martes, 16 de septiembre de 2014

Mientras espero pienso o tal vez pienso mientas espero

Se imponía una recapitulación y planificar el siguiente viaje de Laura.

Unos días de reflexión, concluyeron aquel primer periplo por el infierno.



Cuando se hace un viaje y mas cuando se viaja a pie, como lo exige el protocolo de centauro, se adquieren nociones y vivencias nuevas.



Hoy se viaja a tontas y a locas, con poderosos medios de transporte, que tienen el defecto de arrojar al viajero a sus antípodas en breves horas.

Así el viaje no es didáctico, se arranca al individuo como si fuese una planta sacada del semillero y se siembra a kilómetros de su casa en otro ambiente en el que cuidadosamente se ha imitado su hábitat.

El viajero encuentra las mismas hamburguesas pizzas o el mismo döner kebab. La veintena de tiendas que como Louis Vuitton o Carolina Herrera juegan a extender el ensueño de una aldea global.



Si el nacionalismo era una enfermedad que se curaba viajando como decía Baroja (el nacionalismo viajando y el carlismo leyendo). Hoy lo de viajar es mucho más anodino. Ya no viajamos como Azorín Pla o Cela. Viajamos en un

vuelo barato a un destino adocenado.

Azorín tenía un mundo en Castilla. Pla viajaba a pie por su Ampurdán, y Cela hacía un universo de la Alcarria.

Porque viajar aunque solo suponga alejarse unos kilómetros del terruño ayuda a percibir otras realidades.



El viaje de Laura, como ya habéis supuesto es interior. Un viaje profundo a la creencia, un viaje a los cimientos del individuo.

La técnica del viaje es sencilla tan sencilla que es difícil. Es leer a dúo,un texto clásico. Mejor que sea muy conocido y pasto de los exegetas durante varios siglos.


Los individuos, a pesar de ser diferentes, crecemos como ese plantón del que hablaba antes en un semillero. Un semillero de creencias de prejuicios (porqué no confesarlo) algo que tiende a hacerlos homogéneos. Una cultura, solo es una alberca de gestos y números. De ritos y como decía Freud de prohibiciones de vetos.

Por eso aunque se presuma poca diferencia hay que buscar lecturas, que por el tiempo pasado desde que escribieron, se supone que se puede encontrar visiones con diferentes perspectivas.



El viaje centauro te conduce a revisar los cimientos lo que otros llaman subconsciente, te lleva directamente a cuestionar cada una de las piedras de tu edificio. Pero sobre todo te lleva a comparar tu hoy y tu experiencia con lo que eran realidades de otros tiempos.



Laura respondió muy bien. Enseguida con gran pericia, aprendió a manejar sus fieras internas. Cuando un lobo, una pantera o un gorila atenazaba su personalidad Laura lo dejaba sin fuerza.

Pequeño sentimiento, a fuerza de ser recurrente pensando y repensado

se hace mayor hasta que termina en lo obsesivo.



Los monstruos internos viven en y de nuestro pensamiento a costa de nuestra energía nerviosa. No son otra cosa que la sublimación de hábitos y vicios.

Una retraso en detener una conducta cómoda -pero perjudicial- termina por instalarse como respuesta automática, como reflejo. Mas tarde puede tomar esa forma animal que yo le había subrayado en el Infierno Dantesco. Termina por esclavizar la mente y ni siquiera eres consciente de ello. Todo son estereotipos. Los hombres las mujeres los gitanos o los suecos...



El Alma:

Hacemos un alma con grados, con niveles. Distribuciones categóricas

Si las plantas tienen alma -yo así lo creo- su alma es el principio vegetativo.

-¿Animales tienen alma? Es el principio que da forma y organiza el dinamismo vegetativo, y sensitivo de la vida.

-¿Hombre tienes alma? Entonces ella organiza el dinamismo vegetativo, sensitivo e intelectual de la vida.

-¿Centauro tienes alma? Si, mi credo dice que es un destello arrancado del principio de principio de principios. El alma centaura te permite indagar lo vegetativo sensitivo y lo intelectual. Buscar la razón de razones. A la luz del alma todo cambia y todo es lo que es y no lo que parece.



