Son las 3 A.M. he escrito un
poco, mis interlocutores no saben que a esta hora puedo permanecer despierto
con el corazón apagado.
No en balde es la hora a la que
se levantan los verdugos, a la que se acuestan los políticos.
Aunque los políticos, además de
tener el corazón parado tienen el cerebro. ¿Te preguntas? lector, como llegué
a saber, que podía vivir con el corazón parado. Fue consecuencia de unos ejercidos
de relajación profunda. Contaba ayer o ante ayer, mi ambigua relación con Paula
aquella adolescente-mujer, que conocí junto al maestro. Al principio era algo
obsesivo su imagen acudía a mi mente en los momentos de relajación. Un día
decidí centrarme sobre el latido cardiaco, poco a poco conseguí bajar su ritmo
50, 44, 30, 23, 16.
¡Ya está! a 16 pulsaciones minuto el corazón se apaga. Cuando
comienza a apagarse Paula y su imagen se desvanecían dentro de mí. Al mismo tiempo mi respiración -el ritmo se
entiende- bajaba de forma proporcional.
Bastan 3 o 4 inspiraciones minuto.
Se
tiene tentación de apagar el cerebro, pero eso solo pueden hacerlo los egoístas,
sustituyen la percepción externa por la contemplación del ego.
Se ven, se
sueñan grandes estadistas, que horror, verse horro de todo compromiso. Es mejor
ser verdugo y despertar con la conciencia muerta para ejecutar a un ser humano.
Lo otro es vidriar el ego con una pátina interior, obligarse a vivir con la
imagen fantasma de tu yo de tu ambición de tu egoísmo.
El mundo se ve como a través
de unos antejos deformantes pero ellos no lo perciben, sus gafas son de color
yo y sueñan mundos para otros a la medida de su incompetencia. Ven un pueblo
feliz sin darse cuenta de que solo ven su imagen multiplicada por mil por diez
mil por millones. Pero la realidad no es así, supongo que es un reagalo del
diablo.
Pero volviendo a la relajación,
al amanecer de los verdugos, se le puede vestir de de un aura santa, un aureola
de Sidarta Gautama, el halo de la aniquilación en la felicidad de otros y propia.
El no deseo, el no sufrimiento
Sé que a esta hora vivo sin
corazón, porque el corazón es la víscera que marca el deseo. Es como un redoble
de tambor que subraya el movimiento, la apetición que dirían después los filósofos
occidentales. Nunca fue fácil, a esta hora vivir sin corazón, significa ver la
tramoya de los actos ajenos. Se aprecia con claridad el maquillaje el oropel y
el adorno.
¿Sabes me dije un día? Ya sé como
se sabe cuando un acto es maquillaje, auto incienso. El maquillaje solo da color
solo tiene aspecto, no es otra cosa que una laca una mano de barniz. Tú ves,
lees una decisión una idea de un dirigente si se han hecho dos preguntas puede
que corresponda a un pensamiento a un proceso mental.
Por ejemplo, a los bancos
se les acumulan los pisos, ahora tienen un parque inmobiliario enorme y por no
ser capaces de dar crédito tienen a la nación agonizante mientras ellos
enferman. Eso significa que ni los bancos ni los políticos pensaron en las
consecuencias de sus actos de sus leyes. El otro loco, anda excitando a la plebe
con el sueño nacionalista, nadie piensa el segundo paso, el parto doloroso de
nacer de cero. Porque si no es para que todo cambie para que hacer nueva
frontera. Es claro el nacionalismo es un sueño de gachupín, de boludo.
Le pasa lo mismo a Madero, A Fernández
de Kirchner a Cospedal; es eso, gentes enfrentadas a situaciones mucho más
complejas de lo que su cerebro admite. Solo son capaces de hacer una pregunta y
dar una sola respuesta, no hay efectivo para hacer frente a la segunda cuestión
¿Qué pasará si? como influirá si... por eso sus palabras son colorete en polvo. Maquillaje
de real en mucama endomingada.
Nada, aberración, despropósito, carnavalada. Es la
hora del verdugo y hoy se maquilla más, más que de ordinario, será que tiene
cita con la justicia o con el electorado... no, no lo creas, ellos solo tienen
cita con su ego.
En fin sigo viviendo a corazón
parado, tiene ventajas veo sus falacias y no los odio, los comprendo. Me río de
sus miserias y es porque no se... tal vez aun no se ver las mias.