Dicen que fue en San
Sebastián y con motivo de una vista de Alfonso XIII. Hay que
recordar que hubo una época que la corte y la gente fina veraneaba
allí. Algunos se atreven a decir que fue en el Restaurante del
Kursaal donde un grupo de cocineros se afanaba en preparar una comida
para el Rey y las autoridades que le acompañaban. Cuando el Maestro
de cocina calculó la hora de llegada de la comitiva dispuso la
preparación de un acompañamiento de la comida que eran patatas
fritas.
Justo en el momento que
estas entraban en el aceite, llegó a la cocina la desoladora noticia
de que la comitiva se retrasaba media hora. ¡Cómo sacar una patata
dorada y al punto cuando lleva entre unas cosas y otras mes de media
hora hecha? El maestro jefe de cocina ordenó sacar las patatas del
aceite y esperar. No cabía otra solución. Llegaron los comensales,
se sentaron a la mesa y entonces el cocinero dio la orden de volver a
poner en la sartén, las patatas y o milagro estás comenzaron a
hincharse y dorarse con un aspecto que nunca habían tenido. Así
salieron a la mesa así fueron celebradas y desde entonces se conocen
como soufflé esa forma de hacer las patatas.
Y hablando de Italianos
cuentan del Harry's Bar in Venecia que habían reservado para comer
una mesa con platos compuestos de solomillo. El horror que debió
sentir el cocinero al darse cuenta de que solo disponía de solomillo
para la cuarta parte o menos de las reservas produce escalofríos.
Pero buen cocinero buen conocedor de los alimentos solucionó el
incidente sirviendo finas láminas de solomillo crudo con una salsa
de acompañamiento. Una vez más la imaginación el saber y la
inventiva solucionaron el problema y de paso el carpaccio estaba
inventado. Hoy los comemos de atún salmón y hasta de gambas y nos
quieren hacer creer que es cocina originaria de Japón pues no no
señor tiene todos los indicios de ser, el carpaccio invento
italiano, veneciano por más señas.