¡Uf! A ver como se lo explica Laura a sus futuros alumnos; porque yo, que se lo explico a ella, poco lo entiendo. El alma es un sentimiento abstracto pero no subjetivo. En lo subjetivo entra la educación la cultura. Aunque sé que lo siento.



He eliminado en esta historia, y de común acuerdo con Laura toda la parte relativa al gorila. Zoomorfosis mental tejida sobre el abandono de su cónyuge y su posterior divorcio.

Son cosas a las que obliga el juramento centauro. Algo parecido al juramento hipocrático. En nuestro caso mucho más duro. Allí donde los discípulos de Galeno hablan de no revelar lo que sus ojos vean, nosotros leemos lo que nuestra imaginación crea para uso exclusivo de nuestros pupilos.



Por encima de la ética, hay una razón mucho mas grave. Esta es que la simbólica usada no tiene el mismo valor para cada individuo. No es lo mismo el gorila de Laura, que el que pudiera crear otra persona para sí.

Solo vagamente se pueden usar arquetipos como el escarabajo pelotero del que hablaba ayer. Y aun así, al interpretarlos como propios, se termina por ponerles apellido. El escarabajo, que amasa fortuna, como bola de excremento para depositar allí los huevos de la siguiente generación, no tiene el mismo sentido particular en distintos sujetos.

El arquetipo pelotero no es el mismo para un político para un empresario o para un banquero. Por eso os advierto que esta narración aparece mutilada u difuminada en ese aspecto.

Originalmente debía representar Al Poeta Dante ante Las Puertas del Infierno.


Durante aquellas esperas mi situación, era horrible. Ahora leo que escribí:

No tengo apetito y duermo poco, sin embargo, mi estómago está bien. El sueño llama a mi puerta a horas raras. La sensación de dolor y soledad son insufribles.

Mi debilidad es tan grande, apenas puedo hacer vida normal. Se diría que deliro. El desasosiego me hace caminar kilómetros y kilómetros sin rumbo.

Andar... pasear por la ciudad y escribir en cualquier sitio sobre cualquier objeto. Servilletas de bar tarjetas de transporte público cualquier cosa.

No puedo apartar de mí las preocupaciones estará bien ella. Las ideas acuden como enjambres de abejas, me pican me espolean.

Me quejaría a Dios de mi estado y sufrimiento. Si hubiese uno o varios de esos dioses de esos que inventan las religiones. Dioses a los que se soborna con un sacrificio. Con los que se chalanea con una limosna. Esos cuyo clero vende un cielo o un infierno en incómodos plazos. Como quien compra una parcela edificable.

Yo soy de Dios tengo parte de la chispa divina que creó todo. Pero eso de parte es una forma de hablar. La chispa, la luz, el verbo, no tienen partes son y ya está.



Tampoco tienen tiempo, es un presente continuo. Como voy a sobornar a Dios para que me de en el futuro... si para el no hay futuro.



Dios el verbo la chispa es presente. ¿Quién eres? Ego sum qui sum -Soy el que soy- soy en mi ser. Como contestó la zarza ardiente a Moisés.

Yo participo de ese ser, y otra vez la soledad del ser y Laura. Laura es mi hija ahora espiritualmente es mi hija. Y es mi amante y es mi compañera.

Todo mi esfuerzo es para ella para empujarla por el camino del ser. Pero hasta que ella llegue a su eclosión yo estoy solo, sin hijos, sin amigos, médico ni sacerdote, sin nadie. Solo yo y mi soy esperando al suyo.



domingo, 14 de septiembre de 2014

Esperando a Laura

Es una tarde serena en que le euro entre los carrizos musita al lubricán poemas.
Es una tarde ácrona de recuerdos vacíos, tu cuerpo. 

Desde mi ventana veo el el sillón de bambú, el almadraque glauco vestido de reps, que aun dibuja las huellas de tu cuerpo.

Es una tarde vacía sin otra evocación que tu voz... y la acidia.

