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domingo, 19 de agosto de 2018

Nuevo paseo por San Miguel de Foces.


Nuevo paseo por San Miguel de Foces.


Pronto hará un año en que me acerqué a San Miguel con ojos de aprendiz. He pasado por Santiago de Agüero y por Luna.
Han sido visitas enriquecedoras, es bueno ver con ojos de neófito, es bueno visitar buscando la complicidad del maestro de obras, aquel que urdió el templo.

Estos días en San Miguel de Foces se hace una recreación de un hospital de La Edad Media. A mi me conmueven estas recreaciones, que crecen como hongos, en nuestra geografía. Tienen mas voluntad que exactitud, y mas imaginación que realidad histórica.

Por señalar en otra dirección, y para que el animus criticandi no parezca injuriandi, diré que he visto muchas recreaciones de tiempos del Imperio Romano donde los caballos llevan entre sus arreos estribos, los legionarios visten algo parecido a los leotardos y...
Bueno, que si, que hay comparsas de Moros y Cristianos por todo el litoral mediterráneo donde los participantes fuman puros, y portan armas como poco, doscientos años posteriores a la época que evocan.

Bien está lo que es juego, pero esa diacronía no se puede usar cuando se pretende hacer estudio histórico. Podemos terminar muy lejos de la realidad.

No hace mucho, un recreador me decía. “Y a mitad de la obra cambiaron de arquitecto...”

Hombre... mire usted, arquitectura es un estudio universitario que tiene poco mas de 100 años de existencia. Si no recuerdo mal, fue la promoción de Gaudí, la primera que obtuvo ese título sobre el de maestro de obras, que era el habitual.

Cambiar de maestro de obras no era fácil. Bien fuera; porque se había firmado un contrato y pagado un plazo, o más exactamente porque el pago se hacía a un maestro y un taller. Es decir que el maestro era una figura corporativa, y se esperaba que aun en caso de indisposición o fallecimiento del maestro la corporación sería capaz de terminar la obra. Era más común que mecenas o el cabildo que pagaba la obra se quedase sin fondos y la fábrica quedase suspendida hasta que nuevos recursos allegaban al tajo. Un maestro de obras era un hombre generalmente seglar, llamado a edificar un espacio sagrado. Un hombre llamado a sacralizar al modo católico un sistema de construcción laico, un sistema de construcción que ya tenía algo de sagrado en su origen.
Los hay que creen, que el hacer edificios de piedra esconde un reflejo subconsciente de inmortalidad. A lo sagrado se le otorga el material perenne, la piedra, a lo sagrado se le adjudica el material noble, el oro, la plata, las piedras preciosas.
Por lo que creo saber, el maestro de obras es en su forma un panteísta. Como tal actúa como una esponja de los credos para los que trabaja. Aunque en el fondo solo acepta, solo comprende la piedra y su orientación su obra de piedra y el cosmos, su obra y sus alineaciones astrales, su obra geodesia y geomancia, su obra y su relación con lo telurico.
Pero en toda obra existen dos componentes lo inmobiliario y lo mobiliar. Quiero decir que en el templo coexiste con su diseño las distintas dependencias y su función.
Ya he planteado varias veces que el templo en si es un calendario, con su juego de luces y sombras, eso sería lo inmobiliario. Otra cosa sería el encontrar un reloj de sol aunque fuese raspado en la pared, como sucede en San Miguel de Foces. El reloj de sol, aun que esté esgrafiado en la pared del templo, no tiene porque ser obra del constructor. Es generalmente mobiliario, es decir puesto por y para servicio de los habitantes del templo convento o claustro.
Arriba la primera imagen, corresponde a la de un reloj de sol actual que yo he diseñado para la latitud y longitud de San Miguel. La simple comparación sirve para resaltar las diferencias. Por mucho que el eje de la tierra tenga una orientación variable y que esta orientación produzca la precesión de los equinoccios el ciclo total es de 25.767 años equivale aproximadamente 50,29 segundos año, no parece que sea significativa en 800 años (menos de un día de variación total)


Que ahora se complementa con este escrito, seguirán otros...

sábado, 28 de abril de 2018

Mas Arcos Mas Piedra.

La arquitectura románica es en realidad un invento del siglo XIX.

Murillo de Gállego.
 Corresponde a una clasificación basada en el aspecto común, que tenían las construcciones agrupadas por la visión que de ellas tenía Charles de Gerville, historiador, naturalista y arqueólogo francés (1769 1853).

El término románico ya existía con el significado del nacimiento y desarrollo de las lenguas derivadas del latín. Al parecer Gerville, lo utilizó por primera vez en 1818 en una carta dirigida Arcisse de Caumont. Siendo este quien lo difundió en su obra Ensayo sobre la arquitectura medieval, particularmente en Normandía (1824).
Por lo tanto; al decir románico, de edificios románicos no estamos hablando de una escuela de un academicismo.

