sábado, 11 de junio de 2011
Una caperucita muy muy especial.
Caperucita roja a psicoanalizarse va
en el diván tumbada las cosas de su ego
comienza a narrar.
Y el lobo terapeuta con mirada golosa
Los pechitos de la niña ardoroso mira ya.
como la tentará.
Licántropo perverso urdiendo estratagemas
La caperuza menarquia debe simbolizar.
Como la excitará
O tal vez indicio de un desflore accidental
Saliva el doctor lobo procaces alusiones
deseo y tremolar.
Ahogado en sus pasiones no sabe continuar
hasta que la nenita poniéndose en pie
con pícara sonrisa
se arregla las faldillas se abre el escote
se despide diciendo Huy ya son la ocho
no me puedo demorar
Me espera mi abuelita en la barra del bar
tal como está todo hasta las caperucitas
vivimos del descorche
y en algún otro cuento ejerzo de mujer fatal.
Darío
jueves, 9 de junio de 2011
Yo, ego mente cerebro y falacias
Era ayer; que pintaba a Rene Descartes meditando en la cama. Como es lógico suponer, no tengo ninguna certeza de que el célebre "cogito ergo sum" fuese producto de una meditación en el lecho. Aunque si se sabe, que Descartes uso esa forma de pensar.
En lo simbólico, que es lo que yo perseguía, si se pued coniderar valida la imagen. La meditación el pensamiento fructífero, parece reclamar una cierta calma del cuerpo.
Pensar es una actividad que auto-compensa. Se percibe un estado de placidez cuando el pensamiento es como en el caso presente filosófico.
Ahora bien el pensar; es decir, el asociar determinadas percepciones sensoriales directas, con otras experimentadas con anterioridad para obtener conclusiones nuevas, es un trabajo. Como trabajo produce fatiga. ¿Sabíais? Que con aproximadamente el 2% de nuestro peso, el cerebro, consume el 20% de nuestra energía.
Ayer también definía el Yo el Ego, como un manojo de emociones. Cualquiera que sea la forma de aproximarse al Yo; se suele hacer de dos formas, bien como la respuesta bioquímica del organismo a un estímulo. La versión Damasio. O una sucesión de estados de excitación emocional. Versión res cogitans de Descartes.
Sin embargo queda un campo de descripción práctica. En el que por ejemplo estarían las opiniones y los prejuicios. Opinión, es algo que todo el mundo tiene de muchas cosas. Tener opinión es un halago al Ego. Quiere decir que presupone que la mente, ha reflexionado sobre un tema, ha tomado datos a contrastado posibilidades y ha emitido opiniones. ¡Nuestra res cogitans funciona!
Pero no es así, el tener opinión o el llegar a tenerla, no garantiza la calidad del proceso mental. No garantiza tener criterio. Se puede llegar a tener una opinión, mediante un prejuicio. Es decir saltando los procesos de cuidadoso análisis.
La mente también le gusta hacer economías. Pero a la mente también le gusta premiarse, es probable que determinados pensamientos y opiniones generen un cocktail hormonal que nos resulte especialmente sabroso.
Os pongo un ejemplo:
Supongamos, que conozco a un señor octogenario. Soñador de independencias para su nación (Catalunya) al que repetidamente se le oye afirmar < Me moriría muy feliz y supiera que mis nietos disfrutarán de una Catalunya independent> Y se le queda una cara de placidez imaginando esa situación irreal que le produce probablemente un chute de endorfinas.
En su enunciado hay varios saltos, prejuicios que niegan la validez de su afirmación:
Una Cataluña así, -y hago un análisis no fundamental- tendría como primera medida un Barça inviable ¿Con quien jugaría la liga? ¿Le daría caché para fichar las figuras que tiene en plantilla? Lo mas probable es que no. Jugaría con el Mónaco o el San Marino pero probablemente no podría mantener por un equipo de estrellas. De la misma manera mucha de la industria local tendría que competir con otros mercados y hablando de fiscalidad, dejaría de recadar el IVA que ahora cobran de sus ventas en España, Algo que como impuesto al consumo lo cobraría el país de consumo final.