Te llamo pasito, esperando me oigas desde el fregadero, pero quia, no escuchas no oyes ya no estás y entonces me veo dejarte en el suelo aporcando luego. Veintiséis días hace de aquello y aun no me acostumbro a la ausencia seca de tus vitroteos.
¿Recuerdas! salías como con urgencias y también pasito te marchabas luengo. No había rincón casa o contubernio que no conocieses, ¡bueno!

Balzac dicen decía: El paisaje tiene ideas, pero el cuadro que dejaste es un lienzo sin figuras, muerto.

Dios cuanta historia por una gata-lagarto, teratología propia de hacer de un morrongo ninfa Egeria ,vulpeja del saber, mi adul la fiera.

Es una tarde serena y el euro entre carrizos reza, por ti gatun gatunera que en veintiséis días ya has debido dejar cansino el cielo.

Y yo aquí corito trasegando los mostos de la envidia, los vinos de lujuria, no en balde soy también endriago quimera a la griega. Quimera y esteta. Yo también centauro espero que llegue Laura la quimera
Tengo una amiga poeta Luisa Gomez Borrell
Con la que juego a diccionarios a ella le encanta buscar palabras que no entiende. Allí van un puñao que te entretengas.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Sísifo y el escarabajo pelotero

Transcurrieron semanas meses quizás, yo permanecí al borde del cráter esperando. De vez en cuando una ola de movimiento circular me hacía sospechar que Laura estaba allí.
Hubo un momento en que, su silueta inconfundible se perfiló entre la inmunda neblina el suelo de esa zona estaba cubierto de un fango muy ligero muy hueco. Me habían avisado, que en su composición entraban restos de la piel de los políticos. Originalmente tenía la consistencia de la película que cubre la piel de los batracios, su composición un 80% de mentira y otro 20% de agua. El légamo, lo formaba esa supuración y el polvo del suelo. Como me dijo mi mentor, y hace ya de esto varias décadas:

Agua mentiras y polvo de historia, ten cuidado, hay alguna especie de político, que segrega, como ciertos sapos, un icor muy tóxico. A pesar de ello, los expertos en comunicación saben hacer con el y el polvo de historia, una pasta de relleno, que imita la realidad maravillosamente. No solo son capaces de reescribir y suplantar realidades históricas, también crean decorados de un futuro esplendido. De hecho los grandes artistas del fraude, pueden reconstruir panoramas completos, sensaciones de realidad tan bien fraguadas, que llaman la atención de muchos incautos, los cuales quedan atrapados por el alucinógeno que emana del jugo cutáneo de los políticos.

¿Pero a ellos no les afecta? Pregunté. Si, los hay que terminan por creer sus propias mentiras. Pero yo tengo dudas; dijo mi maestro, si esa creencia se desarrolla por intoxicación, o por el contrario solo es un adormecimiento de la ética, de la moral. Una adaptación al medio que les ayuda a sobrevivir.
Ya entiendo, quieres decir contesté, que solo bajo la anestesia de la moral se puede condenar a muerte y no me refiero a la condena que pueda hacer una justicia dependiente de los políticos. Me refiero a aquellos que han enviado a una generación a extinguirse en una guerra perdida. Los que condenan a los jóvenes a la incultura y a los ancianos a la miseria...
El maestro asintió.
Evocaciones y evocaciones del maestro, la experiencia me dice (aunque en el colegio centauro no es tan acusado como en la vida “civil”) que eso es la edad, la plenitud se muestra por una sólida construcción de las ideas y cuando esto se produce es imposible no recordar quien te enseñó a ensamblar tus construcciones mentales.
Un día CentLaura, me recordará como maestro mucho más que como hombre. Y ese sentimiento tiene un sabor agridulce...
En eso estaba, cuando con un ligero trotecillo Laura se plantó junto a mi.
-¿Cansada?
-Si un poco, pero contenta. La visita a esta parte del infierno me ha hecho comprender muchas cosas. ¡Me ha hecho comprenderme!
No quería entrar a fondo en los resultados de su excursión así que medio en broma pregunté.
-¿Aun esta ese escarabajo que llaman Sísifo?
-Si aun está, supongo que te refieres a ese político que se empeña en empujar cuesta arriba una enorme bola de corrupción con la idea de instalar allí su prole.
-Ese es un estereotipo de los políticos ladrones, que auto-justifica su expolio a las arcas públicas y el cohecho imagen del escarabajo pelotero. De la misma manera que el escarabajo pone sus huevos en las heces, este tipo de políticos instalan a sus proles en la corrupción de los aledaños del poder.

