Soñaron un mundo justo. Pidieron un
futuro esplendoroso. Decidieron cultivar la solidaridad la cultura y
los valores y sembraron su semilla en una vieja urna electoral
Cuando sorprendidos de que las urnas
solo dieron abrojos y zarzas, preguntaron al sabio de la montaña ¿Qué
sucedía? Este contestó:
Habéis usado el recipiente equivocado.
En una urna electoral solo se siembran ambiciones.
Lo que queríais cultivar
solo se puede sembrar en el alma de los hombres.
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