domingo, 24 de mayo de 2015

Yo Voto










Estaba yo tan tranquilo en mi urna. Poco a poco caían del cielo otras papeletas. Es curioso cuando eres voto. se desarrollan en ti unos sentidos nuevos. Mira que parecemos todos iguales y sin embargo...
Tenía hoy junto a mi una papeleta, con olor a bacalao, disimulado bajo un aroma de Nenuco. 

Seguro que es de la chica esa de la abacería; si la del puestos de salazones, esa que ha sido madre el mes pasado.
También me ha caído encima, un sobre con olor a marro de café carajillo y tabaco. Ha debido pasar la noche en un cajón de la tasca del Paco.
Luego han llegado dos sobres con olor a jabón de marsella, cera e incensario. Deben venir de las monjas de la residencia de ancianos.
Luego han ido entrando poco a poco unos sobres con olor a medicina he supuesto que eran de los ancianos. Un poco después ha aparecido un sobre con olor a niño, seguro que algún crío, que ha tenido que "ayudar" a papá y mam en eso de votar.

En el fondo, votar es como sembrar una planta, todos esperan que crezca una flor de su voto. Se vota con esperanza casi con un sueño. Luego a pocos se les cumple el deseo. En realidad, creo que solo se cumple a los que ganan, quiero decir a los que se presentan y ganan. Para a ellos las urnas son como los días de reyes...

También hay gente que lo sabe; que pocos deseos se cumplen, y notas como sus votos caen como el plomo, otros por el contrario votan como quien esputa.
Supongo que en eso deben creer que consiste la democracia en votar contra. El voto de venganza. 

Pero esta noche una vez leídas nuestras tripas, cuando el deseo de pueblo soberano se haga acta. Acta de diputado, de concejal suma de actas para ser Alcalde o Presidente, ya nadie se acuerda de pedir que se respeten los deseos de los menos y entonces nadie vale nada.
Humm ha caído junto a mi un sobre con olor a peta y marihuana. Seguro que es de la chica pasota esa, si esa de la rubia. Que bonito pensar en la rubia de los petas.
¿Que pasaría si alguna vez mandara alguien con olor a peta? A hierba, a maría en vez de oler a incienso y cocaína. En vez de oler a dólar a banco y a espada.

martes, 19 de mayo de 2015

Las Sandalias

Adila ha ido hoy de compras, mejor su marido la ha llevado a comprar zapatos. Su esposo es Said un rifeño que hace años vive en España. En realidad casi es español su abuelo que ya se llamaba Beni Said fue miembro de las tropas regulares, aquel ejército indígena que los españoles crearon en Melilla allá por el año mil novecientos once. Desde aquella época las relaciones de los Beni Said con España habían pasado por periodos de mayor proximidad dependiendo de los avatares de la historia, para terminar regentando un restaurante de especialidades marroquíes.
Pero volvamos a Adila, ella está contenta porque su marido la ha llevado a comprar zapatos. Ha elegido unas sandalias de cuero verde con una fina suela de cuero. Tenía una sandalia en la mano mientras la dependienta buscaba con afán la perteneciente al pie derecho. Por fin ha aparecido en la ultima caja de la ultima hilera. La dependienta se la ha entregado a Said haciéndole ver la diferencia de verdes de los dos cueros, le ha explicado que en el oulet venden restos de colección y que este par tenía un defecto al parecer producido porque la sandalia que le entregaba había permanecido varios meses en un escaparate, la luz de los focos y el sol habían terminado por cambiarle el color, cosa que no había sucedido con la otra.
Said ha intentado bajar más el precio, pero la dependienta le ha dicho que eso era imposible, que ya venía marcado desde la central. Que ella no tenía la culpa de la decoloración, y que esta se había producido en uno de los escaparates que la zapatería tiene en La Rambla de Cataluña. Por lo demás era un calzado muy fino y de excelente elaboración, tanto que en origen valía más del doble de lo que marcaban aquí. Que podía teñirlas siempre que no fuese en verde y siempre en una tonalidad más oscura.
Said dudaba, Adila se ha quedado mirando las sandalias, después de la primera sorpresa se ha pintado en su cara una sonrisa de felicidad.
Lo que valía era que su marido se las regalaba. Los he visto salir de la tienda los dos felices, Said por el ahorro, Adila (nombre que según creo que significa aquella que negocia con justicia) por el regalo. Los he visto salir cuchicheando. Me hubiera gustado entender que hablaban; tal vez ella le decía, no tiene importancia mis pechos que tanto te gustan tampoco son iguales, o algo así. Lo cierto es que parecían felices.
Yo en cambio no he encontrado unas sandalias aunque fueran de distinto tono, unas sandalias para machacar durante el verano. Que se le va a hacer

sábado, 16 de mayo de 2015

Palabras


Palabras, que como golondrinas llegan veloces volando a ras de texto.
Y otras se remontan en su cielo, desde el alfeizar de una ventana abierta al diccionario. Y juegan al corro, al corro de palabras como esas cadenas semánticas que de niño miraba en él. Circunnavegando el sentido, puta, ramera, mujer pública, prostituta para volver a empezar.

