martes, 22 de septiembre de 2015

Racionalismo y Descartes II


Decía que Rene Descartes dice en su discurso del método.
"Mais aussitôt après je pris garde que, pendant que je voulais ainsi penser que tout était faux,” (Pero poco después me hice cargo de que, mientras que yo deseaba pensar que todo era falso) Era necesario que yo que lo pensaba fuese algo.
Algo que nos llevó al pienso luego existo o pienso luego soy.
Y no es Descartes el primero que enuncia este juicio, Gómez Pereira ya había hecho enunciados similares casi un siglo antes. Gómez habla de los phantasmas como creaciones de la mente humana, y no se está refiriendo a almas en pena, se esta refiriendo a entes no reales creados por la imaginación humana o recreados por la memoria.

Y Descartes se pierde, no es capaz de volver al alma racional aristotélica y de la mano de la educación de los jesuitas cae en un alma platónica, bendita por la religión, y tropieza otra vez en un hombre dual.

Pero no hay duplicidad no has abscisas y ordenadas, no es cogito ergo sum con el cual le conocemos. Ni hay un ego ni hay un yo. Yo soy mi memoria, en cuanto que recuerdo episodios de mi vida, eso me hace recordar las vivencias con los míos, y también con los enemigos.
Porque somos el pensamiento, yo soy así porque así me pienso...
Tu eres tal como te piensas, como te recuerdas...
(Una realidad física, solo nos parece real en un intervalo. Nos lo parece en tanto que la percibimos, por medio de unos sentidos; pero ya sabemos, que esa percepción tiene unos umbrales, que están marcados por una frecuencia como el sonido y la luz, marcados por una intensidad umbral de sensación y por un crecimiento del estímulo, que no es lineal para que percibamos mas luz mas sabor o mas presión el estímulo ha de crecer en progresión geométrica.)

Y si vosotros ya sabéis eso, que el entorno la realidad, es un sensación que llega al cerebro, y si reconocéis conmigo que vuestra memoria en episodios es vuestra vida, aquello que recordáis.
¿Qué os impide reconocer el hecho de que vuestro yo es vuestro pensamiento?
¡Qué vosotros sois vuestros juicios! ¡No hay metafísica! Solo hay lo que parece.
Pero sabéis que no hablo tanto de lo que la mente percibe sino de lo que la mente elabora, tu eres tus juicios, tus opiniones tu eres lo que muestras hacia los demás.
Y eso si puedes cambiarlo. Cambia tu juicio sobre el vecino y habrás cambiado tu. Deja el pensamiento que te invita al recelo, y habrás cambiado tu.

Y cuando todos los tu del mundo inicien el camino de ese cambio, la humanidad también habrá cambiado.
Los psicólogos juegan a estudiar la memoria, hacen test de inteligencia, pero desconocen la esencia de una y otra.
Clasifican las memorias y los aprendizajes algo equivalente a saber como son los circuitos de un ordenador en función de como busca y presenta los datos.
Ninguno tiene el valor de atreverse con los juicios, con las razones últimas de la conducta.

Racionalismo y Descartes.


Hablaba el anciano con varios de los suyos.
Era una reunión; mas informal si cabe, que las del resto de su actividad. El pensador; que era como le gustaba que lo llamarasen, los miembros de su circulo íntimo, hablaba de manera mas distendida.
Había en sus palabras menos de gurú y mas de docente, porque nadie dudaba que el era docto.

Docente y docto son los participios activo y pasivo de docére en latín enseñar. Y bromeaba muchas veces con aquello de que no se puede enseñar sin ser docto. Como tampoco es posible ser saliente, sin haber salido.

En realidad, y aunque tomaban una figuración al uso de los gurús supuestamente hindúes o a la mas atrevida de los coach anglosajones. Porque gurú o maestro o coach o entrenador, solo puede serlo el docto, el que ha pasado por las circunstancias del acólito.

Y no solo eso la figura es la de un ser que debiera conocer a modo de guía de montaña tanto las dificultades de la ascensión como las capacidades del coachee (entrenado) para ello debe conocer también las emociones y el sentir del alumno. El pensador creía, que ese desde esa posición era muy difícil mantener la ética.

Recuerdo haber tenido una conversación privada con el sobre el tema, yo decía que existían desempeños como los de los políticos o los banqueros que están por razón de su ser carentes de cualquier rastro de ética. El me reprendía suavemente, diciendo que la ética era una rama de la filosofía, que en su grupo creían mucho mas correcto usar el término elegancia e inelegancia. Que era peor llamar a un político a un empresario o un banquero inelegante que acusarlo de falta de ética.