Hablamos, de unas construcciones, en su mayoría religiosas, que usan unas soluciones arquitectónicas de origen romano, y con planteamientos peculiares, regionales. Hay un románico normando, como existe un arte toscano o un toscano catalán. Hay soluciones estéticas a la jaquesa
 
Con perfiles muy particulares, “el románico” se extiende por toda la geografía medieval. Sin una unidad estilística total. Durante un amplio espectro de fechas. Y con imitaciones, o escuelas nacidas de una identidad teológico-religiosa como Cluny.
Dentro de este enorme catálogo hay una antología, una serie de chefs-d'œuvre que lo son por su factura delicada o por el uso que tuvieron. Obras maestras en traducción literal pero que deberíamos calificar como obras de maestros.
Porque es la maestría de sus constructores lo que las señala, el hallazgo de procedimientos y la mejora sucesiva de los ellos permite sobrepasar la escuela, el concepto de arte. y por encima de todo ello el cambio. El paso de lo románico a lo gótico. De un refugio para el intimismo y el retiro, a un edificio donde la luz y la piedra nos lleva a otro éxtasis. A otro forma de ver del mismo credo.

Y hablando de creer, tal vez el románico mas antiguo sea el nacido junto al retiro rupestre de algún anacoreta. Cuando en el año 529 San Benito de Nursia fundó el Monasterio de Montecassino comienza la historia de las ordenes religiosas. Han pasado escasos 100 años de la muerte de San Agustín en el 430 d. JC. Al primero hay que atribuirle una cristinación de la filosofía griega, y la primera regla para la vida en común (Tegaste). Debemos pensar que a imitación de Agustín los monjes tenían una actividad intelectual.
Será con Benito de Nursia, que empezaremos a intuir que el concepto de autarquía que quiere para sus fundaciones obliga al monje, cada cual según su capacidad a laborar la tierra y construir la casa. Es curioso señalar que San Benito es el patrón de los Arquitectos Italianos, aunque desconozco desde que fecha.
Lo cierto es que Montecassino está vinculado con Los Lombardos, con su historia y su cultura. Aquel pueblo, que da nombre a una de las formas arquitectónicas románicas, el estilo lombardo.
Pero es hora de dejar correr la imaginación, porque imaginar no será científico pero toda ciencia comienza cuando alguien se dice aquello de : ¡Qué curioso porqué o como funciona así?
Ya sabemos que el templo romano, como la ciudad, se diseña en el suelo. No hay pergaminos ni mapas, como mucho una caja con arena, y el suelo el frio y duro suelo que soportará el edificio, el templo.
Tendremos un Cardo Maximo y el Decumanus Maximo. El eje de la nave central será el decumanus con su orientación oeste este. El transepto la nave que representa el brazo corto en una iglesia de cruz latina se alinea con el Cardo Maximo orientado norte sur.
Algunas iglesias primitivas, y bastantes claustros posteriores no son rectángulos regulares, en las primeras las hay de forma irregular, intencionadamente o no pueden seguir una linea geológica, una tectónica mas cómoda y mas segura para soportar el peso de la edificación, o simplemente el arqui-tectón se equivoco a la hora de trazar las paredes.
Decía que son muchos los claustros que no son geográficamente cuadrados. No pondré ejemplos, si citare sin embargo varios ejemplos de iglesia que mantienen una discordancia severa con lo que debería ser geométrico.
Por ejemplo San Feliu de Beuda que aunque fue renovada en el siglo XII su edificación a base de sillarejo nos hace pensar en un privitivismo de medios y recursos serio. Santa María de Montbuí también en forma de vaso. Y tal vez, la mas intencionada de las distorsiones la iglesia octogonal irregular de Santa María de Eunate.
Santa Cecilia de Montserrat y San Sebastián de Montmajor entre los ejemplos en que la irregularidad se halla en el frontispicio de las mismas.

Irregulares y antiguas lombardas o cistercienses detrás de toda construcción románica se halla la razón y esta en sus dos acepciones. La razón como emblema del razonamiento y la razón como cociente razón matemática razón áurea... Pitágoras y Tales.

Y llegado este punto comprendo que para hablar con propiedad del románico hay que hacerlo buscando las raíces de su ser en lo más profundo de la historia.
Pero como no es mi deseo (ni me creo capacitado) hacer una tesis doctoral sobre piedras y canteros pondré mi vista y os haré mirar sobre aspectos lejanos de la matemática que subyacen en el arte de hacer iglesias en la montea y los canteros.

Sea para la planificación de un ábside, o dibujar en el suelo a tamaño natural un arco de medio punto partimos de la división de un semicírculo en partes iguales.
El diámetro dividido en N partes nos permite inscribir en el circulo un polígono de N lados.


Si recordamos el teorema de Tales. Aquel que habla de la proporcionalidad de segmentos en dos lineas que se cortan, vemos como es fácil dividir el diámetro de un circulo cualquiera en partes iguales. Algo que nos permite inscribir un polígono regular en un círculo. Ya tenemos el plano de un ábside o las dovelas necesarias para hacer un arco. Aunque en este último caso, la clave, y los ángulos de cada dovela serán ligeramente distintos. Ahora, os invito a mirar los arcos de medio punto con ojos de geómetra, literal y etimológicamente del griego geos tierra metros medida γεωμετρία geometría.
El templo es fruto de una medida geométrica, una medida de la tierra. El templo está orientado, literalmente mirando a oriente o al sol naciente. Muchas veces es un calendario solar, en una reproducción del cosmos, donde determinados días del año el sol...

