La voz del anciano de la montaña rompió el silencio.
Siddhārtha Gautama o Buda Gautama
dijo:
El hombre experimenta en la vida lo que
ha querido, no lo deseado o lo soñado.
Vuestro hoy, es consecuencia de lo que
quisisteis ayer. Venir aquí a meditar conmigo. Pero entre la
voluntad y el hoy hay un trecho.
Cierto, que hemos visto al chaman, al
naghual vivir y aprender en el ensueño. Pero también es un acto de
voluntad y lleva tiempo...
Vive tu presente con la voluntad de tu
mañana. (Por cierto os he dicho que dicen que la voluntad reside en
el hemisferio izquierdo del cerebro. Pero esa es otra historia...)
Has venido aquí a esta cueva fría y
silenciosa a meditar tu qué y tu en sí.
A ensimismarte, ser en ti mismo. Cuando
aprendas a ser en ti, podrás, como el jinete avezado manejar tu
montura con las rodillas sin riendas. Podrás cruzar sobre la vida,
sobre la vida de otros, como el funámbulo que camina sobre una
cuerda con la misma seguridad con que recorres el pasillo de tu casa.
Y el maestro comenzó a recitar un
mantra mientras dejaba a los alumnos en la voluntad de ser un funámbulo
sobre la cuerda floja que otros tendieron.
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