En su filosofía; lo que quiere decir en su modo de ver, tenía mucha importancia la solución personal.
Por eso muchas veces, jugaba con la ambigüedad propia de las escuelas orientales, en las que es el alumno crea su saber a medida de su creencia, y siempre en una solución personal.

Por esa razón nunca negaba ni exponía doctrinas filosóficas, él esperaba que cada oyente elaborase la suya a partir de su necesidad. A partir de su elegancia (forma bella y armónica de expresarse.

Pero los veteranos sabíamos, que podía cuando quería era muy preciso, en las citas de los filósofos; que entraba en ellas con una mete aguzada como un escalpelo.
Normalmente razonaba, seccionaba y presentaba, con eficiencia; con la eficiencia de un cirujano; la disección del razonamiento del que se hablaba. No dejaba espacio ni a la pregunta socrática ni para la objeción.

Pero escuchemos:
Descartes decía aquello de "il fallait nécessairement que moi qui le pensais fusse quelque chose" que El Discurso del Método lo escribió en su lengua matena. Su filosofía es racionalismo porque todo lo remite a la razón. Y eso que después se concentró en el adagio cogito ergo sum era la consecuencia de la duda sistemática de todo. Porque la conclusión de Renato era de una obviedad aplastante, aunque todo fuese apariencia el como ser pensante existía.
Aunque ahora que miro el reloj, será cuestión de aplazar lo que cuento para otro momento.

viernes, 4 de septiembre de 2015

Sobre la inteligencia.


Era un fin de semana casi otoñal. Algo que no se correspondía con el correr del calendario, solo era la primera semana de septiembre. El maestro miraba con tranquilidad a varios de sus discípulos preparar el pequeño bagaje, era la hora de volver a la ciudad a los estudios o al trabajo. Los que marchaban eran los discípulos de estío.
La tropilla del maestro se componía  de dos tipos de seguidores.
Por una parte figuraban los fijos, aquellos que habían aceptado vivir con él, en un ascetismo no riguroso pero severo, sobre todo a la hora de entender la sociedad de la que se alejaban. Estaba formado por hombres y mujeres casi al cincuenta por ciento y con una amplia gama de edades.

El segundo grupo, lo formaban jóvenes que venían junto a él a pasar unos días del verano, traían la idea de reflexionar sobre sus vidas y el sentido que tenían. Cierto que alguno de ellos se había tomado un año sabático para reflexionar tanto sobre su persona como sobre su trabajo.
Esta división meramente formal no se percibía hasta después de un periodo largo de convivencia.

No había vestido, ni túnica, ni cambios en el aspecto que pudiera significar pertenencia al clan. Los había que usaban raparse la cabeza y convivían los que lucían melenas a la jamaicana.

Nada estaba prohibido, ningún estilo de vestido era impuesto. El maestro decía, que en el terreno de la ropa y los aderezos cada uno podía obrar como quisiera, "es el interior del hombre quien con el tiempo, hace de su imagen el testimonio de su credo". Y el primer credo de los que aquí vivimos, es creer en nuestro yo.
Lo cierto era, que conforme pasaban un tiempo en la compañía del santón, las estridencias en color de la ropa, los pelitriques y requilorios, tanto en el indumento como en el habla desaparecían. Si horrorosos son los excesos en la ropa, no lo son menos los circunloquios tales como, yo mismamente, o personalmente opino, que ni añaden nada a la mismidad; ni le dan mayor valor a la opinión. Esta  ha de ser siempre el fruto de un análisis personal.

Pues bien, ese día caminaba junto al maestro  un hombre de edad incierta, maduro si, que lo mismo podía estar al final de los treinta que en la puerta de la sesentena. En el grupo era norma que nadie supiera de nadie.
La experiencia demostraba que llegar a la tribu vestido con las galas del trabajo, era muy contrario al interés general.
Porque una vez sabido que el señor calvo aquel, o la mujer aquella de madura belleza eran en su vida social, Don... o la dos veces doctora y poseían varios doctorados o la presidencia de tal o cual consejo de administración. Hacía que el resto de la grey terminara por hablar al cargo, al título, ignorando en realidad a la persona.

Y aunque el hombre había demostrado una mas que correcta educación y un gran conocimiento sobre materias de informática, nadie sospechaba que se trataba de el coordinador de un grupo especializado en inteligencia artificial, que probablemente pasaría a la historia como el padre de los robots inteligentes.

