viernes, 4 de septiembre de 2015

Sobre la inteligencia.


Era un fin de semana casi otoñal. Algo que no se correspondía con el correr del calendario, solo era la primera semana de septiembre. El maestro miraba con tranquilidad a varios de sus discípulos preparar el pequeño bagaje, era la hora de volver a la ciudad a los estudios o al trabajo. Los que marchaban eran los discípulos de estío.
La tropilla del maestro se componía  de dos tipos de seguidores.
Por una parte figuraban los fijos, aquellos que habían aceptado vivir con él, en un ascetismo no riguroso pero severo, sobre todo a la hora de entender la sociedad de la que se alejaban. Estaba formado por hombres y mujeres casi al cincuenta por ciento y con una amplia gama de edades.

El segundo grupo, lo formaban jóvenes que venían junto a él a pasar unos días del verano, traían la idea de reflexionar sobre sus vidas y el sentido que tenían. Cierto que alguno de ellos se había tomado un año sabático para reflexionar tanto sobre su persona como sobre su trabajo.
Esta división meramente formal no se percibía hasta después de un periodo largo de convivencia.

No había vestido, ni túnica, ni cambios en el aspecto que pudiera significar pertenencia al clan. Los había que usaban raparse la cabeza y convivían los que lucían melenas a la jamaicana.

Nada estaba prohibido, ningún estilo de vestido era impuesto. El maestro decía, que en el terreno de la ropa y los aderezos cada uno podía obrar como quisiera, "es el interior del hombre quien con el tiempo, hace de su imagen el testimonio de su credo". Y el primer credo de los que aquí vivimos, es creer en nuestro yo.
Lo cierto era, que conforme pasaban un tiempo en la compañía del santón, las estridencias en color de la ropa, los pelitriques y requilorios, tanto en el indumento como en el habla desaparecían. Si horrorosos son los excesos en la ropa, no lo son menos los circunloquios tales como, yo mismamente, o personalmente opino, que ni añaden nada a la mismidad; ni le dan mayor valor a la opinión. Esta  ha de ser siempre el fruto de un análisis personal.

Pues bien, ese día caminaba junto al maestro  un hombre de edad incierta, maduro si, que lo mismo podía estar al final de los treinta que en la puerta de la sesentena. En el grupo era norma que nadie supiera de nadie.
La experiencia demostraba que llegar a la tribu vestido con las galas del trabajo, era muy contrario al interés general.
Porque una vez sabido que el señor calvo aquel, o la mujer aquella de madura belleza eran en su vida social, Don... o la dos veces doctora y poseían varios doctorados o la presidencia de tal o cual consejo de administración. Hacía que el resto de la grey terminara por hablar al cargo, al título, ignorando en realidad a la persona.

Y aunque el hombre había demostrado una mas que correcta educación y un gran conocimiento sobre materias de informática, nadie sospechaba que se trataba de el coordinador de un grupo especializado en inteligencia artificial, que probablemente pasaría a la historia como el padre de los robots inteligentes.

Y a ese individuo, precisamente a ese el maestro decía:
  • Estoy seguro, que pronto, habrá un día en que las máquinas, serán mas inteligentes que los hombres.
Entendiendo la frase como un cumplido el aludido contestó:
  • Gracias, será el esfuerzo de varias generaciones y me sentiré dichoso de ser el líder del equipo que corone esa cumbre de la técnica y la ciencia.

El maestro con una sonrisa cariñosa que ocultaba si la había, cualquier rastro de ironía dijo:
  • No se si me he expresado bien, yo no estoy hablando de los avances de la psico-ciencia artificial. Si opino, que pronto las máquinas serán más inteligentes que el hombre, lo hago desde el convencimiento del deterioro de inteligencia humana.
    Mira el hombre no es un animal muy fuerte y pronto aprendió a hacer trabajar a los animales por el. Y probablemente desde que aprendió a manejar a los animales para sus fines. O cuando aprendió a usar la fuerza del viento, del agua, del fuego en su beneficio; cambió su desarrollo corporal por el desarrollo mental.
    Nuestro urbanita es hoy mucho menos robusto que el campesino de hace varios siglos. Pero aun hay más desde los más tempranos esbozos de nuestra historia han existido calculistas, gentes especializadas en obtener la medida de las cosas. Escribas dotados del arte de plasmar en signos las palabras. Hoy no quedan ni unos ni otros, te reto a que encuentres un pendolista o a un hombre común capaz de resolver una raíz cuadrada...
  • Claro no son necesarios, contestó el aludido, las máquinas escriben y corrigen los errores, y en cuanto a la capacidad de cálculo quien la necesita si un ordenador doméstico es capaz de multiplicar por diez mil la velocidad y exactitud en la resolución de problemas...
  • Si eso es lo preocupante, admites que el hombre es mas débil que la máquina movida por vapor o por electricidad. Admites que ya nadie sabe calcular rápido, no es necesario. ¿Y quieres fabricar una maquina un robot? ¡Qué libere al hombre del pensamiento! Ve, pero piensa primero en las consecuencias de la informatización ad náuseam...


