Vista del Canal desde el restaurante. |
En Aveiro la vida la da
el mar, proporciona pesca y sal y curiosamente también abono. Hasta
las costas atlánticas suelen llegar contingentes de algas, sargazos,
moliço como lo llaman ellos.
Ahora me entero que
sargazo parece que tiene su etimología en sea-gras literalmente
mar-hierba. Pues bien desde tiempos antiguos los agricultores de la
zona han usado estas plantas como abono. Para su recolección se
usaban barcos de borda baja, como las góndolas, que facilitan la
recogida y descarga de este material, como decía más arriba lo
llaman moliço, y al que lo trabaja y a sus barcos moliçeiro.
Durante los dos últimos
siglos ha sido una industria floreciente. Hoy estas góndolas
gigantes y pintadas de abigarrados colores han quedado como barco de
recreo para pasear los turistas por los canales de Aveiro.
Se propulsan con motores
fuera-borda, pero la forma tradicional era la pértiga la vela y la
sirga.
La parte que he visitado,
es una ciudad baja, con edificios de dos a tres plantas en la mayoría
de los casos, urbanización típicamente portuaria, con calles
paralelas al canal, aunque aquí al contrario que en Venecia la acera
el muelle y el camino para peatones y vehículos es la regla y no la
excepción como en Italia.
Se estima que las lagunas
formadas por la desembocadura de “o rio Vouga” que nace a pocos
kilómetros de distancia en el distrito de Viseu, abarcan una
extensión de cuarenta y cinco kilómetros en dirección norte sur
con una penetración oeste este de once; unos 495 Km2 en
total.
Con esa ubicación se
comprende que la gastronomía se fundamente en el pescado. También
es obvio que es lo que mas solicitan los visitantes de tierra
adentro. Las guías hablan de un sinfín de restaurantes desde uno
que ofrece buñuelos de pulpo Casa Matos al Salpoente, que ocupa un
antiguo almacén de sal y cuya carta está fundamentada en platos de
Bacalao.
Nosotros pernoctábamos,
no muy lejos, entendido eso como la distancia media a que se desplaza
un urbanita, es decir nuestro hotel se hallaba a menos de un Km de
distancia.
Pero en ese círculo de
800 metros de radio podría haber muy bien un centenar de
restaurantes algunos de los cuales como Salpoente aparecen en la guía
Michelin. Más cercano está Mercado do Peixe, una interesante
solución arquitectónica lo instala bajo los tejadillos del mercado
del pescado.
Restaurante Mercado do Peixe |
Nos ofrecieron un arroz
con bacalao y gambas de excelente factura en la linea del arroz
meloso de nuestro mediterráneo aunque aquí el meloso la untuosidad
la produce el bacalao.
No voy a abusar de las
descripciones gastronómicas al final esto sería un blog de
cocinillas y aunque es cierto que tengo textos con esa etiqueta
tampoco se ha de abusar.
Me llamó la atención La
Catedral de Aveiro muy próxima al museo de Santa Joana del que ya
hablé en mi comentario anterior.
Órgano nuevo de La Catedral de Aveiro. |
Tal vez la imagen que
mejor se recuerde sea el órgano nuevo ¿Quien dijo qué los órganos
no evolucionan?
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