Y a ese individuo, precisamente a ese el maestro decía:
  • Estoy seguro, que pronto, habrá un día en que las máquinas, serán mas inteligentes que los hombres.
Entendiendo la frase como un cumplido el aludido contestó:
  • Gracias, será el esfuerzo de varias generaciones y me sentiré dichoso de ser el líder del equipo que corone esa cumbre de la técnica y la ciencia.

El maestro con una sonrisa cariñosa que ocultaba si la había, cualquier rastro de ironía dijo:
  • No se si me he expresado bien, yo no estoy hablando de los avances de la psico-ciencia artificial. Si opino, que pronto las máquinas serán más inteligentes que el hombre, lo hago desde el convencimiento del deterioro de inteligencia humana.
    Mira el hombre no es un animal muy fuerte y pronto aprendió a hacer trabajar a los animales por el. Y probablemente desde que aprendió a manejar a los animales para sus fines. O cuando aprendió a usar la fuerza del viento, del agua, del fuego en su beneficio; cambió su desarrollo corporal por el desarrollo mental.
    Nuestro urbanita es hoy mucho menos robusto que el campesino de hace varios siglos. Pero aun hay más desde los más tempranos esbozos de nuestra historia han existido calculistas, gentes especializadas en obtener la medida de las cosas. Escribas dotados del arte de plasmar en signos las palabras. Hoy no quedan ni unos ni otros, te reto a que encuentres un pendolista o a un hombre común capaz de resolver una raíz cuadrada...
  • Claro no son necesarios, contestó el aludido, las máquinas escriben y corrigen los errores, y en cuanto a la capacidad de cálculo quien la necesita si un ordenador doméstico es capaz de multiplicar por diez mil la velocidad y exactitud en la resolución de problemas...
  • Si eso es lo preocupante, admites que el hombre es mas débil que la máquina movida por vapor o por electricidad. Admites que ya nadie sabe calcular rápido, no es necesario. ¿Y quieres fabricar una maquina un robot? ¡Qué libere al hombre del pensamiento! Ve, pero piensa primero en las consecuencias de la informatización ad náuseam...


sábado, 22 de agosto de 2015

Por una almeja (de la serie el sabio de la montaña)


Aquel día, el maestro había bajado con su compaña hacia las playas de la ría. De manera poco usual, habiendo dejado atrás las cabañas en las que los pescadores vendían su cosecha, y en las cuales solía pedir una limosna compuesta por morralla y otros restos, de la venta, con los que mas tarde hacían un zampalopresto, sabroso y perfectamente adaptado a su sentido literal. Las rebasaron ampliamente y maestro y discípulos terminaron por aprovisionarse de moluscos en los roquedos y las arenas del litoral.

Hablaban entre ellos sin orden y concierto en un ejercicio de libertad, entendida esta, como la falta de método y reflexión. El anciano era de la opinión que no siempre convenía ejercer el juicio o mejor aún que convenía de vez en cuando liberar el pensamiento del razonamiento extremo, que el divagar disparatado de la mente no siempre produce monstruos, también a veces y por casualidad ofrece puntos de vista de gran poder analítico y creativo. Entre ellos por parejas o tríos desgranaban una conversación inocua hasta que uno de ellos, se dirigió al joven que conocimos ayer aquel que había contestado <>
Ayer le dijiste al maestro, que solo a dios le era dado ver su obra desde la cumbre. ¿Tu crees...?
  • No, yo no puse a dios en mi discurso yo cité textualmente creador.
  • ¿Y creador no es Dios?
  • No necesariamente, todo depende de tu concepto de dios. Porque si dios es un ser supremo omnipotente omnisciente que necesidad hay de llamar a dios creador.
  • ¿Quieres decir, que puede existir un creador distinto de dios?
  • No, pero creo que tienes que recordar la opinión que de dios tiene el maestro. No estará mal que cuando haya ocasión, le preguntes.
    El joven que había hablado primero pareció turbarse.
  • No no, si yo yo...
  • No te asuste nunca el preguntar ni decir que algo no entiendes, nuestra riqueza es el viaje desde la ignorancia al saber. Yo te ayudaré a sacar el tema no te preocupes. El destinatario de la frase pareció calmarse un poco pero aun se apreciaba cierto desasosiego en su mirada.

