sábado, 20 de agosto de 2011
Con Amparo La Tribuna 2º Parte
Amparo: Con Ana, estuvisteis de acuerdo en que la protagonista de la novela es Vetusta. Esa ciudad mas o menos imaginada, parte de unas conductas. Esas conductas son individuales.
Darío: Si claro la conducta siempre es individual. El colectivo tiene comportamientos, esos comportamientos son consecuencia de conductas individuales. Pero hay veces que los seres humanos en colectivo hacen lo que no serían capaces de justificar como conducta, como actuación privada. ¿Es eso lo que quieres subrayar?
Amparo: Es eso exactamente. Clarín construye su novela a partir de conductas. Muchas veces con Ana hemos hablado de eso. Si recuerdas a todos los personajes de Clarín verás que muchos de ellos son la conductualización de un vicio, de un pecado capital.
Darío: Si recuerdo vagamente haber hablado de eso.
Amparo: Si algo escribiste. Mira repasemos los pecados capitales. Lujuria Gula Pereza Ira Soberbia Envidia y Avaricia. La lujuria es el pecado del Don Juan Álvaro Mesía. La Gula sería patrimonio de los Vegallana, para muestra de pereza Quintanar, la ira será el patrimonio patrimonio de Don Santos Baringa arruinado y muerto literalmente por las maniobras del magistral o mas exactamente de su madre. La soberbia es el pecado de Fermín y la envidia de Gloucester y los otros canónigos. ¿Lo recuerdas?
Darío: Si creo que he pensado o escrito eso.
Amparo:. Seguro si no lo hubieses pensado no lo sabría yo.
Darío: Desde luego como sois las mujeres digo las ideas...
Amparo: Jajaja no confundas yo tengo tanto de mujer como tu me percibes. Tu me construyes sobre los planos de La Pardo Bazán. Pero con tus ladrillos. En el fondo te pareces a mi.
Darío: ¿A ti en que sentido?
Amparo: Yo hago puros, un puro es siempre lo mismo un alma de hojas de tabaco y una envuelta del mismo material. Pero no es lo mismo que el tabaco sea de Cuba Habano o de Puerto Rico, importa su grado de curación y la presión con que está hecho. Que sea un veguero de una sola hoja o que sea un Faria algo barato con tabaco nacional.
Darío: Y dime Amparo tu a que te parecerías mas. (He decidido correr el riesgo de lanzar una pregunta que implica proyección en su respuesta)
Amparo: Yo creo que sería un veguero, un cigarro de una sola hoja. sin mezclas. Sabes, ahora eso que llaman creación literaria, esta llena de personajes farias mucha picadura nacional, en un envoltorio dudoso.
Darío: ¿Te refieres a los personajes de telenovela?
Amparo: Tu lo dices, que luego a mi me acusan de engreída, por ser hija de Doña Emilia.
Darío: Bueno ya que la nombras ¿En qué concepto tienes a tu autora?
Amparo: ¡Uf! No se como empezar.
Darío: ¿Recuerdas cuando venía a La Tabacalera?
Amparo:Si al principio no nos caía bien, comparadas con ella nostras éramos chusma. Trabajadoras, siempre le quedaba un aire de lechuguina, al ver sus uñas limpias su piel sin las sombras del tabaco. Con un marco de limpieza y aseo para el que las mujeres de la fabrica no teníamos tiempo ni medios.
Darío:Y que mas recuerdas.
Amparo: Solía traer un libro. Yo me fijaba mucho en el porque la lectura era mi segundo oficio. Eran cuentos de Prospero Mérimée. Tardé mucho a poderlos leer, supongo que eran su inspiración ¡Imagina un romántico! Inspirando el naturalismo.
Darío: Como quieres decir Inspirando
Amparo: Bueno que copiaba casi con descaro. Recuerdo que el Libro contenía el titulado Mateo Falcone. Pues pásmate, ella escribió uno titulado El justiciero que parece calcado, bueno calcado no, pero se le parece mucho
Darío:Es normal, que una mujer tan prolífica y tan lectora, terminase aun sin quererlo incluyendo historias de otros en su obra.
