sábado, 3 de mayo de 2014

Hoy Sopagrif.


La sopagrif es un plato típico de la tierra de la incuria. Los indolentes que así llaman a los habitantes de incuria, la hacen poniendo una generosa ración de agua del grifo, de ahí su nombre, en una olla al fuego. Una vez arranca a hervir, se deposita con mucho cuidado un cubito de caldo o se deslíe el contenido de un sobre industrial de promesas. Bueno que os voy a contar hay sopas de bogavante que no llevan otra cosa que bacalao o abadejo seco también llamado surimi o kamaboko.  También existe la versión hecha con restos de pollo u otra ave de peor calaña. 
Mezclados con alguna verdura desecada, restos de gambas, almidón harinas, almidones, clara de huevo, colorantes y saborizantes. ¡Qué no logrará la industria! este pienso bajo en grasas y casi con el 0% de colesterol, aun puede ser vendido por sus virtudes dietéticas.
¿Pero y si?  Aprovechando los restos de nuestra cocina nos hacemos un cubito sopicaldo casero. La técnica es sencilla, primero reducimos en el horno los restos espinas y cabezas de pescado aunque sean sardinas. También los podemos hacer con los huesos y pieles de un pollo o con algún hueso de ternera comprado para ello. Una vez lo sacamos del horno en el que ha podido permanecer hasta varias horas, a una temperatura no superior a los 120º escaldaremos ese resto que el calor a homogeneizado y dejaremos que reduzca a fuego lento hasta que tome el aspecto de una gelatina. Mas o menos como las grasas que restan de un asado que también se pueden incorporar.
Una vez obtenida esta gel se puede mezclar con un poco de nata para cocinar (ah la nouvelle cuisine) o un poco de leche o huevo. Una vez batido a temperatura ambiente solo tenemos que llenar con la mezcla una cubitera o molde para cubitos y congelarlo.
Cuando deseemos acabar una pasta o dar un toque personal a un guiso bastará con añadir tantos cubitos como raciones queramos preparar. Como en la preparación podemos añadir nuestro toque personal de sazón y hierbas ajo cebollino orégano... dispondremos de una ilimitada variedad de soluciones mucho más eficaz que los cubitos comerciales.
Yo suelo hacerlos añadiendo setas en polvo son fáciles de encontrar en los comercios de alimentación, y con ellos obtengo una salsa densa capaz de realzar algo tan anodino como las pechugas de pavo a la plancha. Buen provecho.       

viernes, 25 de abril de 2014

Hoy pollo a la mandarina.

Simplex maximus
Tomamos un pollo o también un troceado por ejemplo muslos. Lo salamos suavemente, le ponemos un poco de perejil (yo lo uso seco) laurel y un clavo una vez rebozado en esta mezcla de hierbas. Lo bañamos en vino tinto durante 24 horas. Hay que tener cuidado de que las hierbas no sean el dominante.
Mas tarde lo ponemos en una bandeja para horno y asamos hasta que este en su punto. El vino o la parte de el que dejamos en la bandeja estará evaporado.
A media cocción tapamos los muslos con una piel de mandarina que habremos reservado de cualquier postre. También podría ponerse piel de naranja.
Es una variante sencilla del pato a la naranja aunque en este la receta auténtica incorpora además de las mondas de naranja un tormo de azúcar empapado en Curaçao azul.
Cosas de la cocina franchute para epatar. Pero claro los gabachos no tienen naranjas ni mandarinas. Por cierto la dignidad China del mandarín, no es autóctona. Cuando los europeos -portugueses- llegaron a china llamaron así a unos funcionarios públicos por el color del traje que vestían. Chúpate esa mandarina.
Buen provecho.

martes, 22 de abril de 2014

Memoria de un puerto marroquí

Yo recuerdo de mis viajes a sitios no habituales un mapa de olores, era bonito serpentear entre el incienso el pachulí la ropa tendida al sol los efluvios de un perro muerto. Oír el enjambre de moscas que cubrían el cadáver y esperar en la vuelta del camino mientras el sol cae, los olores de heno y sudor de las campesinas que traían grandes haces hierba sobre sus cabezas.
La brisa traía cabalgando en su lomo el aroma de la brea, galipote, del puerto donde un viejo calafate descalcaba una barca.
Las gaviotas con total desvergüenza permanecían posadas en las rocas cercanas, También de ellas percibía su olor animal inconfundible, mis alpargatas de cáñamo ya muy usadas dejaban ver las uñas de mis pies, y el poco tejido que restaba permeable al chabisque del camino dejaba mis pies sumidos en una humedad pegajosa y perpetua.

