viernes, 25 de abril de 2014

Hoy pollo a la mandarina.

Simplex maximus
Tomamos un pollo o también un troceado por ejemplo muslos. Lo salamos suavemente, le ponemos un poco de perejil (yo lo uso seco) laurel y un clavo una vez rebozado en esta mezcla de hierbas. Lo bañamos en vino tinto durante 24 horas. Hay que tener cuidado de que las hierbas no sean el dominante.
Mas tarde lo ponemos en una bandeja para horno y asamos hasta que este en su punto. El vino o la parte de el que dejamos en la bandeja estará evaporado.
A media cocción tapamos los muslos con una piel de mandarina que habremos reservado de cualquier postre. También podría ponerse piel de naranja.
Es una variante sencilla del pato a la naranja aunque en este la receta auténtica incorpora además de las mondas de naranja un tormo de azúcar empapado en Curaçao azul.
Cosas de la cocina franchute para epatar. Pero claro los gabachos no tienen naranjas ni mandarinas. Por cierto la dignidad China del mandarín, no es autóctona. Cuando los europeos -portugueses- llegaron a china llamaron así a unos funcionarios públicos por el color del traje que vestían. Chúpate esa mandarina.
Buen provecho.

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