sábado, 22 de agosto de 2015

Por una almeja (de la serie el sabio de la montaña)


Aquel día, el maestro había bajado con su compaña hacia las playas de la ría. De manera poco usual, habiendo dejado atrás las cabañas en las que los pescadores vendían su cosecha, y en las cuales solía pedir una limosna compuesta por morralla y otros restos, de la venta, con los que mas tarde hacían un zampalopresto, sabroso y perfectamente adaptado a su sentido literal. Las rebasaron ampliamente y maestro y discípulos terminaron por aprovisionarse de moluscos en los roquedos y las arenas del litoral.

Hablaban entre ellos sin orden y concierto en un ejercicio de libertad, entendida esta, como la falta de método y reflexión. El anciano era de la opinión que no siempre convenía ejercer el juicio o mejor aún que convenía de vez en cuando liberar el pensamiento del razonamiento extremo, que el divagar disparatado de la mente no siempre produce monstruos, también a veces y por casualidad ofrece puntos de vista de gran poder analítico y creativo. Entre ellos por parejas o tríos desgranaban una conversación inocua hasta que uno de ellos, se dirigió al joven que conocimos ayer aquel que había contestado <>
Ayer le dijiste al maestro, que solo a dios le era dado ver su obra desde la cumbre. ¿Tu crees...?
  • No, yo no puse a dios en mi discurso yo cité textualmente creador.
  • ¿Y creador no es Dios?
  • No necesariamente, todo depende de tu concepto de dios. Porque si dios es un ser supremo omnipotente omnisciente que necesidad hay de llamar a dios creador.
  • ¿Quieres decir, que puede existir un creador distinto de dios?
  • No, pero creo que tienes que recordar la opinión que de dios tiene el maestro. No estará mal que cuando haya ocasión, le preguntes.
    El joven que había hablado primero pareció turbarse.
  • No no, si yo yo...
  • No te asuste nunca el preguntar ni decir que algo no entiendes, nuestra riqueza es el viaje desde la ignorancia al saber. Yo te ayudaré a sacar el tema no te preocupes. El destinatario de la frase pareció calmarse un poco pero aun se apreciaba cierto desasosiego en su mirada.

Siguieron añadiendo a sus cestas sin mucho orden lapas mejillones almejas navajas coquinas chirlas. Todo terminaría abierto y asado al fuego sobre una laja de piedra. Comida frugal y no por que el grupo y su gurú tuviesen algún voto de pobreza, al contrario, vivir alguna vez de aquello que la naturaleza ofrece y se puede obtener con las propias manos era un rasgo de nobleza entre los hombres que seguían al anciano. De la misma manera cuando se alimentaban de los pescados invendidos por los pescadores el maestro hablaba de compartir con los mas humildes el sustento.

