viernes, 19 de septiembre de 2014

Una tarde II

Poco a poco fuimos entrando en materia. Le pedí a Laura que me hiciese un resumen de su viaje al infierno.
Fue demoledoramente clara:
-Un rollo tío, un mal rollo.
-¿?
-Mira me ha costado poco darme cuenta que el infierno no existe. Solo es un juego de mi mente.
-¿Entonces los qué se cuecen en las calderas?
-Nada pura manía mía. Yo tengo una moral una ética y soy yo y solo yo la que de acuerdo con ella condeno a determinados personajes a sufrir un suplicio eterno.
-Entonces no... no es obra de Dios.
-Mira el mundo de los muertos el infierno y esas cosas en anterior, históricamente anterior, a la filosofía cristiana. El Can Cerbero, Plutón... es una historia común a muchas culturas. Y al frente de ese foso donde están los condenados hay suele haber un dios.
-¿Bien y eso qué quiere decir según tu?
-A mi no me mires, recuerdo una exposición tuya, en que decías que la frase bíblica Dios hizo al hombre a su imagen, o a imagen suya. Estaba mal escrito. Tu defendías, que era el hombre el que creaba a los dioses en función de su necesidad. Que los creaba terriblemente humanos; libidinosos, irascibles, amigos de la venternía, infieles y promiscuos.
-Es cierto no hay mas que ver las distintas mitologías para encontrar dioses “de confección” para cualquier necesidad las cosechas el vino la abundancia la inteligencia el amor...
-Y el infierno.
-Y el infierno cierto.
Pues bien si frente a los distintos infiernos hay un dios -inventado por el hombre- hay que ser muy torpe para no comprender que el reino los dominios de ese dios, también son inventos del hombre.

-Protágoras.
-¿Qué?
-Protágoras filósofo -sofista griego- de 400 antes de nuestra era.
-¡Ah y qué dijo?
“El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en cuanto que son, de las que no son en cuanto que no son”
-Quiere decir que son invenciones de la mente humana.
- Lo ignoro no lo conozco personalmente.
En ese momento un cojín del sofá salió despedido hacia mi.
-Idiota, no me tomes el pelo.
-No es broma, si son invenciones suyas como tu dices, ¿como puedes saber qué Protágoras no es una invención mía?
-¿Invención en que sentido?
- En el sentido que nosotros le damos en nuestra metafísica. El hombre percibe el medio por los sentidos. ¿2º?
-Segundo se percibe a sí mismos como materia y en relación con el mundo.
-Y
-Y tercero constituye un mundo mas o menos habitable en su mente. La mente explicadora que tu dices. Donde hace convivir sus percepciones y proyecta sus deseos y necesidades.
-La metafísica trata de la estructura de la realidad finalidad y sentido del ser. Ontología, teleología, los fines, eso es filosofía clásica. Desde Aristóteles mas o menos. Pero para nosotros centauros es mucho mas simple. El el estudio del ser y su manera de percibir en cuanto que es ser.
-Si ya recuerdo, me dijiste que un perro percibe un mundo sonoro distinto, mas rico, que el humano. También que el insecto con sus ojos facetados, y su mayor espectro de frecuencias luminosas percibe de otra manera. Tienen otra realidad.
Es cierto tienen otra realidad, en la que el hombre proyecta la suya. Iguala vista oído gusto olfato tacto. Los proyecta sobre el animal es decir lo humaniza.
-Ya comprendo ese es para ti la medida de las cosas de Protágoras.
-Cierto es mi interpretación del todo incluido Protágoras.
Escucha este pensamiento suyo dije mientras buscaba en la solapa de una de mis libros la cita completa.

