clarín. Recuerda antes te evocaba la escena del regreso de El Vivero por el cura. Pero esa misma mañana Petra se insinúa al Magistral, La criada es una mujer del pueblo, guapa y ardorosa. En otro sitio la novela nos habla de una vista a su primo el molinero. Ahora en la cabaña del bosque a solas con el canónigo ella se insinúa se ofrece. Aunque el autor no nos da una descripción explicita.
La presencia y descubrimiento de una liga tuya, en ese escenario y en la misma tarde. Liga descubierta por tu marido, Quintanar, y que pone al confesor al borde del ataque. Un ataque de cuernos que diríamos hoy. Por que supone que las has perdido en una refriega amorosa con Don Álvaro.
Sin embargo, lo que el autor cuenta es un cierto entretenimiento de Petra con su señor o con el magistral. Para una mujer como Petra, sirvienta, del pueblo llano ser barragana del magistral o de Don Victor no le representa el menor problema. Cuando una es pobre y ha vivido a salto de mata el sexo, su sexo, solo es un capital a poner en renta. Para la Regenta en cambio mujer de la clase dominante es algo totalmente prohibido. So pena de terminar con la imagen de Visitación la del banco o la viudita.
¿Comprendes Ana donde está el problema?
Ana:. ¿En mi condición?
Darío:. Exacto en tu condición social en tu clase y su hipocresía.
Ana:. Oye Darío ¿Tu has amado a muchas mujeres?
Darío:. ¡Mmmm tiras con bala! y apuntas bien...
Continuará.
Darío
jueves, 21 de julio de 2011
Una Pareja insólita 6º
Darío:. Si te decía si los Vegallana tienen algo que ver con Los Queipo de Llano. Ya sabes se dice que era enemigo político de Leopoldo incluso hay quien asegura que fue privado por el VIII Conde de Toreno de la Cátedra de Salamanca.
Ana:. No parce cierto, en aquellos tiempos caciquiles a La Universidad se llegaba mediante concurso oposición del cual salia una terna de candidatos y era el gobierno el que elegía. En el caso de Clarín, figuraba en la terna un tal Mantecón, al parecer hermano de leche del rey, lo que hubiese sido por si solo peso suficiente para ser elegido. Si a eso le añades que Clarín se había distinguido por su Krausismo y defender la libertad de cátedra. Es fácil entender que tenía todos los boletos para no llevarse el premio.
Darío:. Ya el poder siempre quiere colaboradores mansos, hoy aun es así.
Ana:. Mansos y serviles. Podría yo hablar de La Universidad en la democracia. La universidad bajo las autonomías porque.
Darío:. Calla calla que me precintan el Blog.
Ana:. Jajajaja. Mira yo misma no empecé a ser conocida por el gran público hasta los años finales del franquismo. Sobre 1970. Te lo diré en dos palabras; contra Franco los intelectuales vivían mejor.
Darío:. Esta Ana. Eres sorprendente. Pero creo que te entiendo, un intelectual puede tener ideología eso es necesario. Pero hay de aquel que quiere la praxis. Suele encontrarse con políticos de un nivel cultural bajo, y de una mezquindad grandiosa. Toma oxímoron.
Ana:. Veo que conoces el paño. Eso suelen encontrase con políticos como El Trabuco.
Darío:. Bueno yo creí que puesto que los Condes de Toreno, están vinculados a una población con iglesia de la vega el vega llana podía ser una alusión a los Queipo de Llano. Pero si es tal como cuentas no tiene nada que ver
Ana:. Clarín era un hombre al que se podía ver por El Casino De Oviedo. Usaba a Santa Teresa en sus lecciones de derecho. De filosofía del derecho. En la novela con la que comparto apodo, La Regenta no es la protagonista. La auténtica protagonista es Oviedo, Vetusta. Sus clases sociales, su usos y los cambios que el industrialismo esta imprimiendo.
Darío:. Entonces es por ese retrato de gentes y costumbres por lo que a mi me parece ver distinguir alguna cara conocida.
Ana:. Si, así debe ser.
Darío:. Vaya y yo que creí; que ese profesor de psicología, que se cita varias veces como tacaño. aunque se le vista de parsimonioso, era alguien del claustro, próximo a Clarín.
Ana:. No, nadie existe, somos personajes que estamos hechos sobre caracteres. Algo común a muchas novelas. Pero eres tu lector el que nos cree. Antes te hablé de Guimarán como lugar, el padre de Clarin tenía una casa allí junto a Candás. Pero Guimarán también es un personaje, recuerdas...
Darío:. Si el del entierro, ¿O debo decir de los entierros ? Pero entonces la mujer del ministro, la que tiene trato o bueno a que comete adulterio con Álvaro ¿Qué pinta?
Ana:. Jajajaja nada hombre nada aun hoy los españoles usáis con abundancia el término cabrón para hablar de los ministros.
Darío:. Pero pero si tenía un vagón de tren, sería como poco la mujer de un ministro de Fomento.
Ana:. Uría; si piensas en el, es el que promueve la linea férrea. Es liberal de la cuerda de Clarín, anterior y director de Obras Publicas. A ese lo puedes descartar.
Darío:. Bueno será eso que la ilusión creada en la novela te hace creer que son gente conocida.
Ana:. Vale ya lo vas entendiendo, nadie se puede identificar con un personaje concreto pero son como caricaturas.
Darío:. Vale lo acepto.
Ana:. Así vamos bien.
Darío:. Pero hace un rato cuando estabas en la cafetería con Allen Alan o como lo quieras llamar yo creía intuir que quien se ocultaba tras Woody Allen era Fermín el Magistral.
Ana:. Dios que dices...
Por un momento su cara se nubla, se deja caer sin fuerza en un banco yo me siento a su lado, mis palabras la han dejado en un ligero fuera de juego..
Darío:. ¿Estás bien?
Ana:. Si si, estoy bien ¿Pero eso que dices porqué? ¿Que razones tienes?
Darío:. ¿Me dejas que me tome unos segundos?
Ana:. Si pero dime dime... (con cara de ansiedad)
Continuará
Darío