No asustaros, decía el buen hombre, en compartir la mesa con el humilde. Hay mas alegría cuando visitas la mesa del pobre, que cuando el rico te invita a mantel de hilo y cubierto de plata. Aunque ni la botarga ni el garum estaban lejos de amedrentar al paladar de la tropa que lo acompañaba.
Habían dado cuenta del almuerzo, y los jóvenes que anteriormente oímos estaban sentados uno cerca de otro. El que había preguntado sobre el creador se entretenía en pasar el dedo por la superficie exterior de una concha. Se diría que estudiaba con detalle la morfología del molusco que la creó. Miraba con atención los distintos colores que parecían formar rayas y pasaba el dedo para comprobar que solo era dibujo sin que el mas pequeño relieve reforzase su estructura.
  • ¿Qué meditas? Le dijo, en voz suficientemente alta para que lo oyeran todos, pero sin que pareciese que quería llamar la atención de los miembros del grupo. El aludido levantó la mirada y dijo:
  • El otro día tu hablaste del creador y de que solo el podía ver toda su obra con sentido. Que el hombre, solo puede ascender poco a poco en su conocimiento y yo me preguntaba la razón de estas nervaduras que aunque pueden parecer como un refuerzo, una estructura, cuando las miras de cerca no percibes que no sean otra cosa que un dibujo. No se si las partes mas obscuras que parecen radios corresponden en realidad a lago equivalente a las columnas de un edificio humano.
  • Buena pregunta, en el fondo tu cuestión es fundamental. Vivimos en un mundo de apariencias o un mundo de realidades. O es una simbiosis entre apariencia y realidad.
  • Pero para el creador, para dios, hay una realidad absoluta y para mi mente solo es una apariencia...
La mención de dios, aunque fuese bajo el convenio gráfico de escribirlo con minúscula, llamo la atención a todo el grupo. El maestro levantó la mirada y por unos momentos pareció que iba a intervenir. Pero viendo que había varios discípulos dispuestos a participar se abstuvo, dando con su silencio y mirada a paso a otras intervenciones. El primero en tomar la palabra fue un pelirrojo de piel de zanahoria que con aplomo dijo:
  • Dios y creador no pides nada, te remontas a Marduk el dios creador de los babilonios, allá por el 1700 antes de nuestra era, porque sabrás que antes de Marduk y aun después de él hubo muchos pueblos que no vinculaban la creación con la deidad. Sabes que entre nosotros, somos mayoría los que no creemos en un dios omnipotente creador y todas esas cosas que imponen las religiones. Es mas que creemos que son invenciones de una casta sacerdotal o política para imponer a sus pueblos la autoridad. Dios solo es una experiencia interna del hombre, una creación de su mente que termina por adjudicarle a dios todo aquello que no entiende o no controla. El calor y el frio la sequía y el aguacero la vida y la muerte son en la mente del hombre patrimonio del dios. Y el poder el del clero y el de los reyes, sean faraones soberanos o sátrapas usa esa idea para someter al pueblo.
  • ¿Pero qué dices? Acaso la sensación de intima de bienestar que me produce la idea de dios es algo que no existe.
  • Yo no he dicho eso, no niego al contrario que a dios solo se lo alcance por una experiencia interna. De lo que huyo es del templo y la casta que abusa de esa necesidad humana. Recuerda ha habido dioses que se complacían en el sacrificio humano. Dios ha ido cambiando con las culturas y con el tiempo. Que exista o no otra cosa solo lo sabrás por tu camino interno.
El anciano sonreía, en el fondo le gustaba la polémica, sabía que todos sus secuaces tenían la capacidad suficiente para buscar por su cuenta y la experiencia le demostraba, que al final de la polémica todos terminaban en el angosto camino que el transitaba desde hacía tiempo. La vía interna hacia el conocimiento.
    • Pero los dioses siempre están asociados a lo moral ¿o no?
    • No siempre, lo moral nace en las sociedades mucho tiempo después de el dios y cuando este ya casi ha perdido su sentido. Un dios que hace perecer a su obra en un diluvio, o que castiga con crueldad las insolencias de su pueblo, está muy lejos de ser el dios que tu percibes en la meditación. El que ahora hablaba era el compañero que recogía moluscos junto a el aquél que días atrás vimos participar en la historia del pastor. Y continuó, el nacimiento de los ejemplos morales es muy posterior en la historia de la humanidad. Bien fuesen héroes que dieron a los hombres el saber y la técnica. Bien que solo fuesen referentes morales Buda Jesús y hasta El Profeta son un referente de vida correcta. Nacen en una sociedad que ya no es tan primitiva como la de Marduk, son la esencia de la divinidad buena...
Y así siguieron una buena parte de la tarde, hay que ver lo que la meditación sabe sacar de una concha de almeja.