Respecto a los dioses, no tengo medios de saber si existen o no, ni cuál es su forma. Me lo impiden muchas cosas: la oscuridad de la cuestión y la brevedad de la vida humana.”
Es una buena aproximación a nuestra filosofía. Percibimos durante una vida, con unas herramientas físicas que la vida proporciona los sentidos. Y con unas herramientas virtuales (cognitivas) que también son propias de la vida y que queremos demostrar proceden del alma. De ese destello de la fuerza creadora original que vive en nosotros.
-Entonces el hecho de que yo pueda imaginar a mi hija, incluso hablarle en mi mente es solo eso una virtualidad.
-Eso es el hombre imagina supone conductas y percepciones de otros hombres. También imagina percepciones de otros animales. Y crea un universo mas o menos cierto mas o menos ficticio donde vive el con sus criaturas.
-Ya me había dado cuenta de eso. Al leer a los fabulistas -Esopo, Samaniego- no se cualquier fabulador; te das cuenta que de una manera elegante el fabulista proyecta sobre el animal conductas o aspectos muy humanos. Y digo elegante porque la proyección es comprendida por otros hombres.
-Eso es literatura, y la literatura es hacer público, un personaje creado por nuestro intelecto. En origen virtual, fantasmagoría de mi mente que corresponde a mis percepciones y deseos mucho más cuantitativamente que al ser en si.
- ¿Ya, y si me besas? A ver si así re-defino tu Laura virtual. Dijo mientras se acurrucaba contra mi.
Me encantan estas salidas de la seriedad de mi discípula. Nos estamos besando no os vayáis...


jueves, 18 de septiembre de 2014

Una tarde.

He llegado a casa algo mas tarde de lo habitual. Laura estaba tumbada en el sofá, dormida. El libro y una mano sobre el pecho, la otra mano caía en un arco difícil y relajado hasta el suelo. Los nudillos rozaban el parqué, frente a sus dedos una foto de su hija que ella usa como señal de lectura.

Cuando se toma a un centauro en tutoría se hace un pacto de convivencia mental. Se promete compartir sin restricciones las ideas las impresiones y el saber. Nunca he entendido, porque el colegio centauro pone restricciones o avisa de los riesgos de la cohabitación. El estado centauro nunca fue célibe y siempre promiscuo. No se a que viene esa carcunda, mas propia del clero, en unos individuos, que deberían tender al librepensamiento.
Porque aun que nuestro credo acepta un principio primero, este no tiene nada de sobrenatural. Ítem mas el principio primero forma parte de nosotros. Algo tan natural como que Laura y yo compartamos también cuerpos.
Ahora bien una cosa es compartir mentes y cuerpos y otra diferente, muy diferente compartir espacios. Compartir el despecho, el baño, la cocina, eso ya es mucho mas complejo. Y todo esto porque simplemente cuando comenzó la historia de declararme su mentor, su Virgilio, intercambiamos las llaves de nuestros apartamentos.

Supongo que Laura no ha comido, me pongo a preparar unos bucatini a la arrabiata que yo sazono con ají o chile para hacerlo mas sabroso. Empezar el sofrito y despertarse Laura ha sido uno.
-Hola buenas tardes creo que me he quedado dormida. Esta noche tuve pesadillas con el infierno, he dormido mal. Ha dicho mientras se acercaba por detrás y me daba un beso en el cogote. Laura suele hacerlo me pilla por sorpresa y besa en el sitio menos esperado. Estos besos en el cogote me dejan descordado, casi como si se tratase de un descabello. Pierdo por unos momentos el uso de la palabra y Laura disfruta con ello. Otras veces es un roce suave de sus labios bajo mi oreja...
¡Huy que se me quema la salsa!
-Supongo que no has comido.
-Supones bien, los miércoles tengo una clase a primera hora, y otra al final de la mañana. Así que he llegado aquí hambrienta y con sueño.
-Pues lo siento hoy es uno de esos días en que no quedaba nada nada hecho en la nevera. Ni un triste topillo en confit.
-No, no he mirado nada, el que tenga llave de tu piso no significa que entre a saco en el. Pensé encontrarte, al ver que no estabas, me iba a ir y
pero me puse a leer y me venció el sueño. Eso es todo.
-Pues ya que estás despierta, pon la mesa ya sabes donde guardo los platos.

Si intencionadamente, hice una arrabiata con su toque de chiles. Algo que pidiera un buen vaso de vino y de alguna manera relacionaba la comida con aquello de in vino veritas... in aqua sanitas. Hacía mucho tiempo, cuando casi no nos conocíamos en una situación parecida, Laura se me había quedado mirando fijamente y con un tono entre burlón y de reto me dijo:
¿No estarás pensando en emborracharme?
Y yo contesté, solo puedo emborracharte de la verdad, y la verdad es una fuente que mana en tu interior. Me limitaré a enseñarte a buscarla.
Laura con el mismo brillo retador en la mirada me había dicho:
Empieza.

