Es el día de San Pedro de
Vaticano.
Es curioso pensar que hay
turistas que irán Al Vaticano y no verán Roma y a la inversa visitarán Roma sin
mirar El Vaticano. Usamos transporte
público el Metro. Se puede decir que el
metro romano es como el saber veloz y profundo.
Roma solo tiene dos líneas de suburbano, pero dan un sentido de
eficiencia que no se ve en otros metros por ejemplo el de Barcelona, además es
más barato. En general el transporte urbano es eficiente y un billete 1.5 € da
derecho a 100 minutos de viaje en cualquier medio.
Nosotros elegimos el metro por
pensar que las estaciones, paradas son mucho más fácil de identificar que el
stop de un bus o de un tranvía. El servicio de información del tren avisa de la
próxima parada seguida de un uscita lato destro (salida por la derecha del
vagón) La mayoría de las veces. Nuestra parada es Ottaviano. Desde allí a la
plaza de San Pedro son dos pasos.
Tenemos visita concertada con
guía a las 11.30 así que pasearemos un poco por la plaza y entraremos en la basílica antes de acudir a la entrada
de turistas.
En la plaza ya están haciendo su
negocio los "tanes" pakistaníes o así venden como ayer agua sombreros
y sobre todo en la puerta de los templos pañuelos de seda artificial, yo no
comprendía el motivo hasta que accedimos al templo. Primero se pasa un estricto
control de metales bolsos y personas son sometidos a un cacheo electrónico.
Unos carteles avisan de la necesidad de vestir con decoro y allí es donde entra
en juego el pañuelo, este es grande y se puede usar a la manera de un pareo
para disimular los pantalones shorts que usan algunas "visitantas" también
puede ocultar hombros cuello y canalillo mórbido.
Todo sea por la apariencia.
Luego dentro de la basílica, la gente se hace fotos bajo las pilas de agua
bendita como se las podía hacer en la fontana de Trevi. Aunque el espectáculo,
más sorprendente lo vería yo en otra basílica muy lejana a la de San Pedro.
Ante mí un creyente oriental rezaba o meditaba con devoción, mientas su hijo
hacía unos ejercicios de tai chi. Todo sucede mientras se concelebra una misa.
¡¿^o^!?
Me encaro con la Pietá de Miguel
Ángel que tras una barrera de cristal antibala nos muestra el dolor de la madre
con el hijo yacente en el regazo.
Hay altares Cristos y pinturas
barrocas, El baldaquino de Bernini, que parece pequeño con sus 29 metros de
altura bajo la enorme cúpula. Hay momias de papas, impresiona la del Papa bueno, Juan XXIII, última en llegar, en el
pasillo central del crucero unas losas de mármol reproducen las longitudes
respectivas de las catedrales del mundo. San Pedro es la mayor, el clero se
satisface con este juego infantil. En lo personal me cuesta encontrar al
nazareno bajo tanto oropel. Alguien me aparta con cierta contundencia es un
¿ujier? que abre paso a un clérigo que
va o viene de decir misa.
Desisto de bajar a la tumba de
Pedro como de subir a la cúpula eso no creo que entre en lo necesario para
ganar la indulgencia de la peregrinación. Hace falta mucha fe para creer en el
catolicismo después de tan suntuosas visiones.
Son las diez y decidimos
acercarnos a la entrada de los museos vaticanos, las colas ya eran visibles
cuando pasamos por la entrada cuando salíamos del metro. Ahora son enormes. Hay
dos colas la de los que ya tienen entrada y hora y las de aquellos que no y
deben añadir dos horas de cola para acceder la taquilla que da acceso a la cola
de entrada. Junto a la puerta se nos informa que no podemos entrar hasta la
hora y se nos indica un probable lugar de reunión para los que entraremos con
guía.
Hace calor ¿donde esperar? Justo
frente a la puerta de los museos pero dentro del estado italiano hay un bar
cafetería o tavola calda quien necesitará nada caliente. Decidimos esperar
allí.
Un café americano y un plato de fruta cortada sobre hielo, no parece mala
opción para un junio con temperaturas de ferragosto. Y si ayer hablaba bien del expresso italiano
hoy me dan la de cal, el plato de frutita y un aguachirris de café americano
(lo habíamos pedido) 18 € coooñoooo.
Cuando pregunto me aseguran que el café está hecho con agua de la pila
bautismal de San Pedro, ole sus pelotas. En fin ya sabéis... en los museos
hemos pactado visita completa consta de exposición de la entrada, Capilla
Sixtina, Logias, patios y Torreón de los Borja...
Un enjambre de guías, en esa
nueva babel, va reuniendo a su grey. Permaneceremos unidos virtualmente unidos
con la guía mediante un pequeño receptor de radio. Por cierto también veremos
la Radio Vaticana o su antena, que es el lugar desde donde Guillermo
Marconi había hecho las primeras pruebas
de T S H.
Lo primero que enseñan son los
regalos al papado de diversos artistas. Hay pinturas y esculturas de los
últimos cien años que entroncan con las manifestaciones artísticas de los dos
milenos aproximados de vida de la institución. Me sorprendió ver una casulla
diseñada por Matisse y si no recuerdo mal también hay obras de Miró.
Hago una pregunta indiscreta.
¿Todo lo que se regala a los Papas e expone en el museo o pasa algún tipo de
filtro? Artístico quiero decir... No claro hay una comité de los museos
vaticanos que dice que se exhibe y que no.
Ah es que había oído no se que de
un "San Pedro de Botero" que se había retirado por motivos obvios...
Luego me explicaron la Capilla
Sixtina Las Logias y el Torso de Belvedere, nada que mejore los documentales de
la Tele ni las explicaciones ya conocidas. Tópicos.
Volvemos a la calle por la
Basílica, otra vez la Pietá.