Siguieron añadiendo a sus cestas sin mucho orden lapas mejillones almejas navajas coquinas chirlas. Todo terminaría abierto y asado al fuego sobre una laja de piedra. Comida frugal y no por que el grupo y su gurú tuviesen algún voto de pobreza, al contrario, vivir alguna vez de aquello que la naturaleza ofrece y se puede obtener con las propias manos era un rasgo de nobleza entre los hombres que seguían al anciano. De la misma manera cuando se alimentaban de los pescados invendidos por los pescadores el maestro hablaba de compartir con los mas humildes el sustento.

No asustaros, decía el buen hombre, en compartir la mesa con el humilde. Hay mas alegría cuando visitas la mesa del pobre, que cuando el rico te invita a mantel de hilo y cubierto de plata. Aunque ni la botarga ni el garum estaban lejos de amedrentar al paladar de la tropa que lo acompañaba.
Habían dado cuenta del almuerzo, y los jóvenes que anteriormente oímos estaban sentados uno cerca de otro. El que había preguntado sobre el creador se entretenía en pasar el dedo por la superficie exterior de una concha. Se diría que estudiaba con detalle la morfología del molusco que la creó. Miraba con atención los distintos colores que parecían formar rayas y pasaba el dedo para comprobar que solo era dibujo sin que el mas pequeño relieve reforzase su estructura.
  • ¿Qué meditas? Le dijo, en voz suficientemente alta para que lo oyeran todos, pero sin que pareciese que quería llamar la atención de los miembros del grupo. El aludido levantó la mirada y dijo:
  • El otro día tu hablaste del creador y de que solo el podía ver toda su obra con sentido. Que el hombre, solo puede ascender poco a poco en su conocimiento y yo me preguntaba la razón de estas nervaduras que aunque pueden parecer como un refuerzo, una estructura, cuando las miras de cerca no percibes que no sean otra cosa que un dibujo. No se si las partes mas obscuras que parecen radios corresponden en realidad a lago equivalente a las columnas de un edificio humano.
  • Buena pregunta, en el fondo tu cuestión es fundamental. Vivimos en un mundo de apariencias o un mundo de realidades. O es una simbiosis entre apariencia y realidad.
  • Pero para el creador, para dios, hay una realidad absoluta y para mi mente solo es una apariencia...
La mención de dios, aunque fuese bajo el convenio gráfico de escribirlo con minúscula, llamo la atención a todo el grupo. El maestro levantó la mirada y por unos momentos pareció que iba a intervenir. Pero viendo que había varios discípulos dispuestos a participar se abstuvo, dando con su silencio y mirada a paso a otras intervenciones. El primero en tomar la palabra fue un pelirrojo de piel de zanahoria que con aplomo dijo:
  • Dios y creador no pides nada, te remontas a Marduk el dios creador de los babilonios, allá por el 1700 antes de nuestra era, porque sabrás que antes de Marduk y aun después de él hubo muchos pueblos que no vinculaban la creación con la deidad. Sabes que entre nosotros, somos mayoría los que no creemos en un dios omnipotente creador y todas esas cosas que imponen las religiones. Es mas que creemos que son invenciones de una casta sacerdotal o política para imponer a sus pueblos la autoridad. Dios solo es una experiencia interna del hombre, una creación de su mente que termina por adjudicarle a dios todo aquello que no entiende o no controla. El calor y el frio la sequía y el aguacero la vida y la muerte son en la mente del hombre patrimonio del dios. Y el poder el del clero y el de los reyes, sean faraones soberanos o sátrapas usa esa idea para someter al pueblo.
  • ¿Pero qué dices? Acaso la sensación de intima de bienestar que me produce la idea de dios es algo que no existe.
  • Yo no he dicho eso, no niego al contrario que a dios solo se lo alcance por una experiencia interna. De lo que huyo es del templo y la casta que abusa de esa necesidad humana. Recuerda ha habido dioses que se complacían en el sacrificio humano. Dios ha ido cambiando con las culturas y con el tiempo. Que exista o no otra cosa solo lo sabrás por tu camino interno.
El anciano sonreía, en el fondo le gustaba la polémica, sabía que todos sus secuaces tenían la capacidad suficiente para buscar por su cuenta y la experiencia le demostraba, que al final de la polémica todos terminaban en el angosto camino que el transitaba desde hacía tiempo. La vía interna hacia el conocimiento.
    • Pero los dioses siempre están asociados a lo moral ¿o no?
    • No siempre, lo moral nace en las sociedades mucho tiempo después de el dios y cuando este ya casi ha perdido su sentido. Un dios que hace perecer a su obra en un diluvio, o que castiga con crueldad las insolencias de su pueblo, está muy lejos de ser el dios que tu percibes en la meditación. El que ahora hablaba era el compañero que recogía moluscos junto a el aquél que días atrás vimos participar en la historia del pastor. Y continuó, el nacimiento de los ejemplos morales es muy posterior en la historia de la humanidad. Bien fuesen héroes que dieron a los hombres el saber y la técnica. Bien que solo fuesen referentes morales Buda Jesús y hasta El Profeta son un referente de vida correcta. Nacen en una sociedad que ya no es tan primitiva como la de Marduk, son la esencia de la divinidad buena...
Y así siguieron una buena parte de la tarde, hay que ver lo que la meditación sabe sacar de una concha de almeja.