Y empecé, aun estoy en ello.
-¡Hum! merlot, verdad dijo alzando la copa de vino que acababa de probar y mirando al contraluz el rojo rubí del caldo.
A mi me maravillan las personas que saben distinguir un vino con la seguridad que lo hace Laura. Pero me maravilla mucho más su capacidad para sacralizar algo trivial, como la cata de un vino, mientras su mente evalúa las evoluciones de su interlocutor. En este caso yo.
Supongo que alguna pista le da mi lenguaje facial. Y tiene la habilidad para distender... porque sí, era merlot, pero ella hubiera dicho la frase con igual aplomo e igual efecto si lo que tenía en su copa fuese un vino de Tetra Brik.

Al comentarle estas cosas respondió riendo:
Sabes, es como una nube que te pasa por el entrecejo. Se te ve pensar de hecho el entrecejo y la posición de los ojos es toda un compendio de la comunicación humana.

Era una tarde otoñal y fría, las gotas de lluvia golpeaban con fuerza el cristal de la buhardilla yo vivo en un, ático desván, de esos que se hicieron en tiempos de aquel alcalde que inventó la especulación vertical. Laura ha recogido la cocina y fregado los trastos. Ha dicho que si yo cocino ella friega.

La tarde propicia para tener una charla distendida muy distendida con centLaura una tarde de cama... de camaradas quiero decir. Ya contaré.

martes, 16 de septiembre de 2014

Mientras espero pienso o tal vez pienso mientas espero

Se imponía una recapitulación y planificar el siguiente viaje de Laura.

Unos días de reflexión, concluyeron aquel primer periplo por el infierno.



Cuando se hace un viaje y mas cuando se viaja a pie, como lo exige el protocolo de centauro, se adquieren nociones y vivencias nuevas.



Hoy se viaja a tontas y a locas, con poderosos medios de transporte, que tienen el defecto de arrojar al viajero a sus antípodas en breves horas.

Así el viaje no es didáctico, se arranca al individuo como si fuese una planta sacada del semillero y se siembra a kilómetros de su casa en otro ambiente en el que cuidadosamente se ha imitado su hábitat.

El viajero encuentra las mismas hamburguesas pizzas o el mismo döner kebab. La veintena de tiendas que como Louis Vuitton o Carolina Herrera juegan a extender el ensueño de una aldea global.



Si el nacionalismo era una enfermedad que se curaba viajando como decía Baroja (el nacionalismo viajando y el carlismo leyendo). Hoy lo de viajar es mucho más anodino. Ya no viajamos como Azorín Pla o Cela. Viajamos en un

vuelo barato a un destino adocenado.

Azorín tenía un mundo en Castilla. Pla viajaba a pie por su Ampurdán, y Cela hacía un universo de la Alcarria.

Porque viajar aunque solo suponga alejarse unos kilómetros del terruño ayuda a percibir otras realidades.



El viaje de Laura, como ya habéis supuesto es interior. Un viaje profundo a la creencia, un viaje a los cimientos del individuo.

La técnica del viaje es sencilla tan sencilla que es difícil. Es leer a dúo,un texto clásico. Mejor que sea muy conocido y pasto de los exegetas durante varios siglos.


Los individuos, a pesar de ser diferentes, crecemos como ese plantón del que hablaba antes en un semillero. Un semillero de creencias de prejuicios (porqué no confesarlo) algo que tiende a hacerlos homogéneos. Una cultura, solo es una alberca de gestos y números. De ritos y como decía Freud de prohibiciones de vetos.

Por eso aunque se presuma poca diferencia hay que buscar lecturas, que por el tiempo pasado desde que escribieron, se supone que se puede encontrar visiones con diferentes perspectivas.



El viaje centauro te conduce a revisar los cimientos lo que otros llaman subconsciente, te lleva directamente a cuestionar cada una de las piedras de tu edificio. Pero sobre todo te lleva a comparar tu hoy y tu experiencia con lo que eran realidades de otros tiempos.