miércoles, 19 de agosto de 2015

La espada del brujo III

 
Llegado este punto de la narración el anciano dijo a uno de sus discípulos:
Por favor quieres continuar la historia tu, así me evitas la fatiga que me produce contar esta historia que todos los veteranos ya conocéis.
El aludido, carraspeó levemente y dijo:
Nadie sabe bien que fue lo que pidió el joven pastor al elfo. Unos dicen que pidió la riqueza eterna. Otros que una olla llena de monedas de oro esa que según creen las gentes de origen celta se halla al extremo del arco iris.
Pero yo creo que fue otra cosa lo que pidió ya que las ollas llenas de monedas de oro las custodia un leprechaun o lepracaun, y eso significaría que los elfos tienen poder sobre estos trasgu o trasno. Además nunca se sabe en cual de los dos extremos del arco iris se esconden.
Yo soy de los que creo que rabadán pidió riquezas y fortuna de por vida y el elfo le dijo las palabras mágicas que abren la cueva oculta por la roca cónica que hay aquí cerca. Peo lo que sucedió es que el joven cuando supo el conjuro volvió al pueblo y le dijo a su madrina lo que había sucedido.
Y esta le explicó:
Muy bien pasado mañana es luna llena, yo le pediré que te proteja, tu subirás por la noche al paraje de la piedra cónica y cuando estés solo ante ella recitarás el conjuro. Al instante las rocas te franquearán el paso y ante ti verás una gruta llena de tesoros. Abajo en el suelo debes buscar una olla llena de monedas de cobre, no toques el oro ni las gemas ni las perlas que estarán por todos los sitios busca esa olla de contenido humilde, toma dos monedas iguales y sin entretenerte tráemelas. Así lo hizo y cuando regresó triunfante de su aventura puso las dos monedas en manos de la anciana tía que le dijo:
Guarda una de las monedas en tu bolsillo, nunca la cambies ni la pierdas la otra me la guardaré yo, recuerdas que te dije que sería tu prónuba, tu madrina de boda, pues bien yo te elegiré mujer y le daré la otra moneda a ella. Con las mismas advertencias que te he hecho a ti, y te juro por mi libro de conjuros que mientras los dos tengáis vuestra moneda vuestro matrimonio será feliz y vuestra familia afortunada. Y así fue.
El anciano mirando a uno de los discípulos nuevos le preguntó
¿Y tu como interpretas esta historia?
Es muy compleja de leer. Como se que el pastor fue feliz durante todo su matrimonio, dijo mientras miraba dos monedas de cobre idénticas que colgaban de una cinta en el cuello del maestro, he de suponer que la semejanza de las monedas significa una cierta igualdad ente los miembros de la pareja. Pero creo que lo más importante es que él al elegir optó por una vida sin ambiciones desmesuradas. Y la mujer tuvo que aceptar este rasgo desde un principio. No significaba una renuncia total a sus ideas y deseos pero estaba condicionada a aceptar que alguna vez su marido tomaría decisiones por ella. Por lo que se el marido al aceptar el consejo de su madrina, también aceptaba las opiniones de una mujer, y por extensión aquellas que la casamentera había visto al hacer su elección.
El maestro continuó, si así es y no solo en el matrimonio también el la amistad hay que hacer difíciles equilibrios de voluntades.
Había otros fines de la leyenda dicen que poco después otro lugareño que pasó la prueba, tomo dos orzas llenas de monedas de oro. Cuando llegaba al pueblo llamó a gritos a su compañera y con la emoción volcaron las orzas todos su sueños rodaron monte abajo y la pareja murió ese mismo día o quizás años después fatigados de tanto perseguir su efímera riqueza.

La espada del brujo II

El Elfo
Creo que el anciano prosiguió así:
-Aseguraban que casi al final de la trocha que la recorre por su fondo, cuando las paredes opuestas se estrechan hasta que un hombre las puede tocar a la vez con sus dos manos, allí donde los conocedores del terreno saben encontrar un paso hacia el otro lado de la sierra hay una piedra en forma de cono que oculta la entrada de una cueva. Aseguran que la cueva está repleta de tesoros pero para acceder a ellos hay que conocer un conjuro secreto que descorre los mágicos cerrojos que la sujetan.
Cuentan desde hace por lo menos tres siglos, que un joven pastor de ovejas habituado a dormir al raso con su ganado bajó al pueblo contando, que muchas noches se acercaban a su fuego de campamento tres jóvenes elfos al parecer dos varones y una hembra. Alguna vez había compartido con ellos sus sopas o el queso de su cena. Llegó la historia a oídos de su madrina una anciana que tenía fama de curandera sabia para unos y reputación de de bruja para otros.
Lo cierto es que mandó llamar a su ahijado y cuando lo tuvo delante le dijo:
  • ¿Que es eso de que tienes tratos con los espíritus del bosque?
  • No son espíritus del bosque son elfos.
  • Ya ya, seguro que son tres dos varones y una hembra.
  • ¡Si! ¿Cómo lo sabes?
  • Calla como no voy a saber lo que te pasa, fui tu madrina y seré tu prónuba como manda la tradición. Yo también recibía visitas de esos elfos. Son dijo mientras los describía Thom Tham Thina, y los describió tan bien en sus rasgos que el ahijado no dudó que los conocía.
    Bien escucha esos tres elfos forman un matrimonio o triada elfica si quieres hacer fortuna solo has de atrapar a uno de los machos. Entonces tu prisionero y hasta la pareja llorarán y te ofrecerán todo lo que quieras para que lo liberes. Pero recuerda solo debes capturar a uno de los machos. Si te equivocas y lo hace con la hembra sus dos maridos te llenarán de maldiciones.
  • Bien lo tendré en cuenta, ¿pero cómo consigo capturarlo?
  • Es mu fácil primero tienes que poner una cinta amarilla en tu sombrero después pasas en la cinta una pluma de buitre y una flor de ortiga. Cuando le eches encima el sombrero la flor y la pluma impedirán que escape eso es magia. Entonces te pedirá que lo liberes y tu contestarás que solo a cambio de un secreto. Le pedirás que te de o te diga como... pero ten cuidado con lo que pides porque los elfos son seres muy bromistas y si cree que abusas te puede dar una respuesta que te llevará a la perdición.
    Dicho y echo a la mañana siguiente nuestro pastor había cambiado la cinta de su sombrero, puesto la pluma de buitre y la flor de ortiga y anduvo impaciente toda la tarde esperando que con la llegada de la noche tendría ocasión de ver y capturar a un elfo.
    Pero para la noche aun quedan unas horas que yo pasaré durmiendo.
    Hasta luego. Bueno bueno ya is adelanto que todo fue muy bien y el pastorcillo tuvo la suerte de su parte porque sin saberlo capturó al elfo andrógino, el bisex que diríamos ahora. Y eso tiene espacial premio y ahora si hasta luego...

