Los árboles de Silos
Sorprende al visitante que llega a Silos por la carretera de Lerma.
Ver ante la puerta del convento, una enorme secuoya mas grande y frondosa que el ciprés que inspiró a los poetas.
Caminas unos metros y algo mas allá, junto a la iglesia, se ve la puerta que da acceso al claustro viejo. Aquel que comenzó a edificar Santo Domingo.
Un avez dentro se encuentra el viajero con el ciprés del que escribieron Perez de Urbel o Gerardo Diego. Sin olvidar que a el o al convento dejaron versos escritores poetas tan distintos como Manuel Machado, Alberti, Gomzalo de Berceo o Unamuno.
Y puestos a escribir no evitarás lector mis versos:
Los árboles de Silos
Hay a la entrada de ese monasterio
plantada ostentosa una pariente
del famoso ciprés que penitente
acompaña a los monjes en sus rezos
El ciprés secuoya que en el pórtico
galas y atuendos mundanales luce
que humilde asceta sin dudar parece
el del claustro a su lado tan pequeño.
Es en cambio a este ciprés anacoreta
magro pequeño enjuto y severo
el que inspiró siempre a los poetas
de la fe benedictina eres semblanza
árbol que en el cielo buscas dueño
como ascetas que elevan su esperanza.
Darío
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