-Pero la comparación con el escarabajo pelotero entiendo que no es gratuita. -¡Sabes, esperaba la pregunta!

-No se que decir, añadí, tal vez soy muy transparente o tu muy muy perspicaz. ¿Puedes decirme porque esperabas mi pregunta?
-Si, se que en tu juventud leíste a Albert Camus. Hemos hablado alguna vez de ello.
-¡Uf si Camus! Fue en cierta manera el héroe de mi juventud, esa época en que según los franceses se tiene el corazón donde se debe a la izquierda.
-Ya ya, recuerdo la frase que usabas: Quien a los diez y ocho años no es de izquierdas no tiene corazón. El que a los cuarenta años no es de derechas no tiene cartera.
-Algo que más tarde sustituí por el corazón a la izquierda y la cartera a la derecha.
-No me cambies de tema. Tu hablabas de la filosofía del absurdo y de le valor de lo que se cree o el valor que se da a lo que se posee.
-Es cierto.
-Eso lo recoge Camus en El Mito de Sísifo. Tu imaginario debía llegar inexorablemente a la imagen del escarabajo pelotero.
-¡Me desconciertas! ¿Cual es el nexo?
-El gen egoísta, la necesidad que tienes de reproducirte de replicar los genes tus genes. La única forma de saltarte el absurdo de la vida de Camus, de hacer más caso a la cartera que al corazón.
En resumen al sintonizar tus sentimientos opuestos se obtiene eso:
El Escarabajo Pelotero, justificar el trabajo la acumulación de detritos en la esperanza de que tus sucesores vivirán bien en ellos.

-Así que yo... vaya vaya... Oye no te han dicho que no se debe analizar y menos psicoanalizar a tu monitor que es la norma en la escuela centaura.
-Si eso creo haber leído, pero también es cierto que se me anima a no perder ni una sola palabra de tu boca. Y eso es lo que he hecho, tal vez peco al poner negro sobre blanco algo que tu estás diciendo con tu obra y tus gestos.

Opté por reír, lejos de molestarme la permanente atención de Laura me halagaba. Y el hecho de atreverse a expresar sus observaciones con una mezcla de ironía y cariño me hablaba de su penetración intelectual y su capacidad. Era cierto que tenía ante mi a una competidora en la carrera por los puestos del gran consejo centauro. Pero dentro de la egregia orden de los centauros eso no me molestaba, la orden había invertido su significado hacía muchos siglos. En las centauromaquias es el centauro quien representa la sabiduría y como bien intuía Laura la necedad de la cultura y la vida la enemiga tal como Camus describió.

La caldera de los abominables

En esas meditaciones me hallaba, cuando sentí la presencia de Laura.
Os recuerdo que habíamos pasado la noche en un pueblo ruinoso, de feos tapiales abandonados muros que vistos en detalle solo eran un conglomerado de detritos.

El clima infernal solo tiene dos variables nubes marrones que dejan caer excrementos o nubes negras con destellos rojizos de las que solo llueve azufre y fuego. Eso se complementa con una niebla pestilente, asfixiante que rellena todos los huecos, los bajos.
A pesar de ello un hogar y un viejo muro nos habían servido para hacer nuestro hogar por aquella noche. Siempre me sorprende la fuerza de la mente humana, para crear espacios habitables en el seno de lo mas inhóspito. Mucho mas si son dos mentes y en pareja las que lo diseñan.
Laura hasta había conseguido dar un aire cálido a nuestro rincón mediante la estratégica disposición de unos cristales de azufre intercalados con coprolitos.