Pero ya vale, es el momento de callar dejar que hable la piedra, es el momento de dejaros pensar, o de dejaros pensativos...

Hay arcos y arcos, solo son piedra dovelas que cubren medio círculo. Si observas notarás que las dovelas siempre son impares. Es más lo común es que se cuenten en número primo. Siete once trece... Todo esto comenzó con una visita a San Gil de Luna. Recuerdo que os debo la reseña. Perooo San Gil es uno de los llamados santos que ayudan. Santos que son trece o catorce, aunque algunos precisamente aquellos a los que El Temple rendía culto no existieron jamás.


domingo, 15 de abril de 2018

El hombre y la piedra o de Protágoras a Vitrubio


El Hombre y la Piedra.

No sabríamos precisar cuando, pero debieron ser en los albores de la hominización cuando algunos de los primeros homo comenzaron a apilar piedras y ramas para construir sus nidos, sus poblados.
Cientos de años después el hombre comienza a construir en piedra, primero son megalitos, galerías y círculos astronómicos. Stonehenge, la alineación de Las Pirámides de Giza o los templos de las culturas precolombinas.
Todas esas obras; representan una observación del cosmos, del cielo el sol la luna. En definitiva son una celosía, un enrejado cartesiano sobre el cual el hombre observa el universo.
Se trata de medir, acotar para comprender. Pero también hay una proyección del hombre en el cielo. Porque el hombre ve desde su óptica, desde insignificante tamaño el universo.
Asociado a la producción de ingenios, el hombre desarrolla la medida, y junto a la medida el número.
El dedo, la mano, el palmo, el codo, la braza, el pie, el paso. Y junto al número la milla, la legua, la vara...
En resumen una Babel de medidas, un sistema para cada cultura y aun dentro de una cultura un juego de medidas para cada pueblo.

Y la evolución sigue, ya no hablamos de cromañón y neandertal, hablamos del sapiens sapiens (el hombre que sabe que sabe) y en este grupo el homo tecnológico.
En resumen, nuestra especie observa, proyecta su cuerpo y mide, alcanza la geometría y construye. Simplificando mucho de las construcciones megalíticas a Egipto, (el tamaño) de Egipto a Grecia (la estética y la proporción) y finalmente Roma tamaño estética proporción e ingeniería. Eficacia y eficiencia en la construcción (eficacia resultados eficiencia movilización de recursos)
La caída de Roma significa una pérdida de eficiencia eficacia y técnica. La larga noche de la edad media, desde la alta edad media que comprende desde el 476 hasta el año 1000 y la baja y desde el año 1000 1100 según autores hasta 1400 el renacimiento.

En lo social y lo político son tiempos de cambios y de consolidación de reinos. En el arte la arquitectura, que según muchos estudiosos o es arte sino ciencia, participa de las bellas artes porque tanto el templo como el edificio civil son soporte para la pintura la escultura y hasta la música. Y Arte o no la arquitectura desarrolla dos estilos Románico y Gótico que son dos claros exponentes del arte, estilos que deben estar mas cercanos de lo que parece.
Los estudios que he abordado, a lo largo del desarrollo de mi afición a ver piedras, siempre me han parecido parciales. El edificio siempre tiene un fin, y es este el que configura su aspecto. La obra siempre tiene unos imperativos unas circunstancias temporales y materiales. Exige mano de obra materiales y conocimientos sin contar las creencias que se reflejan en ellos.
Por eso volviendo al principio, estamos en una época donde el factor humanización, cobra cada día mas importancia. Es para el hombre y por el hombre por lo que se construye.
Y el primer capítulo será ver las medidas del hombre sobre el templo, sobre la arquitectura.
El primer resumen de proporciones de estética para la arquitectura nos lo brinda Vitrubio (80 a. JC a 15 a. JC) durante todo la edad media fueron conocidas y conservadas sus obras. En distintas abadías y monasterios aunque no se volvió a tomar conciencia de su importancia hasta el renacimiento. Aprovecho el dibujo de El Hombre de Vitrubio de Leonardo de Vinci para dibujar sobre el algunas medidas. Hay veces que la mente te hace imaginar relaciones equívocas. Con la inexactitud de las medidas de una vara un triangulo rectángulo de una vara de lado tendría una hipotenusa cercana o equivalente a la medida de una Ana. Y si el triangulo formado por la cadera y la punta de los dedos fuese rectángulo, la diagonal o hipotenusa tendría la longitud de una braza, saliendo de la precisión del sistema métrico decimal, seguramente estamos ante un sistema que proyecta al hombre sobre el edificio.
Podemos estar ante otra explicación de aquella frase de Protágoras:
El hombre es la medida de todas las cosas
Es decir el hombre se proyecta sobre el universo y entiende y mide según su ser.