Nos enseña Africa Jiménez Ruiz
un paisaje de campo y árboles dormidos en invierno. Pudorosos se cubren
con un manto de niebla para no mostrar sus cuerpos esqueletos.
Es Blanca, escritora poeta de esencias buena lectora y destila tanto sus aportaciones que a mi me parece pasan siglos entre ellas.
domingo, 8 de noviembre de 2015
lunes, 2 de noviembre de 2015
Un libro a la fuga II
Lo
ha vuelto a hacer, estaba yo poniéndome los zapatos cuando lo he
visto. Escondido entre el calzado de verano. Allí estaba el libro,
ha visto que lo veía y ha intentado huir pero he sido rápido y
diestro y con una bota de montaña he terminado con su fuga.
Ha
quedado abierto innoblemente abierto de hojas y mi bota lo
aprisionaba contra la jamba de la puerta el quicial que llaman.
Lo
he tomado con mano trémula, la suela de mi bota quedará para
siempre impresa en las páginas 180 181 de la obra.
Supongo
que ya suponéis que hablo del libro de Fernández Mallo Agustín mor
mas señas.
He
leído un poco al azar
Era
ella, de espaldas, dirigiéndose a la habitación del fondo al tiempo
que se bajaba la faja y las bragas …/... el sol rasante …/... y
tras atravesar el cristal …/... bañaba el cuerpo …/... para
colarse entre el hueco desparramado de la entrepierna. Entonces le
cegó una estrella púrpura de cinco puntas hermosísima, magnética
parpadeante en la penumbra del ano de aquella mujer. (Agustín
Fernández Mallo Ya nadie se llamará como yo ISBN:
978-84-322-25O8-6) [Me acojo al derecho de cita]
He
vuelto con el libro entre la manos al anaquel en que lo dejé
aprisionado. Me he llenado de estupor el libro seguía allí entre
Las Clavículas y el grimorio. Y es que Agustín Fernández es
Físico ya se sabe uno de esos seres raros que se inventan mundos
matemáticos a la velocidad de la luz y viceversa. Yo tengo ahora
como el electrón en dos rendijas dos libros o como el Gato de
Schrödinger un animal que está vivo y muerto al mismo tiempo. Un
libro preso de otros libros de magia y el mismo libro con la marca de
mi bota entre sus hojas.
martes, 22 de septiembre de 2015
Racionalismo y Descartes II
Decía
que Rene Descartes dice en su discurso del método.
"Mais
aussitôt après je pris garde que, pendant que je voulais ainsi
penser que tout était faux,” (Pero poco después me hice cargo de
que, mientras que yo deseaba pensar que todo era falso) Era necesario
que yo que lo pensaba fuese algo.
Algo
que nos llevó al pienso luego existo o pienso luego soy.
Y
no es Descartes el primero que enuncia este juicio, Gómez Pereira ya
había hecho enunciados similares casi un siglo antes. Gómez habla
de los phantasmas como creaciones de la mente humana, y no se está
refiriendo a almas en pena, se esta refiriendo a entes no reales
creados por la imaginación humana o recreados por la memoria.
Y
Descartes se pierde, no es capaz de volver al alma racional
aristotélica y de la mano de la educación de los jesuitas cae en un
alma platónica, bendita por la religión, y tropieza otra vez en un
hombre dual.
Pero
no hay duplicidad no has abscisas y ordenadas, no es cogito ergo sum
con el cual le conocemos. Ni hay un ego ni hay un yo. Yo soy mi
memoria, en cuanto que recuerdo episodios de mi vida, eso me hace
recordar las vivencias con los míos, y también con los enemigos.
Porque
somos el pensamiento, yo soy así porque así me pienso...
Tu
eres tal como te piensas, como te recuerdas...
(Una
realidad física, solo nos parece real en un intervalo. Nos lo parece
en tanto que la percibimos, por medio de unos sentidos; pero ya
sabemos, que esa percepción tiene unos umbrales, que están marcados
por una frecuencia como el sonido y la luz, marcados por una
intensidad umbral de sensación y por un crecimiento del estímulo,
que no es lineal para que percibamos mas luz mas sabor o mas presión
el estímulo ha de crecer en progresión geométrica.)
Y
si vosotros ya sabéis eso, que el entorno la realidad, es un
sensación que llega al cerebro, y si reconocéis conmigo que vuestra
memoria en episodios es vuestra vida, aquello que recordáis.
¿Qué
os impide reconocer el hecho de que vuestro yo es vuestro
pensamiento?
¡Qué
vosotros sois vuestros juicios! ¡No hay metafísica! Solo hay lo que
parece.
Pero
sabéis que no hablo tanto de lo que la mente percibe sino de lo que
la mente elabora, tu eres tus juicios, tus opiniones tu eres lo que
muestras hacia los demás.
