viernes, 26 de abril de 2013

Testigo Invisible.

He terminado la novela. Me gusta como narra Carmen Posadas embarca al lector de tal manera que se olvida de que está leyendo.
Me ha pasado algo curioso.
La novela está escrita en presente subjetivo. Aunque en realidad el protagonista narra hechos pretéritos, sus recuerdos.
Estos comprenden desde algo antes de la primera guerra mundial hasta La Revolución Rusa. La Revolución de Noviembre de 1918. Si, no me equivoco, la revolución de Octubre solo lo fue en el calendario juliano -La revolución fue los días 6 y 7 de noviembre de nuestro calendario. Y mucho menos heroica de lo que la mitología socialista nos quiso hacer creer.
La revolución dejó paso a un sistema político sobre las mismas bases que el zarismo el despotismo. Un régimen que solo duró 74 años. Para pensar...
Como ya dije antes, Carmen es una gran narradora, que nos hace creer con facilidad una ficción veraz aunque tal vez no sea verdadera. Pero allí estamos llevados por su mano o prendidos de su pluma (si se me permite la licencia).
Viviendo una ficción verosímil aunque no tiene porque ser verdadera.
Embarcado en la aventura solo en dos ocasiones, mi cerebro me grita ¡Un momento! Una falta de rácord. El protagonista hace referencia a Nureyev. Hombre Nureyev es muy posterior a la Revolución de Octubre.
Hace falta pararse para recordar, que el personaje protagonista, está escribiendo sus recuerdos en Montevideo en Julio del 94 y así si, entra el recuerdo y referencia a Nureyev y la licencia de relacionarlo con una experiencia de la primera juventud.
La otra falta de racord, que me callaré, es algo más sutil pero allí esta tan bien urdida en la trama que pasa casi desapercibida al lector. Esa es la magia que produce una maestra de la narración y Carmen Posadas lo es.
Gran Novela.

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