Yo, ego mente cerebro y falacias
Era ayer; que pintaba a Rene Descartes meditando en la cama. Como es lógico suponer, no tengo ninguna certeza de que el célebre "cogito ergo sum" fuese producto de una meditación en el lecho. Aunque si se sabe, que Descartes uso esa forma de pensar.
En lo simbólico, que es lo que yo perseguía, si se pued coniderar valida la imagen. La meditación el pensamiento fructífero, parece reclamar una cierta calma del cuerpo.
Pensar es una actividad que auto-compensa. Se percibe un estado de placidez cuando el pensamiento es como en el caso presente filosófico.
Ahora bien el pensar; es decir, el asociar determinadas percepciones sensoriales directas, con otras experimentadas con anterioridad para obtener conclusiones nuevas, es un trabajo. Como trabajo produce fatiga. ¿Sabíais? Que con aproximadamente el 2% de nuestro peso, el cerebro, consume el 20% de nuestra energía.
Ayer también definía el Yo el Ego, como un manojo de emociones. Cualquiera que sea la forma de aproximarse al Yo; se suele hacer de dos formas, bien como la respuesta bioquímica del organismo a un estímulo. La versión Damasio. O una sucesión de estados de excitación emocional. Versión res cogitans de Descartes.
Sin embargo queda un campo de descripción práctica. En el que por ejemplo estarían las opiniones y los prejuicios. Opinión, es algo que todo el mundo tiene de muchas cosas. Tener opinión es un halago al Ego. Quiere decir que presupone que la mente, ha reflexionado sobre un tema, ha tomado datos a contrastado posibilidades y ha emitido opiniones. ¡Nuestra res cogitans funciona!
Pero no es así, el tener opinión o el llegar a tenerla, no garantiza la calidad del proceso mental. No garantiza tener criterio. Se puede llegar a tener una opinión, mediante un prejuicio. Es decir saltando los procesos de cuidadoso análisis.
La mente también le gusta hacer economías. Pero a la mente también le gusta premiarse, es probable que determinados pensamientos y opiniones generen un cocktail hormonal que nos resulte especialmente sabroso.
Os pongo un ejemplo:
Supongamos, que conozco a un señor octogenario. Soñador de independencias para su nación (Catalunya) al que repetidamente se le oye afirmar < Me moriría muy feliz y supiera que mis nietos disfrutarán de una Catalunya independent> Y se le queda una cara de placidez imaginando esa situación irreal que le produce probablemente un chute de endorfinas.
En su enunciado hay varios saltos, prejuicios que niegan la validez de su afirmación:
Una Cataluña así, -y hago un análisis no fundamental- tendría como primera medida un Barça inviable ¿Con quien jugaría la liga? ¿Le daría caché para fichar las figuras que tiene en plantilla? Lo mas probable es que no. Jugaría con el Mónaco o el San Marino pero probablemente no podría mantener por un equipo de estrellas. De la misma manera mucha de la industria local tendría que competir con otros mercados y hablando de fiscalidad, dejaría de recadar el IVA que ahora cobran de sus ventas en España, Algo que como impuesto al consumo lo cobraría el país de consumo final.
Otra falacia del pensamiento, es poner un condicionamiento a su muerte. La que supongo se le presenta -por la edad- como cada día mas inevitable.
A ver usted se morirá cuando su organismo no de mas de si, cuando la ciencia médica no tenga mas medios o su existencia no tenga valor, es decir cuando el debe de las discapacidades sea mayor de la satisfacción de vivir.
Por si fuese poco el rapto de egoísmo... pone la meta la hipotética meta en sus nietos, es decir se salta así de un plumazo la transición de una autonomía a una independencia. Algo que solo por el cambio que supone sería traumático en una u otra medida. Hay veces que en las redes sociales se leen cosas como, que lo echen, a la cárcel, pues bien eso es una falacia mental un atajo para dar curso al cabreo que produce una noticia. Pero no son solución de ningún problema. Solo la producción de un cocktail hormonal que nos equilibra de momento ¡Que cosas tiene la mente! Tendremos que vigilarla de mas cerca.
Darío
5 comentarios:
Una teoría interesante, cierto.
Mas que teoría una hipótesis de trabajo. Observa, como los políticos y sus socios llevan a mantener el "orden constitucional" en gran parte porque es el esquema mental en el que viven.
Por su parte los indignados, hablan de cambiarlo.
