Me voy de vacaciones, eso quiere decir que las aportaciones a este u otros blogs se harán mas espaciadas. Hasta puede que desaparezcan.
No me quiero ir sin plasmar aquí una ultima reflexión.
Ayer fui al templo de la crítica y vi a dios. Estaba como un júpiter tonante, sentado en el Olimpo sobre un trono de libros, que son, los exvotos de los editores.
Parece que existía la creencia que el roce de un libro con las nalgas de la deidad lo transforma en bestseller y si por un azar roza los genitales no salía solamente un bestseller sino una saga.
En determinados días, el dios toma la palabra y lee con voz hueca, algún trozo de texto de los libros a el consagrados. Yo lo oí. Asistía como fiel al ritual, cuando se oyó la voz en loa de un autor, que no recuerdo. Pero cual no fue mi sorpresa cuando una tos nerviosa vino a turbar el oráculo.
Hasta que de detrás de la estatua salió, un mequetrefe, enteco con aires de cretino que como el mago de Oz daba sonido a la imagen por medio de un megáfono.
En fin quedó al descubierto el intríngulis, hacía años que el templo de la crítica había pasado por una gran penuria. Porque para ser sacerdote en ese templo se requerían los conocimientos de un Vasari, la fecundidad de un Shakespeare y la mordacidad de un Quevedo. Ante la falta de novicios el tiemplo decayó, siendo al final comprado por los editores. todo era una trampa de los editores que comprendieron el negocio que suponía promocionar así un escrito.
Lo cierto es que la crítica nació con el industrialismo con la reproducción masiva del arte. El industrialismo-capitalismo, se apropió de esa idea y terminó por darle salida en los periódicos donde un plumífero se dedicaba ha hacerse eco de noticias literarias que en otro caso deberían ir firmadas con la R. de remitido (R. que se lee remitido, es la noticia que le diario inserta con tarifa de publicidad para que todos entiendan que se trata de una opinión ajena al diario)
En fin el negocio exige una uniformidad en el mercado meta, El target que diría un experto en marketing. Se comprende, como dentro de una cultura aluvial como la americana, hecha con muchos tozos de otras culturas, se requiere un voz que uniformadora de los gustos. La formula tuvo tanto éxito; que hoy hay críticos en restauración, en vinos y en indumentaria. Estos son personas, que con dudosa bagaje intelectual, se dedican a sustituir la falta de criterio de los consumidores.
Porque muchas veces solo es eso una monumental falta de criterio que se quiere sustituir por una opinión que se supone aquilatada.
Pero aun hay mas, hay quien bajo la escusa de ejercer la crítica, se dedica a desacreditar vejar e insultar, inventando por ejemplo epítetos como viejuno algo que no figura en el DRAE. Para poner a caer de un burro a un autor que no es de su gusto. En fin un crítico, es si es que quedan, es algo mas que un emisor de oprobios. Es alguien que debería conocer exhaustivamente el autor la obra su tiempo y su circunstancia para después de concienzuda hermenéutica, explicar pros contras, plagios inspiraciones y otros avatares de un autor.
Darío.
Apostilla:
Hoy vi a Dios como crítico de arte
Una pila de libros es su trono
como Júpiter sentado en el Olimpo.
exvotos que regalan editores
Júpiter tonante
Pretende el buen señor hacer bestsellers
a aquellos que toca con su nalgas
o rozan por azar sus genitales.
En el uso de epítetos tonante
por no decir grosero malsonante
Señor de la letra en plomo hecha
plumífero mendaz de vía estrecha.
Industria de escribir de lo que ignora
a precio de chacha de faena
cobra la hora.