domingo, 19 de octubre de 2014

Las primeras respuestas de Laura.

Al día siguiente, tuve ocasión de comprobar lo acertado de la suposición o intuición de mi compañera.
Estaba esperándola en la puerta de la cafetería para desayunar, cuando apareció la pareja; ya sabéis la madama y su hombre.

Era cierto la mujer tenía una forma de moverse dominante, fue ella la que se dirigió al mostrador para abonar la cuenta. Él en tanto, en la calle, colocaba el equipaje. Me llamó la atención la forma de abrirle la puerta, y el aire casi de oficiante de culto, con que se dirigió a ocupar su puesto tras el volante.
Lo hizo dando la vuelta por la parte trasera del vehículo, con una conducta ritual, protocolizada. Pensé que había sido un chófer, profesional.

Bueno y a mi que me importaba eso, como escritor, me gusta observar a la gente, imaginar su historia, quedarme con alguno de sus rasgos para usarlo en mis escritos.
Pero esta vez, afloraba por momentos dentro de mi una sensación de angustia; supuse que era la diferencia entre imaginar la historia de un desconocido y querer deducir por su conducta su que y como.

También es cierto que mi malestar provenía de que la observación no era mía. Es curioso, yo solo, podría haber imaginado lo mismo que Laura, pero el hecho de que la primera observación no me perteneciese me hacía sentirme acechador y cotilla.
¡Uf! Acechador, esa era la siguiente etapa del aprendizaje de mi neófita. El acecho, es una técnica centaura; en que se usa la sintonía corporal con otro sujeto, con el único objeto de forzar la empatía. Pero nunca la enseñamos sin pasar un periodo de alma pura.

El día invitaba a un paseo. Todo lo que en la jornada anterior había sido viento y lluvia, había dejado paso a un día luminoso de otoño.

El sol brillaba y el viento suave rilaba los charcos formados la tarde anterior.

Para nosotros era el espacio de tiempo destinado a la asohora.
La asohora, es la observación que según los antiguos centauros, sirvió de inspiración a los psicoanalistas. El desarrollo las pruebas de libre asociación debe estar en su origen. Dicen que Carl Jung era gnóstico, probablemente conoció la idea y adaptó la técnica.
Él medía el tiempo entre la emisión de una palabra por el experimentador y la respuesta dada por el sujeto. Según su teoría, una vacilación, un retraso marcaba presencia de un complejo.
Definió complejo sobe la palabra y un sujeto tenía un complejo en navaja o en gallina.
Algo que no tiene otro significado; que la palabra excitadora, evocaba una relación anterior con ella, una situación previa. Y esa situación aun disparaba una emoción latente. El disparo bloqueaba por fracciones de segundo la respuesta verbal. Un indicador claro -para el analista- de proceso... digamos inconsciente.
En sistema, que en los primeros tiempos, tuvo aplicaciones en la investigación judicial, quedó mal herido por la interpretación chusca que algún inepto hizo del complejo, como la situación en que el paciente se cree una gallina... navaja etcétera.
Eso le iba yo diciendo a mi alumna que escuchaba con paciencia y por enésima vez mi exposición.
Ella con su habitual sagacidad contestó:
-El problema consiste en, que para que se produzca la reacción se da por supuesto que el sujeto tiene una moral, un conocimiento previo de la ética, algo que puestos a suponer es mucho suponer.
-Si, el sistema no mide el sentido de la emoción. Por ejemplo “un complejo de gallina” es decir una emoción asociada a esa palabra tanto puede responder, a un reacción positiva “me gusta la gallina en pepitoria” o evocar un acontecimiento en el cual el sujeto reconoce su culpa como ladrón de gallinas.
-La interpretación del analista será siempre subjetiva (desde su propio marco moral) los centauros, que llevan siglos observando y observándose, no tienen ese problema. La consciencia de la dualidad centaura. Usa de esas asociaciones libres para auto-definir sus marcos morales.
-Ya se subrayó Laura, como postulante a miembro permanente del colegio centauro, tengo que afrontar la emotio -mi impulso interno-. Todo mi viaje interior, tiene como objetivo aislar las emociones procedentes de la bestia nuestra parte animal de las producidas por el ánima.

-Exacto como diría Descartes res cogitans res extensa. Aunque en nuestro credo, la res cogitans y dios sean la misma cosa. Creemos que nuestra alma es un chispazo de la naturaleza creadora.
Hoy nuestra etapa consistía en un paseo por el entorno del pueblo. No había una inmersión en el logos, un viaje en la profundidad y la distancia. Los centauros cuidamos mucho el simbolismo y el habla. Hoy (algunos de nosotros se toman la libertad gramatical de escribir hoyes) que en el fondo es tan legitimo e irregular como escribir los mañanas y los ayeres sustantivando el adverbio un pronombre y usando un plural, (licencia poética) en realidad supone una lección clave en nuestro saber. Es el hecho que hay muchos y distintos, hoy, ayer, mañana, por lo menos existe uno para cada persona.
-Yo suelo usar -hisdies- en una alocución construida de la misma manera que el hoy (hoc die) pero no se trata de iniciar un debate lingüístico. Se trato que el aprendiz capte la diferencia existencial que hay entre el hoy suyo y el hoy de los otros.
Pues bien el “hisdies” o nuestros hoyes nos obligaban... Porque el hoy de Laura no es mi hoy, y nuestro hoy común no es el de ella ni el mío. Obligaban a mi compañera a exponer en un breve párrafo su expereincia. Lo hizo así:
-Los pobres filósofos griegos no entendieron nada. Nuestro padre Quirón, el centauro sabio, intento enseñarles la filosofía, pero solo Parménides se aproximó un poco al concepto.
La filosofía es una parte de la metafísica, y no como interpretaron con iniquidad los ignorantes posteriores. Sócrates Platón y Aristóteles hacen a la metafísica parte de la filosofía. En vez de ceñirse a el enunciado de Demócrito -Lo que es es, pero es en cuanto se piensa lo que es- por tanto el ser es un juego de la psique. Les llevó a enunciar aberraciones como las creencias que pueblan su mitología.
Valga como ejemplo lo siguiente:
Ellos pensaron un río el Leteo, que producía amnesia a aquel que en sus aguas se baña. Equivale a un agua capaz de disolver la memoria.
También tenían otro río de fuente próxima al Lete o Leteo el Mnemósine que hacía o contrario volviendo la memoria y dando al hombre como consecuencia la omnisciencia.

Y no es cierto, la sagacidad de aquellos pensadores no se percató que los recuerdos solo se disuelven en el tiempo. La corriente de acontecimientos que los arrastra los erosiona y los confunde son como arenas en la riba.
- ¿Pero dime? Donde he de buscar el baño en el río Mnemósine que me de la
- ¡Ah es eso? Ese río es tu fluir, debes tener la perspicacia para comprender lo que antes te indicaba si tu ayer y el mio no son el mismo tampoco tu mañana ni tu hoy tienen que serlo pero como ser humano tienen mucho en común.
 

Reloj de sol de Ascaso Sobrarbe

Huye de las filosofías de las políticas que parecen relojes de sol señala sombras marcan pero ninguna dan. Dije aprovechando que había uno de ellos en la fachada de un viejo edificio y que al mismo tiempo la campana de la iglesia desgranaba lentamente las diez.

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