Y
eso si puedes cambiarlo. Cambia tu juicio sobre el vecino y habrás
cambiado tu. Deja el pensamiento que te invita al recelo, y habrás
cambiado tu.
Y
cuando todos los tu del mundo inicien el camino de ese cambio, la
humanidad también habrá cambiado.
Los
psicólogos juegan a estudiar la memoria, hacen test de inteligencia,
pero desconocen la esencia de una y otra.
Clasifican
las memorias y los aprendizajes algo equivalente a saber como son los
circuitos de un ordenador en función de como busca y presenta los
datos.
Ninguno
tiene el valor de atreverse con los juicios, con las razones últimas
de la conducta.
Racionalismo y Descartes.
Hablaba
el anciano con varios de los suyos.
Era
una reunión; mas informal si cabe, que las del resto de su
actividad. El pensador; que era como le gustaba que lo llamarasen, los
miembros de su circulo íntimo, hablaba de manera mas distendida.
Había
en sus palabras menos de gurú y mas de docente, porque nadie dudaba
que el era docto.
Docente y docto son los participios activo y pasivo
de docére en latín enseñar. Y bromeaba muchas veces con aquello de
que no se puede enseñar sin ser docto. Como tampoco es posible ser
saliente, sin haber salido.
En
realidad, y aunque tomaban una figuración al uso de los gurús
supuestamente hindúes o a la mas atrevida de los coach anglosajones.
Porque gurú o maestro o coach o entrenador, solo puede serlo el
docto, el que ha pasado por las circunstancias del acólito.
Y
no solo eso la figura es la de un ser que debiera conocer a modo de
guía de montaña tanto las dificultades de la ascensión como las
capacidades del coachee (entrenado) para ello debe conocer también
las emociones y el sentir del alumno. El pensador creía, que ese
desde esa posición era muy difícil mantener la ética.
Recuerdo
haber tenido una conversación privada con el sobre el tema, yo decía
que existían desempeños como los de los políticos o los banqueros
que están por razón de su ser carentes de cualquier rastro de
ética. El me reprendía suavemente, diciendo que la ética era una
rama de la filosofía, que en su grupo creían mucho mas correcto
usar el término elegancia e inelegancia. Que era peor llamar a un
político a un empresario o un banquero inelegante que acusarlo de
falta de ética.
En
su filosofía; lo que quiere decir en su modo de ver, tenía mucha
importancia la solución personal.
Por
eso muchas veces, jugaba con la ambigüedad propia de las escuelas
orientales, en las que es el alumno crea su saber a medida de su
creencia, y siempre en una solución personal.
Por
esa razón nunca negaba ni exponía doctrinas filosóficas, él
esperaba que cada oyente elaborase la suya a partir de su necesidad.
A partir de su elegancia (forma bella y armónica de expresarse.
Pero
los veteranos sabíamos, que podía cuando quería era muy preciso,
en las citas de los filósofos; que entraba en ellas con una mete
aguzada como un escalpelo.
Normalmente
razonaba, seccionaba y presentaba, con eficiencia; con la eficiencia
de un cirujano; la disección del razonamiento del que se hablaba. No
dejaba espacio ni a la pregunta socrática ni para la objeción.
Pero
escuchemos:
Descartes
decía aquello de "il fallait nécessairement que moi qui le
pensais fusse quelque chose" que El Discurso del Método lo
escribió en su lengua matena. Su filosofía es racionalismo porque
todo lo remite a la razón. Y eso que después se concentró en el
adagio cogito ergo sum era la consecuencia de la duda sistemática de
todo. Porque la conclusión de Renato era de una obviedad aplastante,
aunque todo fuese apariencia el como ser pensante existía.
Aunque
ahora que miro el reloj, será cuestión de aplazar lo que cuento para
otro momento.
viernes, 4 de septiembre de 2015
Sobre la inteligencia.
Era
un fin de semana casi otoñal. Algo que no se correspondía con el
correr del calendario, solo era la primera semana de septiembre. El
maestro miraba con tranquilidad a varios de sus discípulos preparar
el pequeño bagaje, era la hora de volver a la ciudad a los estudios
o al trabajo. Los que marchaban eran los discípulos de estío.
La tropilla del maestro se componía de dos tipos de seguidores.
La tropilla del maestro se componía de dos tipos de seguidores.
Por
una parte figuraban los fijos, aquellos que habían aceptado vivir
con él, en un ascetismo no riguroso pero severo, sobre todo a la hora de entender
la sociedad de la que se alejaban. Estaba formado por hombres y mujeres casi al cincuenta
por ciento y con una amplia gama de edades.