martes, 18 de agosto de 2015

La espada del brujo.

Era un día caluroso, el anciano de la montaña y sus acólitos, habían salido muy de madrugada. Ascendieron con el sol las abruptas laderas, de la montaña que habitaban, y ahora que el astro alcanzaba el cenit, encontramos al grupo sentados al borde de mas alto del bosque, frente a un asómate al que con frecuencia se encaramaban.
Hoy están cansados por la marcha fatigosa y lenta en el curso de la cual han recogido plantas para su herbario. La ruda el digital el ruibarbo … Están sentados en un claro, como otras veces pasarán allí a la sombra de las últimas coníferas el resistero.
El maestro, con la mirada fija en una brecha en la enorme roca que marca el fin de la vegetación y el inicio de la áspera montaña dijo:
- Ese paso estrecho que allí veis, ese que parece un tajo hecho por la espada de un gigante, fue llamado en tiempos la brecha de la muerte. Se decía que era lugar donde se escondían los bandidos que antiguo vivían en estas sierras. Mas aun antes de ellos los pobladores del valle decían que allí habitaba un brujo hijo del demiurgo y una ninfa del agua.
Las gentes de estos lugares le temían, cuando una tormenta descargaba entre estos peñascos decían oír en el trueno la voz del brujo. Que los relámpagos eran los fulgores de una mágica espada y los rayos los mandobles que con ella propinaba. Hasta que un gañan el más astuto que por estos lares nunca hubo dio en decir que los truenos eran los pedos del brujo, que serían acaso ruidos de su barriga, y que si los rayos eran fendientes o estocadas el brujo debería ser ciego por las pocas veces que acertaba en sitios donde hicieran daño.
La gente se acostumbró a esa explicación, y como suele pasar en otras cosas de la vida el conocer o creer que se conoce la esencia de las cosas nos permite acercarnos a ellas sin temor.
Sin temor ¿Pero? Preguntó señalando a un joven que parecía distraído.
Sin temor pero con prudencia dijo el aludido, y siguiendo la invitación del maestro continuó:
- Todo el universo es complejo, solo su creador lo puede ver desde la cumbre mirando desde estrella mas grande a la mas pequeña de sus criaturas. Pero el hombre que está al final de la creación solo le es dado el conocimiento parcial debe estudiar todo lo que percibe paso a paso ascendiendo como nosotros lo hacemos por la abrupta ladera. Para poco a poco generación tras generación alcanzar el conocimiento de la materia.
El anciano le hizo un gesto para que callase y dirigiendo su mirada a otro acompañante le preguntó ¿Y ese es todo el conocimiento que buscamos?
El joven aludido dijo:
No, también hay un conocimiento secreto el que se alcanza por la introspección, aquel que permite intuir primero y saber después esa es la segunda meta que queremos aprender de ti, maestro.
Ahora dejaremos al grupo, seguro que hablaron mucho mas pero por hoy esto es todo.