martes, 19 de julio de 2011

Pareja Insólita 5º Descubriendo a Ana

Darío:. ¿Que has hecho durante estos mas de cien años desde que viste la luz?


Ana:. Leer, te parece poco. Has de saber que hay una especie de Edén de los personajes literarios. Allí nos encontramos todos los frutos de la creación humana. Nos contamos nuestras historias, lo que sabemos de nuestros autores. De la época que nos tocó vivir de nuestras vidas en la mente de quien nos lee.


Darío:. Me parece fascinante. ¿Estáis todos?


Ana:. No se, en ese algo mas de un siglo no he podido conocer a muchos, me muevo mejor con las mujeres de mi siglo y posteriores.


Darío:. Os imagino en una especie de party un sarao eterno


Ana:. No se bien que imaginas, pero no es un espectáculo de esos de la televisión. Por cierto aun no has hablado de mi, has dicho como me ves pero no como me sientes.


Darío:. Es muy pronto para decir como te siento, antes me gustaría saber si es posible, algo de tu entorno. Cosas que a mi me escapan por la diferencia de costumbres o por que sencillamente ignoro la referencia a personajes reales que pueda haber en “La Regenta”.


Ana:. En primer lugar creo que he de agradecerte que no hayas mostrado lástima ni indignación por mi persona o mi historia. Yo nací para ser eso Ana Ozores. Si, Clarín fue mi creador yo nací predeterminada. Escrita para un papel para un rol entre tres hombres para mi particular drama. Como criatura obediente no dije ni hice nada no escrito en mi guión. Luego he podido pensar que tengo en común con Doña Inés de Tenorio ( sonrisa malévola ) Con la Teresa de Cepeda que vivía en la cabeza de Clarín. Con Madame Bovary, Con Carmen de Mérimée. He tenido tiempo estos años de conocerlas, ver que tengo de común y en que me diferencio.


Darío:. Te escucharé encantado, pero antes me gustaría saber de donde salen todos los personajes que te acompañan. Por ejemplo Los Vegallana.


Ana:. Si amigos íntimos de mi familia y de mi marido, Quintanar.


Darío:. Pero no dejan de ser tratados con un cierto aire de decadencia moral.


Ana:. Conoces la vida de mi padre literario Clarín, y no puede ser de otra manera. Como astur era zumbón y socarrón. En mi novela prefiere ese tono, al didáctico que usaba en la cátedra o en sus escritos políticos. Dicen que los tipos que describe los sacaba de la observación en Guimarán Carreño donde su padre tenía una finca a la que iban de vaciones.


Darío:. Si recuerdo la cita repetida de Palomares (Candás) pueblo que merece una vista aun sin relacionarlo con Clarín y cuyo Cristo ejem bueno que es muy bonito.


Ana:. Ana sonríe con picardía a estas horas, ya no hay cristo que la impresione, ni canónigo que la embeleque. ¡Eh eh! mi padre podía ser ateo-krausista anticlerical siempre pero nunca lo leeras riéndose de la fe del pueblo. Fustiga al que vive a costa de esa fe, al obispo al magistral por ejemplo. Pero mi vida es en parte imagen de la de Fermín, El también tuvo ardores místicos cuando estudiaba en Los Jesuítas en San Marcos de León. El mismo colegio y la misma orden en que estudió Clarín. Y si ves la novela con detalle Quintanar ataca a la orden y no a la persona.


Darío:. Cuando dices el también tuvo supongo que el también te engloba a ti. Quieres decir en la novela el tuvo como tu.


Ana:. Si ese eso que otra cosa puede tener una mujer guapa casada con un marido “manso” en una sociedad como la de Vetusta.


Darío:. Lo comprendo que otra cosa podía tener el montañés Fermín ya señalado como hijo de cura cosa no cierta dicho sea de paso. Tan falsa como la madre bailarina que te inventan a ti.


Ana:. Cierto comprendes ahora que Fermín y yo somos almas gemelas, mas parecidas en su soledad y en sus limitaciones que lo que cabe pensar a primera vista.


Darío:. Lo comprendo, para mi tu historia, tiene algo fondo algo de drama humano pero al leerla no puedes menos que tomar partido por alguien y ese alguien eres tu Ana.


Ana:. No no exactamente, no soy yo, es la mujer española en el siglo XIX. Yo soy estereotipo, aunque muchos lectores me hacen arquetipo. Yo soy caricatura, pero hay lectores que me hacen deseo. Me confiesan un amor, vaya que se enamoran de Ana Ozores.


Darío:. Te confieso que cuesta muy poco enamorase de ti.


Ana:. Jajaja, no hombre no, tu no te enamoras de La Regenta, tu te enamorarías de Ana Ozores de hoy. La mujer que ya ha leído, lo que debió leer de la biblioteca de su padre. Como la Pardo Bazán. De la mujer con el arranque de Concepción Arenal. De esa monja que se hizo enfermera amante madre y hermana de los mineros revoltosos como cuentas en tu blog.


Darío:. ¡No me digas que lees mi blog!


Ana:. No leo tu mente cada vez que piensas en mi cada vez que me recreas... y aprovecho para leer por tus ojos. ¿Lo entiendes?


Darío:. Me harás sentir Vergüenza...


Ana:. Vergüenza tu vamos quien te creera.


Darío:. Jo que fama jajajajaja.


Es Agaradable esta Ana muy muy agradable. Mira que si me enamoro...


Continuaré.


Darío.

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