Amparo: No se que grado de conciencia se tiene cuando se copian personajes de otro autor, pero yo siempre he visto en mi noviazgo un ramalazo de Carmen.
Darío: ¿Lo dices por el hecho de que tu amante fuera militar?
Amparo: Si, menudo disparate. ¿Tu te puedes imaginar a una gitana novia de un civil?
Darío: Jajaja suena grotesco si. Eres divertida.
Amparo: Si lo llamas así pero una lectora una oradora un Tribuna debe saber usar los recursos de la voz, debe ser apasionada fogosa y también cómica alguna vez. Te contaré...
Darío
viernes, 19 de agosto de 2011
Con Amparo "La Tribuna" en la Fabrica de Tabaco
Mañana siguiente:
Aun no ha amanecido, cuando una voz queda, me susurra en el oído vamos vamos, que llegaremos tarde, hay que visitar hoy la tabacalera. No recuerdo muy bien como he llagado hasta aquí. Tengo el recuerdo vago de unas filloas (freixós) con panceta.
Un individuo con extraña indumentaria nos recibe en la puerta. Comienza a hablar. El edificio que vamos a visitar fue construido en el siglo XVIII para el Servicio de Correos Marítimos de las Colonias. El correo marítimo, era la parte de administración del estado que se ocupaba de hacer llegar la correspondencia oficial leyes nombramientos cuentas paquetes y hasta personas entre España y las colonias. Por la importancia del servicio, se exigía, que en estos almacenes hubiese todo aquello necesario para reparar y abastecer los paquebotes. Por razones complejas de explicar entre ellas la dejación del monopolio por parte del estado fue destinado a otros usos. En 1802 pasó a formar parte de la Fábrica Nacional de Tabacos. Las tres labores que se producían aquí eran puros, cigarrillos y picadura. El tabaco llegaba directamente del puerto. Aquí se hacían todas las labores por manos expertas, generalmente mujeres como sucedía en otros establecimientos similares en Madrid o Cadiz. El tabaco es monopolio del estado desde 1636.
Una de las lectoras les acompañará en la vista a la fabrica, no duden en preguntarle todo aquello que deseen conocer sobre nuestra organización e historia.
Una mujer aun joven de edad difícil de precisar se dirige hacia mi. Morena de ojos muy negros y labios bermellón, con una piel que recuerda el brillo de la porcelana. Hola soy Amparo, lectora en la fabrica de tabaco.
¿Amparo? Que casualidad yo sabía de una Amparo que trabajó aquí...
Claro soy yo... y tu eres Darío Fernandez. Seguro que llevas encima la cruz de Ana.
Ante mi cara de sorpresa continuó. Si La cruz de Ana Ozores.
¿Ana La Regenta?
Claro, quien si no.
¿Como conoces tu a Ana?
Ya sabes te lo dijo ella los personajes de novela vivimos en un Elíseo. Allí nos vemos todos. Ella me dijo que vendrías.
Como podía ella saber...
Ja ja ja es muy sencillo el Elíseo del que te hablo, es virtual tu propia mente. Allí tiene entra todo lo que lees, todo lo que imaginas. Una vez me has recreado mi imagen en tu cerebro, puedo vivir en el y hasta acceder a recuerdos paralelos.
Tu seguro que me has comparado con ella... has imaginado que...
Creo que el rubor se apoderó de mi cara, la sensación de calor no pudo pasar desapercibida a Amparo.
No te avergüences no hay motivo para eso. Si recuerdas Ana ya te contó como se tuvo que sentir alguna vez molestamente imaginada por algún lector.
Ahora entiendo el sentido de su frase, quería decir que algún lector alguna vez la pudo imaginar...