Cuanto mas dura es la respuesta de los políticos en el rechazo a un cambio externo. Mas claro me parece que defienden un espacio, un coto, para el orden, su orden, aquel que les permite mantener sus privilegios.
Nunca hay diálogo cuando una de las partes considera una propuesta como contraria a lo que admite su ego. Por su parte los indignados proponen cambios pero no explican como.
Indignados, bah...ni uno sólo de ellos rechazaría un enchufe, lo cual puede ser cruel incluso comentarlo tal y como están las cosas. Pero lo digo por el estado mental que sustenta esa posibilidad a la que me refiero, la misma que haría del indignado un chupóptero más caso de ostentar poder alguno. Y eso me hace desconfiar profundamente de movimientos nacidos de la desesperación y vertebrados por simples hilillos de humo.
Rascamos la superficie de las cosas, analizamos los remolinos de superficie. Controlamos los primeros estratos de la mente pero el mono sigue viviendo en las profundidades abisales de nuestra psique, dispuesto a dar el próximo brinco. Y el tigre el próximo zarpazo. Lo cual me lleva a desconfiar de controles mentales formulados sobre la base del 3,2,1. Hay regiones cuya luz ciega, es una luz maravillosa. La única capaz de iluminar y cambiar fondos tan negros, inercias consolidadas a lo largo de millones de años de Evolución de la consciencia en la materia. Por eso desconfío del psicoanálisis como herramienta capaz de alquimia alguna.
Democracia real, gritan. Estúpidos.
No hay democracia si el demos se compone de menores de edad altamente manipulables y efectivamente manipulados Lo cual me lleva a pensar en la alternativa posible. Pero no la sé, al menos de momento. Y por eso, si planto una tienda de campaña, lo hago bajo las estrellas de la montaña.
Recibe un cordial saludo, Darío
Jordi
Por partes.
No negaré que los revolucionarios franceses fueron mas tiranos, que la monarquía que derribaron. Tampoco se oculta, que el mayor avance democrático de esa revolución, fue la guillotina. Antes de la revolución, el rico y noble, era si llegaba el caso, ajusticiado con la mayor limpieza decapitado. Mientras que la venganza popular pedía la hoguera y /o la tortura previa al pobre. Herencia de Roma supongo.
Tampoco se puede ocultar,que los que mas daño han hecho en España, al principio de la separación de poderes, (Montesquieu) son aquellos que se encandilaban con el Mayo del 68.
Mucha izquierda española, llenas sus bocas de democaracia, asistió al escándalo Felipe Gonzalez; los descarados cobros de comisones del AVE, el juego de los GAL.
Tampoco se puede ignorar que la limpieza que se esperab del PP de Aznar fue un simple enjuague.
No es posible, a la luz de la naturaleza humana, esperar grandes cosas de este nuevo movimiento. Cuando algunos de esa generación lleguen al poder, serán tan mangantes como los actuales o peor.
Pero no es el tema social o político el objetivo de mis reflexiones. Aquí estoy intentando marcar las tintas sobre el individuo, sobre ese amor que tenemos a nuestras fantasías. El caso del nacionalista descrito antes, ilustra como se puede deplazar hacia el futuro un acontecimiento imposible (imposible tal como se imagina por el sujeto) y sin embargo dar una sesación de paz y de lucidez interna suficiente como para seguir ese camino. Camino al que la menor aproximación y observación cuidadosa lo presenta como una ruta plagada de dolor dificultades y sufrimiento. En resumen, estoy hablando del amor del individuo a sus creeencias, que en el fondo solo es un amor a su ego, A su mente y los dispartes que en su nombre se hacen.
Así mientras unos claman por la defensa de las instituciones como garantía y otros sobre la limpeza y cambio de esas instituciones. Cuando en realidad la lucha es por matener como algo vivo e independiente el ego de cada uno. Ese ego que solo es un manojo de emociones.
Darío
Sí, eso mismo decía, más o menos.
Sobre las funciones,
Sufrimiento = f (ego)
Ego = f (emociones)
Emoción = f (biología)
Biología = f (química)
Química = f (física)
diría que son parcialmente exactas y que constituyen una visión muy aproximada de entender la realidad; una formulación parcial de la existencia que deja profundamente insatisfecha a la inteligencia.
Pero estamos de acuerdo en el temita de la Indignación y sus causas sociales.
Un saludo
Publicar un comentario