Darío:. Si te decía si los Vegallana tienen algo que ver con Los Queipo de Llano. Ya sabes se dice que era enemigo político de Leopoldo incluso hay quien asegura que fue privado por el VIII Conde de Toreno de la Cátedra de Salamanca.
Ana:. No parce cierto, en aquellos tiempos caciquiles a La Universidad se llegaba mediante concurso oposición del cual salia una terna de candidatos y era el gobierno el que elegía. En el caso de Clarín, figuraba en la terna un tal Mantecón, al parecer hermano de leche del rey, lo que hubiese sido por si solo peso suficiente para ser elegido. Si a eso le añades que Clarín se había distinguido por su Krausismo y defender la libertad de cátedra. Es fácil entender que tenía todos los boletos para no llevarse el premio.
Darío:. Ya el poder siempre quiere colaboradores mansos, hoy aun es así.
Ana:. Mansos y serviles. Podría yo hablar de La Universidad en la democracia. La universidad bajo las autonomías porque.
Darío:. Calla calla que me precintan el Blog.
Ana:. Jajajaja. Mira yo misma no empecé a ser conocida por el gran público hasta los años finales del franquismo. Sobre 1970. Te lo diré en dos palabras; contra Franco los intelectuales vivían mejor.
Darío:. Esta Ana. Eres sorprendente. Pero creo que te entiendo, un intelectual puede tener ideología eso es necesario. Pero hay de aquel que quiere la praxis. Suele encontrarse con políticos de un nivel cultural bajo, y de una mezquindad grandiosa. Toma oxímoron.
Ana:. Veo que conoces el paño. Eso suelen encontrase con políticos como El Trabuco.
Darío:. Bueno yo creí que puesto que los Condes de Toreno, están vinculados a una población con iglesia de la vega el vega llana podía ser una alusión a los Queipo de Llano. Pero si es tal como cuentas no tiene nada que ver
Ana:. Clarín era un hombre al que se podía ver por El Casino De Oviedo. Usaba a Santa Teresa en sus lecciones de derecho. De filosofía del derecho. En la novela con la que comparto apodo, La Regenta no es la protagonista. La auténtica protagonista es Oviedo, Vetusta. Sus clases sociales, su usos y los cambios que el industrialismo esta imprimiendo.
Darío:. Entonces es por ese retrato de gentes y costumbres por lo que a mi me parece ver distinguir alguna cara conocida.
Ana:. Si, así debe ser.
Darío:. Vaya y yo que creí; que ese profesor de psicología, que se cita varias veces como tacaño. aunque se le vista de parsimonioso, era alguien del claustro, próximo a Clarín.
Ana:. No, nadie existe, somos personajes que estamos hechos sobre caracteres. Algo común a muchas novelas. Pero eres tu lector el que nos cree. Antes te hablé de Guimarán como lugar, el padre de Clarin tenía una casa allí junto a Candás. Pero Guimarán también es un personaje, recuerdas...
Darío:. Si el del entierro, ¿O debo decir de los entierros ? Pero entonces la mujer del ministro, la que tiene trato o bueno a que comete adulterio con Álvaro ¿Qué pinta?
Ana:. Jajajaja nada hombre nada aun hoy los españoles usáis con abundancia el término cabrón para hablar de los ministros.
Darío:. Pero pero si tenía un vagón de tren, sería como poco la mujer de un ministro de Fomento.
Ana:. Uría; si piensas en el, es el que promueve la linea férrea. Es liberal de la cuerda de Clarín, anterior y director de Obras Publicas. A ese lo puedes descartar.
Darío:. Bueno será eso que la ilusión creada en la novela te hace creer que son gente conocida.
Ana:. Vale ya lo vas entendiendo, nadie se puede identificar con un personaje concreto pero son como caricaturas.
Darío:. Vale lo acepto.
Ana:. Así vamos bien.
Darío:. Pero hace un rato cuando estabas en la cafetería con Allen Alan o como lo quieras llamar yo creía intuir que quien se ocultaba tras Woody Allen era Fermín el Magistral.
Ana:. Dios que dices...
Por un momento su cara se nubla, se deja caer sin fuerza en un banco yo me siento a su lado, mis palabras la han dejado en un ligero fuera de juego..
Darío:. ¿Estás bien?
Ana:. Si si, estoy bien ¿Pero eso que dices porqué? ¿Que razones tienes?
Darío:. ¿Me dejas que me tome unos segundos?
Ana:. Si pero dime dime... (con cara de ansiedad)
Continuará
Darío