Cosas del eterno femenino que diría Karl Jung. Porque tal vez Laura aparte de ser CentLaura. Es en gran parte, un vínculo entre mi yo y el inconsciente colectivo.
Un parte de mi ser que le da sentido a mi vida. Algo que complementa mi ser y le confiere sentido a mi vida. Yo soy (ego sum) porque hay una... pero mejor lo dejamos aquí; no es este el momento, ni es el sitio, para hacer mi auto-psico-análisis.

Ante nosotros comenzó a vislumbrase una gran extensión de terreno cerrada por un círculo montañoso, se diría un enorme cráter de fondo plano.
Todo lo que la vista abarcaba estaba lleno de unos a modo de pupitres escolares. Elevados sobre el suelo sobre columnas, de tal manera que piernas pantorrillas sexo y nalgas de los usuarios estaban expuestas al vacío.

Una multitud de condenados se afanaban en llenar unas hojas, que vistas de cerca decían Test de Inteligencia Demoníaca. Enfrente de de nosotros, una aluvión de nuevas almas entraba cada minuto.
Un diablejo, corcovado y cojitranco nos informó en voz baja. Creen que el examen es una prueba para confeccionar la lista para las elecciones del senado infernal. Los engañamos, ninguno terminará la prueba con calificación de apto. Ellos que literalmente lamieron culos por figurar en la tierra, creen que esto es igual... pobres. Se miran entre ellos, desean ver el juego del vecino, pero es inútil. El examen es eterno, y solo acumula frustración.
En ese momento una jauría de perros clónicos hizo irrupción en la sala tenían una extraña morfología eran como pequeños centauros, cosa que en principio me sorprendió pero vistos despacio se notaba que eran perrombres. Algunos de ellos se parecían a Freud. Enseguida comprendimos su misión, se metían por debajo de las mesas y aprovechaban la posición de los examinandos para morderles en los genitales. Así castigamos la concupiscencia de estos seres, ya saben ustedes Freud el sexo y el deseo de bienes terrenos que nuestro gran psicoanalista vinculaba con la zona anal.
¿Esta Freud en el Infierno pregunté? Pero por toda respuesta el diablejo encogiendo los hombros dijo:
Todos los días ingresan unos cientos
¿Freuds?
Políticos cuneros
Ya, cuneros sin honor y sin divisa
Sin honor puede, las divisas se dejan arriba.
No hay aquí moneda
No la moneda es dinero
un invento del...
infierno.
Imagine un rico en el infierno
¿No hay ricos aquí?
No no los hay, ¿acaso creen que esto es una cárcel?
No hay dinero aquí no se puede comprar nada
Como en el paraíso socialista.
Ojo no insulte, aquí se puede comparar todo con todo menos con el paraíso.
Huy perdón.
Tampoco se pide perdón de nada sirve ahora el arrepentimiento.

Laura, que asistía divertida a mi diálogo con el contrahecho.
Intervino para decir:
Señores los dejo, tengo que buscar algunos conocidos en esta... en esta caldera ¿digo bien?
Dice bien su excelencia, repuso el diablo. Vaya por la sección de mujeres por la galera. La van a ver bonita, y eso las las internas las desespera. Muchas de ellas comerciaron con sus encantos para medrar en los partidos. Creían que era una falocracia, que error...
Laura acallo la verborrea del diablejo con un gesto de suficiencia se dió la vuelta y al mismo tiempo que me decía: Luego te veo. Comenzó un atento caminar entre las filas de examinandos que se afanaban en sus pruebas.
Yo estuve tentado de hojear las preguntas del test, pero con solo leer la primera perdí el interés.
Rezaba digo decía (perdón) cuanto valen siete sardinas y media a euro y medio la sardina y media.
¿Y estas son la preguntas le dije al diablo?
Si señor y debe ser muy difícil porque todos contestan que depende de la oferta y la demanda, de los aranceles y del IVA. Por lo menos eso es lo que suelen contestar estos malditos.
¡Ah claro! Son políticos y por tanto incapaces de contestar a algo simple.
Eso debe ser, dijo el señor de las moscas.
Los hay que a esa pregunta han contestado con un escrito de doscientas páginas. Yo les digo que no se preocupen, que hay tiempo. Aunque sinceramente hubo un individuo aquí que al leer la pregunta me dijo ¿Y que es una sardina?
Lo deje. Mi interlocutor tenía toda la eternidad para la cháchara y yo no. Recorrí lentamente el cerco del cráter, la multitud parecía un mar. Movimientos rítmicos imitaban el oleaje. Y cada cierto tiempo se producían espasmos fruto del ansiedad y la desesperación. Los diablos atizaban esas pasiones con frases tales como trabajen ustedes en silencio trabajen trabajen. Que salmodia tan dolorosa, políticos que llamaban trabajar a zascandilear de aquí acullá sin objetivo. Trabajar hermosa palabra se contaba que un sindicalista liberado, célebre por resolver sudokus durante las sesiones parlamentarias. Cuando oyó la palabra trabajo entró en shock. Pero lo que era más doloroso sin duda alguna. Eran las preguntas que podían tener interpretación concupiscente ya fuese poder y riqueza o solo sexo. Entonces aparecían las jaurías de perrosfreud mordiendo sin piedad los genitales de aquellos miserables.
me parecio ver alguna cara...

