Dancing WITH Natana Memorias del Brasil
Por Celso Castilla.
He dejado entre paréntesis la
intoxicación de esos cigarrillos que saben a literatura. La antigua
ciudad que me disfrazó, el concepto de mama, el hogar maldito hogar,
las noches de insomnio, los grandes lienzos, todas esas mujeres
atravesadas en la garganta, el mate matinal, el reloj de pulsera,
cualquier referencia de había-una-vez...
Me he despedido a mi mismo con un
pañuelo rojo en una estación flotante.
He empaquetado todos mis enseres y toda
idea que he querido pretender de mi mismo. Y las he enviado a la
ciudad de donde una vez salí. Ahora perdido, tranquilo y solo, piso
arenas que no son mías, descanso en ventanas que no me importan y el
escuchar flamenco cobra una novelesca relevancia.
No controlo gran parte de lo que
ocurre, y no quiero hacerlo.
Prefiero bailar con Natana, cerrar los
ojos y girar. Dejarla que me pise tiernamente y me diga cosas que no
quiero entender. Sé que cada paso que emprenda, será un principio,
un determinante en la ecuación.
Incluso en aquel baile de pieles había un consuelo matemático que era igual a cero, extrañas armonías.
Incluso en aquel baile de pieles había un consuelo matemático que era igual a cero, extrañas armonías.
Ahora he de volver a la autopsia de mi
cuerpo, de mis palabras, del nihilismo europeo y a la posmodernidad.
Porque he contraído deudas de sangre con mi autodesprecio. Estoy
ansiando unos de esos tugurios húmedos que solo tienen un colchón
viejo en el suelo, para irme mas lejos aún.
4 comentarios:
Excelso , ganas , muchas ganas de leerte así. Has llegado con vientos buenos y nuenos . Alfredo , no soy crítico, pero he sentido lo que me hace sentir un buen poeta . Mil gracias .
Lo he vuelt a pasar ahora. Gracias.
Qué sorpresa !! Mi foto!! . Gracias , todo un honor . Mil besos.
Qué sorpresa !! Mi foto!! . Gracias , todo un honor . Mil besos.
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