Palabras... Hay palabras buchonas propias de cátedras y cátedros. Ecos de aúlica aula. Troqueles de pensamiento, otras son como el café italiano negro y corto como oficio de muertos.
¿Queréis ejemplos? ¡Sea!
Volando a ras de texto me llegó: Prospecto.
La que juega en lo alto sería quizá quizá Empíreo.
Buchona sin dudar será: Ateneo, y como ejemplo de café italiano que mejor modelo que: expreso
Palabras nombres verbos y adverbios; enramada, pérgola, sustantivo sutentante en todo verso. Y un escribiente poeta para otros para mí simple enjalmero.

domingo, 10 de mayo de 2015

Inventaron el pobre


Pusieron fábricas en marcha. Eran industrias de comida, las gallinas los corderos y las vacas quedaron enredadas en la raíz productiva. Había gallinas capaces de poner 370 huevos al año. Aunque no llegaban al año de vida. Un día que la gente ya no quería mas comida, entonces inventaron la publicidad para incrementar el consumo.


Los fabricantes producían con arreglo a sus maquinarias, no para la necesidad del mercado. El pueblo se hizo obeso. Pero cada producto que compraba pagaba una parte de la publicidad que incentivaba el consumo.
Las máquinas producían más y entonces inventaron la caducidad miles de toneladas de alimentos que habían consumido miles de Kw de energía y miles de horas de trabajo se destruían.

Entonces se acordaron de los hambrientos, hicieron ingentes esfuerzos para repartir sus excedentes. Inventaremos al pobre se dijeron. Fueron corriendo a las oficinas de patentes querían patentar al pobre. Pero no fue posible el pobre estaba patentado desde la noche de los tiempos.

¿Qué hacer? Necesitamos pobres que coman nuestros excedentes. Claro claro haremos un pobre con D.O. Nada de pobres negros ni antisistema.

Hagamos unos pobres, con pedigrí, unos pobres con coche casa televisión e Internet. Unos pobres a nuestra medida y que nos voten cada cuatro años.

viernes, 8 de mayo de 2015

Los placeres y los días

Dicen que allá muy lejos en el tiempo y la distancia, hubo una vez un país
“antipodario” donde todo era diametralmente opuesto a lo nuestro.

Por ejemplo: Los almanaques nacían escuálidos magros flacos para irse engordando con el zaguaque de los días, porque el tiempo los días eran vendidos en eso zaguaque o pública almoneda.
Bueno quiero decir que como en catalán había un mercado de encantes donde precisamente así con un canturreo se vendían los días.
Los almanaqueros concurrían muy serios a la subasta y con el mismo espíritu febril que los coleccionistas cambian y compran cromos junto al Mercado de San Antonio.

Al principio era un guirigay -que no es lo mismo que un gay guiri- donde se oía pregonar martes y jueves veintiséis dos domingos diez y ocho. Tengo tres lunes de pascua los cambio por dos “pascuetas” y un corpus. Por eso la autoridad incompetente, como correspondía a ese país. Decidió poner orden y fijar un subastador o vocero que cantaba los lotes, fijaba el precio de los remates para que el almotacén previo control y homologación de los días pudiese cobrar el correspondiente impuesto.


Ese fue el error y la muerte de aquel mercado, porque una vez establecida la oficina de tasas o impuestos el fielato, sucedió que por mala administración de los gobernantes había menos días que impuestos.
Así nadie quería hacer calendarios, muy a menudo se quedaban los lotes sin puja.
Por ejemplo se oía a menudo: Dos martes de carnaval y un jueves lardero con impuesto de cocinillas tasa perdulario paraguas y chubasquero...
No, no yo busco un viernes de dolores y un día de la raza ambos de reestreno, contestaba un almanaquero airado. Porque resulto como siempre que los políticos organizan las cosas que los mejores lotes se adjudicaban a dedo.
Al malestar de los concurrentes a aquel zoco hubo que añadir las protestas y tumultos que se produjeron cuando, la autoridad obligó por decreto a comprar de antemano el día de subasta y el del nacimiento.
Para luego más tarde exigir; que todos tenían que acudir a la subasta con su partida de nacimiento y el día de autos, algo absolutamente imposible para un día aun no celebrado.