Y sábete amigo Sancho, que por más que trujeren en jaula
como se lleva al loco peligroso.
Nunca mi cabeza fue más clara, mi juicio más recto, y mi
decir más cierto.
Corrí los campos de Castilla, ofreciendo mi brazo a la
justicia, protegiendo al débil desfaciendo entuertos. Tiempos vendrán, que llamaran quijotes a los
que como yo solo amen la virtud.
Tiempos vendrán en que los necios, gobernarán los asuntos del reino, y serán motejados de
quijotes los hombres buenos.
El Quijote imaginario cápitulo LXII
Y esos que ves al frente, amigo Sancho, ese bosque de robles,
fueron en su día ejercito de nobles, listos para la guerra.
Todos caballeros cabales y esforzados. Pero el malandrín de
un nigromante los conjuró crecieron es sus piernas aulagas y zarzas aherrojaron
sus fuertes brazos. Hasta que el mago tuvo tiempo uno a uno transformarlos.
Dicen que de el conjuro que les lanzó el mago, aun circulan
en coplas las últimas estrofas
sacadas de un grimorio centenario. Y dicen:
Prejuicios nazcan de vuestras cabezas, y embaracen vuestros
pies y vuestros brazos. -Aquí iba la expresión cabalística- que obraba el prodigio.
El resultado ya se ve, un bosque tupido impenetrable que ni
siquiera es habitado por los gamos.
El Quijote imaginario cápitulo LXII
Y esos que ves al frente amigo Sancho, ese bosque de robles,
fueron en su día ejercito de nobles, listos para la guerra.
Todos caballeros cabales y esforzados. Pero el malandrín de
un nigromante los conjuró crecieron es sus piernas aulagas y zarzas aherrojaron
sus fuertes brazos. Hasta que el mago tuvo tiempo uno a uno transformarlos.
Dicen que de el conjuro que les lanzó el mago, aun circulan
en coplas las últimas estrofas
sacadas de un grimorio centenario. Y dicen:
Prejuicios nazcan de vuestras cabezas, y embaracen vuestros
pies y vuestros brazos. -Aquí iba la expresión cabalística- que obraba el prodigio.
El resultado ya se ve, un bosque tupido impenetrable que ni
siquiera es habitado por los gamos.
El Quijote imaginario cápitulo LXIV
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