El
segundo grupo, lo formaban jóvenes que venían junto a él a pasar
unos días del verano, traían la idea de reflexionar sobre sus vidas y
el sentido que tenían. Cierto que alguno de ellos se había tomado
un año sabático para reflexionar tanto sobre su persona como sobre
su trabajo.
Esta división meramente formal no se percibía hasta después de un periodo largo de convivencia.
Esta división meramente formal no se percibía hasta después de un periodo largo de convivencia.
No
había vestido, ni túnica, ni cambios en el aspecto que pudiera
significar pertenencia al clan. Los había que usaban raparse la
cabeza y convivían los que lucían melenas a la jamaicana.
Nada estaba prohibido, ningún estilo de vestido era impuesto. El maestro decía, que en el terreno de la ropa y los aderezos cada uno podía obrar como quisiera, "es el interior del hombre quien con el tiempo, hace de su imagen el testimonio de su credo". Y el primer credo de los que aquí vivimos, es creer en nuestro yo.
Nada estaba prohibido, ningún estilo de vestido era impuesto. El maestro decía, que en el terreno de la ropa y los aderezos cada uno podía obrar como quisiera, "es el interior del hombre quien con el tiempo, hace de su imagen el testimonio de su credo". Y el primer credo de los que aquí vivimos, es creer en nuestro yo.
Lo
cierto era, que conforme pasaban un tiempo en la compañía del
santón, las estridencias en color de la ropa, los pelitriques y
requilorios, tanto en el indumento como en el habla desaparecían. Si
horrorosos son los excesos en la ropa, no lo son menos los
circunloquios tales como, yo mismamente, o personalmente opino, que
ni añaden nada a la mismidad; ni le dan mayor valor a la opinión. Esta ha de ser siempre el fruto de un análisis personal.
Pues
bien, ese día caminaba junto al maestro un hombre de edad incierta,
maduro si, que lo mismo podía estar al final de los treinta que
en la puerta de la sesentena. En el grupo era norma que nadie supiera
de nadie.
La experiencia demostraba que llegar a la tribu vestido con las galas del trabajo, era muy contrario al interés general.
La experiencia demostraba que llegar a la tribu vestido con las galas del trabajo, era muy contrario al interés general.
Porque
una vez sabido que el señor calvo aquel, o la mujer aquella de
madura belleza eran en su vida social, Don... o la dos veces doctora y
poseían varios doctorados o la presidencia de tal o cual consejo de
administración. Hacía que el resto de la grey terminara por hablar al cargo, al
título, ignorando en realidad a la persona.
Y
aunque el hombre había demostrado una mas que correcta educación y
un gran conocimiento sobre materias de informática, nadie sospechaba
que se trataba de el coordinador de un grupo especializado en
inteligencia artificial, que probablemente pasaría a la historia
como el padre de los robots inteligentes.
Y
a ese individuo, precisamente a ese el maestro decía:
- Estoy seguro, que pronto, habrá un día en que las máquinas, serán mas inteligentes que los hombres.
Entendiendo
la frase como un cumplido el aludido contestó:
- Gracias, será el esfuerzo de varias generaciones y me sentiré dichoso de ser el líder del equipo que corone esa cumbre de la técnica y la ciencia.
El
maestro con una sonrisa cariñosa que ocultaba si la había,
cualquier rastro de ironía dijo:
- No se si me he expresado bien, yo no estoy hablando de los avances de la psico-ciencia artificial. Si opino, que pronto las máquinas serán más inteligentes que el hombre, lo hago desde el convencimiento del deterioro de inteligencia humana.
Mira el hombre no es un animal muy fuerte y pronto aprendió a hacer trabajar a los animales por el. Y probablemente desde que aprendió a manejar a los animales para sus fines. O cuando aprendió a usar la fuerza del viento, del agua, del fuego en su beneficio; cambió su desarrollo corporal por el desarrollo mental.
Nuestro urbanita es hoy mucho menos robusto que el campesino de hace varios siglos. Pero aun hay más desde los más tempranos esbozos de nuestra historia han existido calculistas, gentes especializadas en obtener la medida de las cosas. Escribas dotados del arte de plasmar en signos las palabras. Hoy no quedan ni unos ni otros, te reto a que encuentres un pendolista o a un hombre común capaz de resolver una raíz cuadrada...
- Claro no son necesarios, contestó el aludido, las máquinas escriben y corrigen los errores, y en cuanto a la capacidad de cálculo quien la necesita si un ordenador doméstico es capaz de multiplicar por diez mil la velocidad y exactitud en la resolución de problemas...
- Si eso es lo preocupante, admites que el hombre es mas débil que la máquina movida por vapor o por electricidad. Admites que ya nadie sabe calcular rápido, no es necesario. ¿Y quieres fabricar una maquina un robot? ¡Qué libere al hombre del pensamiento! Ve, pero piensa primero en las consecuencias de la informatización ad náuseam...
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