miércoles, 19 de agosto de 2015

La espada del brujo III

 
Llegado este punto de la narración el anciano dijo a uno de sus discípulos:
Por favor quieres continuar la historia tu, así me evitas la fatiga que me produce contar esta historia que todos los veteranos ya conocéis.
El aludido, carraspeó levemente y dijo:
Nadie sabe bien que fue lo que pidió el joven pastor al elfo. Unos dicen que pidió la riqueza eterna. Otros que una olla llena de monedas de oro esa que según creen las gentes de origen celta se halla al extremo del arco iris.
Pero yo creo que fue otra cosa lo que pidió ya que las ollas llenas de monedas de oro las custodia un leprechaun o lepracaun, y eso significaría que los elfos tienen poder sobre estos trasgu o trasno. Además nunca se sabe en cual de los dos extremos del arco iris se esconden.
Yo soy de los que creo que rabadán pidió riquezas y fortuna de por vida y el elfo le dijo las palabras mágicas que abren la cueva oculta por la roca cónica que hay aquí cerca. Peo lo que sucedió es que el joven cuando supo el conjuro volvió al pueblo y le dijo a su madrina lo que había sucedido.
Y esta le explicó:
Muy bien pasado mañana es luna llena, yo le pediré que te proteja, tu subirás por la noche al paraje de la piedra cónica y cuando estés solo ante ella recitarás el conjuro. Al instante las rocas te franquearán el paso y ante ti verás una gruta llena de tesoros. Abajo en el suelo debes buscar una olla llena de monedas de cobre, no toques el oro ni las gemas ni las perlas que estarán por todos los sitios busca esa olla de contenido humilde, toma dos monedas iguales y sin entretenerte tráemelas. Así lo hizo y cuando regresó triunfante de su aventura puso las dos monedas en manos de la anciana tía que le dijo:
Guarda una de las monedas en tu bolsillo, nunca la cambies ni la pierdas la otra me la guardaré yo, recuerdas que te dije que sería tu prónuba, tu madrina de boda, pues bien yo te elegiré mujer y le daré la otra moneda a ella. Con las mismas advertencias que te he hecho a ti, y te juro por mi libro de conjuros que mientras los dos tengáis vuestra moneda vuestro matrimonio será feliz y vuestra familia afortunada. Y así fue.
El anciano mirando a uno de los discípulos nuevos le preguntó
¿Y tu como interpretas esta historia?
Es muy compleja de leer. Como se que el pastor fue feliz durante todo su matrimonio, dijo mientras miraba dos monedas de cobre idénticas que colgaban de una cinta en el cuello del maestro, he de suponer que la semejanza de las monedas significa una cierta igualdad ente los miembros de la pareja. Pero creo que lo más importante es que él al elegir optó por una vida sin ambiciones desmesuradas. Y la mujer tuvo que aceptar este rasgo desde un principio. No significaba una renuncia total a sus ideas y deseos pero estaba condicionada a aceptar que alguna vez su marido tomaría decisiones por ella. Por lo que se el marido al aceptar el consejo de su madrina, también aceptaba las opiniones de una mujer, y por extensión aquellas que la casamentera había visto al hacer su elección.
El maestro continuó, si así es y no solo en el matrimonio también el la amistad hay que hacer difíciles equilibrios de voluntades.
Había otros fines de la leyenda dicen que poco después otro lugareño que pasó la prueba, tomo dos orzas llenas de monedas de oro. Cuando llegaba al pueblo llamó a gritos a su compañera y con la emoción volcaron las orzas todos su sueños rodaron monte abajo y la pareja murió ese mismo día o quizás años después fatigados de tanto perseguir su efímera riqueza.