Laura respondió muy bien. Enseguida con gran pericia, aprendió a manejar sus fieras internas. Cuando un lobo, una pantera o un gorila atenazaba su personalidad Laura lo dejaba sin fuerza.

Pequeño sentimiento, a fuerza de ser recurrente pensando y repensado

se hace mayor hasta que termina en lo obsesivo.



Los monstruos internos viven en y de nuestro pensamiento a costa de nuestra energía nerviosa. No son otra cosa que la sublimación de hábitos y vicios.

Una retraso en detener una conducta cómoda -pero perjudicial- termina por instalarse como respuesta automática, como reflejo. Mas tarde puede tomar esa forma animal que yo le había subrayado en el Infierno Dantesco. Termina por esclavizar la mente y ni siquiera eres consciente de ello. Todo son estereotipos. Los hombres las mujeres los gitanos o los suecos...



El Alma:

Hacemos un alma con grados, con niveles. Distribuciones categóricas

Si las plantas tienen alma -yo así lo creo- su alma es el principio vegetativo.

-¿Animales tienen alma? Es el principio que da forma y organiza el dinamismo vegetativo, y sensitivo de la vida.

-¿Hombre tienes alma? Entonces ella organiza el dinamismo vegetativo, sensitivo e intelectual de la vida.

-¿Centauro tienes alma? Si, mi credo dice que es un destello arrancado del principio de principio de principios. El alma centaura te permite indagar lo vegetativo sensitivo y lo intelectual. Buscar la razón de razones. A la luz del alma todo cambia y todo es lo que es y no lo que parece.



¡Uf! A ver como se lo explica Laura a sus futuros alumnos; porque yo, que se lo explico a ella, poco lo entiendo. El alma es un sentimiento abstracto pero no subjetivo. En lo subjetivo entra la educación la cultura. Aunque sé que lo siento.



He eliminado en esta historia, y de común acuerdo con Laura toda la parte relativa al gorila. Zoomorfosis mental tejida sobre el abandono de su cónyuge y su posterior divorcio.

Son cosas a las que obliga el juramento centauro. Algo parecido al juramento hipocrático. En nuestro caso mucho más duro. Allí donde los discípulos de Galeno hablan de no revelar lo que sus ojos vean, nosotros leemos lo que nuestra imaginación crea para uso exclusivo de nuestros pupilos.



Por encima de la ética, hay una razón mucho mas grave. Esta es que la simbólica usada no tiene el mismo valor para cada individuo. No es lo mismo el gorila de Laura, que el que pudiera crear otra persona para sí.

Solo vagamente se pueden usar arquetipos como el escarabajo pelotero del que hablaba ayer. Y aun así, al interpretarlos como propios, se termina por ponerles apellido. El escarabajo, que amasa fortuna, como bola de excremento para depositar allí los huevos de la siguiente generación, no tiene el mismo sentido particular en distintos sujetos.

El arquetipo pelotero no es el mismo para un político para un empresario o para un banquero. Por eso os advierto que esta narración aparece mutilada u difuminada en ese aspecto.

Originalmente debía representar Al Poeta Dante ante Las Puertas del Infierno.


Durante aquellas esperas mi situación, era horrible. Ahora leo que escribí:

No tengo apetito y duermo poco, sin embargo, mi estómago está bien. El sueño llama a mi puerta a horas raras. La sensación de dolor y soledad son insufribles.

Mi debilidad es tan grande, apenas puedo hacer vida normal. Se diría que deliro. El desasosiego me hace caminar kilómetros y kilómetros sin rumbo.

Andar... pasear por la ciudad y escribir en cualquier sitio sobre cualquier objeto. Servilletas de bar tarjetas de transporte público cualquier cosa.

No puedo apartar de mí las preocupaciones estará bien ella. Las ideas acuden como enjambres de abejas, me pican me espolean.

Me quejaría a Dios de mi estado y sufrimiento. Si hubiese uno o varios de esos dioses de esos que inventan las religiones. Dioses a los que se soborna con un sacrificio. Con los que se chalanea con una limosna. Esos cuyo clero vende un cielo o un infierno en incómodos plazos. Como quien compra una parcela edificable.

Yo soy de Dios tengo parte de la chispa divina que creó todo. Pero eso de parte es una forma de hablar. La chispa, la luz, el verbo, no tienen partes son y ya está.