jueves, 17 de abril de 2014

Paseo por Barcelona

Salgo a hacer unas compras ya se sabe dos días fiesta y...
En El Mercado, La Plaza como dicen ellos hay rechufla general. Los pericos; los perversos pericos, que siempre han sido nacionalistas de “los otros” se chotean de los nacionalistas culés.
Había uno que en en el cantina de junto al mercado les daba el pésame y añadía por lo bajo a todo el que lo quería oír:
Por una vez estoy de acuerdo con ellos
-LA CULPA ES DEL MADRIT-
Otro comentaba el tuit que según parece puso el Aeropuerto de Santander:

"Lamentamos comunicar que nuestra pista no es lo suficientemente grande como para que aterrice Bale".

En fin poco más da de sí la mañana, veo a mi vecina la portuguesa (en realidad es brasileña) a mi me recuerda una morcilla de Burgos bailando el lago de los cisnes. Hay veces que en mis sueños eróticos la imagino con un tutú también negro y girando como una figa al son de Chaikovski girando en una danza de peonza fin...

En fin hay veces...  el erotismo es raro...
 
Salgo de Santa Catalina por la calle Freixures podría decir que salgo echando los bofes por la calle Freixures y parecería un chiste.
Víctor mi guía en temas ciudadanos, dice, que la calle se llama así por haber existido mercado de bofes en ese sitio. Eso me recuerda que el amigo Balaguer reconoce bajo el Fossar de Las Moreras una calle llamada Malcuynat de la que confiesa desconoce el origen del nombre. Lo traduce al castellano y lo traduce mal porque Malcuynat no es mal cocinado como pretende Victor Balaguer sino malcocinado, término que en castellano equivale según el DRAE a: Menudo, callos o vientre, manos y sangre de las reses y también por extensión a los despojos de ave. Así que el nombre podría ser también el de la casquería.
Pero bueno son temas que hay que tratar con delicadeza puesto el lugar donde se halla ubicada.
Y mucho más hoy cuando mentar los Callos a la Madrileña, podría considerarse un delito de Lesa Messidad...

sábado, 12 de abril de 2014

Los hijos del cacique

Habían llegado noticias confusas. Los hijos del cacique habían ido a pescar el río prohibido. No solo era una afrenta a los dioses también el chaman, oráculo del tótem estaba ofendido.
¿Acaso no sabían qué había que reservar ese curso de agua a los ancestros?
Acaso la tradición sagrada, no contaba con toda claridad ¿Qué en esos regatos bebían los muertos? Acaso no sabían que ese era el paso, la puerta de las almas a los eternos cazaderos. Allí moraban años enteros, hasta que puesta en orden su conciencia eran admitidos en el más allá en lo eterno.

Parecían no saberlo no importarles nada, el antropólogo que vino de Europa lo había dicho la veda el acotado de los ríos, la limitación del uso de recursos bajo la forma de un mito era la garantía de la vida futura.

Pero no, los hijos del poder, llenos de egoísmo vulneran las tradiciones y los acuerdos. Se apropian de los recursos que en el futuro, garantizan la vida de la tribu.
Era como en casa, como en Europa, un grupo de ambiciosos carroñeros, esquilmaban los recursos del pueblo. En la tribu era la tradición los ancianos los muertos. En Europa se llamaba ética decencia y respeto.
Estaba anotando esto en su cuaderno de campo, cuando flotando en las aguas proviniendo tal vez del tabú de la zona oscura llegó hasta la orilla flotando un cuerpo. Era uno de los hijos del cacique al que los hados alcanzaron en su ira, era el primer hijo del cacique muerto. De los otros nadie habló nadie quiso pensar en su fin atroz pero todos los dieron por muertos.