Otra falacia del pensamiento, es poner un condicionamiento a su muerte. La que supongo se le presenta -por la edad- como cada día mas inevitable.
A ver usted se morirá cuando su organismo no de mas de si, cuando la ciencia médica no tenga mas medios o su existencia no tenga valor, es decir cuando el debe de las discapacidades sea mayor de la satisfacción de vivir.
Por si fuese poco el rapto de egoísmo... pone la meta la hipotética meta en sus nietos, es decir se salta así de un plumazo la transición de una autonomía a una independencia. Algo que solo por el cambio que supone sería traumático en una u otra medida. Hay veces que en las redes sociales se leen cosas como, que lo echen, a la cárcel, pues bien eso es una falacia mental un atajo para dar curso al cabreo que produce una noticia. Pero no son solución de ningún problema. Solo la producción de un cocktail hormonal que nos equilibra de momento ¡Que cosas tiene la mente! Tendremos que vigilarla de mas cerca.
Darío
miércoles, 8 de junio de 2011
Aquel día, como muchos otros, Rene Descartes, permanecía en la cama obsesionado por obtener una prueba manifiesta de su ser. Hasta que de pronto la chispa salto. Cogito ergo sum, cuya traducción literal es: pienso, por lo tanto existo.
La función de pensar requiere un soporte preexistente para que el pensamiento, el cogito, tenga lugar.
La filosofía inaugura con Descartes el racionalismo. Pero entorno al sentido de la frase en francés («Je pense, donc je suis» ) se ha escrito mucho y se ha malinterpretado más.
Hace unos años (1994) un eminente neurólogo. Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica (2005) Antonio Damasio escribió un libro titulado el error de Descartes.
En el libro, mantiene con argumentos de la ciencia médica actual, que es un error el pienso luego existo cartesiano. Para Damasio pensamos por que somos, porque el pensamiento es una consecuencia de la existencia de nuestro cerebro. Como neurólogo y patólogo, Damasio sabe, que el pensamiento se ve afectado por la enfermedad, la tara genética, o la degeneración propia de la edad.
Teniendo sus buenas razones Damasio no deja de ser una razón parcial. La razón, la certera razón de quien trabaja sobre la res cogitans -la mente- como consecuencia de la res extensa -el cuerpo- descrito como algo susceptible de medidas físicas y aun muy desconocido por la medicina de los tiempos de Descartes.
¿Somos porque pensamos o pensamos porque somos?
La verdad creo que soporta tres formas.
En la primera la formulación de Descartes sabemos que hay una existencia, porque debe ser el soporte de un pensamiento que no se puede negar.
Sabemos que hay una forma de pensar modulada por la biología el planteamiento de Damasio. Tampoco se puede negar la evidencia de que la mente como consecuencia de una función corporal se ve afectada por la enfermedad, la intoxicación, o el deterioro.
Pero una observación psicológica, aun nos da otra razón. Pensamos y pensamos así, como hombres, porque existimos (Descartes). Nuestro pensamiento es esa forma; y no de otra, porque nuestro desarrollo neurológico así lo marca (Damasio). Pero nuestra conducta es así tanto por la base biológica, como por le bagaje de lo aprendido. Lo que ponemos en juego para actuar para elegir conductas -siendo conducta- la manifestación pública y visible de un ser vivo -conductismo-. [coloración, gestualidad, habla]
¿Pero qué pasa con las emociones? ¿Que sucede con esas manifestaciones internas? Ritmo cardíaco, tensión arterial, nausea, hambre apetito sexual. Esas cosas que muchas veces ocultamos para vivir en sociedad. Bien todo eso es lo que llamamos Ego.
El ego es un ramillete de emociones creado por nuestra res extensa y nuestra res cogitans, reforzado, realimentado por su propia andadura.
El ego, el yo. Me gusta verlo así, como una gavilla de emociones que desarrollamos ante la vida.