Me pareció ver alguna cara de político español, pero seguro que se trataba de una ilusión óptica. Los políticos en que yo pensaba, aun estaban vivos y en activo.

Terminé preguntándome, de cuantas nacionalidades habría representantes. Intenté contar banderas, pero no fue posible hacerme una idea clara, los había, que habían servido bajo varias banderas. Es más los había que se inventaban la bandera cada semana. Me alejé despacio, debía dar tiempo a que Laura hiciese su visita. Aunque podría suceder y eso era malo para ella que tropezase con algún conocido y se entretuviese demasiado preguntado los motivos por los cuales esta allí. Eso significaba de la misma manera que en Dante o en Papini. Una cierta voluntad en condenar a un determinado ser y un centauro nunca nunca, se deja llevar por condenas a priori. Un centauro sabe que ni vale el juicio a priori sin análisis y tampoco vale el discurrir de la causa al efecto. Muchas veces nuestra razón se engaña. Y ni siquiera vale aquello de oportunidad motivo y medios.




lunes, 8 de septiembre de 2014

El Infierno de Laura

Había dejado a Laura reflexionar sobre su aventura interna.
Habíamos pactado un viaje al infierno siguiendo a Dante, para poder tener una referencia común.

Se suponía, que yo había transitado los caminos de ese viaje, iniciático y auto-exploratorio. Al aceptar ser su compañero, su mentor, quedaba claro para ambos que el papel que yo asumía. Luchar con la dificultad de mostrar sin intervenir.

Por otra parte cualquier otro marco que hubiésemos elegido, para ensoñar una aventura interna, presentaba los mismos riesgos.
 “El contrato” dejaba muy claro que yo siempre me tendría que quedar al margen. Las situaciones comprometidas eran especial patrimonio de la personalidad de Laura. De sus rasgos de carácter.
Yo a hora con Laura, tendría que comportarme de la misma manera, que ella tendría que hacer mas tarde con otros. Mantenerse fuera de las ecuaciones personales del postulante.

Y sin embargo, debería explicar mi juego, mi conducta con claridad. Con Laura y el lobo, su lobo tuve suerte. Era fácil de comprender que toda creación mental está fabricada por nuestra misma mente y usando energía idéntica a la que se emplea para amar desear o aborrecer.

Ahora vendrán las vistas a las distintas estancias del erebo. Allí donde sufren condena eterna los que faltaron a principios morales del universo centauro.
Pero también aquellos que Laura puso allí por su voluntad.
El infierno el juicio final, han sido recurrentes literarios donde un sujeto autor. Dante o el mismo Giovanni Papini ponen una lista de enemigos, de inmorales y la enfrentan con la ética final.
Pero la moral la ética no es igual para todo el mundo, aun siendo estos todos miembros de una misma religión sociedad o creencia.
Porque los hay que son capaces de engañar a sus correligionarios, los ha habido y los habrá en la izquierda política y en la derecha. En la religión y en el ateísmo. Figuras que se han dedicado a sus metas y sus egoísmos por encima de toda teoría social o humanitaria.

