miércoles, 5 de marzo de 2014

Apago el corazón y os cuento



Son las 3 A.M. he escrito un poco, mis interlocutores no saben que a esta hora puedo permanecer despierto con el corazón apagado.

No en balde es la hora a la que se levantan los verdugos, a la que se acuestan los políticos.

Aunque los políticos, además de tener el corazón parado tienen el cerebro. ¿Te preguntas? lector, como llegué a saber, que podía vivir con el corazón parado. Fue consecuencia de unos ejercidos de relajación profunda. Contaba ayer o ante ayer, mi ambigua relación con Paula aquella adolescente-mujer, que conocí junto al maestro. Al principio era algo obsesivo su imagen acudía a mi mente en los momentos de relajación. Un día decidí centrarme sobre el latido cardiaco, poco a poco conseguí bajar su ritmo 50, 44, 30, 23, 16.
¡Ya está! a 16 pulsaciones minuto el corazón se apaga. Cuando comienza a apagarse Paula y su imagen se desvanecían dentro de mí.  Al mismo tiempo mi respiración -el ritmo se entiende- bajaba de forma proporcional.
Bastan 3 o 4 inspiraciones minuto.
Se tiene tentación de apagar el cerebro, pero eso solo pueden hacerlo los egoístas, sustituyen la percepción externa por la contemplación del ego.
Se ven, se sueñan grandes estadistas, que horror, verse horro de todo compromiso. Es mejor ser verdugo y despertar con la conciencia muerta para ejecutar a un ser humano.
Lo otro es vidriar el ego con una pátina interior, obligarse a vivir con la imagen fantasma de tu yo de tu ambición de tu egoísmo.
El mundo se ve como a través de unos antejos deformantes pero ellos no lo perciben, sus gafas son de color yo y sueñan mundos para otros a la medida de su incompetencia. Ven un pueblo feliz sin darse cuenta de que solo ven su imagen multiplicada por mil por diez mil por millones. Pero la realidad no es así, supongo que es un reagalo del diablo.

Pero volviendo a la relajación, al amanecer de los verdugos, se le puede vestir de de un aura santa, un aureola de Sidarta Gautama, el halo de la aniquilación en la felicidad de otros y propia. El no deseo, el no sufrimiento

Sé que a esta hora vivo sin corazón, porque el corazón es la víscera que marca el deseo. Es como un redoble de tambor que subraya el movimiento, la apetición que dirían después los filósofos occidentales. Nunca fue fácil, a esta hora vivir sin corazón, significa ver la tramoya de los actos ajenos. Se aprecia con claridad el maquillaje el oropel y el adorno.

¿Sabes me dije un día? Ya sé como se sabe cuando un acto es maquillaje, auto incienso. El maquillaje solo da color solo tiene aspecto, no es otra cosa que una laca una mano de barniz. Tú ves, lees una decisión una idea de un dirigente si se han hecho dos preguntas puede que corresponda a un pensamiento a un proceso mental.
Por ejemplo, a los bancos se les acumulan los pisos, ahora tienen un parque inmobiliario enorme y por no ser capaces de dar crédito tienen a la nación agonizante mientras ellos enferman. Eso significa que ni los bancos ni los políticos pensaron en las consecuencias de sus actos de sus leyes. El otro loco, anda excitando a la plebe con el sueño nacionalista, nadie piensa el segundo paso, el parto doloroso de nacer de cero. Porque si no es para que todo cambie para que hacer nueva frontera. Es claro el nacionalismo es un sueño de gachupín,  de boludo.

Le pasa lo mismo a Madero, A Fernández de Kirchner a Cospedal; es eso, gentes enfrentadas a situaciones mucho más complejas de lo que su cerebro admite. Solo son capaces de hacer una pregunta y dar una sola respuesta, no hay efectivo para hacer frente a la segunda cuestión ¿Qué pasará si? como influirá si... por eso sus palabras son colorete en polvo. Maquillaje de real en mucama endomingada.
Nada, aberración, despropósito, carnavalada. Es la hora del verdugo y hoy se maquilla más, más que de ordinario, será que tiene cita con la justicia o con el electorado... no, no lo creas, ellos solo tienen cita con su ego.

En fin sigo viviendo a corazón parado, tiene ventajas veo sus falacias y no los odio, los comprendo. Me río de sus miserias y es porque no se... tal vez aun no se ver las mias.          

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