La
nueva cita con Pablo me tuvo ocupado bastante tiempo. Para ser exacto
diré que estuve pre-ocupado.
Generalmente
un encuentro didáctico, no me preocupa mucho. Un encuentro de ese
tipo es un encuentro aséptico. A diferencia de los que mantuve con
Laura, en los cuales hube de compartir con ella vivencias y
esperanzas. Por decirlo en román paladino con Laura debía mojarme.
A
Pablo solo le suministro unas pautas de pensamiento, y vigilar en la
distancia el uso.
Usar
técnicas del pensamiento centauro no implica responsabilidad alguna
por parte de enseñante. Nuestro pensamiento esta fundamentado en la
libertad. Por ello las consecuencias a las que llegue la persona no
nos preocupan. Pretendemos hacerlo mas rico intelectualmente
hablando. No importa si como consecuencia se aleja más de lo cierto.
Por
el contrario, con los miembros señalados para integrase en nuestro
grupo pedimos una comunión de la experiencia. Recuerdan aquello del
credo “la comunión de los santos” pues eso es una creencia
centaura, que apareció allí sin que sepamos muy bien como y porque.
Nuestra
forma de ordenar el conocimiento, tiende a romper la cadena lógica.
En el hombre una cadena lógica se suele representar por una sucesión
de silogismos. Y es independiente de que estos estén correctamente
planteados.
La
razón humana es semejante, a un individuo que de noche y sin luz
recorre su casa. Suponemos que el sujeto posee un plano ideal, sabe
donde se hallan las puertas en relación con los muebles... ese plano
que hizo con la vista es interpretado por el tacto. Las manos y los
pies se mueven en un campo experimentado, pero hay una sucesión
lógica. Si encontramos una puerta las manos buscan la manija. Los
grifos, están sobre la pila. Los interruptores de luz, junto a la
entrada y si esto es una silla la mesa estará cerca.
Nos
movemos razonablemente bien y hasta lo expresamos con el refrán de
mas sabe el loco en su casa que el cuerdo en la ajena. Aunque podría
cambiar loco por ciego, y la explicación ganaría calidad.
¡Práctico?
Mucho, pero ese es el problema, tenemos la mente condicionada a una
forma de pensar, a una lógica aprendida en sociedad y practicada
hasta el hartazgo, yo la llamo la mente tópica.
La
mente tópica, es fruto de la educación y de la pereza, la educación
hay que interpretarla aquí como un sistema de adiestramiento, la
pereza es una forma de ahorrar energía mental, y tal vez en su
momento un tesoro para la supervivencia. Aun es fácil, notar como la
presencia de algo que consideramos como peligroso nos hace erizar el
vello. Confundir un bulto con un animal potencialmente peligroso una
araña, confundir una cuerda con una serpiente, o imaginar que un
montón de hojas son una rata y desencadenar una reacción de miedo.
Pero
el peligro reside en tomar por inocuo lo que no es. Por eso los
depredadores se mimetizan, para poder acercarse hasta el momento de
desencadenar el ataque letal.
Bien
creo que me estoy alejando del tema central o por lo menos lo parece.
Lo cierto es que nuestro pensamiento usa atajos aprendidos para sacar
conclusiones que son ciertas y válidas dentro de un campo.
Pero
nuestra forma de pensar elimina, por economía, muchos datos de la
realidad, que tenidos en cuenta pueden llevarnos a puntos de vista
sorprendentes.
Pablo
se movió bien con La Biblia, la idea de ver el lenguaje como
generador de cultura y la confusión de lenguas, La Babel, como un
diferenciador cultural es un paso muy loable en su desarrollo.
Supongo que sin hablar idiomas habrá llegado a la conclusión que el
lenguaje del sindicalista, es decir su cultura no es intercambiable
con el del político o la del financiero.
Pero
mañana es le día que tengo entrevista con él veremos como ha
trabajado la fábula de la cigarra y la hormiga. ¿Qué conclusiones
habrá sacado de la pereza del caracol?
En
fin eso es de mañana, algo que yo estoy intentando prever a partir
de mi experiencia. Algo parecido a cuando me muevo a oscuras por mi
casa.
Le
vi venir, subía la cuesta que lleva al altozano donde yo le
esperaba. Saludó con un camarada, que tuvo la virtud de ponerme en
guardia. ¡Vaya! Ya estaba otra vez urdiendo un ataque de hermandad.