Si, es la pega que tiene ser, creación literaria. Primero el autor nos construye de acuerdo con su experiencia y sus deseos. Luego somos recreadas una y otra vez por cada uno que pasa sus ojos por las páginas del libro. Imagina, lectores, ensayistas, críticos, colegas... Todos con algo que añadir o algo que quitar todos viendo lo que en realidad no existe algo que solo es fruto de su imaginación y sus deseos.
¿Y tu? Como crees que te imagino yo.
Tu no me imaginas, tu me construyes a partir de tu experiencia. Por eso te haces tantas preguntas, porque hay espacios a los que la Pardo Bazán no tuvo acceso. Porque hay vivencias que ella no pudo imaginar
Mira por ejemplo...
Continuará
Darío
jueves, 18 de agosto de 2011
Ama Lia con tus brazos un nudo de dos lazos que...
¿Donde se puede leer tu poesía?
Aparte de en tu voz y en tu mirada
Donde alcanzar la estrofa clara
del alma que en tu mirada me llama.
Amor por chat me das que mal asunto
Que ahora mismo le pusiera punto
sin no hubiera como don Juan intento
de tomar tus versos de tu aliento.
Puesta así ceñida entre mis brazos
disfrutar de tus hechizos y encantos
tu boca tremolar entre mis labios.
Mujer que deseas ser así soñada
coincida tu deseo con mis sueños
y colme tu cuerpo mis anhelos.
Darío.
Regreso de Coruña
Cae la tarde, desde media mañana el sol furtivo tras la nubes ha estado caldeando el día. Calor que la proximidad de la costa atlántica hace agradable. Un día igual junto al mare nostrum hubiera parecido la antesala del orco.
Neblina y orvallo días que para mi gozan de especial encanto. En un velador, en los soportales de María Pita, he desplegado los planos. Cuanta topografía Marinedana. Calles que corrió la Pardo Bazán por las que luego con pocas variaciones hizo fluir a sus criaturas. Esta plaza estaba ocupada por los contrafuertes de la muralla.
La iglesia de Santiago. El campo de la leña. El cementerio cerca de el vivía Rojo el verdugo de la piedra angular. El barrio alto -ciudad vieja- El Bajo que se corresponde con la pescadería. Mira aquí el edificio de la tabacalera. Aun está en pie. Lo reformarán para juzgados, vamos a ver que evoca. El centro de fabril de la novela La Tribuna. Vamos a verlo.
Impresionante, pero similar a otros edificios hechos para le mismo fin. En sus mejores tiempos llegó a emplear a cuatro mil personas la mayoría mujeres.
Aun naciendo en plena revolución industrial, en esta fábrica, la mayor parte del trabajo se hacía de manera manual. Debe ser que en España industria e ideas llevan idéntico retraso. Lo que daría por ver su interior en un día de faena.
Volvemos, el coche enfila una carretera estrecha comarcal que nos deja en nuestro escondite. Por mi mente desfilan los personajes de las novelas de la Pardo Bazán. El cambio en La Coruña durante el siglo XIX fue impresionante, hoy el centro está poblado de numerosos edificios modernistas. Los Balcones acristalados son una seña de identidad inconfundible. De el origen del nombre me quedo con el Crunia nombre que figura en documentos del siglo XIII. Por otra parte me gusta esa similitud fonética que los paisanos aun usan ¿Que vas a Crunia? Recuerdo que era una pregunta habitual en mis primeras estadías en Galicia y que al principio me hacía dudar de lo que había oído.
El ruido de la rodadura indica que hemos dejado atrás el asfalto de la carretera estamos en casa.
Cenamos una lubiza, lubina, a la espalda, simplemente puesta a la plancha por el lado de la piel, bien desescamada, hasta que esta queda con la textura de un chicharrón. Un buen vino blanco de la tierra un Viño del Rosal y a descansar que mañana será otro día. Me voy a la cama pero fiel a mi costumbre de leer en ella, me llevo La Tribuna y los mapas buenas noches. Darío