Tampoco tienen tiempo, es un presente continuo. Como voy a sobornar a Dios para que me de en el futuro... si para el no hay futuro.



Dios el verbo la chispa es presente. ¿Quién eres? Ego sum qui sum -Soy el que soy- soy en mi ser. Como contestó la zarza ardiente a Moisés.

Yo participo de ese ser, y otra vez la soledad del ser y Laura. Laura es mi hija ahora espiritualmente es mi hija. Y es mi amante y es mi compañera.

Todo mi esfuerzo es para ella para empujarla por el camino del ser. Pero hasta que ella llegue a su eclosión yo estoy solo, sin hijos, sin amigos, médico ni sacerdote, sin nadie. Solo yo y mi soy esperando al suyo.



domingo, 14 de septiembre de 2014

Esperando a Laura

Es una tarde serena en que le euro entre los carrizos musita al lubricán poemas.
Es una tarde ácrona de recuerdos vacíos, tu cuerpo. 

Desde mi ventana veo el el sillón de bambú, el almadraque glauco vestido de reps, que aun dibuja las huellas de tu cuerpo.

Es una tarde vacía sin otra evocación que tu voz... y la acidia.

Te llamo pasito, esperando me oigas desde el fregadero, pero quia, no escuchas no oyes ya no estás y entonces me veo dejarte en el suelo aporcando luego. Veintiséis días hace de aquello y aun no me acostumbro a la ausencia seca de tus vitroteos.
¿Recuerdas! salías como con urgencias y también pasito te marchabas luengo. No había rincón casa o contubernio que no conocieses, ¡bueno!

Balzac dicen decía: El paisaje tiene ideas, pero el cuadro que dejaste es un lienzo sin figuras, muerto.

Dios cuanta historia por una gata-lagarto, teratología propia de hacer de un morrongo ninfa Egeria ,vulpeja del saber, mi adul la fiera.

Es una tarde serena y el euro entre carrizos reza, por ti gatun gatunera que en veintiséis días ya has debido dejar cansino el cielo.

Y yo aquí corito trasegando los mostos de la envidia, los vinos de lujuria, no en balde soy también endriago quimera a la griega. Quimera y esteta. Yo también centauro espero que llegue Laura la quimera
Tengo una amiga poeta Luisa Gomez Borrell
Con la que juego a diccionarios a ella le encanta buscar palabras que no entiende. Allí van un puñao que te entretengas.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Sísifo y el escarabajo pelotero

Transcurrieron semanas meses quizás, yo permanecí al borde del cráter esperando. De vez en cuando una ola de movimiento circular me hacía sospechar que Laura estaba allí.
Hubo un momento en que, su silueta inconfundible se perfiló entre la inmunda neblina el suelo de esa zona estaba cubierto de un fango muy ligero muy hueco. Me habían avisado, que en su composición entraban restos de la piel de los políticos. Originalmente tenía la consistencia de la película que cubre la piel de los batracios, su composición un 80% de mentira y otro 20% de agua. El légamo, lo formaba esa supuración y el polvo del suelo. Como me dijo mi mentor, y hace ya de esto varias décadas:

Agua mentiras y polvo de historia, ten cuidado, hay alguna especie de político, que segrega, como ciertos sapos, un icor muy tóxico. A pesar de ello, los expertos en comunicación saben hacer con el y el polvo de historia, una pasta de relleno, que imita la realidad maravillosamente. No solo son capaces de reescribir y suplantar realidades históricas, también crean decorados de un futuro esplendido. De hecho los grandes artistas del fraude, pueden reconstruir panoramas completos, sensaciones de realidad tan bien fraguadas, que llaman la atención de muchos incautos, los cuales quedan atrapados por el alucinógeno que emana del jugo cutáneo de los políticos.