Ya sabéis fraternidad y solidaridad. A mi, que he sido toda mi vida
lobo estepario, ya me entienden poco comunicativo o poco social.
Comenzó
una exposición clara sobre la imposibilidad de la fábula. La
cigarra y la hormiga no tienen el mismo régimen alimentario. La
cigarra vegetariana pura se nutre de savia, la hormiga con muchas
especies es omnívora, hasta carroñera. La hormiga es social
disciplinada y hasta se podría decir que en realidad el animal es el
hormiguero. La cigarra parece más diletante incluso poeta. Esperaba
que comprendiera el abismo que une a su especie y la mía.
Curioso lo de un abismo que une, pero es así es un abismo en el cual
el y yo estaremos separados, casi enfrentados, por la misma
distancia. Y sin embargo, la vorágine de la vida nos hace pasar por
los mismos escenarios.
Se
dará cuenta que no vemos nunca lo mismo.
Así
que...
-Nada
las fábulas son cargas de moralina burguesa..
-¿Burguesa?
-Bueno
de la oligarquía. Son cuentos para educar niños en el sistema y os
hay inmorales. Por ejemplo aquello en que la inteligencia o la
astucia domina.
O
esos otros donde la esencia domina, por ejemplo esa fábula del
labrador que recoge a una víbora y la guarda en su seno...
-Si
lo recuerdo, en el la víbora se comporta como lo que es termina
picando a su salvador.
-Ese,
entonces según tu se puede reeducar a la víbora. Dije con un acento
preñado de mala intención.
-
Claro se puede reeducar en el comunismo, en el nacionalismo. Hacer
que todos adquieran la forma recta de pensar.
-Ya
ya claro, las depuraciones y la reeducación.
-Cierto
el hombre debe cumplir el fin social para el que está creado y eso
se aprende.
-Cierto
debe ser el estado el que vele por las conductas y pensamientos.
Añadí.
-
Eso es la autoridad emanada de todos, y depositada en el gobierno
debe guiar los pasos del hombre.
-Ya
si supongo que es así, ¿pero cómo se vigila que el poder no se
corrompa no se desvíe?
-Ah
eso no tiene importancia el poder absoluto corrompe, por eso buscamos
el estado asambleario. El consenso y la comunidad. Entonces poco a
poco generación sobre generación avanzaremos hacia el paraíso
social.
Decidí
que ya tenía suficiente, tendría que romper mi relación con Pablo
simplemente eramos antagonistas en todo. Pero decidí jugar la última
baza.
-Bien
¿Qué tal si buscamos tema de meditación nuevo?
-¡Oh!
Vale, cada vez me siento más a gusto pensando.
-¿Sabes
qué es el Marketing?
-Si
eso de los estudios de mercado que hacen los americanos ¿no?
-No
exactamente, el marketing es el arte de vender lo que el cliente cree
que compra.
-Repite
por favor.
Si
el marketing es la técnica por la cual se vende tanto una idea como
un producto no por su esencia, sino por lo que el que lo adquiere
cree que es.
-Ah
ya eso de los yogures que bajan el colesterol y aportan bacterias
buenas.
-Si
eso mas o menos, no verás a ningún médico que anuncie esas cosas.
-Ya
si ya veo actores cocineros y seleccionadores de fútbol... ¿Entonces
el yogur?
-
No no eso es lo de menos, lo importante, es lo que la gente cree que
compra. Un cuadro, una novela, un edificio de Calatrava, una obra de
arte una ideología. También en el mundo de las ideas...
¿comprendes? Asintió levemente con la cabeza. Lo vi hundirse, si
es eso no es americano es fenicio como poco. Aquí hay un pueblo el
catalán que ha sido experto comerciante. Puedes empezar a pensar en
ello.
Comprendí
que había roto su mente, su mirada se abismó. Sus ojos parecían
buscar un asidero. Pero no lo hay, una cosa es lo que yo os vendo,
otra muy distinta lo que vosotros creéis comprar.
Yo
vendo una conducta, y los demás compran una ideología. Yo vendo una
idea y los que compran creen que es una herramienta.
Al
final me ha mirado con cara de loco, de ido, creo que he perdido un
alumno (de eso se trataba)