El crecimiento personal, nuestro desarrollo, pasa por el trabajo de comprender el ego. Eso se logra verbalizando emociones a la par que se hace focusing sobre la forma de experimentar del cuerpo.
Por ello, el entrenamiento autógeno (Schultz) y los métodos de control mental tipo Silva son indispensables.
Darío.
martes, 7 de junio de 2011
He visto al dios... y lo he oído :)))
Me voy de vacaciones, eso quiere decir que las aportaciones a este u otros blogs se harán mas espaciadas. Hasta puede que desaparezcan.
No me quiero ir sin plasmar aquí una ultima reflexión.
Ayer fui al templo de la crítica y vi a dios. Estaba como un júpiter tonante, sentado en el Olimpo sobre un trono de libros, que son, los exvotos de los editores.
Parece que existía la creencia que el roce de un libro con las nalgas de la deidad lo transforma en bestseller y si por un azar roza los genitales no salía solamente un bestseller sino una saga.
En determinados días, el dios toma la palabra y lee con voz hueca, algún trozo de texto de los libros a el consagrados. Yo lo oí. Asistía como fiel al ritual, cuando se oyó la voz en loa de un autor, que no recuerdo. Pero cual no fue mi sorpresa cuando una tos nerviosa vino a turbar el oráculo.
Hasta que de detrás de la estatua salió, un mequetrefe, enteco con aires de cretino que como el mago de Oz daba sonido a la imagen por medio de un megáfono.
En fin quedó al descubierto el intríngulis, hacía años que el templo de la crítica había pasado por una gran penuria. Porque para ser sacerdote en ese templo se requerían los conocimientos de un Vasari, la fecundidad de un Shakespeare y la mordacidad de un Quevedo. Ante la falta de novicios el tiemplo decayó, siendo al final comprado por los editores. todo era una trampa de los editores que comprendieron el negocio que suponía promocionar así un escrito.
Lo cierto es que la crítica nació con el industrialismo con la reproducción masiva del arte. El industrialismo-capitalismo, se apropió de esa idea y terminó por darle salida en los periódicos donde un plumífero se dedicaba ha hacerse eco de noticias literarias que en otro caso deberían ir firmadas con la R. de remitido (R. que se lee remitido, es la noticia que le diario inserta con tarifa de publicidad para que todos entiendan que se trata de una opinión ajena al diario)
En fin el negocio exige una uniformidad en el mercado meta, El target que diría un experto en marketing. Se comprende, como dentro de una cultura aluvial como la americana, hecha con muchos tozos de otras culturas, se requiere un voz que uniformadora de los gustos. La formula tuvo tanto éxito; que hoy hay críticos en restauración, en vinos y en indumentaria. Estos son personas, que con dudosa bagaje intelectual, se dedican a sustituir la falta de criterio de los consumidores.
Porque muchas veces solo es eso una monumental falta de criterio que se quiere sustituir por una opinión que se supone aquilatada.
Pero aun hay mas, hay quien bajo la escusa de ejercer la crítica, se dedica a desacreditar vejar e insultar, inventando por ejemplo epítetos como viejuno algo que no figura en el DRAE. Para poner a caer de un burro a un autor que no es de su gusto. En fin un crítico, es si es que quedan, es algo mas que un emisor de oprobios. Es alguien que debería conocer exhaustivamente el autor la obra su tiempo y su circunstancia para después de concienzuda hermenéutica, explicar pros contras, plagios inspiraciones y otros avatares de un autor.
Darío.
Apostilla:
Hoy vi a Dios como crítico de arte
Una pila de libros es su trono
como Júpiter sentado en el Olimpo.
exvotos que regalan editores
Júpiter tonante
Pretende el buen señor hacer bestsellers
a aquellos que toca con su nalgas
o rozan por azar sus genitales.
En el uso de epítetos tonante
por no decir grosero malsonante
Señor de la letra en plomo hecha
plumífero mendaz de vía estrecha.
Industria de escribir de lo que ignora
a precio de chacha de faena
cobra la hora.
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