¿Pero a ellos no les afecta? Pregunté. Si, los hay que terminan por creer sus propias mentiras. Pero yo tengo dudas; dijo mi maestro, si esa creencia se desarrolla por intoxicación, o por el contrario solo es un adormecimiento de la ética, de la moral. Una adaptación al medio que les ayuda a sobrevivir.
Ya entiendo, quieres decir contesté, que solo bajo la anestesia de la moral se puede condenar a muerte y no me refiero a la condena que pueda hacer una justicia dependiente de los políticos. Me refiero a aquellos que han enviado a una generación a extinguirse en una guerra perdida. Los que condenan a los jóvenes a la incultura y a los ancianos a la miseria...
El maestro asintió.
Evocaciones y evocaciones del maestro, la experiencia me dice (aunque en el colegio centauro no es tan acusado como en la vida “civil”) que eso es la edad, la plenitud se muestra por una sólida construcción de las ideas y cuando esto se produce es imposible no recordar quien te enseñó a ensamblar tus construcciones mentales.
Un día CentLaura, me recordará como maestro mucho más que como hombre. Y ese sentimiento tiene un sabor agridulce...
En eso estaba, cuando con un ligero trotecillo Laura se plantó junto a mi.
-¿Cansada?
-Si un poco, pero contenta. La visita a esta parte del infierno me ha hecho comprender muchas cosas. ¡Me ha hecho comprenderme!
No quería entrar a fondo en los resultados de su excursión así que medio en broma pregunté.
-¿Aun esta ese escarabajo que llaman Sísifo?
-Si aun está, supongo que te refieres a ese político que se empeña en empujar cuesta arriba una enorme bola de corrupción con la idea de instalar allí su prole.
-Ese es un estereotipo de los políticos ladrones, que auto-justifica su expolio a las arcas públicas y el cohecho imagen del escarabajo pelotero. De la misma manera que el escarabajo pone sus huevos en las heces, este tipo de políticos instalan a sus proles en la corrupción de los aledaños del poder.

-Pero la comparación con el escarabajo pelotero entiendo que no es gratuita. -¡Sabes, esperaba la pregunta!

-No se que decir, añadí, tal vez soy muy transparente o tu muy muy perspicaz. ¿Puedes decirme porque esperabas mi pregunta?
-Si, se que en tu juventud leíste a Albert Camus. Hemos hablado alguna vez de ello.
-¡Uf si Camus! Fue en cierta manera el héroe de mi juventud, esa época en que según los franceses se tiene el corazón donde se debe a la izquierda.
-Ya ya, recuerdo la frase que usabas: Quien a los diez y ocho años no es de izquierdas no tiene corazón. El que a los cuarenta años no es de derechas no tiene cartera.
-Algo que más tarde sustituí por el corazón a la izquierda y la cartera a la derecha.
-No me cambies de tema. Tu hablabas de la filosofía del absurdo y de le valor de lo que se cree o el valor que se da a lo que se posee.
-Es cierto.
-Eso lo recoge Camus en El Mito de Sísifo. Tu imaginario debía llegar inexorablemente a la imagen del escarabajo pelotero.
-¡Me desconciertas! ¿Cual es el nexo?
-El gen egoísta, la necesidad que tienes de reproducirte de replicar los genes tus genes. La única forma de saltarte el absurdo de la vida de Camus, de hacer más caso a la cartera que al corazón.
En resumen al sintonizar tus sentimientos opuestos se obtiene eso:
El Escarabajo Pelotero, justificar el trabajo la acumulación de detritos en la esperanza de que tus sucesores vivirán bien en ellos.

-Así que yo... vaya vaya... Oye no te han dicho que no se debe analizar y menos psicoanalizar a tu monitor que es la norma en la escuela centaura.
-Si eso creo haber leído, pero también es cierto que se me anima a no perder ni una sola palabra de tu boca. Y eso es lo que he hecho, tal vez peco al poner negro sobre blanco algo que tu estás diciendo con tu obra y tus gestos.

Opté por reír, lejos de molestarme la permanente atención de Laura me halagaba. Y el hecho de atreverse a expresar sus observaciones con una mezcla de ironía y cariño me hablaba de su penetración intelectual y su capacidad. Era cierto que tenía ante mi a una competidora en la carrera por los puestos del gran consejo centauro. Pero dentro de la egregia orden de los centauros eso no me molestaba, la orden había invertido su significado hacía muchos siglos. En las centauromaquias es el centauro quien representa la sabiduría y como bien intuía Laura la necedad de la cultura y la vida la enemiga tal como Camus describió.