miércoles, 10 de septiembre de 2014

La caldera de los abominables

En esas meditaciones me hallaba, cuando sentí la presencia de Laura.
Os recuerdo que habíamos pasado la noche en un pueblo ruinoso, de feos tapiales abandonados muros que vistos en detalle solo eran un conglomerado de detritos.

El clima infernal solo tiene dos variables nubes marrones que dejan caer excrementos o nubes negras con destellos rojizos de las que solo llueve azufre y fuego. Eso se complementa con una niebla pestilente, asfixiante que rellena todos los huecos, los bajos.
A pesar de ello un hogar y un viejo muro nos habían servido para hacer nuestro hogar por aquella noche. Siempre me sorprende la fuerza de la mente humana, para crear espacios habitables en el seno de lo mas inhóspito. Mucho mas si son dos mentes y en pareja las que lo diseñan.
Laura hasta había conseguido dar un aire cálido a nuestro rincón mediante la estratégica disposición de unos cristales de azufre intercalados con coprolitos.

Cosas del eterno femenino que diría Karl Jung. Porque tal vez Laura aparte de ser CentLaura. Es en gran parte, un vínculo entre mi yo y el inconsciente colectivo.
Un parte de mi ser que le da sentido a mi vida. Algo que complementa mi ser y le confiere sentido a mi vida. Yo soy (ego sum) porque hay una... pero mejor lo dejamos aquí; no es este el momento, ni es el sitio, para hacer mi auto-psico-análisis.

Ante nosotros comenzó a vislumbrase una gran extensión de terreno cerrada por un círculo montañoso, se diría un enorme cráter de fondo plano.
Todo lo que la vista abarcaba estaba lleno de unos a modo de pupitres escolares. Elevados sobre el suelo sobre columnas, de tal manera que piernas pantorrillas sexo y nalgas de los usuarios estaban expuestas al vacío.

Una multitud de condenados se afanaban en llenar unas hojas, que vistas de cerca decían Test de Inteligencia Demoníaca. Enfrente de de nosotros, una aluvión de nuevas almas entraba cada minuto.
Un diablejo, corcovado y cojitranco nos informó en voz baja. Creen que el examen es una prueba para confeccionar la lista para las elecciones del senado infernal. Los engañamos, ninguno terminará la prueba con calificación de apto. Ellos que literalmente lamieron culos por figurar en la tierra, creen que esto es igual... pobres. Se miran entre ellos, desean ver el juego del vecino, pero es inútil. El examen es eterno, y solo acumula frustración.
En ese momento una jauría de perros clónicos hizo irrupción en la sala tenían una extraña morfología eran como pequeños centauros, cosa que en principio me sorprendió pero vistos despacio se notaba que eran perrombres. Algunos de ellos se parecían a Freud. Enseguida comprendimos su misión, se metían por debajo de las mesas y aprovechaban la posición de los examinandos para morderles en los genitales. Así castigamos la concupiscencia de estos seres, ya saben ustedes Freud el sexo y el deseo de bienes terrenos que nuestro gran psicoanalista vinculaba con la zona anal.
¿Esta Freud en el Infierno pregunté? Pero por toda respuesta el diablejo encogiendo los hombros dijo:
Todos los días ingresan unos cientos
¿Freuds?
Políticos cuneros
Ya, cuneros sin honor y sin divisa
Sin honor puede, las divisas se dejan arriba.
No hay aquí moneda
No la moneda es dinero
un invento del...
infierno.
Imagine un rico en el infierno
¿No hay ricos aquí?
No no los hay, ¿acaso creen que esto es una cárcel?
No hay dinero aquí no se puede comprar nada
Como en el paraíso socialista.
Ojo no insulte, aquí se puede comparar todo con todo menos con el paraíso.
Huy perdón.
Tampoco se pide perdón de nada sirve ahora el arrepentimiento.

Laura, que asistía divertida a mi diálogo con el contrahecho.
Intervino para decir:
Señores los dejo, tengo que buscar algunos conocidos en esta... en esta caldera ¿digo bien?
Dice bien su excelencia, repuso el diablo. Vaya por la sección de mujeres por la galera. La van a ver bonita, y eso las las internas las desespera. Muchas de ellas comerciaron con sus encantos para medrar en los partidos. Creían que era una falocracia, que error...
Laura acallo la verborrea del diablejo con un gesto de suficiencia se dió la vuelta y al mismo tiempo que me decía: Luego te veo. Comenzó un atento caminar entre las filas de examinandos que se afanaban en sus pruebas.
Yo estuve tentado de hojear las preguntas del test, pero con solo leer la primera perdí el interés.
Rezaba digo decía (perdón) cuanto valen siete sardinas y media a euro y medio la sardina y media.
¿Y estas son la preguntas le dije al diablo?
Si señor y debe ser muy difícil porque todos contestan que depende de la oferta y la demanda, de los aranceles y del IVA. Por lo menos eso es lo que suelen contestar estos malditos.
¡Ah claro! Son políticos y por tanto incapaces de contestar a algo simple.
Eso debe ser, dijo el señor de las moscas.
Los hay que a esa pregunta han contestado con un escrito de doscientas páginas. Yo les digo que no se preocupen, que hay tiempo. Aunque sinceramente hubo un individuo aquí que al leer la pregunta me dijo ¿Y que es una sardina?
Lo deje. Mi interlocutor tenía toda la eternidad para la cháchara y yo no. Recorrí lentamente el cerco del cráter, la multitud parecía un mar. Movimientos rítmicos imitaban el oleaje. Y cada cierto tiempo se producían espasmos fruto del ansiedad y la desesperación. Los diablos atizaban esas pasiones con frases tales como trabajen ustedes en silencio trabajen trabajen. Que salmodia tan dolorosa, políticos que llamaban trabajar a zascandilear de aquí acullá sin objetivo. Trabajar hermosa palabra se contaba que un sindicalista liberado, célebre por resolver sudokus durante las sesiones parlamentarias. Cuando oyó la palabra trabajo entró en shock. Pero lo que era más doloroso sin duda alguna. Eran las preguntas que podían tener interpretación concupiscente ya fuese poder y riqueza o solo sexo. Entonces aparecían las jaurías de perrosfreud mordiendo sin piedad los genitales de aquellos miserables.
me parecio ver alguna cara...

Me pareció ver alguna cara de político español, pero seguro que se trataba de una ilusión óptica. Los políticos en que yo pensaba, aun estaban vivos y en activo.

Terminé preguntándome, de cuantas nacionalidades habría representantes. Intenté contar banderas, pero no fue posible hacerme una idea clara, los había, que habían servido bajo varias banderas. Es más los había que se inventaban la bandera cada semana. Me alejé despacio, debía dar tiempo a que Laura hiciese su visita. Aunque podría suceder y eso era malo para ella que tropezase con algún conocido y se entretuviese demasiado preguntado los motivos por los cuales esta allí. Eso significaba de la misma manera que en Dante o en Papini. Una cierta voluntad en condenar a un determinado ser y un centauro nunca nunca, se deja llevar por condenas a priori. Un centauro sabe que ni vale el juicio a priori sin análisis y tampoco vale el discurrir de la causa al efecto. Muchas veces nuestra razón se engaña. Y ni siquiera vale aquello de oportunidad motivo y medios.




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