La lista de neófitos que la corporación centaura había rechazado era particularmente larga. Pero aun había más, los había que bajo la apariencia de ser admitidos conservaban en su ficha de identidad una restricción. Eran aquellos a los cuales sus tutores no habían considerado aptos para recibir el arcano. Para ser ordenados en el misterio.
La orden centaura, era una absoluta criptocracia, su poderes siempre permanecían anónimos. Bajo la estructura convencional, de un pomposo organigrama, se escondía una realidad distinta, las decisiones nunca se tomaban en las asambleas. Los órganos de gobierno eran totalmente nominales, pero el poder eso era otro cantar.
Por ejemplo en nuestro caso, habría miembros del grupo, que no verían bien que Laura y yo tuviésemos una relación sexual.
Los puristas de la ética centaura aducirían que mi conducta podría quedar condicionada por el apetito venéreo, pero lo que es peor, los dos podíamos idealizar la imagen de un en el otro. Los viejos maestros decían que eso no era bueno.
Acaso temían, que si en un determinado momento Laura fallaba en una de sus pruebas ¿yo lo ocultarse al consejo por amor? ¿por sexo?
Parece no existir otra razón, para temer de tal modo el contubernio. Pero quien es este que no conoce la esencia centaura.
¿Cómo están hechos?
Yo se y ellos, el supremo consejo ignora, que es facultad centaura percibir entre las nieblas de la vida los absolutos. Las esencias de los seres. Pero esta percepción no es sensorial. Es una actividad del ánimo de la mente.
Por eso se comprende que la discreción es norma. Porque lo que yo percibo es una esencia que tal vez ni el propio sujeto conoce de si mismo. Ni la sospecha. Por aclarar enturbiando o enturbiar aclarando, que no se, que es peor. Determinado conocimiento del yo se nos niega, esos rasgos visibles para un centauro podían suponer para el que los sufre algo similar a una psicopatía. Dicen que el psicópata no percibe lo anormal de su conducta. Otros rasgos, otros comportamientos, podrían clasificarse como neuróticos, es decir inestabilidades del sistema nervioso que producen falta de estabilidad emocional. En términos groseros falta de criterio.

Si jugamos a La Divina Comedia, o Al Juicio Universal, como Papini es por la simple razón de observar quienes pone cada sujeto en los distintos círculos del infierno. ¿Arquetipos de qué? Son los personajes que el postulante pone en su historia los que tienen que explicarnos su razón. Hubo una vez que hice el camino con un aprendiz que eligió visitar en el ensueño un templo. El sujeto del que hablo recorrió paso a paso hornacina a hornacina todos los recovecos de una catedral. Ficticio templo donde el mismo había entronizado a sus ídolos. ¿Quién porqué y durante cuanto tiempo? Estarían allí sus ídolos. Por cierto esto me recuerda que Facebook suele preguntar por tus ídolos. Lo hará con idea de ser didáctico o es por puro chafardero.
A mi me dolía la simple sospecha. ¿Como podía ser capaz? Si se daba el caso de revelar a mi alumna, que su vida en la sociedad sería breve. Que nunca llegaría al generalato. Eso no concordaba con los principios morales de la sociedad.
Recuerdo un tema de formación que se nos repetía mucho entonces, aparecía siempre con negrilla en los manuales, decía:
Si por cualquier motivo a un centauro le es revelado algo referente al estado de otro miembro de la asociación. El código deontológico debe predominar sobre cualquier otro interés... y continuaba Calle el que sabe o cree saber, porque lo que sabe lo es por la ciencia que nuestra cofradía otorga. Pero eso solo es la mayoría de las veces una percepción subjetiva.

En los comentarios al texto se añadía, en cuestiones de mente es cierto que no te puede dañar lo que ignoras. Pero daña lo que conoces por conjetura.
Tengo ganas de conocer el infierno de Laura, a quienes tendrá en sus calderas. ¿No hubiera sido mejor conocer a sus santos? Así podría asemejarme a ellos.
¡Uf que responsabilidad esto de ser instructor centauro.