miércoles, 15 de abril de 2015

Control Mental.


Hubo un tiempo en que el control mental no tenía el sentido que hoy se le da. No era algo perverso en si. Creo recordar, que los primeros libros de José Silva, se titulaban así: Método Silva de Control Mental.
Después hemos sufrido mucha presión mucha derivación de la manipulación de las mentes y El Control Mental parece ha quedado adscrito a las sectas y el lavado de cerebro.
He visto acusar de ejercer el control mental a grupos relativamente nuevos como La Dianetica, los programas de Castaneda y un sinfín de movimientos más. Pero lo que definen como Control Mental con mayúscula es algo tan antiguo como el hombre.
Producir una disonancia cognitiva, mientras se bombardea la atención con un mensaje mecánico y repetitivo, mientras se obliga al cuerpo a sufrir la incomodidad y la tortura es algo tan antiguo como las religiones, la formación militar, o las monarquías.
Seguro que os sorprendo si descubro que los ejercicios de San Ignacio, la adoración al faraón, determinados misterios de la religión griega y los fascismos europeos son parientes de la fe comunista, o la formación militar tienen en común producir en el sujeto que los sufre una alienación, una anulación de su criterio y como consecuencia una adhesión sin fisuras del individuo al grupo. Una consecuencia común, se desprende de toda esta actividad, es la entrega ciega a la ideología propuesta y un acatamiento sin reservas a las ordenes del líder.

Quien os iba a decir que el trotecillo del fascista italiano, el duro entrenamiento militar, la repetición sistemática de un mantra, o la privación de sensorial, por ejemplo el oído y vista tenían por objeto romper los esquemas perceptivos eran herramientas comunes usadas por grupos que pretenden modificar el estado emocional del individuo y como consecuencia su raciocinio.

Pero y dicho sea con las correspondientes reservas, habría que dejar un espacio para el control mental autoinducido, o a las terapias derivadas de los fenómenos hipnóticos al menos siempre y cuando estén administradas dentro del cuadro ético de un juramento hipocrático. Es decir usadas y manejadas con el severo criterio que aplica el médico.

En resumen no hay nada nuevo bajo el sol, porque quien no ha visto como los andares de una modelo, o la opinión de un líder de la cocina pretenden ser usados para convencernos de lo bueno que es ser...
El hecho que la publicidad en algunos casos solo sea una imagen momentánea e interesada que se nos ofrece o por el contrario seamos sometidos a un lavado de cerebro solo hay diferencia en el procedimiento pero el objetivo es el mismo anular el proceso de razonamiento con un objetivo que probablemente no es tan inmoral en un caso como en el otro.
Y lo siento porque he consumido el espacio que dedico a un post sin hablar del auto-control mental y el original método Silva.
Volveremos a ello.

1 comentario:

Amanda Gamero dijo...

Si señor, por los tiempos de los tiempos, y sin que nos demos cuenta como sociedad, se nos lava el cerebro, o por lo menos lo intentan. Muy bueno Alfredo!!