domingo, 17 de marzo de 2013

A un post de Albert Tugues (la religión positiva)



Hace tiempo que la iglesia perdió el norte.
Curiosamente el sucesor de Pedro, lo era más del Yahveh hebreo que se su hijo el ungido el Cristo.  Siempre he estado junto a la creencia de algunos cabalistas hispanos, Qué gaitas!" Junto a la creencia de algunos cabalistas españoles, que proponen un dios sabio no un dios inteligente.
Si eso es cierto Dios el uno, como la luz, da diferentes imágenes dependiendo de en que cristal se refleja. Dependiendo del alma en que reverbera. Trabajo y obligación del hombre, es pulir su cristal, su alma hasta que esta en vez de reverberar ante la luz del dios se deje atravesar y brille como ella como cristal puesto al sol.
Quiere decirse que el hombre por medio de la pobreza evangélica, no debe, no puede interpretar la deidad, solo sumirse en ella.
Por otra parte, lo que llamamos, corrientemente teogonía, es en realidad el efecto de una humanización. El otro día en respuesta a un post de este mismo autor Albert Tugues, me extendía sobre la cristificación de Teilhard de Chardin (jesuita como el Papa) no voy a repetirme está en este blog. Decía que la teogonía católica supone pasar de una religión primitiva y ancestral el judaísmo, a una religión moderna susceptible de confraternizar con la filosofía griega y el saber mundano.
Me explico, el tronco hebreo de la ley es una religión cero, la religión de la justicia, la religión del no.
La lista que creo que todos recuerdan después de los mandamientos de piedad dice:
  • No matarás o no asesinarás.
  • No cometerás actos impuros.
  • No robarás.
  • No dirás falsos testimonios ni mentirás. 
  • No consentirás pensamientos o deseos impuros.
  • No codiciarás los bienes ajenos
Después de la cristificación -La teogonía cristiana- debía decir
  • Harás todo lo posible por conservar la vida. 
  • Practicarás la pureza como fin en sí (como fin en mí) Tanto en tus obras como e tus pensamientos. 
  • Buscarás la economía del bien común la que es equitativa en la oportunidad y el reparto. 
  • Dirás la verdad. 
  • Respetarás  la propiedad ajena hasta en sus pensamientos.
Y ahora si, se puede añadir perfectamente el mandamiento once:
Y os amaréis los unos a los otros como yo os he amado.
(En eso os reconocerán como mis discípulos)    
La Iglesia Católica, a mi entender perdió al Cristo Maestro hace bastante tiempo... en recuperarlo nos hallamos.
Darío.
 

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