domingo, 26 de junio de 2011
sábado, 25 de junio de 2011
Los árboles de Silos
Sorprende al visitante que llega a Silos por la carretera de Lerma.
Ver ante la puerta del convento, una enorme secuoya mas grande y frondosa que el ciprés que inspiró a los poetas.
Caminas unos metros y algo mas allá, junto a la iglesia, se ve la puerta que da acceso al claustro viejo. Aquel que comenzó a edificar Santo Domingo.
Un avez dentro se encuentra el viajero con el ciprés del que escribieron Perez de Urbel o Gerardo Diego. Sin olvidar que a el o al convento dejaron versos escritores poetas tan distintos como Manuel Machado, Alberti, Gomzalo de Berceo o Unamuno.
Y puestos a escribir no evitarás lector mis versos:
Los árboles de Silos
Hay a la entrada de ese monasterio
plantada ostentosa una pariente
del famoso ciprés que penitente
acompaña a los monjes en sus rezos
El ciprés secuoya que en el pórtico
galas y atuendos mundanales luce
que humilde asceta sin dudar parece
el del claustro a su lado tan pequeño.
Es en cambio a este ciprés anacoreta
magro pequeño enjuto y severo
el que inspiró siempre a los poetas
de la fe benedictina eres semblanza
árbol que en el cielo buscas dueño
como ascetas que elevan su esperanza.
Darío
Se Acabó
Salí de Barcelona siguiendo la marca que la leche de Amaltea dejó en el cielo. Como buen despistado que soy; me dejé en casa la conexión del PC, así que he estado mudo y ciego para la red. Ahora iré pasando los apuntes al blog.
Ha sido un viaje denso. Silos, Covarubias, Lerma, Vetusta, Estela, Marineda... Con algo de bosque encantado y de El Malvado Carabel es decir Anduve por tierras de Domingo de Cañas el Cid, el sin vergüenza Duque, Clarín ,Wencesalao Fernandéz Florez y como no la Pardo Bazán.
Una mezcla de antropología mito literatura y ... gastronomía. De todo daré cuenta poco a poco. Ahora voy a ponerme al día en el correo.
Hasta Luego.
Darío
sábado, 11 de junio de 2011
Cipres de Silos (Variación sobre Gerardo Diego)
Para Maite León Cortés
Enhiesto surtidor de sombra y sueño
enraizado en las riberas del Arlanza
de la fe benedictina eres semblanza
árbol que en el cielo busca dueño.
Darío
Una caperucita muy muy especial.
Caperucita roja a psicoanalizarse va
en el diván tumbada las cosas de su ego
comienza a narrar.
Y el lobo terapeuta con mirada golosa
Los pechitos de la niña ardoroso mira ya.
como la tentará.
Licántropo perverso urdiendo estratagemas
La caperuza menarquia debe simbolizar.
Como la excitará
O tal vez indicio de un desflore accidental
Saliva el doctor lobo procaces alusiones
deseo y tremolar.
Ahogado en sus pasiones no sabe continuar
hasta que la nenita poniéndose en pie
con pícara sonrisa
se arregla las faldillas se abre el escote
se despide diciendo Huy ya son la ocho
no me puedo demorar
Me espera mi abuelita en la barra del bar
tal como está todo hasta las caperucitas
vivimos del descorche
y en algún otro cuento ejerzo de mujer fatal.
Darío
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