miércoles, 3 de abril de 2013

El sabio de la montaña



Para una vida plena deberías -decían los antiguos-:

Plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo.


Pero yo os digo. Feliz es el hombre que:

Ha hecho un amigo, le ha enseñado algo y  a su vez ha aprendido  de él.


Meditaciones del Sabio de la Montaña.

Infeliz  la nación, cuyos legisladores, se aplican con férreo celo la norma arbitraria. Solo consiguen despoblarla, sus ciudadanos se irán  fuera y sus frutos crecerán allende de sus fronteras.

De las meditaciones del Sabio de la Montaña

lunes, 1 de abril de 2013

El viejo de la montaña dijo...



Hay tres tipos de comerciantes. Los que ganan la vida fabricando un producto. Los que se ganan la vida vendiendo un servicio.  Y por último los que se ganan la vida sobre el cliente y el fabricante del producto. Estos son los banqueros, entre los cuales existe siempre una tendencia al fraude mayor que en los otros dos especies.

domingo, 31 de marzo de 2013

EL FINAL DE LA HISTORIA.



Al final de los tiempos, se produjo una revolución y un interregno; durante el mismo, la tecnología y las ideas filosóficas se perdieron.
Los barbaros, que siempre habían amenazado el imperio, se hicieron con el poder y el gobierno.
Los políticos como en otro tiempo los nobles, fueron acorralados y ajusticiados, las inyecciones letales, mientras las hubo, se administraban tras juicios sumarios que solo duraban horas. Después se sustituyeron por linchamientos.  Internet había caído, la aldea global dejaba paso a un nuevo régimen tribal.
Solo existía la religión de la venganza.  Pasados los primeros mil millones de ejecuciones las cosas comenzaron a serenarse.  Quedaban algunas comunidades universitarias que guradaban las memorias con los avances de la ciencia. Pero casi ninguno de los supervivientes sabía entenderlas.
© Darío

Las frases del viejo de la montaña 1ª




El meditador estaba a la puerta de su cueva. Habían venido a oírlo gentes de sitios lejanos.
No se sabía bien quien era, ni de donde venía. Un día apareció en la montaña, era un asceta.
Una o dos veces al día, salía de su cueva y decía una frase o dos. La gente las aprendía de memoria. A un avispado, se le ocurrió guardarlas y luego venderlas impresas. Era la sabiduría del hombre de la montaña. Más tarde se comenzaron a aparecer compilaciones, por temas.
Aquel día el viejo dijo:
La política es el arte de lo fugaz, de lo fungible. Solo es un arte de ajustar necesidades y existencias. Desgraciado el pueblo que vota a sus políticos por su nacionalismo. Por ser algo más que estadistas. Cuidaros de aquellos que visten su gestión con otra cosa Nacionalismo. Cristianismo. Comunismo.  Son buitres que se comerán el erario. Devorarán vuestras cosechas esclavizarán a vuestros hijos...     
© Darío